Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
En ese panorama por lo demás freudiano, el invitado de honor es el presidente de EE.UU. Barack Obama, quien preside imperialmente a los otros 27 aliados de la OTAN, que reconocen todos sus votos y compromisos tributarios respecto a todo, desde la defensa de misiles de escala europea (dependiente del escudo de misiles global de EE.UU.) hasta el estacionamiento permanente de cientos de bombas nucleares de EE.UU. en Europa, hasta la turbocarga de la ciberguerra (dependiente del nuevo Cibercomando del Pentágono), una guerra relámpago de cabriolas de patrullas navales en las rutas marítimas estratégicas del globo, y la propagación de bases militares que protegen nodos estratégicos de "Oleoductistán".
En breve: el menú de Lisboa es un bife Pentágono con salsa bearnesa. Indigestión segura –y sin devolución de dinero (como en euros sobrevaluados).
Menos es más, no es cosa nuestra
En Lisboa, la OTAN está refrendando un nuevo “Concepto Estratégico” –una especie de carta de intenciones revisada en cada década. Esta es la primera desde 1999– y consecuentemente el anteproyecto para principios del Siglo XXI. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, lo ha estado presentando como “más efectivo” (como en defensa de misiles y ciberdefensa mejorada); “más involucrado” (como un enjambre de “socios” globales) y “más eficiente” (como en el despido de 4.000 personas de su estructura de comando).
Con esto –completado con el canto enlatado de pájaros hecho en China– [1] uno puede ver cómo la OTAN adora bañarse en una atmósfera de “montes vivos con el sonido de la música”. Y aquí, se ve lo que parece representar el “Concepto Estratégico”. [2]
Agréguese el discurso rimbombante de Rant, y uno termina por encontrar lo que se perdió en la traducción: La OTAN ahora ha sido efectivamente bautizada como el máximo Transformer Robocop global, que consigna a la inerme ONU a una caja de arena neoyorquina.
La OTAN olvidó hace mucho a Europa Occidental; demasiado pequeña, demasiado provincial. Ya está en Asia Central y del Sur así como en el noreste de África, interconectada con el AFRICOM del Pentágono (sólo cinco países –Eritrea, Libia, la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Sudán y Zimbabue– no están relacionados con el Pentágono). Mucho más allá de los campos de la muerte afganos, la OTAN se está convirtiendo rápidamente en una inmensa “base avanzada de operaciónes” para mantener el orden en Oriente Próximo, África, Asia e incluso el Atlántico Sur, donde el Pentágono reactivó la Cuarta Flota; así como el golpe militar de 2009 que tuvo éxito en Honduras y el de 2010 en Ecuador que fracasó, los brasileños son muy conscientes de las intenciones del Pentágono y de la OTAN en Centro y Suramérica, y es seguro que opondrán resistencia.
Revelación: Los estadounidenses no suficientemente anestesiados por el actual teatro del absurdo de los escáneres porno y de las palmaditas federales que tiene lugar en sus aeropuertos, y los europeos empobrecidos afectados por la crisis, no dejarán de notar que la OTAN “más efectiva, más involucrada y más eficiente” está perdiendo de manera espectacular una guerra en Asia Central mientras leéis estas líneas.
Gucci en casa
En todo caso, pronto Europa celebrará a lo loco una cúpula de misiles a escala continental capaz de proteger a todos desde Ibiza a Innsbruck y de Múnich a Montecarlo contra esos malignos misiles iraníes inexistentes, así como contra los que existen: los estrafalarios pero efectivos Taepodong-2 de Pyongyang. Llamadlo las Guerras Estelares Gucci.
Al escudo Gucci se sumarán las bombas Dior –como las 200 a 350 armas nucleares de propiedad estadounidense que yacen en bases de la OTAN en Bélgica, Holanda, Alemania, Italia y Turquía (más las 300 bombas nucleares de propiedad francesa y las 225 británicas). Crucialmente, serían estos cinco países con “bombas residentes” los que lanzarían los bebés estadounidenses en cualquier eventualidad, algo que convierte en una burla el Tratado de No Proliferación Nuclear, suscrito, a propósito, por Irán. El resultado: la OTAN puede disponer de una cartera de hasta 900 armas nucleares en Europa. Es como comparar al Real Madrid o a Bayern Múnich con un equipo norcoreano de tercera división.
El mes pasado, la secretaria de Estado de EE.UU. Hillary Clinton no permitió ninguna arruga en su pañuelo Hermes y declaró enérgicamente: “La OTAN debe seguir siendo una alianza nuclear mientras existan las armas nucleares”. Y Rasmussen golpeó un cuadrangular, agregando: “El sistema de defensa antimisiles es un complemento de la disuasión nuclear, no un sustituto”.
