jueves, 31 de diciembre de 2015

Detrás de la Razón - Siria e Irak, el mapa del terrorismo 2015

Fort Apache - China ¿Nueva potencia hegemónica?

El gas boliviano.


Rebelion. El gas boliviano
Portada :: Bolivia
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El gas boliviano

El País eN


Perú y Paraguay serán los primeros mercados internacionales para el Gas Natural Licuado (GNL) que desde enero de 2016 producirá la planta de GNL ubicada en Río Grande, municipio Cabezas, provincia Cordillera del departamento de Santa Cruz, que también abastecerá con ese energético el mercado interno, informó este domingo el presidente Evo Morales.

La planta, que es construida por la empresa española Sener Indox desde abril de 2013 y con una inversión de 137 millones de dólares, procesará 12 millones de pies cúbicos diarios (MMpcd) de gas natural y producirá diariamente 210 toneladas métricas de GNL.

“Este mes o el próximo se va a inaugurar la planta y vamos a exportar GNL a Perú y Paraguay, (serán) nuevos ingresos para Bolivia. Mediante YPFB se va a exportar y prestar servicios”, dijo el Jefe de Estado en Chimoré, durante la evaluación de la gestión gubernamental de 2015 con las seis federaciones de productores de coca del trópico de Cochabamba y autoridades municipales de esa región.

La producción de la planta de GNL que también proveerá de gas natural a los habitantes de 27 ciudades intermedias del país, incluye 22 estaciones de regasificación en distintas regiones del país y para ello YPFB instalará estaciones satélites de regasificación que serán abastecidas con GNL transportado por 32 cisternas especiales.

Se prevé que mediante la instalación de redes, las estaciones de regasificación proveerán de gas natural domiciliario y comercial a los usuarios, además de Gas Natural Vehicular (GNV) a las estaciones de servicio que lo comercializan en el marco del cambio de la matriz energética que encara la administración del presidente Morales.

El GNL es gas natural que ha sido procesado para ser transportado en forma líquida. Es la mejor alternativa para monetizar reservas en sitios apartados, donde no es económico llevar el gas al mercado directamente, ya sea por gasoducto o por generación de electricidad.

Por ejemplo, en abril pasado, el presidente de YPFB, Guillermo Achá, y el representante de la empresa Copetrol, Aldo Braaksma, suscribieron un acuerdo para la construcción de dos estaciones regasificación de GNL para los municipios de Riberalta y Guayaramerín, en el departamento de Beni.

Entonces se informó que cerca de 40 millones de dólares serían invertidos por la estatal petrolera para la construcción de siete estaciones de regasificación de GNL en siete municipios benianos: Riberalta, Guayaramerín, Trinidad, San Ignacio de Moxos, Santa Ana de Yacuma, San Borja y Rurrenabaque.

En ese contexto, la futura exportación boliviana de GNL se suma a las ventas de Gas Licuado de Petróleo (GLP) que YPFB ya realiza a los mercados de Perú, Paraguay y Uruguay, mientras están asegurados los mercados de Brasil y Argentina.

Además, según datos oficiales, al Brasil tiene una gran demanda, YPFB enviará en una primera fase 49.440 toneladas de GLP, un volumen que subirá gradualmente y que en 2020 llegará a 119.966 toneladas de este carburante. Asimismo, se informó que Bolivia incrementará durante 2016 los volúmenes de exportación de gas natural a los mercados de Brasil y Argentina.

Según las proyecciones del Presupuesto General de Estado (PGE) para 2016, el promedio de exportación de gas natural a la Argentina será de 14.98 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d), y a Brasil de 31.23 (MMm3/d), para un total de 47.71 (MMm3/d) a ambos países.

Bolivia es el principal exportador de gas natural en la región y proyecta ser líder también en la venta externa de GLP.

En ese contexto, quedaron atrás los días en los que nuestro país estaba obligado a importar Gas Licuado de Petróleo (GLP) para abastecer su mercado interno, mientras exportaba gas rico y no solamente metano como estipulan los contratos con Brasil y Argentina. La razón es que no contaba con al menos una planta separadora de líquidos.

Hoy el panorama es diferente y aunque seguramente queda mucho por avanzar (las inversiones en el sector es tema de otro comentario), las perspectivas para las exportaciones de gas natural, GNL y GLP son alentadoras y con mercados asegurados para los dos últimos rubros. Al menos eso se deduce de las cifras y los datos oficiales de las autoridades del sector petrolero.

Fuente: http://elpaisonline.com/index.php/editorial/item/199770-el-gas-boliviano


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La acumulación de capital en América Latina y la clase obrera.


Rebelion. “La acumulación de capital en América Latina y la clase obrera”
Portada :: Opinión
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Entrevista al economista e historiador Juan Iñigo Carrera (primera parte)
“La acumulación de capital en América Latina y la clase obrera”



Juan Iñigo Carrera, es economista e historiador de la Universidad de Buenos Aires, y director del Centro para la Investigación como Crítica Práctica (CICP). Entre el 5 y 12 de enero se encontrará en Chile, de forma inédita, impartiendo el seminario “El capital: razón histórica, sujeto revolucionario y conciencia” en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, en el marco de las “Jornadas de Crítica de la Economía Política. El Desarrollo Capitalista: Capital, Renta, Clases y Alternativa Política”, organizadas por CISOH.

A continuación presentamos la primera parte de la entrevista realizada al autor con el objetivo de dar a conocer una parte de los contenidos a tratar durante las jornadas.

¿De qué forma caracterizarías la situación actual de América Latina? ¿Cuáles crees que son las principales tendencias económico-políticas?

I: En primer lugar ¿qué forma específica tiene la acumulación de capital en América Latina? Vamos a arrancar señalando que el modo de producción capitalista es la unidad mundial. Hoy, esa unidad mundial es la unidad –llamémosle- primaria. Por otra parte, los distintos procesos nacionales de acumulación, son formas específicas de esa unidad. Con lo cual, la idea de que la unidad mundial toma estas formas nacionales específicas, con distintas determinaciones concretas, se contrapone con la teoría del imperialismo y con la teoría de la dependencia. A qué me refiero con esto; uno históricamente podía encontrar lo que yo llamo los países clásicos, a los cuales se podía caracterizar por la producción de la generalidad de las mercancías, que no quiere decir que no incorporaran mercancías provenientes de otros países y que no vendieran en el mercado mundial, pero lo que aparecía era como que ahí se producía la generalidad de las mercancías.

Aparecía así,en un ámbito nacional, la imagen de la unidad de la acumulación y que esos países clásicos son, en definitiva, en los que arranca el desarrollo del modo de producción capitalista, y que en su desarrollo encuentra territorios donde se pueden producir ciertas mercancías (agrarias, mineras)con una productividad del trabajo particularmente alta. Se pone en movimiento esa producción para abastecer, con esa productividad alta, de medios de producción y de medios de vida para la acumulación de capital de los países clásicos. Uno de los aspectos fundamentales es para el abaratamiento de los medios de vida de la población obrera de esos países y en consecuencia, el aumento de la tasa de plusvalía. En este contexto, es que aparecen “unidades nacionales” que van confluyendo en la constitución de la “unidad mundial”. Lo tomo en particular respecto a América, pero es válido respecto de Asia y África también.

Al ponerse en marcha una productividad del trabajo mucho más alta que la que se puede alcanzar en los países clásicos –haciendo las mismas producciones– se genera una masa de renta diferencial, por momentos una masa de renta de simple monopolio, en donde las mercancías van a estar abaratadas, pero que de todas formas fluye...Esa masa de renta diferencial es plusvalía producida por los obreros del capital industrial de los países clásicos y que fluye hacia los terratenientes de estos nuevos ámbitos. Mientras esos nuevos ámbitos tienen la estructura colonial, quedan dentro de la unidad general, cuando no se puede sostener dicha estructura colonial, se constituyen en ámbitos nacionales de acumulación de capital independientes, especializándose en la producción de estas mercancías, con una productividad del trabajo particularmente alta, con lo cual van a recibir una masa de renta de la tierra también particularmente alta y, al mismo tiempo, su propio desarrollo va a tomar una serie de formas a través de las cuales una parte de esa renta va a volver a los países clásicos.

Uno puede decir esto; Inglaterra se equivocó una vez y engendró un ámbito de acumulación de capital que le paso por arriba, que es el caso de los Estados Unidos que se convirtió en lo que aparecía como el país clásico por excelencia en el siglo XX. Después nunca más se engendró un ámbito nacional con esas características, que son los ámbitos nacionales de América Latina. En el caso de Argentina, lo que hay es una renta de la tierra agraria, de la producción de granos y carnes; en el caso de Chile, la renta del cobre; en el caso de Bolivia fue el estaño en todo un periodo; en el caso del Brasil, tradicionalmente el caso del café, ahora tiene un montón de producciones, todas son producciones primarias en las cuales hay una productividad del trabajo muy alta.

Este es el rasgo de estas formas nacionales específicas que no nacen con la potencia de ser un país clásico, sino que nacen bajo esta forma, y los modos de recuperación de la renta de la tierra por los capitales de los ámbitos nacionales clásicos, son; a través de la generación de una deuda pública externa, con tasas de interés muy alta que se pagan religiosamente. En el caso de la Argentina esto es muy marcado. En una primera fase, además, la entrada de capitales que van a operar en torno a la producción agraria, para el caso de la Argentina en particular, con condiciones sumamente ventajosas, donde la minería históricamente, la tierra, era de propiedad pública, incluso más o menos tardíamente había concesiones, he ahí donde se genera esta clase terrateniente que es la que tiene la representación política del proceso nacional de acumulación de capital en el siglo XIX hasta principios del XX, y que es la que se ocupa de no apropiar íntegramente la renta.

