martes, 30 de noviembre de 2010

LA GUERRA DE LAS DIVISAS:USA- China(MB)







Rebelion. Krugman, China y la naturaleza del actual capitalismo financiarizado occidental















Portada ::
Economía






Aumentar tamaño del texto
Disminuir tamaño del texto
Partir el texto en columnas
Ver como pdf
30-11-2010







Krugman, China y la naturaleza del actual capitalismo financiarizado occidental







"Los actuales ataques a China se parecen mucho a los ataques a Japón y otros países asiáticos a finales de los 80, que consiguieron demonizar a economías exitosas por haber evitado ser víctimas de las prácticas predatorias que corroyeron a la industria norteamericana, que 'financiarizaron' y postindustrializaron su economía. La piramidalización de la deuda estadounidense que arrancó en los 80 ha desembocado en una guerra de clases sin apenas justificación económica. Así pues, culpar a los extranjeros –por enriquecerse del mismo modo que hicieron los EEUU desde que el Norte ganó la Guerra Civil en 1865— equivale simplemente a proporcionar una coartada política para un statu quo económicamente estéril."




He aquí el dilema en que se halla la economía estadounidense: la política de flexibilización cuantitativa de la Fed –crear más liquidez para que los bancos puedan prestar más— pretende ayudar a la economía a "tomar prestado el camino para salir de la deuda". Pero los bancos no están prestando más por la sencilla razón de que un tercio de los bienes raíces estadounidenses se hallan ya en situación de quiebra técnica [negative equity: deben más de lo que valen los activos hipotecados; T.], mientras que la pequeña y mediana empresa, que ha creado el grueso de los puestos de trabajo nuevos en Norteamérica en las últimas décadas, ha visto como su colateral preferido (los bienes raíces y los pedidos de venta) se encoge más y más. ¿Cómo puede esperares que los bancos presten más y contribuyan a reinflar los precios de los activos en la economía, si los salarios y los precios al consumidor siguen su deriva bajista? Así pues, el conjunto de la economía "real" no puede sino seguir encogiéndose.

Lo que ha dado centralidad al argumento a favor de la política de la Fed esta semana pasada han sido los intercambios entre Republicanos y Demócratas. El deterioro de la situación llevó a un grupo de economistas y estrategas políticos republicanos a publicar una carta abierta al presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, criticando la política de flexibilización cuantitativa (QE2) de la Fed, política consistente en inundar la economía con liquidez, lo que tiene que repercutir en los mercados exteriores de divisas al empujar a la baja la tasa de cambio del dólar. Hasta aquí, no deja esa crítica de ser atinada. Pero apenas rasca la superficie.

Piénsese en Paul Krugman, uno de los defensores más progresistas de la política del Partido Demócrata. Sus columnas en el New York Times rechazan el papel de los republicanos como abogados de los intereses de Wall Street y de los grandes empresarios. Pero también disculpa y aun se añade al vapuleo a China. "Culpar al extranjero", y no al sistema, suele ser una respuesta de la derecha, pero Krugman culpa a China simplemente porque los chinos tratan de salvarse evitando ser las víctimas de las políticas de Wall Street que el propio Krugman critica cuando la víctima son los trabajadores norteamericanos. Al culpar a China, no sólo deja fuera de foco al comité directivo de la Reserva Federal y a los amigos wallstreetenses de ésta, sino que, en la práctica, culpa al mundo entero; un mundo que, en formación de frente unido, propinó hace dos semanas en Seúl un sonoro y unánime bofetón al nacionalismo financiero de Obama en las reuniones del G20.

Es triste que en la columna de Krugman del pasado viernes, 19 de noviembre, en el New York Times, intitulada "El eje de la depresión", se mostrara a las claras que las soluciones preferidas de Krugman no van más allá de lo que permite concebir el superficial y manoseado instrumental intelectual del pensamiento económico marginalista. Su columna venía a aceptar el intento de la Fed de reinflar, mediante la flexibilización cuantitativa, la burbuja inmobiliaria inundando los mercados con crédito suficiente para rebajar las tasas de interés. Pretende que lo que la Fed pretende con eso es "la creación de puestos de trabajo", y no, principalmente, como es el caso, rescatar a los bancos tenedores de hipotecas sobre propiedades en situación de quiebra técnica.

Lo cierto es que reinflar los precios de los bienes raíces no facilitará a los perceptores de salarios y a los compradores de vivienda la consecución de sus objetivos. Rebajar los tipos de interés reinflará los precios de los bienes raíces ("creación de riqueza", al estilo de Alan Greenspan), lo que aumentará el nivel de la deuda en que deben incurrir los compradores de vivienda para adquirirla. Y cuanto mayor es el servicio a pagar de la deuda, tanto menos disponible queda para gastar en bienes y servicios (la "economía real"). El empleo encogerá en una espiral financiera de austeridad económica.

Desgraciadamente, la mayoría de economistas están obnubilados con la trivializante fórmula DV=PT. La idea es que más dinero (D) lleva al incremento de los "precios" (P), presumiblemente, precios del consumo y de los salarios. (Se puede ignorar la velocidad, "V", que es simplemente un residuo tautológico.) "T" son "transacciones", y vale por el PIB, a veces también llamado output, producto.

Aproximadamente el 99,9% del dinero y del crédito no se gasta en bienes de consumo (la "T" en DV=PT). Cada día, un volumen mayor que todo el PIB anual pasa por la New York Clearing House y por el Chicago Mercantile Exchange para préstamos bancarios, acciones y bonos, hipotecas empaquetadas, derivados financieros y otros activos y apuestas financieros. De modo que el efecto de la flexibilización cuantitativa de la Fed –la inflación monetaria— será inflar los precios de los activos, no los precios de los bienes de consumo y de otras mercancías.

La dinámica clave del capitalismo financiero de nuestros días

Esa es la dinámica clave del capitalismo financiero de nuestros días. Lastra a las economías con deuda, y cuando el servicio de la deuda rebasa el excedente a partir del cual esa deuda es pagadera, el banco central busca "reinflar para salir de la deuda", creando crédito nuevo "dinero" suficiente como para revalorizar bienes raíces, acciones y bonos (suficiente, esto es, para que los deudores puedan seguir pagando los intereses debidos). Tal es el deus ex machina, el flujo de crédito, de fuera a dentro, capaz de permitir que las economías financiarizadas operen como esquemas Ponzi piramidales a gran escala. Esa dinámica es estimulada mediante la gravación fiscal de las ganancias especulativas (de "capital") a tipos marginales inferiores a los impuestas a salarios y a beneficios empresariales. Así las cosas, ¿por qué deberían financiar los inversores inversiones en capital tangible, si pueden cabalgar alegremente la ola de la inflación de precios de activos? La economía de la burbuja troca en "creación de riqueza" especulativa.

¿Puede funcionar eso? ¿Hasta cuando seguirán unos inversores crédulos invirtiendo en un esquema piramidal desarrollado a ritmos exponenciales imposibles y disfrutando de una ficticia "creación de riqueza", mientras los banqueros cargan a la economía con deuda? ¿Hasta cuándo creerá la gente del común que la economía está creciendo realmente cuando los banqueros prestan a una economía supervisada por agencias regulatorias pilotadas por ideologizados desreguladores?

El ideal de los banqueros es que todo el excedente que se halle por encima de la mera subsistencia sea pagado en forma de intereses y honorarios: todo el ingreso personal, todo el flujo de caja empresarial y toda procedente de los bienes raíces. Así que cuando la política de flexibilización cuantitativa de la Fed rebaja las tasas de interés hipotecario, lo que consigue no es que los propietarios de vivienda terminen pagando menos, sino que lo que hace es simplemente permitir el incremento de la tasa de capitalización del valor de la renta existente.

La coartada de la Fed es que la flexibilización cuantitativa beneficia a los compradores de vivienda reduciendo la deuda en la que tienen que incurrir. Pero si eso fuera verdad, su ganancia significaría una pérdida para los bancos, y los bancos son la principal base de la Fed. Para la reserva federal, el "problema" económico radica en que unos precios de la vivienda a la baja (es decir, más accesibles) están matando los balances contables de los bancos. De manera que el objetivo real de la Fed es reinflar la burbuja inmobiliaria, al tiempo que, de paso y si puede, espolear una burbuja en el mercado de valores.