¿Hay alguien que se queje de toda esta paranoia nuclear? No exactamente. Rasmussen tiene razón cuando habla de “socios” de la OTAN; se trata virtualmente de todo el mundo (75 naciones, casi un 40% de la ONU), de los “estanes” centroasiáticos en la Cooperación por la Paz a los de Oriente Próximo en la Iniciativa de Cooperación de Estambul; de los “países de contacto” en el Este Asiático/Pacífico Sur a las Naciones que Contribuyen Tropas para la Fuerza Internacional de Ayuda a la Seguridad en Afganistán (que incluye a Mongolia y Tonga). Para no mencionar al importantísimo Consejo OTAN-Rusia (el presidente ruso Dmitry Medvedev es el primer dirigente ruso que realmente va a una cumbre de la OTAN). Sobra decir que todos esos “socios” también han ido a Lisboa.
Aunque su razón de ser fue defender a Europa Occidental contra la Unión Soviética, es inútil esperar que la OTAN aclare en la cumbre de Lisboa qué diablos logra actualmente en Asia Central/Afganistán (vea “Nuevo concepto estratégico de la OTAN: bombas nucleares a perpetuidad”, Rebelión, 19 de noviembre de 2010). Es más seguro atribuir al dominio de un dibujo animado de Tom & Jerry el hecho de que la OTAN esté más aterrorizada por un harapiento talibán de lo que estaba ante el Ejército Rojo.
En todo caso, lo que importa es la infinidad de todo el asunto. No sólo el secretario de defensa de EE.UU. y el general David Petraeus, comandante militar de la coalición en Afganistán, cabildean por la Guerra Infinita. El jefe de la defensa británica, general Sir David Richards, acaba de declarar al Daily Mail: “La OTAN ahora tiene que planificar para un papel de 30 a 40 años a fin de ayudar a las fuerzas armadas afganas a defender su país contra los ‘militantes’”. Y hablen de Libertad Duradera.
Sin embargo Afganistán, ese cenagal infinito, es sólo un aperitivo. La OTAN se vende sagazmente vendida a la opinión pública mundial como si tuviera derecho a armar un alboroto en cualquier sitio que le dé la gana –dejando al Consejo de Seguridad de la ONU, expandido o no, mordiendo el polvo. Existen precedentes –como en el ilegal, fallido, Estado de la narcomafia, Kosovo, que se apoda ampliamente, y no por accidente, OTANstán.
Se puede presentar un argumento convincente de que dondequiera que Pentágono/OTAN “intervinieron” –de los Balcanes a Afganistán e Iraq– el lío ha adquirido proporciones apocalípticas. ¿A quién le importa? El Pentágono ha implantado Camp Bondsteel –su mayor base en Europa– en Kosovo; y también ha implantado preciosas "megapepitas" en el Imperio de Bases en Afganistán e Iraq.
Los “molestos” en el exitazo del “Mundo Feliz” de Pentágono/OTAN son indudablemente Rusia, China, Irán, Corea del Norte y Myanmar. Ninguno de ellos será fácilmente intimidado. La dirigencia rusa es demasiado astuta para que la coopten fácilmente –aunque la intrusión de Pentágono/OTAN a través de bases de defensa de misiles a lo largo de toda la longitud de las fronteras de Rusia es inexorable.
La OTAN afirma que saluda su “cooperación” con Rusia. Pero ahora hay un nuevo elemento en el juego para obligar –o no– a Rusia a jugar el juego de la defensa de misiles (después de todo la decisión de hacer todo lo posible ya se ha tomado).
La táctica de Pentágono/OTAN de establecer un sistema multidimensional de defensa de misiles “para proteger Europa” contra esos misiles iraníes inexistentes con armas nucleares sería una broma estúpida si no hubiera atraído ya la atención de los sospechosos usuales en Europa Oriental – Polonia, la República Checa, Bulgaria y Rumania. Turquía es un caso mucho más complicado.
Según informes de la prensa turca, Ankara sólo aceptará un sistema de defensa de misiles si el sistema es de la OTAN, no estadounidense; si el sistema se despliega en los 27 países de la OTAN; y si la OTAN no coloca a Turquía en la posición poco envidiable de Estado de primera línea del frente como lo fue durante la Guerra Fría contra la Unión Soviética.
Pero la tercera parte de esta ecuación es exactamente lo que se propone el Pentágono –especialmente ahora cuando el eje Ankara-Teherán-Damasco es una realidad, para no hablar de la entente cordial en desarrollo entre Ankara y Moscú. En todo caso, el ministro de exteriores turco, Ahmet Davutoglu, lo ha dejado en claro: “No queremos una zona o psicología de Guerra Fría a nuestro alrededor”.
Pero se trata de una nueva versión de la Guerra Fría, y Turquía corre el riesgo de ser sólo un peón en el juego. Aprovechando el nuevo Concepto Estratégico de la OTAN, el objetivo final de la cúpula global de misiles de EE.UU. –completada con ciberguerra y Ataque Global Rápido– es cercar el corazón de Eurasia y aislar a Rusia, Irán y China. La guerra es paz. Bienvenidos a la cúpula del placer. Bienvenidos a OTANstán.
Notas [en inglés]
1. Haga clic aquí.
2. Haga clic aquí.
Pepe Escobar es autor de “Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War” (Nimble Books, 2007) y “Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge”. Su último libro es: “Obama does Globalistan” (Nimble Books, 2009). Puede contactarse con él en: pepeasia@yahoo.com
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/
rCR
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