Lo pongo en estos términos; hasta acá yo mencioné dos socios centrales en la apropiación de la renta, la clase terrateniente y los capitales acreedores externos del estado nacional. Aparecen ya en el siglo XIX todas las empresas de servicios públicos con toda una serie de concesiones. Durante el siglo XX lo que cambia de eso es que siguen los terratenientes, siguen los acreedores externos, pero los capitales industriales a los que se les escapaba la plusvalía y que la recuperaban indirectamente para su ámbito nacional (vía endeudamiento, vía las empresas de servicios públicos), lo que hacen es pasar a producir directamente en estos ámbitos nacionales; operando en la pequeña escala del mercado interno con muy baja productividad del trabajo, eso que se llama la sustitución de importaciones, que en realidad el contenido de la sustitución de importaciones no es más que otra forma de extraer plusvalía a los obreros de estos ámbitos nacionales, de la mano con recuperar renta de la tierra. Y las formas de recuperación son a través de distintas modalidades, más directas o indirectas, donde la sobrevaluación de la moneda nacional juega un papel muy grande, por eso hay una sobrevaluación muy fuerte en este momento en la Argentina. En Brasil se le cae la renta, no puede sostener la sobrevaluación; en Argentina se le cae la renta y tiene fuertes problemas para sostener la sobrevaluación. Y estos capitales, además operan tomando lo que -para decirlo en términos simples- es chatarra en sus países de origen, lo que ya no sirve por la escala de la producción, y acá aparece como si fuera la vanguardia técnica, un capital flamante.

Es condición para el desarrollo de ese proceso, cierta escala, la existencia de una masa de pequeños capitales nacionales, lo pongo así; en estos países, todos los capitales que operan son expresión de la negación del desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo, porque el hecho de que la producción agraria vía impuestos, vía cosas que hacen que los precios internos de las mercancías agrarias estén por debajo de los precios del mercado mundial, lleva a restringir la escala de la aplicación intensiva y extensiva del capital sobre la tierra. Y en el sector industrial lo que uno tiene son; i) pequeños capitales que no son portadores del desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social, porque han quedado a la cola de eso y ii) capitales más concentrados del mundo, que lo que traen acá es la chatarra y con eso, en lugar de tener que tirarla y seguir avanzando en la transformación de la materialidad del trabajo, la socialización del trabajo privado, lo vuelven a valorizar como si fuera un capital incluso con tasa de ganancia más alta que la que tienen en sus países de origen. Y como eso viene de un proceso de estrangulamiento, lo que empieza a aparecer fuertemente es la venta de la fuerza de trabajo por debajo del valor. Entonces, cuando uno mira la Argentina, si uno compara el salario promedio de la economía argentina entre el año 74` y hoy; si en el 74` era cien, ahora es cincuenta y algo. Con lo cual, ha caído a la mitad el poder adquisitivo del salario promedio de la clase obrera, empieza a constituirse de este modo una forma de valorización, que ya no es simplemente la extracción de plusvalía normal, no es simplemente la recuperación de la renta de la tierra, además es, abiertamente, la compra de la fuerza de trabajo por debajo de su valor, siendo todas estas formas la negación del desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo social.

A partir de mediados de la década del 70` en particular, en la unidad mundial ocurren una serie de transformaciones que hacen que no existan más los países “clásicos”, porque ya no hay más países que se especialicen en la producción de la generalidad de las mercancías, sino que aparece lo que uno puede llamar una nueva división internacional del trabajo, donde, sobre la base de haber generado en la fase anterior una masa de población sobrante latente de campesinos desplazados de la producción y sobre la base de haber hecho un desarrollo técnico (en donde el eje de ese desarrollo es la computación) y con esto, el desarrollo de las máquinas automatizadas y la robotización, aparece un proceso que contrasta con la fase anterior; uno de fuerte diferenciación en el tipo de fuerza de trabajo que necesita el capital, con una población obrera, por un lado, capaz de hacer un trabajo cada vez más complejo y por otro, una población obrera capaz de realizar un trabajo cada vez más simple, y que entonces, en los países antiguamente clásicos queda la especialización y hacia los países donde estaba la población sobrante latente se desplazan los procesos de trabajo más simplificados.

Con lo cual, cuando hay, por los movimientos de la acumulación mundial, una suba de la masa de renta, estos países están prósperos porque afluye más renta al ámbito nacional. Cuando se corta eso, por el propio movimiento cíclico de la unidad mundial de la acumulación de capital, se entra en una fase de presión y crisis, pero cada fase de auge es más deteriorada que la fase de auge anterior. Entonces, con toda la suba de los precios de las mercancías primarias en el mercado mundial durante la segunda mitad de la década del 2000, es una fase en la cual hay una afluencia adicional de masa de renta de la tierra hacia el ámbito nacional. Los terratenientes van a estar prósperos, pero los capitales industriales van a tener que tomar más de esta renta, entonces va haber una expansión de la producción interna, eso va a implicar una demanda adicional de fuerza de trabajo, con lo cual va a haber una suba de salarios y aumento del empleo en los estados nacionales en los que tiene que regir ese movimiento de la apropiación de la masa adicional de renta, eso es lo que se va a expresar políticamente en lo que (sin ninguna connotación) se conoce como populismo en general. Acá (Argentina) es el peronismo, que aparece como momento de afirmación, de expansión sobre la base de esa autonomía nacional. El Estado tiene que tener una manifiesta presencia en el movimiento de esa renta de la tierra, que, en el caso de la Argentina, hay que poner las retenciones y demás, y es el momento en el cual se paga la deuda pública externa y se paga con los intereses extraordinarios que tiene metido adentro. Ese es el momento en el cual los acreedores externos del estado nacional recuperan no solo su capital, sino parte de la renta de la tierra sobre la base de las tasas de interés muy altas.

Cuando viene la fase de caída de la renta, viene una fase de contracción de la escala con la que operan internamente los capitales, eso va a implicar un aumento del desempleo, caída de salarios e históricamente esto es lo que se ha expresado en las dictaduras militares; cuando venía esa fase, venía la dictadura militar.

Ya no hace falta más la dictadura militar, por las condiciones de deterioro muy fuertes de reproducción que ha ido experimentando la clase obrera. Antes cuando venía una fase de expansión; suba de salarios, multiplicación del empleo, el Estado gestionando la economía, vamos hacia la superación del modo de producción capitalista. Entonces, cuando venía la fase de contracción había que reprimir violentamente todas esas manifestaciones, y eso lo hace la dictadura militar. Cuando viene nuevamente la fase de expansión, la dictadura militar lo único que puede hacer es reprimir, y es un momento en donde el capital necesita expandirse y para hacerlo necesita que haya suba de salarios y la única forma que tiene la suba de salarios es la lucha de la clase obrera en defensa de las condiciones de venta de su fuerza de trabajo. En ese momento la clase obrera tiene fuerza, porque se está expandiendo la acumulación de capital, cuando viene la fase contraria, pierde la fuerza. Cuando se produce toda esta transformación, que yo ubico a partir, muy manifiestamente, de la crisis de mediados de la década del 70, principios de la década del 80, pone fuertemente esta nueva fase de la acumulación de capital en evidencia.

La fase anterior de la acumulación de capital, que en realidad se viene desarrollando desde el siglo XIX en el mundo, se basa en toda una transformación en los atributos productivos de la clase obrera, por eso hay una fuerte reducción de la jornada de trabajo, con una fuerte suba del salario real, especialmente en la segunda mitad del siglo XX, que no quiere decir una disminución de la tasa de plusvalía, ni mucho menos, es aumento en la tasa de plusvalía, pero un aumento de la masa de valores de uso que consume la población obrera, un desarrollo de los procesos educativos, porque esto es lo que necesita el capital, esa es la fuerza de trabajo que necesita. Todas esas transformaciones solo se pueden realizar bajo la forma de la lucha de clases, en la lucha de clases la clase obrera tiene fuerza, porque está expresando todas las transformaciones que el capital necesita. En ese momento son las transformaciones que corresponden a la base técnica, material, que se está desarrollando.

Y el otro proceso que ocurre es, con aspectos distintos, la centralización del capital dentro del ámbito nacional como propiedad directamente social, bajo la forma jurídica de la propiedad del Estado. Entonces, para mí hay una expresión, más cerca de esto, que es la Unión Soviética, donde la centralización de capital es absoluta. Hecha la centralización del capital, hay que ponerlo a funcionar y a producir plusvalía, entonces, ¿quién lo va a gestionar?, el partido político de la clase obrera, que se convierte en un partido burocrático. Entonces, yo no creo en esas cosas llamadas “traiciones”, nada, es la transformación, porque no es la superación del modo de producción capitalista, es la expresión plena dentro de un ámbito nacional del desarrollo del modo de producción capitalista. Era un desarrollo de la acumulación de capital, que muestra todas las potencias que tiene la clase obrera cuando centraliza el capital, porque pasa de ser la economía más atrasada de Europa, a ser la segunda economía mundial, el segundo proceso nacional de acumulación de capital en el mundo, en muy poco tiempo, con las formas brutales que tiene el capital; con desarrollo brutal de la enajenación de la clase obrera, pese a que le pertenece a la propia clase obrera.

Para mayor información: https://www.facebook.com/jornadascriticaeconomiapolitica/?fref=ts



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(MB) Europa: Un continente a la deriva


Rebelion. Europa: Un continente a la deriva
Portada :: Europa
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Mirada desde el Sur
Europa: Un continente a la deriva

Brecha


Observada desde el Sur, la Unión Europea aparece desdibujada. El continente que jugó fuerte en América Latina en la década de las privatizaciones neoliberales, haciéndose con empresa estratégicas, parece haber perdido su propio perfil cuando el mundo atraviesa su mayor crisis de dominación.

“Quien lleva la batuta en Europa es Alemania y tiene una gran complementariedad económica con Rusia”, sostiene el analista geopolítico Alfredo Jalife. El aserto no sólo pega en la diana sino que consigue explicar lo sucedido en 2013, el año de inflexión donde la Unión Europea terminó por someterse a la política del Pentágono de cerco a Rusia para conseguir un cambio de régimen, o sea su aniquilamiento como potencia geopolítica global.