Una columna de Andy Kessler en el Wall Street Journal (viernes, 19 de noviembre, la misma fecha en que apareció la columna antes mencionada de Paul Krugman) apuntaba a eso, pero reconociendo que la Fed naufragaría desastrosamente en la opinión pública si iba de cara y explicaba que la motivación de su nueva ronda de flexibiliación cuantitativa era revertir la caída de los precios de las propiedades inmobiliarias. "Bernanke provocaría el pánico, si dijera públicamente que, de no ser por la polvareda mágica levantada con el dólar, los bienes raíces caerían al abismo", y si admitiera que, en tal caso, los balances contables de los bancos seguirían sufriendo con "los créditos inmobiliarios y los derivados financieros tóxicos". Pero el carácter en buena medida ficticio de la solvencia bancaria oficialmente reconocida se refleja en el hecho de que el valor en la bolsa del Bank of America (que compró Countrywide Finance) es sólo la mitad de lo que figura en sus libros, mientras que el de Citibank está exagerado en un 20%.

Las ejecuciones hipotecarias, ni que decir tiene, son mala cosa para los propietarios de vivienda, pero son aún peores para los bancos, a causa de la pirámide financiera de crédito erigida sobre el valor de las hipotecas basura de la década pasada. El problema con el análisis de Krugman es su aceptación, de partida, de que la flexibilización cuantitativa –pensada para reinflar la burbuja inmobiliaria— es buena para el empleo y aun para la renovación de la competitividad estadounidense, y no, como es el caso, todo lo contrario. Al centrarse en el comercio y el trabajo, concede ya por implicación que el dólar se está debilitando sólo a causa del déficit comercial, ¡no a causa del déficit militar y de la fuga de capitales! Y parte del supuesto de que reinflar la burbuja inmobiliaria –objetivo explícito de la Fed— hará más competitivas las exportaciones norteamericanas, ¡y no menos! Con toda seriedad, afirma en su columna del 19 de noviembre que "la razón esencial del ataque a la Fed es el egoísmo puro y simple. China y Alemania quieren que Norteamérica siga siendo poco competitiva".

No es eso lo que yo he oído en China y en Alemania. Chinos y alemanes quieren simplemente evitar disrupciones e inestabilidades en su comercio y en su producción nacional, y evitar sufrir pérdidas en sus reservas internacionales (reservas, dicho sea de paso, mantenidas en buena parte por una inercia que viene de la I y de la II Guerras Mundiales, cuando los EEUU incrementaron hasta el 80% de los años 50 su participación en las reservas de oro en el mundo). El Tesoro norteamericano querría que los bancos y los especuladores estadounidenses ganaran fácilmente 500 mil millones de dólares a costa del Banco Central chino, especulando astutamente con el comercio de divisas. La Fed querría ver reivivir la economía estadounidense por la vía de saquear otras economías.

No habrá tal. El patrón de un dólar en desplome para las finanzas internacionales quedará gravemente tocado tan pronto como otros países sean capaces de reemplazar al dólar por una moneda mutuamente aceptada en sus intercambios, un proceso que ahora mismo encabezan los países BRIC (Brasil, Rusia, India y China). Sudáfrica acaba de sumarse a esos países como quinto miembro, y los exportadores de petróleo, desde Nigeria hasta Venezuela e Irán, se están asociando entre sí para hacer que el sistema monetario internacional sea menos injusto y menos explotador. Joseph Stiglitz, compañero de Nóbel Paul Krugman, ha advertido (de modo aparentemente irónico, porque lo hizo en una columna reproducida en el Wall Street Journal): "Se supone que ese dinero [de la flexibilización cuantitativa] revitalizará a la economía norteamericana, pero, lejos de ello, lo que hará es recorrer el planeta en busca de economías que parecen funcionar bien, provocando una catástrofe aquí."

La Fed y el Congreso han instado a China a reevaluar su moneda, el renminbi, un 20%. Eso obligaría al gobierno chino y a su banco central a absorber una pérdida de medio billón de dólares de los 2,6 billones de reservas que ha ido acumulando. Esas reservas no proceden solamente de las exportaciones, mucho menos de las exportaciones a los EEUU. Son fugas de capitales realizadas por gestores financieros estadounidenses, arbitrajistas de Wall Street, especuladores internacionales y otras gentes que buscan comprar activos chinos. Y son el resultado del gasto militar estadounidense en sus bases en Asia y en otros sitios, dólares que los países receptores mueven y gastan en China.

Las autoridades chinas han tratado de dejar claro que lo que les resulta objetable es la política estadounidense de creación de "crédito electrónico en la pantalla de ordenador" a un 0,25% para comprar luego por doquiera activos de alto rendimiento (y casi cualquier activo extranjero es de mayor rendimiento). La reunión del G20 la pasada semana en Corea del Sur acusó a los EEUU de depreciación competitiva de la moneda y de agresión financiera, y los países comenzaron a rehuir el dólar y aun a evitar incurrir en excedentes comerciales y de pago como tales.

Lo esencial es que no hay manera de que los EEU puedan defender la depreciación del dólar en términos que obliguen a otros países a aceptar pérdidas en sus valores. Los inversores de todo el mundo han perdido la fe en el dólar y en otras monedas papel, y se están movimiento hacia el oro o, simplemente, cierran sus economías. En el curso del pasado año –desde las reuniones de los BRIC en Ecaterimburgo, Rusia, en verano de 2009— su respuesta ha sido evitar el uso del dólar para protegerse de la agresivas fugas de capital estadounidense que buscan atacar por sorpresa a sus bancos centrales y comprar sus empresas, sus materias primas y sus activos con "papel crédito" (y en realidad, posibilitar también el aumento del gasto militar).

En vez de apoyar ese intento –un movimiento con consecuencias positivas para la paz en el mundo, porque tiende a limitar el aventurerismo militar estadounidense (como la Guerra de Vietnam obligó al dólar a soltar las amarras del oro en 1971)—, Krugman se sirve de la crisis para atacar a China como si el éxito de ésta fuera lo que está perjudicando a los trabajadores norteamericanos, y no las políticas estadounidenses postindustriales y profinancieras que han inflado la burbuja inmobiliaria, privatizado la asistencia sanitaria sin opción pública –sin siquiera un descuento para las compras de fármacos públicos norteamericanos— ni la incapacidad para depreciar las deudas hipotecarias y otras deuda bancarias y acercarlas a la capacidad de pago.

Los actuales ataques a China se parecen mucho a los ataques a Japón y otros países asiáticos a finales de los 80, que consiguieron demonizar a economías exitosas por haber evitado ser víctimas de las prácticas predatorias que corroyeron a la industria norteamericana, que "financiarizaron" y postindustrializaron su economía. La piramidalización de la deuda estadounidense que arrancó en los 80 ha desembocado en una guerra de clases sin apenas justificación económica. Así pues, culpar a los extranjeros –por enriquecerse del mismo modo que hicieron los EEUU desde que el Norte ganó la Guerra Civil en 1865— equivale simplemente a proporcionar una coartada política para un statu quo económicamente estéril.

A los dos partidos norteamericanos y a sus portavoces políticos les resulta más fácil demonizar políticas que van más allá de lo meramente marginal (y que, por lo mismo y en ningún caso, puede afrontar la solución de problemas estructurales centrales). El debate político termina así alzaprimando diferencias políticas insignificantes. Difícilmente se tendrá consciencia por esa vía de que el problema que tiene ante sí el desempleo industrial norteamericano es que los perceptores de salario tienen que ganar lo suficiente para pagar la vivienda más cara del mundo (la FDIC [corporación federal de seguros de depósitos, por sus siglas en inglés] está tratando de limitar las hipotecas para que no absorban más del 32% del presupuesto del prestatario hipotecado), la asistencia sanitaria y la Seguridad Social más caras del mundo (con un 12,4% de deducciones, conforme a lo dispuesto por la FICA [Ley federal de seguro de las contribuciones, por sus siglas en inglés], elevadísimos niveles de endeudamiento personal con los bancos y las rapaces empresas de las tarjetas de crédito (cerca de un 15%) y un desplazamiento de la carga fiscal desde la propiedad y los más ricos hacia los ingresos procedentes del trabajo y hacia los bienes de consumo (otro 15%, más o menos). El propósito de los banqueros pasa por calcular cuánto pueden pagar sus clientes, lo que se define como cualquier cantidad que rebase los costes básicos de subsistencia y los gastos "no-discrecionales" que vayan a parar al sector FIRE [Finanzas, Aseguradoras y Bienes Raíces, por sus siglas en inglés].

Eso es suicidio postindustrial, y es la vía a la servidumbre por deudas para los asalariados y los consumidores norteamericanos. China ha creado una economía que ha conseguido –hasta ahora— evitar la financiarización de sus empresas. El Estado posee más de la mitad de las acciones de sus bancos comerciales. De acuerdo con el Ministerio de Finanzas chino, los activos de todas las empresas estatales en 2008 representaban cerca de 6 billones de dólares (lo que equivale a un 133% del producto económico anual). Lo que trae consigo que, cuando se hacen préstamos a las empresas nacionales –especialmente a las que son de propiedad parcial o totalmente estatal—, los intereses y los réditos financieros fluyen hacia el sector público, lo que hace innecesaria la grabación fiscal del trabajo.

Como puede comprenderse, China está tratando de defender este sistema. Sin embargo, la administración Obama (imitada por los fundamentalistas republicanos del libre mercado) critica eso, particularmente su subsidio público de la energía solar, una inversión destinada a desacelerar la polución y el calentamiento global. El Wall Street Journal del pasado miércoles proporcionaba un ejemplo casi cómico de este ataque hipócrita (Jason Dean, Andrew Browne y Shai Oster: "China's 'State Capitalism' Sparks a Global Backlash" ["El capitalismo de Estado chino desencadena una reacción global"]), denunciando la aceleración de las inversiones chinas en energía solar para emancipar a su economía (y a su atmósfera) de las importaciones de petróleo y de las emisiones de carbono. "Aprovecha el control estatal del sistema financiero para canalizar capital de bajo coste hacia las industrias nacionales (y hacia naciones extranjeras ricas en recursos combustibles fósiles y en minerales que China necesita para mantener su rápido ritmo de crecimiento)".

Esa política china llevó a Charlene Barshefsky, representante del comercio exterior norteamericano bajo Bill Clinton (y quien ayudó a negociar la entrada de China en la OMC en 2001), a quejarse de que "economías vigorosamente dirigidas por el Estado, como la china o la rusa (…), puedan decidir que 'ramas industriales enteras sean creadas por el Estado', (…) lo que desequilibra el campo de juego, penalizando al sector privado". Eso es precisamente lo que hizo Japón para fomentar su industrialización: suministrar crédito público, a fin de promover la inversión en capital tangible, no el latrocinio de las exacciones financieras. "Vastas franjas industriales siguen controladas por empresas estatales, estrictamente restringidas para los extranjeros", se quejan los autores del artículo en el Wall Street Journal. "El Estado posee los principales bancos en China, sus tres mayores compañías petroleras, sus tres servidores de telecomunicaciones y sus principales empresas de medios de comunicación".

Hay dos ideas muy distintas sobre cuál debe ser el papel desempeñado por el sistema financiero. En Occidente, en los últimos treinta años, los bancos comerciales han creado el grueso del crédito para la especulación y la inflación de los precios de los activos, no para financiar la formación de capital y la industria. La idea directriz de una banca pública es promover la inversión a largo plazo para aumentar la productividad, la producción y el empleo. Y eso es lo que ha permitido a China triunfar con tanta rapidez, mientras que las economías occidentales se financiarizaban y degradaban. Los países bálticos, Islandia y ahora Irlanda son ejemplos del desastre que el neoliberalismo financiero causa cuando tiene las manos libres.

La moraleja es que el éxito bancario chino –y su propósito de defenderse del asalto de la moneda estadounidense y de la especulación arbitrajista que busca saquear sus reservas extranjeras—, lejos de merecer la acusación de promover la guerra económica, merecería ser emulado. Emularlo es, precisamente, lo que los países BRIC declaran ahora querer. La administración Obama y los políticos europeos tocan, desde luego, certeramente nervio cuando urgen a China a centrarse más en su propio mercado interior y a acelerar el aumento de sus propios niveles de vida. Es claro que los mercados interiores de EEUU y Europa se están encogiendo, a medida que avanza la deflación por deuda.

China no es tan autosuficiente como los EEUU en recursos naturales y agua. Eso significa que un incremento de sus niveles de vida exigirá gastar buena parte de los ahorros internacionales que han llegado a atesorar. Pero al menos se halla en la senda adecuada. ¿Puede decirse lo mismo de Norteamérica? ¿En qué ayuda denunciar a China? ¿No deberíamos más bien preguntarnos por qué su productividad, su inversión de capital y sus niveles de vida están creciendo, mientras declinan los nuestros?

La misma pregunta sugiere la respuesta: el sistema financiero chino está concebido para promover un crecimiento del excedente, no para chupar el excedente existente. Un producto lateral de eso es el aumento de los precios en los bienes raíces y en los mercados de valores, pero ese aumento refleja aquí incrementos de inversión de capital y progreso, no una diversión de la inversión para alimentar el vaciamiento de activos [asset stripping], como ha ocurrido en los EEUU de la codicia arrogante imperante en los últimos 30 años.

Lo que debería preocupar a Krugman y otros economistas que abogan por los asalariados y por el conjunto de la economía es el peligro de que la Fed emprenda otro rescate camuflado de sus amigos de Wall Street. Pues bien; Kessler sugiere que la Fed debería hacer precisamente eso: "trasladar la deuda tóxica a los libros contables de la FDIC [Corporación federal de seguros de depósitos, por sus siglas en inglés] y de la Fed, y reflotar a los bancos con capital fresco para abrir el próximo lunes por la mañana".

¡No puede criticarse a China por hacer lo que hace!

Michael Hudson trabajó como economista en Wall Street y actualmente es Distinguished Professor en la University of Misoury, Kansas City, y presidente del Institute for the Study of Long-Term Economic Trends (ISLET). Su dedicación a los problemas de las economías postsoviéticas, y especialmente la letona, le ha llevado a ser comisionado recientemente, por parte de la coalición de izquierda letona Centro de la Armonía, como economista jefe de la Reform Task Force Latvia, un think tank encargado de elaborar una política económica alternativa para ese país báltico. Es autor de varios libros, entre los que destacan: Super Imperialism: The Economic Strategy of American Empire (nueva ed., Pluto Press, 2003) y Trade, Development and Foreign Debt: How Trade and Development Concentrate Economic Power in the Hands of Dominant Nations (ISLET, 2009).

Traducción para www.sinpermiso.info: Mínima Estrella

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3755






Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter









lunes, 29 de noviembre de 2010

Las dos Coreas

Rusia- Irán




Rebelion. Objetivos: Rusia e Irán















Portada ::
Mundo






Aumentar tamaño del texto
Disminuir tamaño del texto
Partir el texto en columnas
Ver como pdf
29-11-2010






La cumbre de la OTAN en Lisboa

Objetivos: Rusia e Irán










En su pulso contra China por la hegemonía mundial, la OTAN en su nuevo “concepto estratégico” engrasa dos principales ejes: domesticar a Rusia, y aumentar su capacidad operativa para lograr el control de las rutas y de las reservas de petróleo, como es el caso de Irán.

La alianza militar-política dirigida por el Pentágono, anunció en Lisboa ampliar su “perímetro defensivo” para “actuar en cualquier lugar del mundo”. Este golpe al derecho internacional sucedía ante un servil Ban Ki-moon, jefe de una lamentable ONU. Se mantiene así un estado de guerra permanente para regocijo de los marchantes de armas. En la edición especial para una opinión pública anestesiada, el santo y seña de dichas hazañas serán “lucha contra las violaciones de derechos humanos, emisiones de CO2, el deshielo o la sequía”.

Tres enclaves estratégicos, ya ocupados por EEUU pueden servir para llevar a cabo este macabro plan: Kosovo en Europa, Irak en Oriente Medio y Afganistán en Asia Central.