Zbigniew Brzezinsky -ex asesor de Seguridad Nacional de Carter y consultor de Obama- hizo su apuesta al factor militar señalando en un tuit, a principios de febrero de 2015, que “un pequeño contingente de tropas de Estados Unidos en los países bálticos en forma continua deberá hacer más reticente a Putin para que no cometa algo estúpido”.

En Europa central se juega una vez más una partida de ajedrez entre Occidente y Oriente, con repercusiones para todo el mundo. No por casualidad, la mayor parte de las 850 bases militares de Estados Unidos están en Europa. En total, son 342 instalaciones del Pentágono en suelo europeo, de ellas 179 en Alemania, 58 en Italia (aunque varias fuentes aseguran que superan el centenar) y 27 en Inglaterra.

Cuando existía la Unión Soviética el discurso occidental decía que esas instalaciones tenían por objetivo defender a Europa de una eventual invasión del Pacto de Varsovia. Cuando desapareció el régimen soviético y Rusia se convirtió en un país capitalista, los soldados y las bases siguieron en su lugar, no para defender a Europa sino para mantenerla ocupada, o sea dentro del área de influencia de los Estados Unidos.

¿QUIEN DIJO EURO? Desde el fin de la segunda guerra mundial, Europa es rehén de Estados Unidos. Ni siquiera la creación de la Unión Europea ha podido fortalecer a la región que a través de la moneda única buscó hacer escuchar su voz en el mundo.

El euro se introdujo en los mercados el 1 de enero de 1999 con vocación de convertirse en alternativa al dominio del dólar. Comenzó operando a 1,17 frente al dólar, alcanzó su pico de 1,59 dólares por euro en julio de 2008. En poco tiempo se convirtió en la segunda moneda de reserva del mundo. Pero la crisis de la zona euro, más política que económica, provocó el hundimiento de su cotización que en diciembre de 2015 se sitúa en torno a 1,09.

En paralelo, el yuan chino comenzó a desplazar tanto al euro como al dólar y terminó siendo aceptado por el FMI. A fines de noviembre, el FMI incorporó el yuan en los Derechos Especiales de Giro (la canasta de divisas creada en la década de 1960 para complementar las reservas oficiales de sus miembros) pese a la oposición de los funcionarios estadounidenses. El yuan se convirtió en la segunda moneda más utilizada en el financiamiento comercial y la cuarta en los pagos transfronterizos, ya que el Banco Popular de China tiene cuarenta acuerdos bilaterales de permuta de divisas con otros tantos bancos oficiales del mundo.

El 18 de diciembre el Congreso de Estados Unidos aceptó a regañadientes que el FMI reformara el sistema de cuotas con la incorporación del yuan, siendo “el cambio más importante dentro del FMI desde 1944, el año en que se construyeron los acuerdos de Bretton Woods”, según el economista Ariel Noyola (Russia Today, 21 de diciembre de 2015).

Lo cierto es que el FMI necesita recursos y sólo China se los puede aportar. Por eso luego de cinco años de negativas los parlamentarios estadounidenses dieron su brazo a torcer. China es el gran vencedor al convertirse en el tercer país con más poder por detrás de Estados Unidos y Japón. Los votos de China pasan de 3,8 a 6%, mientras Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido disminuirán su participación. No se trata de un cambio radical, ya que Estados Unidos mantiene su poder de veto, sino de un cambio gradual que anticipa otros mayores.

DEMOCRACIA O ESTADO DE EXCEPCIÓN.

Por primera vez desde su creación, el think tank situado en Francia, Laboratorio Europeo de Anticipación Política (LEAP), sostiene que Europa ha perdido el tren de la democracia y su capacidad de liderazgo. Por eso sostiene que el viejo continente ingresó en un período de oscuridad cuyo destino es ser gobernada por “los nietos de Hitler, Petain, Mussolini…” (Geab N° 100, diciembre de 2015).

Esa fue la anticipación formulada en 2009 por su director, Franck Biancheri, si Europa no conseguía democratizarse. Días atrás el filósofo Giorgio Agamben volvió sobre tu tema favorito en un artículo titulado “Del estado de derecho al estado de seguridad” (Le Monde, 23 de diciembre de 2015). Sostiene que la prolongación del estado de emergencia a raíz de los atentados en Francia es parte de la transformación del Estado que estamos presenciando: “Es crucial, primero que nada, desmentir el propósito de las mujeres y hombres políticos irresponsables, según los cuales el estado de emergencia sería un escudo para la democracia”.

Recuerda que el estado de emergencia fue el dispositivo mediante el cual los poderes totalitarios se instalaron en Europa en las décadas de 1920 y 1930. “Cuando la gente se sorprende de los crímenes que pudieron cometerse impunemente en Alemania por los nazis, se olvida de que estos actos eran perfectamente legales, porque el país estaba sometido al estado de excepción y las libertades individuales estaban suspendidas”, reflexiona Agamben.

La cuestión es tanto más grave cuando las democracias occidentales están caminando hacia un “Estado de seguridad”, porque en la coyuntura actual “las razones de seguridad han tomado el lugar de aquello que se llamaba, en otro tiempo, la razón de Estado”. Invocando a Hobbes, argumenta que “el contrato que transfiere los poderes al soberano presupone el miedo recíproco y la guerra de todos contra todos: el Estado es aquello que viene precisamente a poner fin al miedo. En el Estado de seguridad, este esquema se invierte: el Estado se funda duraderamente en el miedo y debe, a toda costa, mantenerlo, pues extrae de él su función esencial y su legitimidad”.

La actual política de seguridad no aspira a impedir los actos terroristas, algo prácticamente imposible, “sino a establecer una nueva relación con los hombres, que es la de un control generalizado y sin límite”. Como la seguridad trabaja con el miedo, no se trata de impedir el terrori sino de administrarlo. “Se ve así a los países proseguir una política extranjera que alimenta el terrorismo que se debe combatir en el interior y mantener relaciones cordiales e incluso vender armas a Estados de los que se sabe que financian las organizaciones terroristas”.

Ante el paradigma de la seguridad caen la certeza judicial como criterio de verdad, por los informes policiales y los medios que dependen de la policía. La despolitización de los ciudadanos cierra el círculo del deslizamiento hacia un “Estado policíaco” que sería una de las características de los estados actuales. Algo que no deja de sorprender en Europa, que hasta hace poco tiempo se había mantenido al margen de las involuciones democráticas en curso.

UN AÑO FATÍDICO.

Según el LEAP, en Europa “las tendencias progresistas y reaccionarias estuvieron equilibradas hasta setiembre”, pero luego de la oleada inmigratoria y los atentados en París se produjo un brusco giro a la derecha. El miedo es el sentimiento dominante, que está empujando a buena parte de la sociedad hacia posiciones extremas, como lo muestran los resultados del Frente Nacional en Francia y el triunfo en Polonia de “un dinosaurio del mundo de ayer”, en referencia a la victoria del partido ultra conservador Ley y Justicia, que llevó a la presidencia a Andrzej Duda.

La reforma para quitarle poderes al Tribunal Constitucional levantó una oleada de preocupaciones en Bruselas que pidió “respeto al estado de derecho”, ya que las medidas adoptadas afectan la independencia de los jueces. El presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz, mostró su preocupación por la situación que vive Polonia con declaraciones en las que dijo que la llegada al gobierno de Ley y Justicia “tiene carácter de golpe de Estado” (Deutsche Welle, 23 de diciembre de 2015).

No es el único caso que muestra los desvaríos europeos. Meses atrás militares británicos dijeron que “un gobierno de Jeremy Corbyn podría enfrentar un motín del Ejército si intenta rebajarlos”, en referencia a su propuesta de retirarse de la OTAN o reducir las fuerzas armadas (The Independent, 20 de setiembre de 2015). “Habría renuncias masivas en todos los niveles y se enfrentaría a la perspectiva muy real de un evento que sería efectivamente un motín”, acotó un oficial de alta graduación. En tanto, el primer ministro francés, el socialista Manuel Valls, pronosticó “una guerra civil” en caso de que el Frente Nacional ganara las elecciones (The Telegraph, 11 de diciembre de 2015).

Ni qué hablar de las permanentes amenazas a las propuestas de independencia para Cataluña por parte del rey y la amenaza de utilizar a las fuerzas armadas si se convocara un referendo. El LEAP asegura que “una especie de colusión entre los sectores público y privado está teniendo lugar amenazando las libertades civiles, con el consentimiento de las poblaciones cada vez más aterrorizadas”.

El punto de inflexión fue 2013. Fue el año del golpe de Estado contra el gobierno de Ucrania, cuando la Unión Europea aceptó que grupos armados en la plaza Euromaidan –con evidente apoyo de los Estados Unidos- mataran decenas de civiles y policías hasta forzar la caída del presidente electo Víktor Yanukóvich. Bruselas participó de la conspiración urdida por Washington, con la excusa que los ucranianos querían ingresar a la Unión Europea, cuando en realidad se trataba de instalar un régimen anti ruso en las fronteras de Rusia.

La ofensiva de los neoconservadores estadounidenses contra el presidente Vladimir Putin, así como contra el sirio Bachar al Asad, es en los hechos una apuesta para revertir militarmente su decadencia, bloquear la Ruta de la Seda comercial entre China y Europa y reordenar el mapa de Medio Oriente a favor de Israel. En todo caso, una actitud que Bruselas no hubiera tolerado en otros países.

La fuerza de las armas sólo puede ser contenida, y eventualmente enfrentada, por potencias que tengan una visión clara del mundo, por gobiernos que cuenten con respaldo ciudadano y tengan la decisión para afrontar los conflictos. Por el momento, sólo Rusia, China, Irán, y parcialmente la India, parecen estar a la altura de los desafíos lanzados.

TIEMPOS OSCUROS.