Washington seduce a Rusia para que abandone la OCS (Organización de Cooperación de Shangai, dirigida por China) y se integre a la OTAN. Su fin es aislar a Pekín y abortar los intentos de Moscú a recuperar su antaño poder. Éste ya ha firmado las sanciones contra Irán y ha renunciado a entregarle los sistemas de defensa antiaérea, mejorando así su relación con Israel. Es obvio que Kremlin se beneficia de las amenazas a Teherán. El gasoducto Irán-Turquía-Europa, cuya finalización está prevista para 2014, competirá con el suyo, económica y políticamente.

Las alianzas se reconfiguran. EEUU utiliza a la India como el contrapeso de China, invitándole a romper con la OCS. Luego, con el fin de truncar el giro en la política exterior turco hacia el oriente musulmán, le fuerza a alojar en su tierra un escudo antimisiles que apunte a Irán, país que no ha dudado en realizar maniobras militares conjuntas con Pekín.

La crisis del capitalismo se ahonda. Y un Barack Obama derrotado en la política doméstica puede tener la esperanza de que nuevas aventuras bélicas, le refuercen de cara a las próximas elecciones.

La OTAN se presenta como la principal amenaza de la paz mundial. Es hora de exigir su disolución.

Fuente: http://www.nazaninamirian.es/?p=4963







Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter









sábado, 27 de noviembre de 2010

Fidel Castro

Europa y la crisis







Rebelion. ¿Qué pasa en Irlanda y en los otros PIGS, incluida España?













¿Qué pasa en Irlanda y en los otros PIGS, incluida España?




Sistema Digital / Rebelión






Para entender la crisis financiera y económica de la Unión Europea, tenemos que entender tal crisis no sólo como un fenómeno económico y financiero, sino también como un fenómeno político. En realidad, esto último determina lo primero. Veamos por ejemplo la situación de Portugal, Irlanda, Grecia y España, referidos en un tono insultante en la literatura económica anglosajona como los PIGS, que quiere decir, en inglés, los “cerdos”. Tales países, Portugal, Irlanda, Grecia y España (Spain en inglés) han estado gobernados, durante la mayoría del periodo desde el final de la II Guerra Mundial hasta finales de los años setenta por dictaduras fascistas o fascistoides (España y Portugal) y por regimenes autoritarios profundamente conservadores (Grecia e Irlanda). Las dictaduras españolas y portuguesas terminaron en 1978 y 1974 respectivamente. La griega terminó en 1974. En Irlanda fue en los años setenta cuando comenzó a abrirse un sistema profundamente conservador de ideología católica extrema, que en cierta manera perdura todavía hoy.

Este contexto político explica que el Estado heredado por las democracias (que se inicia en estos países a partir de los años setenta y ochenta), fuese un Estado represivo, poco redistributivo y escasamente social. Todos estos países tenían en los años setenta, por ejemplo, el número de policías por diez mil habitantes más elevado del grupo de países que pasarían a ser más tarde la Unión Europea, mientras que el porcentaje de la población adulta trabajando en su Estado del bienestar era y continúa siendo el más bajo de aquella comunidad. Estos países eran y siguen siendo también los países con mayores desigualdades en la Unión Europea de los Quince.

Esta es la herencia de aquellos países que más tarde pasaron a ser conocidos como los PIGS. Ni que decir tiene que mucho ha cambiado en ellos desde entonces, y muy en particular en los periodos de gobiernos socialdemócratas. Pero el hecho es que hoy continúan compartiendo varias características, resultado de su pasado común, que les han marcado definitivamente. Todos ellos tienen, por ejemplo, la carga fiscal más baja de la UE-15, y ello como consecuencia del enorme poder que todavía tienen en estos países sus clases dominantes (esa categoría que incluye la banca, la gran patronal y las rentas superiores). Mientras que el promedio del porcentaje de impuestos sobre el PIB en la UE-15 era al principio de la crisis (2007) 41,1%, en Irlanda era un 31,1%, Grecia era un 34,2%, España era un 34,0% y Portugal un 36,5%, todos ellos, pues, con una carga fiscal menor que el promedio de la UE-15. En realidad, tenían la carga fiscal más baja de esta comunidad. Esta baja carga fiscal se aplicaba tanto a impuestos directos como a impuestos indirectos. Tanto unos como otros eran los más bajos de la UE-15. Además de los más bajos eran también los más regresivos. Es decir, dependían, y continúan dependiendo, excesivamente de impuestos sobre las rentas del trabajo.

Estos bajos ingresos del Estado significan unos gastos públicos como porcentaje del PIB muy bajos. Mientras que el promedio de la UE-15 el gasto público es del 46% del PIB, Irlanda es 36,8%, España 39,2%, Portugal 43,8% y sólo Grecia está al mismo nivel que la UE-15. El gasto público en protección social es el más bajo de la UE-15 en todos estos países. De nuevo, mientras que el promedio de la UE-15 es 27%, Irlanda es 18,9%, Grecia 24,4%, España 21% y Portugal 24,8%. Un tanto semejante ocurre con el empleo público. Mientras que el porcentaje de la población adulta que trabaja en el sector público es, en el promedio de la UE-15 sólo el 15%, en Irlanda es un 12%, en Grecia un 14%, en España 9% y en Portugal sólo un 7%. El sector público y su Estado del bienestar están poco desarrollados en todos los ámbitos.

Otra característica de tales países (los PIGS) es el escaso efecto redistribuidor del Estado. Todos ellos tienen una elevada pobreza, tanto antes como después de la intervención del Estado del bienestar. Puesto que pobreza se define como el 50% de la mediana, ello quiere decir que el Estado redistribuidor es muy limitado.

En resumen, un análisis de la situación fiscal y social de esos países muestra unos bajos impuestos (resultado sobre todo de la baja aportación de las rentas superiores y rentas de capital que alcanza su extremo en el caso de Irlanda, donde el impuesto sociedades es sólo un 12%); una gran regresividad fiscal; un sector público poco desarrollado; un Estado del bienestar poco desarrollado y un Estado poco redistributivo. Todos estos son síntomas de lo que solía llamarse “poder de clase”, es decir, del enorme poder de las clases dominantes. Una consecuencia de ello es que las desigualdades sociales son mayores que en el promedio de la UE-15. Así, el indicador de desigualdades, el coeficiente de Gini, es mayor en todos estos países que en el promedio de la UE-15 (a mayor número, mayor la desigualdad). Mientras que el promedio de la UE-15 era 0,28 en 2007, en España era 0,31, en Irlanda era 0,31, en Grecia era 0,34 y en Portugal era 0,36.

Las desigualdades sociales y su impacto en la crisis

Las causas mayores de estas enormes desigualdades eran la escasa actividad redistributiva del Estado y la prominencia de las rentas del capital sobre las rentas del trabajo, consecuencia del enorme dominio de las derechas en la vida política d e aquellos países. En todos estos países los sindicatos son débiles y las izquierdas también. Éstas, así como también los sindicatos, están divididas según distintas tradiciones políticas. La unidad de las fuerzas conservadoras y liberales contrasta con la gran diversidad y atomización de las izquierdas, con pluralidad sindical que debilita a las fuerzas progresistas. La situación política en estos países es la opuesta al norte de Europa –los países escandinavos-, donde las izquierdas son fuertes y las derechas, en cambio, están divididas en muchos partidos. Ello determina que los mal llamados PITS, tengan todos ellos Estados poco redistributivos con una gran concentración de las rentas del capital a costa del mundo del trabajo. Por cierto, esto ha ido ocurriendo en toda la UE-15 (ver mi artículo “Cómo está evolucionando la situación social de la Unión Europea” en www.navarro.org), pero muy en especial en estos países (mal llamados PIGS). El promedio de descenso de las rentas del trabajo sobre la renta total ha sido en los PIGS un descenso del 70% en el año 1992, a un 61% en el año 2007. Es más, debido a la concentración de las rentas del trabajo en las rentas superiores (consecuencia de que los sectores superiores ingresan rentas muy superiores a las rentas medias), la reducción de los salarios en los PIGS ha sido incluso más acentuada, siendo los porcentajes en el año 2007 mucho más bajos (52%) que en 1992 (66%). Estas son las causas de la crisis.

¿Cómo aparece la crisis en estos países en el 2007?

Las causas de la crisis fueron acumulándose durante los años anteriores al 2007. La reducción de la masa salarial creó el problema del endeudamiento de las familias, que se había resuelto temporalmente a base de conseguir crédito, el cual fue creciendo, generando una expansión del sector financiero. Este sector financiero conseguía el dinero de las bancas alemanas y francesas, en el caso de Grecia y España, y también de las bancas británicas, en el caso de Irlanda. Esa fue la génesis de la deuda privada. Esta deuda podía sostenerse porque el aval era la vivienda, cuyo precio iba subiendo. Cuando el precio de la vivienda, sin embargo, colapsó debido al colapso de la burbuja inmobiliaria, se creó un problema gravísimo que afectó enormemente a la demanda y al crecimiento económico. Por otra parte, el enorme crecimiento de las rentas del capital y la escasa rentabilidad de la economía productiva condujo a grandes inversiones especulativas en el sector financiero. En Irlanda y en España el maridaje banca-inmobiliaria-industria de la construcción fue el motor del mal llamado “milagro español e irlandés”. Este milagro se iba consiguiendo a base de un enorme endeudamiento.

Además de lo anterior, la baja carga impositiva y escasos ingresos del Estado determinaron que el Estado tuviera que endeudarse para poder financiar el limitado Estado del bienestar. Es más, la sistemática bajada de impuestos, sobre todo de las rentas superiores, también contribuyó a aumentar el déficit estructural del Estado, que se acentuó cuando, con la crisis y la recesión, los ingresos al Estado disminuyeron. Esto llevó a que se dispararan los déficits en aquellos países, de manera que en el año 2009, Irlanda tenía un déficit del 14%, Grecia 15%, España 11% y Portugal 9%.

Estos déficits fueron aumentando la deuda pública que, sumada a la deuda privada, hizo que la deuda total alcanzara unas dimensiones extraordinarias, que alcanzó su máximo exponente en Irlanda (más del 700% del PIB). La mayoría de esta deuda impagable, la tenían los bancos alemanes, británicos y franceses, creando así una crisis bancaria de enormes proporciones, que ha afectado a la disponibilidad del crédito. Este problema de falta de crédito, junto con la escasa demanda, es la causa de la Gran Recesión, que podría convertirse, en caso de que no cambiaran las políticas de tales Estados, en una Gran Depresión, que afectaría también al resto de la Unión Europea, y naturalmente, al euro.

Todos estos datos muestran que el crecimiento económico en aquellos países PIGS tenía pies de barro. El escaso desarrollo del Estado, tanto en su función redistribuidora como social, obstaculizó enormemente el desarrollo económico del país. Y la crisis bancaria muestra que el euro también tiene pies de barro. En estos momentos, la estrategia del establishment europeo (Consejo Europeo, donde gobiernan las derechas, la Comisión Europea, donde también dominan las derechas, y el Banco Central Europeo, el Vaticano de la ortodoxia liberal), es salir de la crisis a base del aumento de la competitividad basada en bajadas de salarios, a fin de aumentar las exportaciones, lo cual es difícil en una situación en que la economía europea está en una profunda recesión. Todas las medidas que se están promoviendo (la reforma laboral, la reducción del gasto público, la reforma de las pensiones y otras), tiene como objetivo debilitar a los sindicatos y al mundo del trabajo para facilitar ese aumento de lo que llaman competitividad.

Salidas a la crisis: la via irlandesa neoliberal

De la misma manera que la causa de la crisis ha sido política, la salida de la crisis también dependerá de factores políticos. No se puede salir de la crisis sin una redefinición de las relaciones de poder entre el capital y el trabajo. En ese aspecto, las medidas que se están tomando son las medidas que el capital (hegemonizado por el capital financiero) está imponiendo para salir de la crisis en sus términos, lo cual será imposible. Estamos viendo en Irlanda, el alumno aventajado de la ortodoxia neoliberal, que durante el periodo 2007-2010 siguió dócilmente las políticas neoliberales promovidas por el Fondo Monetario Internacional y por la Unión Europea (que consistió en reducir durante el periodo 2007-2010 el gasto de las prestaciones sociales un 10%, bajar los sueldos de los empleados públicos un 20%, bajar el salario mínimo y una mayor desregulación del mercado de trabajo. Tales medidas, como era predecible, empeoraron la situación, pues redujeron la demanda de una manera muy significativa. La renta per cápita de Irlanda ha disminuido un 20% durante los tres años de crisis, y el PIB se ha reducido un 11%, la mayor reducción en la UE-15. La acentuación de la crisis ha determinado una presión incluso mayor para que se hagan mayores recortes sociales, que quedan por determinar según el discurso del Primer Ministro del gobierno irlandés.

Otra alternativa es posible

Es obvio que la crisis no se resolverá a no ser que se incremente la demanda y que se facilite el acceso al crédito. El primero no ocurrirá, mientras no existan políticas públicas expansivas de gasto público, orientadas a la creación de empleo. El mayor problema humano, social y económico, no sólo en los PIGS, sino en toda la Unión Europea, es el desempleo. Se necesita cambiar de orientación y en lugar de enfatizar el modelo alemán basado en las exportaciones (Schröder y Merkel) se debería acentuar el modelo de estímulo de la demanda a través del incremento del consumo doméstico, aumentando el gasto publico y los salarios, tanto en Alemania como en el resto de la Eurozona, tal como propuso Oskar Lafontaine en su día.

Por otra parte se necesitan inversiones en nuevas áreas sociales y económicas, entendiendo el Estado del bienestar no como un consumo, sino como una inversión para crear empleo. Estas inversiones facilitarían la entrada de la mujer en el mercado de trabajo. Si el porcentaje de mujeres en el mercado de trabajo en toda la Unión Europea fuera el mismo que el que existe en Suecia, el número de trabajadores nuevos sería mayor que el que resultaría de la integración de Turquía en la Unión Europea.

La otra condición es resolver el problema de crédito, el cual requiere que la banca sea considerada entidad de utilidad pública (como lo fue en muchos países, en que la provisión del crédito fue considerada una función social). Ello implicaría en muchos sectores la reaparición de la banca pública. En España, concretamente, sería necesaria la transformación de las cajas de ahorro en bancas públicas, tal como han propuesto Attac y el Catedrático de Economía Juan Torres.

Y por otra parte, el Banco Central Europeo debería convertirse en un banco central, ya que no lo es ahora, y como tal debería garantizar la provisión de crédito a los Estados, comprando deuda pública y revirtiendo los intereses a los Estados. Ello sería equivalente a proveer liquidez a los Estados. Que no se haga esto se debe a que el mundo del capital (hegemonizado por capital financiero) tiene excesivo poder y el mundo de trabajo tiene muy poco. La única solución es la agitación social, tal como muy bien ha dicho el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz, que animó al mundo sindical europeo a seguir los pasos del sindicalismo francés. Hoy existen a lo largo de todo el territorio europeo protestas del mundo del trabajo rebelándose contra tales políticas neoliberales. Piden, con razón, que se establezcan otras políticas alternativas y casi opuestas, señalando que otra Unión Europea es posible. Y los países PIGS pueden añadir su voz a este proceso para transformar la UE. Para ello es necesario recurrir a una redefinición de las izquierdas, motivo de un artículo próximo.

Fuente: www.vnavarro.org

rCR








Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter









viernes, 26 de noviembre de 2010

Repolarizar(MB)







Rebelion. El hastío por la política















Portada ::
Venezuela






Aumentar tamaño del texto
Disminuir tamaño del texto
Partir el texto en columnas
Ver como pdf
26-11-2010







El hastío por la política










Lo primero sería distinguir el hastío de la desilusión, la desesperanza, la decepción o el desencanto. Cuando planteo que buena parte de la base social del chavismo está "hastiada de la cortedad de miras estratégica del chavismo oficial", esto no quiere decir que el chavismo, cual cuento de hadas, fue alguna vez una masa que esperaba paciente y resignadamente el advenimiento de la revolución bolivariana: ésta llegó y se hizo la ilusión y la esperanza y vivieron felices… hasta que una partida de burócratas malvados se empeñó en frustrar sus sueños.