Hasta 2013 el gobierno ruso “mostraba un deseo de europeización”, con apertura en derechos humanos y la organización de competiciones deportivas, jugando un papel moderado en la crisis siria. “Putin estaba jugando con las reglas europeas, con el deseo de ser reconocido como un igual”, pero “la forma en que él y su país fueron tratados en 2014, lo obligaron a inclinarse hacia China, relegar sus esfuerzos en el campo de los derechos humanos, desarrollar el mayor desprecio por los europeos…y ahora que coincidimos con su punto de vista, Europa tiene que jugar con sus reglas” (Geab N° 100, diciembre 2015).

Una parte sustancial de los males que padece Europa, tanto la demencial política de buscar un cambio de régimen en Rusia como el empeño en derribar gobiernos en Medio Oriente que ha provocado la oleada de refugiados, se habrían evitado si Bruselas hubiera puesto límites a las políticas agresivas de Washington. Incluso los destrozos del Estado Islámico. serían considerablemente menores si Europa le hubiera dicho a la cara a la Casa Blanca que no jugara con fuego. Para eso hubieran sido necesarios liderazgos sólidos, capaces de enfrentar tormentas como las que desató Estados Unidos contra el euro, primero, las economías europeas luego, y poco después contra Rusia.

Frente a Turquía, se repiten los rasgos de irresolución y debilidad endémicos, tolerando groseras violaciones de los derechos humanos. No es, empero, una historia nueva. El ascenso del nazismo que Bertold Brecht inmortalizara en su obra “La resistible ascensión de Arturo Ui”, enseña que los errores del pasado vuelven a cometerse toda vez que domina una dirigencia “pusilánime e irresoluta”, como destaca el think tank francés, que concluye con una afirmación tremenda: “En cualquier caso, la democracia no está en el programa de Francia en los próximos años”. No lo dicen un puñado de anarkopunks sino uno de los más serios centros de pensamiento europeos.

Sólo cabría agregar dos cuestiones. Una, que el descarrilamiento de las democracias parece ser el camino que seguirá toda Europa, cuyos dirigentes están cada vez más distanciados de los ciudadanos, como lo puso en evidencia el referendo griego y las presiones sobre el gobierno de Syriza.

La segunda, es que tratándose del islam y de los inmigrantes, ni Francia ni Europa se caracterizaron nunca por un comportamiento democrático ni humanitario. Tal vez sea conveniente echar un vistazo al pasado inmediato –no ya a la masacre de argelinos en París, en octubre de 1961- sino a lo sucedido en Argelia cuando el moderado FIS (Frente Islámico de Salvación) ganó democráticamente las elecciones municipales de 1990 con el 64 por ciento de los votos. En 1991, para evitar que ganaar en la segunda vuelta, se dio un golpe con apoyo de Paris, por el que se instaló el estado de excepción (voilá!) y se anuló el proceso electoral. El país de las Luces alentó la guerra civil que sobrevino y supuso una degollina en la que murieron 200 mil argelinos.

Tres años atrás el Frente Nacional abrió su oficina en la Escuela Nacional de Administración (ENA) de París, “que forma en los últimos 143 años las elites políticas francesas, desde los ministros hasta los presidentes de todas las tendencias políticas” (Le Point, 27 de agosto de 2015). Es evidente que las ideas que defiende el Frente Nacional no sólo no van a evaporarse, sino que tienden a arraigarse en uno de los estados más fuertes e influyentes de Europa. ¿Habrá que tocar fondo, como sucedió en setiembre de 1938 con los Acuerdos de Munich, para que comience una reacción de abajo arriba?

http://brecha.com.uy/un-continente-a-la-deriva/



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miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ucránea.


Rebelion. Ucrania bajo la injerencia del FMI se hunde en la recesión
Portada :: Europa
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 30-12-2015

Ucrania bajo la injerencia del FMI se hunde en la recesión

CADTM

Traducido del francés para Rebelión por Susana merino


Qué importancia tiene que las políticas del FMI difundidas por todo el planeta provoquen caos social, como ha sucedido en Grecia y en otras partes, el objetivo es siempre el mismo: el fortalecimiento del capital a costa de los bienes y de los servicios públicos. La tan temida institución por haberse comprometido tan profundamente con la ola de las desastrosas privatizaciones llevadas a cabo en Europa del Este a partir de la transición post comunista a principios de los años 90 prosigue su ruta en Ucrania. Desde comienzos de la crisis en noviembre de 2008 Ucrania ha venido figurando entre los primeros países europeos que han caído en las redes del FMI, luego les tocó a Islandia, Georgia y Hungría.

Tras de un poderoso movimiento insurreccional que terminó con la destitución del presidente ucraniano Viktor Ianoukovytch, el nuevo gobierno transitorio establecido el 27 de febrero de 2014 ofreció al FMI la oportunidad de imponerle al pueblo ucraniano una violenta cura de austeridad. Sin esperar siquiera a las elecciones, unas opacas negociaciones con este gobierno no elegido concluyeron con la adopción de políticas ultraliberales a cambio de un préstamo del FMI. Aunque fue rechazado en una primera instancia por los diputados del Parlamento el 27 de marzo, este impopular programa exigido por el FMI se aprobó finalmente luego de febriles negociaciones. (1)

Para el actual ministro Arseni Iatseniouk no existiría ninguna alternativa a los diktats del FMI. Ya en octubre de 1998, cuando era presidente del Parlamento, Iatseniouk declaraba en relación al programa del organismo internacional con sede en Washington: “No tenemos elección. No es una cuestión política, es una cuestión vital para la actividad del país”. (2) Cinco años y medio más tarde, en marzo de 2014, Arseni Iatseniouk, convertido en primer ministro del gobierno transitorio, afirmaba respecto a un inminente programa de austeridad del FMI: “El gobierno responderá a todas las condiciones que establezca el FMI porque no tenemos otra opción”. (3) Con el nuevo gobierno del oligarca y millonario Petro Porochenko, investido presidente de Ucrania en junio de 2014 con el compromiso de poner fin a la guerra en tres meses, pocos cambios pueden esperarse puesto que mantiene a Arseni Iatseniouk como primer ministro. Ucrania prosigue su camino sobre el monorraíl liberal de las políticas de austeridad dictadas por el FMI. Cualquiera que fuere el precio a pagar, ninguna otra opción es válida de acuerdo con el poder establecido. Reina el famoso dogma de Margaret Thatcher “There is no Alternative” (TINA) [No hay alternativa].

Sin embargo, todos los indicadores económicos del país bajo el yugo de la institución financiera viran al rojo. El Producto Interior Bruto (PBI) acusó una caída del 6,8% en 2014 (pasó de 180.000 millones de dólares en 2013 a 130.000 millones en 2014). (4) En 2015 el PBI por habitante se equipara al de Sudán, cerca de 2100 dólares (¡!). En 2014 el país ha visto reducidas sus reservas en divisas a menos de la mitad (-63 %) (5) (por primera vez desde hace diez años han bajado del umbral de 10.000 millones de dólares) con el objeto de mantener la moneda nacional, el grivna, que ha caído fuertemente frente al dólar, y financiar ocho meses de campaña contra los rebeldes prorrusos en el este industrial del país, lo que ha causado más de 8.000 muertos en 18 meses.

La deuda pública del Estado se ha más que duplicado en menos de dos años y has pasado de 480.000 millones de grivnas el 31 de diciembre de 2013 a 1.185.000 millones el 30 de abril de 2015, es decir, una progresión de aproximadamente 19.000 a 47.500 millones de euros a la tasa de cambio de principios de noviembre de 2015. Todo indica que se superará el pronóstico de Banco Nacional que prevé que la deuda soberana llegue al 89 % del PBI a fines de 2015. Los impuestos sobre las empresas se han reducido, mientras que los de las personas físicas se han aumentado. Según el FMI, 9 de los mayores 15 bancos tienen necesidad de ser recapitalizados (6), lo que indica que el FMI abogará por socializar la deuda privada de los bancos con el dinero fresco de los contribuyentes. Receta bien conocida por muchos otros pueblos europeos que, muy conscientes de que eso se hace a su costa, están ya agobiados por esas severas políticas de austeridad.

La injerencia del FMI

Recordando aún la decisión del gobierno de aumentar los salarios en 2009, lo que había llevado al FMI a suspender sus aportes, la institución ejerce un minucioso control de los gastos del Estado. (7) El presupuesto, cuya aprobación a fines de 2014 constituía una de las condiciones impuestas por el FMI para otorgarle el siguiente tramo de su ayuda, fue aprobado con urgencia por el Parlamento ucraniano el 29 de diciembre de 2014. Este presupuesto multiplican casi por cinco las asignaciones a Defensa y Seguridad, alrededor de 100.000 millones de grivnas (3.800 millones de euros), es decir, un 5 % del PIB y un 14,3 % de los gastos para 2015. ”Un nivel sin precedentes”, según el primer ministro Arseni Iatseniouk. (8) Mientras que al mismo tiempo los presupuestos para gastos sociales o los de Ciencia y Educación sufren severos recortes, el presupuesto de Seguridad incluye la construcción en tres años de un muro de casi 2.000 kilómetros jalonado de puestos de vigilancia en la frontera ruso-ucraniana que costará a Ucrania alrededor de 4.000 millones de grivnas (200 millones de dólares).