El desencanto y la desesperanza son propios del antichavismo promedio: ilusionado con vivir en una sociedad que mantuviera al margen a los pobres, a los explotados, a los "incultos" y a los "flojos", a los negros, indios y zambos, la irrupción de las masas populares en la política supuso para las clases acomodadas un verdadero quebradero de cabezas. El odio de clases, el supremacismo, la criminalización de todo lo que sea sospechoso de chavismo, no son más que expresiones de la profunda decepción que produjo el fin de la ilusión de vivir en "armonía", ocultando o postergando el conflicto.

Hastío es desencuentro, contrariedad, enfado. Disputa, diferencia, conflicto. Del hastío es la rabia creadora, y sin hastío no hay revolución posible: hastío de la exclusión, de la explotación, de las insoportables condiciones materiales de vida. Con todo y sus excesos y errores, el hastío se distingue siempre del odio de quienes ocupan posiciones de dominio.

Hoy día el hastío es lo propio de los sujetos hechos visibles por el chavismo y vueltos a invisiblizar por el chavismo oficial. Hay hastío es las bases del partido, pero también en los márgenes y, más acá, en las calles de los grandes centros urbanos, donde se concentra el grueso de la población. Un hastío que tiene que ver con el aplanamiento y disciplinamiento de las voluntades que implicó la burocratización de la política.

Hace más de trescientos años, Baruch Spinoza intentó resolver la incógnita: ¿por qué los hombres luchan por su esclavitud como si lucharan por su libertad? Bien cabe la pregunta: ¿si parte de la base social del chavismo ha dejado de votar es porque ha dejado de luchar? ¿O este acto de rebeldía envía un mensaje claro, que no ha sabido o no ha querido escuchar nuestra burocracia política: que la lucha política no se agota en la contienda electoral? Mi hipótesis: el hastío es una interpelación directa, brutal, "salvaje", contra la dirección política de la revolución bolivariana. Esta interpelación se resume en una pregunta: ¿cuál libertad?

¿Es el pueblo el que ha dejado de luchar o es la burocracia acomodada la que no desea que haya lucha? ¿Es que el pueblo ya no tiene voluntad de lucha, o es que no ya no tiene voluntad para luchar subordinado a burócratas, corruptos, dirigentes mediocres, oportunistas y estalinistas?

El hastío ha cobrado una fuerza tal, que el antichavismo ha vuelto a ilusionarse: se cree capaz de encauzarlo, de sacarle provecho electoral. Ilusión vana. El problema, sin embargo, es que el chavismo oficial, aturdido y desorientado por el hastío, yace en la inercia. Allí donde el hastío se manifiesta, sólo ve indisciplina, desorden, falta de "formación política", anarcoides. Los policías del pensamiento hasta se inventan nuevas categorías: "pequeña burguesía, folklórica, anarcoide". No es para menos: en los burócratas de la política recae la mayoría de los cuestionamientos.

No se trata de que buena parte de la base social del chavismo haya perdido la "esperanza" en la revolución bolivariana. Chavismo hastiado no es chavismo desesperanzado. El chavismo no "espera" nada de la revolución. La revolución la hacen los pueblos cuando se cansan de esperar. El hastío es una expresión de esa rabia, esa contrariedad, de ese hondo desacuerdo que hizo posible la revolución. El hastío es el signo más elocuente de que la rebeldía está viva. El punto está en transformar ese hastío en fuerza alegre y combativa (repolarizar), que no es igual a domesticar o censurar la rebeldía.

El chavismo hastiado, los que no votan, pero también los millones que a pesar de todo seguimos votando y batallando; los que libran miles de peleas cotidianas desde las bases del partido y fuera de él; los que siguen creando, inventando, revolucionando, impulsando espacios de autogobierno popular a pesar de todos los obstáculos que implica la imposición de la lógica del "órgano rector"; los que se movilizan, cuestionan y proponen, aunque no siempre sus propuestas sean escuchadas; los que dijimos, decimos y diremos presente, pero también y sobre todo los ausentes: hoy estamos todos un paso al frente. Es la dirección política la que tiene que apurar el paso y ponerse a la altura de las circunstancias. Mientras tanto, no tenemos otra opción que seguir avanzando.

Si repolarizar pasa por encarar el hastío, recuperar, reagrupar, rearticular, reorganizar fuerzas, es preciso asumir de una buena vez que no habrá repolarización sin protagonismo popular. Allí radica nuestra fuerza. A ella le tienen pavor los desencantados, los desilusionados.

http://saberypoder.blogspot.com/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.







Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter









Trasnacionales y crisis






Rebelion. "Los gobiernos han cedido el poder a las transnacionales"















Portada ::
Opinión






Aumentar tamaño del texto
Disminuir tamaño del texto
Partir el texto en columnas
Ver como pdf
26-11-2010






Entrevista al abogado Alejandro Teitelbaum

"Los gobiernos han cedido el poder a las transnacionales"




Revista Pueblos






Alejandro Teitelbaum es abogado. Tiene 82 años y en su libro "La armadura del capitalismo", de Icaria y Paz con Dignidad, analiza cómo las transnacionales han tejido una amplia telaraña con un objetivo económico a nivel mundial con la complicidad de los gobiernos. Detrás de ese poder transnacional se esconden también objetivos políticos y militares.

Fue abogado de presos políticos y sindicalistas en los años setenta, después emigró al Estado francés. En el marco de la ONU representó a la Federación Internacional de Derechos Humanos y después a una organización de América, Sociedad Americana de Juristas, hasta 2006. «Me cansé del trabajo en la ONU, porque lo encontré improductivo, por los pocos resultados». Teitelbaum introdujo en su andadura, además de la lucha en contra la impunidad de las violaciones de los derechos civiles y políticos, la impunidad de los derechos económicos, sociales y culturales con la que cuentan las transnacionales.

Todo ese trabajo continúa en la ONU, pero «tras un proyecto flojo» llegó un contraataque de las multinacionales, que «pusieron a todos en su sitio. Ya nada saldrá adelante», dijo. Por eso, a sus 82 años sigue en pie para «desnudar a esas sociedades que tienen ya más poder que los estados y que, por otra parte, sólo representan a los intereses económicos de unos pocos frente al resto de la humanidad».

En «La Armadura del capitalismo» aparecen detallados los efectos económicos, las concesiones de los gobiernos y el negocio que unos pocos obtienen de la explotación. ¿Por qué tienen tanto poder las transnacionales?

Desde que empezó la Standard Oil, del viejo John D. Rockefeller, han ido escalando en el poder. La globalización neoliberal, que yo denomino el estado actual del capitalismo, está controlando la economía no sólo en su aspecto industrial y comercial, sino en el financiero y militar. Casi tiene el control total, con la complicidad de las élites políticas de las grandes potencias y de los políticos de los países periféricos en vías de desarrollo. Controlan todo, porque son dueños de medios de comunicación, de universidades y tienen a su servicio a intelectuales prestigiosos. La ideología liberal lo ocupa todo. Está todo diseñado para formatear la cabeza del hombre común para decir que este sistema es inevitable y que hay que aguantarse.

¿Eso nos lleva al desastre, a la dominación de unos pocos sobre la mayoría?

Así es. Mire lo que está ocurriendo con el tema de las jubilaciones, que nos dicen que hay que trabajar más años. En todos estos temas económicos y política el sistema nos mete en la cabeza su ideología. Y el núcleo duro del sistema son las sociedades transnacionales, lo que se llama globalización. Es el dominio de las sociedades transnacionales del capital financiero. Se deslocalizan cuando quieren. Tienen un poder inmenso de imposición frente a los asalariados, porque no negocian: o aceptas sus principios, que siempre se dirigen a los recortes económicos y sociales para los trabajadores, o se van. Sí, así lo dicen: queremos ganar un poco más, nos vamos a otro lado. Ha ocurrido con varios casos de fábricas francesas de autos que se han ido a Rumania, porque se fabrica más barato, pero luego vende caro en Francia.

¿Se puede dar la vuelta a tanto poder concentrado en tan pocas manos?