De acuerdo con los deseos del FMI y con las privatizaciones como telón de fondo, el gobierno multiplicó por tres las tarifas del gas y por seis la de la calefacción para la población a partir de abril de 2015. Las tarifas del agua caliente y de la electricidad se han duplicado. (9) La carta de intenciones dirigida al FMI por el gobierno ucraniano el 21 de julio de 2015, destinada a satisfacer las exigencias de la institución, menciona un aumento de los precios del gas del 285% (¡!) (10)

Una reestructuración que permite la continuidad de la esclavitud de la deuda

Luego de cinco meses de negociaciones los principales acreedores privados de Ucrania (PIMCO, Blackrock, Fidelity, Stone Harbor…) agrupados en un comité dirigido por el fondo de inversiones Franklin Templeton, lograron un acuerdo con Kiev para la reestructuración de su deuda. El acuerdo logrado a fines de agosto de 2015 prevé una reducción del 20% de la deuda del sector privado (que llega a los 18.000 millones de dólares), es decir, de alrededor de 3.600 millones de dólares, y una prolongación de cuatro años del plazo de reembolso de 11.500 millones de dólares. (11) Franklin Templeton, acreedor de alrededor de 6.500 millones (un tercio de las euroobligaciones ucranianas) firmó un contrato con el fondo de inversiones Blackstone para aconsejar a este grupo de acreedores privados durante las negociaciones de reestructuración de la deuda con Kiev. Blackstone, responsable en España de especulaciones inmobiliarias y de desahucios por falta de pago, es bien conocido en Grecia puesto que allí fue el consejero de los acreedores privados en 2012. Por lo tanto, difunde sus consejos a los mismos acreedores privados frente a otros países deudores como Ucrania. Por otra parte, Ucrania (como Grecia hace algunos años) estaba representada por el banco Lazard cuando negoció su deuda. (12). Dicho de otro modo, Ucrania se encuentra atrapada por los mismos actores ávidos de ganancias que sumieron a Grecia en una crisis sin precedentes: por un lado Lazard, que aconsejó (sin duda muy mal) a Grecia, y por el otro el fondo de inversiones Blackstone, que tan bien representó a los acreedores en Grecia. ¿Se contrata a los mismos y se vuelve a empezar?

Los parámetros anunciados en el acuerdo van ayudar a restablecer la viabilidad de la deuda y junto con los esfuerzos de las reformas emprendidas por las autoridades, permitirán alcanzar sustancialmente los objetivos establecidos en el programa apoyado por el FMI” , señalaba a fines de agosto la señora Lagarde. directora general del FMI. En otro comunicado el secretario del Tesoro estadounidense Jack Lew se felicitaba por el acuerdo “que va ayudar a mejorar las finanzas públicas ucranianas y va a proporcionar a las autoridades un margen de maniobra que le permita ejecutar su ambicioso programa de reformas […] apoyado de todo corazón por los EEUU”. No se puede ser más claro respecto a la voluntad afirmada del FMI y de su mayor accionista, los EEUU: la reducción de la deuda, ridícula en relación a los nuevos créditos comprometidos, solo sirve para permitir la continuidad de los reembolsos con sus intereses y la aplicación de políticas capitalistas. Si los oligarcas están bien, el pueblo ucraniano no ha salido de la crisis.

Por otra parte, Rusia le exige el reembolso de 3.000 millones de dólares (por el primer tramo girado en diciembre de 2013 sobre un acuerdo de préstamo de 15.000 millones de dólares de Putin al ex presidente Yanoukovich) que vencía el 20 de diciembre de 2015. Pero a Rusia, que no tiene derecho a veto en el FMI (solo dispone del 2,39 % de los votos en el organismo), le va a resultar difícil hacerse escuchar en este tema de las euroobligaciones que están sometidas a la ley británica. Por otra parte, el régimen de Putin, que en un primer momento rechazó participar en la reestructuración de la deuda privada llevada a cabo por Franklin Templeton y que finalmente logró Kiev, propone el reescalonamiento de los reembolsos mediante tramos de mil millones durante los próximos tres años a parir de 2016, mientras que el FMI proponía obtener el pago total en un año.

Una nueva misión del FMI comenzó a trabajar en Kiev el 12 de noviembre con el objeto de reiniciar los debates y evaluar el avance de las contrarreformas dictadas por el Fondo para otorgarle un nuevo tramo de créditos a Kiev. El tercer y cuarto tramo del crédito de un préstamo de 17.5000 millones de dólares del FMI, cada uno de 1.700 millones, había quedado en suspenso a la espera de las elecciones regionales del 25 de octubre de 2015. Por otra parte, el FMI desea modificar urgentemente sus propias reglas con el objeto de poder continuar con su plan de ayuda a Ucrania aunque Kiev no reembolse la deuda que tiene con Moscú. En efecto, según sus propios estatutos la institución no está autorizada a realizar préstamos a un país miembro si este incumple con su deuda. El FMI, controlado desde sus comienzos por los EEUU, exige una liberalización desenfrenada de Ucrania, aunque esta se parezca más a un auténtico descenso a los infiernos.

Como reclamaban los participantes en el seminario internacional “¿Crisis económica o crisis del neoliberalismo?” realizado en la Universidad Politécnica de Kiev el 7 de noviembre de 2015 con la participación del CADTM, ya es más que tiempo de iniciar una iniciativa de auditoría ciudadana sobre la deuda ucraniana y de emprender la lucha para poner fin al pago de una deuda ampliamente ilegítima, ilegal, odiosa e insostenible.


Notas:

|1| «Ukraine: le FMI passe en force au Parlement», Jérôme Duval, 2 de junio de 2014. http://cadtm.org/Ukraine-le-FMI-passe-en-force-au

|2| «We have no choice. It is not a political issue, it is an issue of the country’s vital activity» Yatsenyuk : Parliament will adopt unpopular conditions in exchange for IMF aid, oct. 27, 2008. http://www.kyivpost.com/content/ukr...

|3| «The government will meet all the conditions set by the IMF, because we have no other choice», Yatsenyuk said during a meeting with members of the European Business Association (EBA). “Ukraine vows to meet IMF loan conditions”, Xinhua, 3 de marzo de 2014, http://www.china.org.cn/world/Off_t...

|4| Ver: http://data.worldbank.org/country/ukraine et http://data.lesechos.fr/pays-indicateur/ukraine/pib.html

|5| Reuters, 12 de enero de 2015, «Foreign currency reserves in Ukraine plunge 63 percent in 2014», http://www.reuters.com/article/2015/01/12/ukraine-crisis-currency-reserves-idUSL6N0UR2N720150112#8IJOdpykVMOWVTIR.97

|6| Letter of Intent, FMI, 27 de enero de 2015, http://www.imf.org/external/np/loi/2015/ukr/022715.pdf

|7| «Le FMI activement présent en Ukraine depuis 1994 ne veut pas entendre parler de hausse de salaire», Jérôme Duval, 5 de abril de 2014, http://cadtm.org/Le-FMI-activement-present-en

|8| «L’Ukraine mise sur l’austérité mais quintuple son budget militaire», Por latribune.fr (avec AFP) | 29/12/2014, http://www.latribune.fr/actualites/economie/international/20141229trib097e0e8db/l-ukraine-mise-sur-l-austerite-mais-quintuple-son-budget-militaire.html

|9| Emmanuel Grynszpan, «Moscou, Kiev se débat avec sa dette et ses oligarques», Le Temps, 11 de abril de 2015.

|10| Letter of Intent, Memorandum of Economic and Financial Policies, and Technical Memorandum of Understanding, 21 de julio de 2015, https://www.imf.org/external/np/loi/2015/ukr/072115.pdf

|11| «L’Ukraine «a surpris le monde», selon la directrice du FMI», 07 de septiembre de 2015, RTBF, http://www.rtbf.be/info/economie/detail_l-ukraine-a-surpris-le-monde-selon-la-directrice-du-fmi?id=9072957


Fuente: http://cadtm.org/L-Ukraine-sous-ingerence-du-FMI



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lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Suiza se prepara para una revolución financiera?

¿Suiza se prepara para una revolución financiera?

(MB) La paz y el territorio


Rebelion. La paz y el territorio
Portada :: Colombia
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 28-12-2015

Una mirada desde el Tolima, la tierra donde nació el escritor y donde comenzó el conflicto
La paz y el territorio

El Espectador


Pareciera que por primera vez en cincuenta años la dirigencia colombiana ha tomado la decisión de enfrentar uno de los grandes males de la nación, de superar políticamente por lo menos la maldición de una guerra que se fue convirtiendo para el país en una fuente múltiple de degradación social y moral.

Estoy seguro de que no lo hace porque le preocupe mucho la sociedad, a la que mantuvo siempre en la marginalidad, en la pobreza, en la falta de oportunidades durante décadas, sino tal vez porque ha advertido que de esta decisión dependía su propia supervivencia como casta.

En estos momentos es urgente que se abran camino los acuerdos de La Habana, que se firme el armisticio entre los ejércitos, que se denla desmovilización, la dejación de las armas, la reinserción y la implementación de los acuerdos a que han ido llegando las partes en la mesa de diálogo. Pero yo creo que lo que se abre camino con ello es una oportunidad mayor para la sociedad.

Durante demasiado tiempo la insurgencia ha sido el pretexto del establecimiento colombiano para cerrar el camino a toda crítica y a toda iniciativa social, con el argumento de que se está atentando contra las instituciones, y para demorar la modernización y la democratización del país. La precariedad de nuestra democracia nunca ha podido ser superada, porque sobre toda movilización, sobre todo ejercicio crítico ciudadano y sobre toda lucha social se han proyectado durante mucho tiempo las sombras de la suspicacia, la sospecha de la rebelión.

Colombia ha aplazado durante demasiado tiempo su proyecto democrático. Un sistema electoral podrido de clientelismo, un estado inmovilista que se reelige, una ciudadanía confinada en la pasividad, el acomodamiento, la indiferencia o el rebusque, y a menudo forzada a la ilegalidad, un centralismo ciego a la riqueza y a la diversidad del territorio, que dispone de los recursos contra todo equilibrio y contra toda racionalidad, una postración histórica de la agricultura, un colapso del proyecto industrial, un abandono del mercado interno, un sometimiento grotesco a los intereses del mercado mundial sin tratar de salvar ninguna originalidad, ninguna especificidad del territorio, un dar bandazos entre la economía extractiva y la economía mafiosa, al compás de los imperativos de las grandes multinacionales legales e ilegales, y en el fondo el omnipresente espectro de todas las violencias, todo eso revela la larga falta de una ciudadanía vigorosa, comprometida y democrática que haga valer sus derechos y que exija su lugar en el escenario de la historia.