No tengo respuesta. En Francia con el tema de la edad de la jubilación ha habido protestas, pero, al final, Nicolas Sarkozy se ha salido con la suya. Nos dice que hay que salvar a la Seguridad Social, pero lo que trata es de salvar al capital financiero, no a la Seguridad Social. Lo que va a ocurrir es que la gente se va a dar cuenta que con la jubilación pública recortada no le va a llegar y va a aportar a una jubilación privada.

La pensión privada puede quebrar, la pública no.

Sí. Ya ocurrió en Estados Unidos. El sistema público es una garantía para todos. En lo fundamental, no escuché que nadie planteara que el problema de jubilación, es decir que la gente pueda vivir después de cesar de trabajar, sea un problema económico de fondo. La sociedad con su trabajo produce bienes sociales y, como consecuencia, hay un consumo social. ¿Por qué se plantea el futuro de las pensiones en términos financieros si tiene que ver con el reparto de la torta? Hay una gran cantidad de bienes y servicios producidos, si no alcanzan para todos, es porque, entre la producción social y el consumo social está la apropiación privada. Hay gente que se queda en el camino con la mayor parte de la torta. Por eso no llega la torta necesaria a todos los ciudadanos, los viejos incluidos.

¿Por qué cree que nadie lo dice así de claro?

Nadie lo dice porque es poner en cuestión el actual sistema capitalista. En momentos de protesta y de lucha tiene que haber gente que lo diga claramente. En Francia no se consiguió, porque Sarkozy se mantuvo firme; se hicieron huelgas en sectores estratégicos, pero no se pudo mantener una huelga revolucionaria, porque la gente tiene que trabajar para poder vivir. Lo que está claro es que el sistema público de pensiones es la mejor garantía de futuro. No debemos renunciar a él, aunque la presión del capitalismo va en dirección opuesta.

¿Falta una respuesta clara desde la izquierda?

Falta una respuesta política coherente. Los socialistas, en Francia, se lo callaron. Otros grupos más pequeños, que se podría esperar una respuesta más coherente y mejor, tampoco la dieron. Se limitaron a decir: la jubilación a los 60 años o hay que distribuir la riqueza, pero nadie puso en cuestión el sistema. Se sabe que las cosas andan mal, pero no se sabe cómo hacer para que cambien.

¿Qué recomendación hace para que se rechace un empeoramiento de las pensiones, que es una ola que recorre ya por la Unión Europea?

En las manifestaciones salieron a la calle los chicos. La prensa burguesa se burló de ellos, diciendo que las guarderías habían ocupado las calles. Tienen razón, porque cuando terminen la escuela, tendrán que ir a trabajar, pero se preguntan si hay más viejos trabajando habrá menos oferta de empleo.

Si no hay empleo, no se cotiza.

El problema en Francia se encuentra, según una estadística oficial, en que desde 1975 a 2009, es decir en 35 años, la productividad se multiplicó por 2,3 veces, y la población sólo creció un 25%. Una persona produce en este momento casi dos veces y media más que hace 35 años. Si aumenta la productividad, hay que disminuir el tiempo de trabajo. Bajar a las 35 horas, para que trabaje más gente y se nutra a las cajas de la Seguridad Social. No se puede seguir trabajando con jornadas de 40 horas, porque se produce en exceso.

¿Las 35 horas han fracasado?

La idea era buena. En Francia, se impusieron las 35 horas, pero se congelaron los salarios y, por otro lado, legislativamente se fue adaptando hasta que se liquidaron. En Noruega trabajan 34 horas y viven muy bien. El secreto se encuentra en que los ingresos por las ventas de petróleo de sus pozos en el mar se ha guardado en las cajas del Estado y se usa para financiar las jubilaciones. Han sabido administrar. No es un país socialista. La gente ve en Francia un sistema de Seguridad Social bastante avanzado, nadie quiere perderlo. Hay que defender eso. El sistema capitalista está metido en una gran contradicción: donde no puede, genera muchos desocupados que no aportan a las cajas de jubilación. No hay trabajo para todo el mundo manteniendo estas jornadas. Tendrían que reducir la jornada, pero los patrones no quieren. La jornada larga de trabajo es lo que da esa ganancia suplementaria.

Si se piden mejoras, las empresas se deslocalizan y, de hecho, dentro de la UE existe el dumping social por ese traslado de empresas entre países.

Tiene razón. Se fabrican autos franceses en Rumanía y se venden en Francia. Efectivamente hay dumping social. A los franceses, como al resto, no les conviene que los rumanos ganen diez veces menos, porque la empresa se va y les deja sin trabajo. Un problema difícil de resolver que la solidaridad de los trabajadores debería solucionar.

¿Falta conciencia obrera frente a las multinacionales?

El poder transnacional se arregla para que crezca la competencia entre los trabajadores. El chino gana diez euros por día, y de eso se aprovecha el trabajador francés, que compra ropa china sumamente barata. Nota menos que su salario es pequeño. Si va a una tienda de lujo, le va a costar mucho, pero si es un pantalón chino costará poco. Le conviene al patrón, porque el obrero no va a reclamar más salarios. No veo que haya una fuerza política en ningún lado que vaya al fondo de las cosas. Esas reuniones internacionales con el eslogan de «otro mundo es posible» no quiere decir nada. Hay gente que se dice de izquierdas, filósofos y políticos que le están dando un respiro al capitalismo. Hoy un capitalista necesita unas horas para forrarse sin hacer servicio alguno a la sociedad

¿Qué ha pretendido con el libro "La Armadura del Capitalismo"?

Es el resultado de las diferentes experiencias de los años noventa. La situación actual del capitalismo es de violencia, la opresión es violencia. Lo primero que hay que hacer es darnos cuenta cómo funciona esta sociedad en el plano financiero y económico.

¿Funciona mal?

Sí. Sólo para unos pocos funciona muy bien. Hace unos días leí que los operadores financieros de Estados Unidos van a recibir 143.000 millones de dólares en compensaciones. El año pasado se reunió el G20 para poner un tope a los operadores. Un año después ganan más que nunca. Sarkozy nos dijo que había que moralizar el capitalismo. La realidad es que desde el año pasado grandes grupos financieros ganan más que antes. La desocupación ha crecido, los salarios se congelan o bajan, y no pasa nada. Las diferencias cada vez son mayores. Esa es la armadura del capitalismo, los servidores que tiene a su alrededor y que lo protegen frente a la población.

¿La crisis sólo afecta a los mismos de siempre: los trabajadores, los excluidos y los pobres?

Mire, el otro día un director de la empresa LVMH (Moet Hennessy Louis Vuitton) de artículos de lujo, vendió sus stock options y ganó en un día 18 millones. Un buen salario, por ejemplo, son 2.500 euros. Qué tendría que hacer una persona trabajando, dando clase, en un hospital, haciendo un servicio a la sociedad para ganar 18 millones de euros. Bueno, quince personas con un salario de 2.500 euros tendrían que trabajar durante 40 años para conseguir lo que el directivo de LVMH logró en media tarde. Esos quince tipos fabricando, prestando servicios, manejando autobuses, etc tardarían cuarenta años con ese buen salario, mientras que este capitalista necesitó unas horas para lograrlo y sin hacer ningún servicio a la sociedad. Hay algo que no anda bien y ocurre por la complicidad de los líderes políticos.

¿Cambiará esta situación?

Lo único que podemos hacer es seguir entendiendo lo que pasa. Estoy metido en la izquierda desde hace más de 65 años. No pierdo la esperanza, pero esto va a peor. Nos dijo el G20, como otro ejemplo, que habría que acabar con los paraísos fiscales, pero es imposible porque son parte de las potencias.

Fuente: http://www.revistapueblos.org/spip.php?article2024








Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter









El euro y Europa







Rebelion. Irlanda y el euro















Portada ::
Economía






Aumentar tamaño del texto
Disminuir tamaño del texto
Partir el texto en columnas
Ver como pdf
26-11-2010







Irlanda y el euro




eurobserver.com



Traducido para Rebelión por Christine Lewis Carroll




Otra crisis de la deuda dentro de la Unión Europea y otro inapropiado rescate condicionado. Seguramente veremos el año que viene cómo más países mediterráneos son atacados por el mercado de bonos e instruidos por los amos de la Eurozona y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que la única alternativa son los recortes dramáticos y la reducción drástica del gasto social ‘no asumible’. En ausencia de una reforma sustancial dentro de la Eurozona, fallarán las extinciones de fuego posteriores.