Lo que tenemos ante nuestros ojos no es un desafío para lo que suele llamarse las fuerzas de oposición, es un desafío para toda la sociedad. Colombia está necesitando ciudadanos, empresarios, profesionales, trabajadores, científicos, técnicos, artistas, intelectuales, maestros, que se unan en un proyecto de reinvención del país, de relectura de su naturaleza, de definición de sus oportunidades, de reconstrucción de su memoria, de renovación de su tejido social. Colombia está necesitando descubrirse a sí misma como proyecto histórico, como diálogo nacional, como fuerza social y como interlocutor de la modernidad.

Es demasiado evidente que la dirigencia política es muy inferior en este momento a los desafíos que vive nuestra nación, a las exigencias que formula nuestro territorio y a las dinámicas que impone la realidad contemporánea. El mayor aporte, y acaso el único, que puede hacer hoy la dirigencia tradicional al país, es el de normalizar el ejercicio de la política y tratar con respeto la marejada de exigencias y de iniciativas que irremediablemente se va a desatar con el final de la guerra y con la desaparición en el horizonte del conflicto armado como límite de la vida social.

Lo que van a tener que comprender los que están adelantando los diálogos de paz es que con la destitución de la guerra como principal escenario de la política, todos los que han hecho de la violencia y de la exclusión su instrumento para eternizarse en el poder nacional y local, lo mismo los partidos tradicionales, las guerrillas, los paramilitares y el crimen organizado, van a tener que aceptar otra dinámica social, la irrupción de la comunidad como dueña de las iniciativas y como generadora de las políticas.

Lo que quiero afirmar ahora es que los colombianos vamos a vivir los acontecimientos inminentes con una gran libertad. Yo diría que lo que muere no es una guerra, es una época, una manera de entender el país y de manejarlo. Y por eso tal vez los resultados irán mucho más lejos de lo que se proponen los bandos en conflicto. Todos hemos ido viendo que una de las consecuencias no buscadas de este proceso de paz es que la sociedad ha ido perdiendo el miedo, un miedo que nos atenazó durante décadas, y ahora todo el mundo necesita decir su verdad y las comunidades se están empezando a asumir como dueñas de una dignidad que siempre se les negó.

Cuando el jefe guerrillero Pastor Alape acudió a Bojayá para pedir perdón a la comunidad por la espantosa masacre de hace unos años, tal vez lo más conmovedor fue la dignidad de la gente que lo escuchaba. Su silencio, su seriedad, su evidente dolor, la sensación profunda de que las comunidades en Colombia están aprendiendo que en ellas reposa la dignidad de la nación. No es algo que se vaya a lograr por decreto, no es algo que ya exista en todas partes, pero de la manera como vivamos este proceso de paz va a depender si se alza en este territorio una nueva Colombia o si las comunidades van a seguir siendo ninguneadas por los políticos, por los negociantes y por los guerreros. En esa medida, el primer deber de las comunidades es arrojar una mirada sobre el mundo en que viven y asumir la responsabilidad de ese mundo.

Yo suelo preguntarme qué es lo que falta en La Habana y creo que es lo que tenemos que preguntarnos todos los colombianos. ¿Podremos tener una respuesta desde el Tolima a esa pregunta? Yo estoy seguro de que sí. Por muchas razones. La primera, porque no hay que olvidar que esta guerra comenzó aquí. Esta guerra de medio siglo nació de la vieja violencia de los años cincuenta y del modo como un Estado que nunca supo hacer presencia en el territorio respondió con desmesura militar a los reclamos de unos campesinos ya maltratados por la guerra anterior.

No ignoramos que los territorios donde se inició el conflicto eran ya territorios de viejos conflictos indígenas, recuerdo de antiguas injusticias e intolerancias.

Si el Estado hubiera tenido a tiempo presencia en esos municipios del sur del Tolima, si el Estado hubiera representado en aquellos tiempos algo más que la soberbia de unos funcionarios ante la fragilidad de los colonos y de los campesinos, ante la indignación de los indios, otro gallo habría cantado.

Pero allá estaba el canapé republicano, en su altiplano, tronando contra las repúblicas independientes, y no le daba vergüenza llamar repúblicas independientes a unos campesinos que piden obras públicas, carreteras y puestos de salud. Lo asombroso, lo digo sin dudas, es que esos campesinos se hayan alzado hasta convertirse en un ejército de miles de hombres. La misma historia de Michael Kohlhaas, el rebelde alemán, que nos relató el poeta romántico Heinrich von Kleist, la historia de una indignación y de un resentimiento que, justificados al comienzo por la desmesura de las ofensas, crece sobre un territorio hasta convertirse en una furia criminal y un incendio implacable.

El Estado colombiano obró mal: los campesinos tolimenses y de la zona cafetera de los años cuarenta y de los años cincuenta habían sido muy cruelmente maltratados por el poder. Aquí había habido demasiado sufrimiento, demasiada crueldad, y también demasiada irresponsabilidad de los políticos, demasiada codicia de los dueños de la tierra, demasiado desprecio de los poderosos, demasiada insensibilidad de las instituciones, para que fuera justo responder a la rebelión con bombas y no con soluciones.

Yo viví la violencia de los años cincuenta, yo estaba en Padua, y en Fresno, y en el Líbano, cuando pasaban los chusmeros en la niebla con sus rifles y sus cananas. Yo sé que al comienzo no eran tan monstruosos como al final, porque no encontraron nunca comprensión, ni ayuda, ni corrección, sino poderes que le añadían horror al horror, que apagaban el fuego con gasolina.

Aquí, en el norte, hubo una Reforma Agraria en el siglo XIX. El gran historiador Hermes Tovar, tal vez el más importante que tiene hoy Colombia, y que es de aquí, de Cajamarca, nos ha enseñado en su importante libro Que nos tengan en cuenta que aquí hubo por un tiempo un Estado responsable en el siglo XIX; que aquí, inspirado todavía por ciertos raudales de la Colonia Ilustrada, que habían repartido tierras entre los antioqueños desde el siglo XVIII, el gobierno distribuyó predios entre los campesinos en toda la región del viejo Caldas, esas selvas que habían quedado abandonadas desde la Conquista, y que esa sana política alcanzó incluso una importante región de la cordillera en el norte del Tolima.

Yo soy beneficiario de esa vieja Reforma Agraria de finales del siglo XIX. Si he crecido con la conciencia de tener un lugar en el mundo, si crecí en el amor de unas montañas, de unos pueblos, en la veneración de las cenizas de unos bisabuelos, en el respeto por las costumbres de una comunidad y en los principios básicos de la civilización, es porque esas concesiones Aránzazu y Villegas y otras fueron repartidas entre colonos antioqueños que se volvieron caldenses y tolimenses, porque ese millón de hectáreas de tierras del Estado y de baldíos fueron entregados a los campesinos para ayudarles a vivir y para prevenir desórdenes sociales. Porque en algún lugar de la memoria tuvimos la certeza de tener una patria.

Es importante recordar que esos colonos no habían salido de Antioquia buscando sólo convertirse en agricultores: los arrastraba como a los viejos conquistadores la quimera del oro, y no exclusivamente del oro de las minas, sino del oro de las guacas, que revelaba la conciencia de que nuestro mundo moderno reposa sobre los misterios de un mundo antiguo. Llegaron buscando minas y buscando guacas, y a veces pagaban las tierras de los indios con el oro de los indios. Con oro de los indios pagó mi bisabuelo Benedicto las tierras de los indios.

Pero a todos esos colonos favorecidos por las tierras les ocurrió a fines del siglo XIX un milagro, que a través de ellos le ocurrió a Colombia entera. Les dio por sembrar una planta que se cultivaba en Santander y en las vegas de Cundinamarca, una planta venida de Abisinia, y descubrieron que las tierras de la cordillera central eran óptimas para ese cultivo. Cualquier enemigo de oficio de las reformas agrarias habría dicho que era una ociosidad repartirles tierras a los campesinos, que eso no era más que derrochar con holgazanes, pero de ese acto de generosidad oportuna y de política visionaria nació la zona cafetera, de esa experiencia generosa vivió Colombia por más de un siglo.

Qué elocuente ejemplo para demostrarles a los enemigos de las reformas sociales el poder político y el poder histórico que tienen a tiempo las soluciones generosas. Mientras los denunciadores de las repúblicas independientes, que exigían bombas y metralla contra la protesta campesina, y que siguen predicando lo mismo, llevaron a Colombia a un baño de sangre de proporciones bíblicas, una reforma agraria a tiempo no sólo produjo la economía más sólida del país, sino la más democráticamente repartida que hayamos tenido nunca.

En esas tierras de la zona cafetera se construyó un país a finales del siglo XIX, y allí mismo se destruyó un país a mediados del siglo XX. La riqueza del café no dejó de encender la codicia de unos y la irresponsabilidad de otros, y aún no acabamos de saber cómo fue que esa región de gente laboriosa, que sostuvo al país por un siglo, fue víctima de una violencia apocalíptica.

Hay muchas explicaciones, pero a mí la que más me duele es la sospecha de que en algún momento de ese baño de sangre de la zona cafetera los políticos hayan considerado que era conveniente para la economía nacional que los campesinos fueran arrojados a las ciudades, para que se diera la gran industrialización y modernización del país, aunque más de un pensador ya había demostrado que aquello era imposible en ese momento, por la falta de vocación industrial de nuestras dirigencias. Pero es que a ellas les gusta adherir a las modas del mundo, mostrarse dóciles y muy obsequiosas con sus socios internacionales, y esta región sí que ha visto de qué modo la sumisión de nuestras élites al mercado mundial ha significado sacrificio y ruina para muchos.

El Tolima tuvo la vocación de ser una gran despensa agraria, y no podía ser de otro modo, teniendo esas llanuras del Magdalena y esas tierras templadas de las cordilleras. Tuvo y tiene oro, y sus minas fueron muy importantes, pero sobre todo estaba llamado a ser una gran despensa agrícola. Antes de vivir del café, Colombia vivió por un tiempo de los tabacales de Ambalema, aunque también allí la prioridad era, como siempre, el mercado externo. Nuestro destino ha sido el de ser repúblicas mineras, repúblicas tabacaleras, repúblicas cafeteras, repúblicas ganaderas, repúblicas bananeras, repúblicas marihuaneras y repúblicas cocaleras, dependiendo de qué están consumiendo los grandes mercados.

Hubo una época en que intentamos tener industria, y el Tolima tuvo sus campos de algodón, y mostró ser un gran productor de arroz, y de sorgo, y de ajonjolí, y de maíz, y de papa, y de frutas, además del privilegio de haber sido la gran reserva pesquera fluvial del país. El Tolima comparte con su hermano el Huila el privilegio de ser los dos departamentos que tienen tierras sobre las dos vertientes del río Magdalena. En esa medida son territorios centrales y tienen la principal responsabilidad en la defensa del río.

De qué terrible cosa estoy hablando, tal vez de la más terrible que nos ocurre hoy.

Colombia es y debería ser sobre todo una potencia acuífera, porque a Colombia le fueron dados la mitad de los páramos de este planeta. Somos una gigantesca fábrica de agua: el Macizo Colombiano es el templo mayor de ese sistema, los nevados de la cordillera Central son parte fundamental de ese sistema, esta muralla prodigiosa que se alza al Occidente es nuestra responsabilidad, no sólo como sistema de tierras, de cultivos y de climas, sino como escenario vital del ciclo del agua en el territorio, pero el modo como el centralismo colombiano está tratando ese tesoro es verdaderamente alarmante.

Nos toca entender que la cordillera, los páramos, las cuencas, los cauces de agua, la llanura y el río no son cosas aisladas, sino partes inseparables de un solo fenómeno. Y por eso es tan triste que haya políticos e instituciones que piensen que se pueden tomar decisiones sobre el río que no consulten a los páramos y a las cuencas, decisiones sobre la cordillera que no consulten el río, decisiones sobre la economía que no consulten la ecología.

No parece alarmarnos que esa riqueza pesquera de siglos que llamábamos la subienda haya desaparecido en dos décadas de un modo tan dramático. Si fuera necesario mostrar algún ejemplo de un manejo apocalíptico de la naturaleza, podríamos mostrar la muerte de la subienda como signo del deterioro de un territorio y de la extenuación de unas reservas vitales. Pero la desaparición de la riqueza pesquera del río es apenas una expresión de algo más profundo, de la destrucción del río mismo.

Yo no sé si alguien ha visto el mohán, yo lo he visto. El mohán es el símbolo de todo lo que el río significa: no recursos hidráulicos, no recursos hidroeléctricos, no sólo recursos pesqueros, no sólo sistemas de riego, no sólo bosques madereros de las orillas, no sólo la vida de las especies vegetales y animales, las garzas y los cormoranes, los bagres y los capaces, no sólo los caimanes, que murieron antes que los peces, no sólo las canoas y las chalupas, las balsas y las piraguas, no sólo los pescadores y sus amadas y sus bohíos, no sólo las flautas y las guitarras y los tiples, también el aroma, también la belleza, la noche, la gratitud, el descanso, la esperanza, el amor de unos paisajes, los colores de una vegetación, el agua y el aire, los cuentos y las leyendas y los rezos y los maleficios, la conciencia de que hay algo sagrado en el mundo que no está en cada una de esas cosas, sino en la suma de todas ellas.

Que el río no es sólo un elemento de la economía y una fuerza de la naturaleza, sino que es un ser, la voz de una cultura, la memoria de un mundo, un camino lleno de historias, un cauce que no puede servir para separar sino para unir, y no sólo para unir las orillas, los territorios, sino el pasado con el futuro, y a la humanidad con el universo natural.

El mohán es para mí todo eso: la vida del río, el misterio del río, la magia del río, lo que no es simplemente útil en él, lo que no es solamente lucrativo en él, sino lo que conmueve el corazón, lo que educa la sensibilidad, lo que mueve a la celebración y a la gratitud. Yo llevo años diciéndoles a mis amigos que alguna vez tenemos que convocar a todos los músicos populares de Colombia para que en una noche de luna llena de extremo a extremo del país le demos una serenata al río Magdalena: una serenata que nos permita recordar que el río no es una cosa para utilizar sino un ser lleno de vida, de belleza y de memoria al que tenemos que proteger, porque protegerlo es proteger el territorio, es proteger a la humanidad que vive en sus orillas, es proteger a sus peces y a sus árboles, es proteger nuestra propia dignidad como habitantes de un mundo y como hijos de una cultura.

Pero ahora el río está en manos de los que sólo lo ven como fuente de energía eléctrica, como negocio y como autorruta. Una masa de agua envenenada que lleva su cromo y su mercurio, su cianuro y sus sedimentos, que recibe el principal o tal vez el único aporte que la capital de la República le hace al país, que es el veneno del río Bogotá, la contaminación más despiadada que una ciudad le brinde a un territorio.

Y es de todas estas cosas de las que tenemos que hablar con respecto al proceso de paz, porque la paz es hablar de todo esto, porque la paz es responder a todo eso, porque ya por fin en Colombia hemos descubierto que los problemas de nuestro país son los mismos problemas del mundo contemporáneo, que la agenda de Colombia ya coincide plenamente con la agenda del mundo, y en esa agenda las primeras tareas, dificilísimas pero inaplazables, son la defensa del agua, la defensa del entorno, la lucha contra el calentamiento global, la defensa de los bosques, de las cuencas, de los manantiales, y la defensa de la sacralidad amenazada a la que por ahora podemos darle el nombre de equilibrio, para que no les choque a los racionalistas.

Porque llevamos demasiado tiempo hablando de crecimiento, demasiado tiempo hablando de desarrollo, y cuanto más hablamos de crecimiento más acabamos con todo, y cuanto más hablamos de desarrollo más perdemos cosas esenciales, de modo que aprovecho que están apenas cerrando sus sesiones en París los encargados de decepcionarnos con la política mundial frente al calentamiento, para decir que la prioridad del equilibrio es la única que podría salvarnos, y que una región como el Tolima mucho hará si redefine sus proyectos, sus políticas y sus sueños en la defensa de lo que es esencial y en la formulación de un proyecto económico, social y político verdaderamente responsable, verdaderamente civilizado y verdaderamente democrático.

Yo tenía muchas más cosas de qué hablar, pero el problema es que me entusiasmo y el tiempo se acaba.

Tenía que hablar de la Expedición Botánica, que marcó desde muy temprano el rumbo de nuestras posibilidades de investigación y que fue a la vez una gran aventura científica y una gran aventura estética, una de las fuentes de nuestras artes.

Tenía que hablar de los caminos, porque el Tolima es una región de grandes caminos históricos: de la ruta de Mutis, de la ruta de Belalcázar, de la ruta de Humboldt, de la ruta de Bolívar, de la ruta continental de Melo; hablar del camino de la Morabia, de la ruta de Quintín Lame, del camino de bueyes entre Manizales y Mariquita, del cable aéreo, del tendido de los ferrocarriles, del frustrado ferrocarril entre Armenia e Ibagué que alcanzó a ser diseñado para pasar sobre la depresión de Calarcá, y que fue frustrado por la crisis del año 29, de la arquitectura, de la navegación por el Magdalena, de la casa de los ingleses de Ambalema y de la ciudadela inglesa de Mariquita, de las rutas de la colonización, de los caminos de la violencia, de las sendas de los guerrilleros, de las rutas de la cultura, de las regiones diversas, de la urgente necesidad de un diálogo científico, técnico y cultural entre los diferentes niveles del territorio, ese diálogo a cuya ausencia se debió la tragedia de Armero, entre la llanura, las tierras medias y las cumbres nevadas, entre los páramos y las cuencas, hablar del Tolima como departamento de culturas distintas, y hablar incluso de nuestra necesidad de ese mar que no tenemos, pero que es una de nuestras mayores nostalgias.

Porque no tenemos el mar, pero todo nos lleva hacia el mar, así como no tenemos la selva, pero todo nos habla de ella, así como estamos en el centro del país, pero eso nos obliga a anhelar y a añorar las orillas.

Y, finalmente, tenía que hablar de la música. Pero tal vez es de eso de lo que he estado hablando todo el tiempo, porque el río es música, porque el agua es música, porque los vientos son música, las maderas son música, el amor por la tierra es fuente de música y las violencias y los destierros han sido y son profundos manantiales de música.

Pero como apenas estamos comenzando a soñar con esta fiesta de la paz, y con sus desafíos, vamos a tener la oportunidad de volver sobre todos estos temas, y convertirlos en tareas, en fiesta y en el motivo de grandes viajes, grandes retornos, grandes encuentros, y de nuevas y hermosas amistades.

Fuente: http://www.elespectador.com/noticias/paz/paz-y-el-territorio-ii-articulo-606875



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sábado, 26 de diciembre de 2015

(MB) Estado de los fondos especulativos.