Las drásticas medidas preventivas de austeridad que Irlanda tomó el año pasado pretendían solucionar sus problemas. Kenneth Rogoff de Harvard declaró al New York Times que “si quieres escapar de la suspensión de pagos, el camino irlandés es el único”.1 El objetivo de la reducción del gasto público fue asegurar a los mercados financieros de que el gobierno iba en serio al reparar los daños sufridos por el sistema bancario al estallar la enorme burbuja inmobiliaria del país. Según declaraciones de Jean-Claude Trichet este año, los recortes de Irlanda fueron un ejemplo para Grecia. 2

Pero ahora todo ha salido mal. La austeridad auto impuesta ha significado que el Producto Interior Bruto se ha contraído en más del 10% desde 2008 y el Producto Nacional Bruto más todavía; el desempleo es del 14% y sigue subiendo; la brecha presupuestaria es enorme y los bancos más grandes del país necesitan ser rescatados. Como en el pasado, al desaparecer los empleos, los jóvenes emigran. 3

Lo que hay en el corazón de la crisis es una doble negación: mientras el Ministro de Finanzas Brian Lenihan lleva semanas negando que su país necesita ayuda, Irlanda ha acudido al Banco Central Europeo buscando el dinero que no encontraba en otros lugares en condiciones aceptables. También hubo negación en Europa: la Eurozona y el FMI han acudido al rescate con 90 mil millones de euros (a los que Gran Bretaña, cuyos bancos poseen casi la mitad de la deuda de los bancos irlandeses, ha contribuido con aproximadamente 10 mil millones de euros). Pero las severas condiciones impuestas sumirán una economía afligida en la miseria.

Los euro escépticos alegan que todo es culpa del euro: si Irlanda hubiera mantenido la libra irlandesa, lo que le habría permitido devaluar, todo estaría bien. Este argumento falla por dos razones. Primero, hay numerosos ejemplos de países con moneda propia bajo la administración judicial del FMI: Méjico en 1995, Asia en 1997, Rusia, etc. En segundo lugar, Irlanda está devaluando ‘indirectamente’ al reducir los sueldos: esto es lo que significa la frase ‘devaluación interna’.

No, no es el euro el culpable; el problema es que los europeos no quieren aceptar que la unión monetaria significa una auténtica unión económica y política. En los Estados Unidos, es posible que los estados individuales tengan bastante autonomía (igual que las provincias canadienses o los Länder alemanes), pero su supervivencia económica es en último término responsabilidad del gobierno federal que emite los bonos y puede pedir prestado en los mercados internacionales. ¡Imagínense qué habría ocurrido en Louisiana después del Katrina si hubiera dependido de la venta de sus propios bonos en el mercado internacional para recaudar fondos!

Otros argumentarán, no sin razón, que Europa no tiene polis, ninguna identidad política ni cultura compartidas. Se les suele escapar que hasta mediados del siglo XIX, los estadounidenses se identificaron mucho más con su propio estado o región que con Washington – y algunos todavía lo hacen. Una identidad política compartida necesita labrarse; es producto de una visión que trasciende los límites locales. En la actualidad, la crisis económica está erosionando cualquier percepción de comunidad europea que pudiéramos tener. Es lo que a la larga podría matar al euro.

NOTAS

1. http://www.nytimes.com/2010/06/29/business/global/29austerity.html?_r=1&sq=if%20you%20want% 20to%20escape%20default&st=cse&adxnnl=1&scp=1&adxnnlx=1290434558-Nc2uIzAqCkib8Yb+o/ZaA

2. http://www.guardian.co.uk/business/2010/sep/23/ireland-austerity-budgets-comment

3. http://www.guardian.co.uk/commentisfree/2010/nov/21/ireland-economy-collapse-emigrants

http://blogs.euobserver.com/irvin/2010/11/22/ireland-and-the-euro/







Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter









jueves, 25 de noviembre de 2010

La crisis y las ganancias de las grandes corporaciones

Irlanda y el euro







Rebelion. La crisis irlandesa presiona al euro















Portada ::
Economía






Aumentar tamaño del texto
Disminuir tamaño del texto
Partir el texto en columnas
Ver como pdf
25-11-2010







La crisis irlandesa presiona al euro




la croix.com



Traducido para Rebelión por Susana Merino




El primer ministro de Irlanda deberá dar a conocer el miércoles 24 de noviembre el nuevo plan cuatrienal de austeridad. Brian Cowen anunció ya su dimisión para principios de 2011, pero la oposición quiere plantear una moción de censura.

El despacho del ministro irlandés de Transportes, sito en el pueblo de Trim al norte de Dublin, sufrió un ataque vandálico el pasado 23 de noviembre

Acogotada por una crisis presupuestaria sin precedentes Irlanda se hunde en un caos político. El martes 23 de noviembre el Sin Fein, uno de los partidos de la oposición, anunció la presentación de una moción de censura contra el gobierno de Brian Cowen. Este último ha permanecido sordo hasta ahora al pedido de inmediata disolución del Parlamento reclamado por toda la oposición.

El primer ministro irlandés solo anunció elecciones para principios del año próximo, luego de aprobar en diciembre el presupuesto para 2011 y el plan cuadrienal de austeridad exigido por la Unión europea y el Fondo Monetario Internacional a cambio de su ayuda internacional (que podría llegar a los 90.000 millones de euros). Pero el martes por la tarde miembros de su propio partido iban a discutir la posibilidad de presentar una moción de censura contra él.

Resultará muy difícil en esas condiciones lograr la aprobación de nuevas medidas de ajuste que deberían publicarse el miércoles. Sin embargo el tiempo apremia, advirtió el martes el comisario europeo de asuntos económicos Olli Rehn, porque “cada día que pasa crece la incertidumbre” agregó aludiendo a la baja, ayer, de los mercados y del euro. “Portugal parece ser la próxima víctima”.

En efecto, la tempestad golpea mucho más allá de las costas de la isla. “Lo que está en juego es el porvenir de nuestra moneda única”, machacó el ministro alemán de finanzas Wolfgang Schäuble ante los diputados del Budenstag

Al mediodía, las tasas de los países más frágiles de la Zona Euro, llamados periféricos, se aplanaban netamente, reavivando los temores de un contagio irlandés a la Eurozona, “No habla el mercado: se ha extinguido un incendio local que amenazaba con propagarse a otros países” pero, “¿quién será el próximo?”, plantea René Defossez, estratega de Natixis.

"Portugal parece ser la próxima víctima potencial de esta crisis de las deudas soberanas europeas”, expresa por su parte Philippe Cohen, en la Bolsa Barclays. Queda por ver si el presupuesto para 2011 de ese país, marcado también por el rigor, tranquilizará a los mercados. Mientras se espera, el euro acentúa su devaluación con respecto al dólar. Ayer a mitad del día se cotizaba a 1,3403 dólares mientras que el lunes por la noche lo hacía a 1,3522 dólares.

Los valores bancarios alemanes bajo presión

El riesgo de contagio alcanza también a los bancos europeos. En primer lugar los establecimientos británicos (tienen 165.000 millones de euros en Irlanda) y alemanes (100.000 millones de deuda irlandesa registrada en su balance). Wolfgang Schaüble ha señalado que si Alemania no asumiera su responsabilidad en la crisis irlandesa "las consecuencias económicas y sociales para nuestro país serían incalculables”

Los valores bancarios alemanes se hallaban presionados en la Bolsa de Frankfurt el martes pasado, y también los bancos franceses en París, aun cuando estos últimos se hallan comprometidos en Irlanda "sólo" en cientos de millones de euros mientras que en Grecia son miles de millones.

Fuente: http://www.la-croix.com/La-crise-irlandaise-met-l-euro-sous-pression/article/2446771/4079

rCR







Envía esta noticia

Compartir esta noticia:
delicious 
digg 
meneame
twitter