¿Un futuro crack en EEUU? ¿UN FUTURO CRACK EN EEUU? Credito: Web Diciembre 26 de 2015.-El diario Wall Street Journal del lunes 21 presentó un cuadro actualizado de la , en donde da primer los nombres de los fondos compensatorios que ya se hundieron, y luego pasa revista de la situación en que están algunas de las firmas más prominentes, que nominalmente siguen en el negocio, pero solo a condición de imponer un "pago diferido" (aquí no se utiliza el nombre de "moratoria") a sus clientes especuladores, que ya quieren liquidar sus papeles y salirse de ese corralito. En la primera categoría está LionEye Capital Management LLC que cerrará la próxima semana, y que hasta hace un año administraba un fondo de $1,500 millones de dólars; entre otros que van de salida se cuentan Fortress Investment Group y BlueCrest Capital Management. Enla categoría de los fondos que mantienen la pretensión de solvencia hay muchos ejemplos. El infame Carlyle Group LP, tiene un afiliado en esta posición, el fondo Claren Road Asset Management. Se espera que Claren tenga para el 1 de enero una suma de $1,250 millones bajo su gestión, mucho muy por debajo de los $8,500 millones que tenía hace 15 meses, antes de que sus clientes especuladores comenzaran a exigir su inversión en efectivo y sucedieran los retiros en masa durante todo el 2015. Sin embargo, como los operadores de Claren Road han impuesto una política de "pago diferido" de seis meses, el cierre de fin de año que se supone tienen en caja, de $1,250 millones, ni siquiera cubre los pagos diferidos pendientes del tercer y cuarto trimestre de 2015. Es la misma situación en la que se encuentran muchas otras casas de especulación de Wall Street, tanto las de grandes nombres como las que no las tienen. Mason Capital Management LLC, con sede en la Ciudad de Nueva York, tenía $8,300 millones para administrar a principios del 2015, y ahora dice que tiene $4,900 millones. Stone Lion Capital Partners LP suspendió recientemente el reembolso de sus créditos del fondo compensatorio, debido a que eran demasiados inversionistas los que querían su dinero a la vez. Una operación con sede en Los Angeles, llamada Red Mountain Capital Partners, que la había iniciado Goldman Sachs, se ha reestructurado de tal modo que ahora se tomará cinco años para pagar a sus inversionistas que pidieron el reembolso en 2015. ¡Los muy vagabundos están en quiebra! Muchos de los retiros y liquidaciones que han ocurrido, además de que muestran la estampida de especuladores que quieren salirse del juego, obedecen a un intento de cumplir contratos y conseguir liquidez para cumplir los requisitos de reservas, pero todo lo que muestra en conjunto es que el sistema se acabo.

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África y los mass media.


Rebelion. Los hilos mediáticos del África al sur del Sáhara
Portada :: Mentiras y medios
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 26-12-2015

Los hilos mediáticos del África al sur del Sáhara



Quién controla a los medios de comunicación es una cuestión que pasa desapercibida. Y no es casual. La respuesta atenta directamente contra las estructuras de poder que están reforzadas por los agentes publicitarios que, a su vez, sostienen las radios, televisiones, periódicos y el propio internet. La apariencia de un abanico amplio de opciones para informarnos nubla una realidad que ataca directamente a la democratización de los contenidos y al ejercicio de la propia profesión que desde hace tiempo ha sustituido sin ningún escrúpulo la máxima de informar por la de vender. Antes, esta variable estaba de alguna forma encubierta, pero el capitalismo monopolista no tiene espacio para distracciones.

El ecosistema actual de medios del continente africano es vibrante. En algunas ciudades donde hace apenas una década (antes de la ola de liberalizaciones de los años noventa) había aproximadamente tres o cuatro periódicos y una radio (la del gobierno), hoy cientos de empresas compiten por hacerse un hueco. La población consumidora africana está más conectada por la accesibilidad de teléfonos móvil desde los que llamar, chatear, tuitear o incluso pagar. Aunque el acceso sea asimétrico.

Dos ejemplos: actualmente hay unos doscientos periódicos en la República Democrática del Congo (RDC). Algo parecido sucede en Nairobi, capital de Kenia, en la que cientos de personas dedicadas a la venta ambulante moldean el paisaje urbano con periódicos bajo el brazo en varias lenguas: inglés, suajili, kikuyo, luo o árabe. Al mismo tiempo, el continente ha visto cómo hombres (sobre todo, hombres) lideran grandes conglomerados mediáticos que controlan la mayor parte del contenido que se genera. Algunos de estos ejemplos serían el sudafricano Koos Bekker, el tanzano Reginald Mengi o el nigeriano Raymond Dokpesi.

Una relación complicada: África y los medios

La prensa, tal y como la conocemos en Occidente, surgió en el continente africano de la mano del colonialismo. En parte como soporte para mantener informadas a las pequeñas élites económicas de las colonias y ofrecer un espacio donde anunciarse; en parte como un mecanismo más, utilizado por las metrópolis, para “educar” en los valores occidentales. Sobre todo, el desarrollo del cine colonial y misionero en las décadas de los 20, 30 y 40 presentan un claro ejemplo de cómo la colonización utilizó las herramientas comunicativas para respaldar su misión “civilizadora”.

La noción de la construcción del Estado en África ha estado ligada a los medios desde su inicio y se produjo en diferentes niveles. En primer lugar, a raíz de las independencias en la década de los años 60, el pensamiento político africano empezó a preocuparse por la construcción de los Estados-nación y la consolidación del poder político. Su manifestación abierta fue la nacionalización de los medios de comunicación (prácticamente en un 80 por ciento eran propiedad de las élites coloniales), convirtiéndolos, de hecho, en portavoces de los nuevos Estados. En esta primera fase, los medios de comunicación fueron vistos como instrumentos para forjar y mantener una identidad nacional unificada y soñada.

En consonancia con este énfasis histórico sobre la construcción nacional, varios presidentes africanos vieron en los medios de comunicación posibles vehículos para sus ideologías políticas de la unidad nacional.

Por ejemplo, el presidente Jomo Kenyatta (Kenia) instaba a la prensa a que “buscase la unión, en lugar del aislamiento”. De esta manera, en función de las ideologías, el relato varió según el país: podemos encontrar el discurso de la “Personalidad africana” en la Ghana del presidente Kwame Nkrumah; el movimiento de la “Negritud” en el Senegal de Leopold Senghor; la unidad nacional o “Harambee” en Kenia; el “Ujamaa” (o unión) en Tanzania, de la mano del padre del socialismo africano, Julius Nyerere; la narrativa del “Humanismo” en Zambia, respaldada por su primer presidente Kenneth Kaunda; o el “Chimurenga” (lucha revolucionaria) en el Zimbabue de Robert Mugabe.

En segundo lugar, en el plano internacional, las ideologías postcolonialistas de construcción de la nación debían coincidir con las convocatorias de un Nuevo Orden de la Información y la Comunicación (NOMIC). Curiosamente, en 1985, Edward W. Said, en su reconsideración del orientalismo[1], se refería al debate sobre el NOMIC en términos de la producción irregular de los conocimientos y de los medios de comunicación para protegerse contra el nativismo, la intervención divina, el regionalismo, y las cortinas de humo ideológicas.

En tercer lugar, en la era de la globalización actual, las preocupaciones de los medios africanos se centran en cómo el Estado postcolonial puede volver a legitimarse ante los ojos de la gente. ¿Por qué? Pues porque la globalización desafía la noción del Estado-nación como unidad geográficamente acotada, haciéndola permeable a las influencias globales de la liberalización económica, la privatización, la comercialización y la internacionalización.

En esta nueva configuración, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, y una serie de organizaciones internacionales determinan y dictan la política fundamental. Son, en muchos aspectos, las nuevas administraciones coloniales. Y en este caso, los medios de comunicación se convierten en un peón en la política del poder, siendo desplegados al servicio de las élites estatales y tratando de conquistar los corazones y las mentes de la ciudadanía.

Algunos de los problemas más críticos y difíciles que impiden el desarrollo de los medios, ya sean heredados del pasado o de los marcos políticos actuales, son de carácter económico. Kenia, Nigeria y Sudáfrica se encuentran entre los pocos ejemplos de entornos en los que las grandes empresas de negocio están detrás de las empresas mediáticas.

Es importante observar también que el nuevo ecosistema político/legal ha favorecido la entrada de medios de comunicación extranjeros. Pero de alguna forma no son nuevos. Muchos de los medios dominantes disponibles y accesibles para las grandes audiencias africanas tienen vínculos accionariales con las antiguas metrópolis y, cuando no, la voz de sus principales agencias son referencia obligada para seguir la actualidad: la BBC (Inglaterra), Radio France International(Francia), Voice of America (Estados Unidos) o la Deutsche Welle (Alemania).Paula Cabildo.

Países enmarcados dentro de las economías más pujantes del mundo también tienen un protagonismo cada vez más considerable en África, como muestran los ejemplos de China y su nuevo canal de televisión CCTV-Africa, o Turquía, con EbruTV. Un caso interesante también a tener en cuenta es el de AlJazeera, que en los países anglófonos está alcanzando cuotas elevadas de seguimiento.

No es previsible esperar que los medios de propiedad privada africana tengan el alcance de los grandes grupos internacionales que ya están consolidados en el continente. Sin embargo, tampoco parece que ésta sea la dinámica, especialmente por las condiciones económicas. Más bien es pertinente preguntarse dos cuestiones: por un lado, si la industria de los medios en África no se presentará como otro nuevo Dorado para el intento de control socioeconómico y, en segundo lugar, cuáles son las prácticas comunicativas-empresariales que estarían ejerciendo estos medios “nacionales”.

El impacto de la globalización mediática en África

A pesar del relativo aislamiento en los flujos de información (hay quien puede pensar que se trata de marginación), el continente africano se encuentra desde hace una década en la cúspide de los procesos comunicativos. Entre otras cuestiones, la globalización ha permitido que las imágenes y programas de la industria cultural dominante sean efectivos para captar seguidores con lenguajes heterogéneos y con diferentes culturas. De hecho, África está inundada por el contenido de los medios de comunicación de masas y, con él, la filosofía, valores y diferentes visiones del mundo, sobre todo de los Estados Unidos.

La explicación es sorprendentemente simple: no hay numerosas fuentes de noticias en el mundo y el ejemplo del panorama en Estados Unidos puede resolver algunas dudas. Cinco grandes corporaciones controlan el 90 por ciento de los medios de comunicación y conectan a estos cinco conglomerados con las élites de la clase política y económica: Tim Warner, Disney, News Corporation, Bertelsmann y Viacom. Sus ramificaciones llegan a Europa, América Latina, Asia y África.

Sin embargo, aunque estos breves ejemplos dan una impresión de un África asaltada por los medios de comunicación del Norte y sus valores afines, el intercambio cultural aquí no es uniforme y unidireccional. Las y los africanos son mucho más que receptores pasivos de mensajes. A pesar de la casi abrumadora exposición a la programación occidental y a que los controles gubernamentales africanos sobre sus medios de comunicación tienen su base en modelos coercitivos del colonialismo europeo, los mass media africanos participan activamente en la hegemonía cultural que acompaña a la globalización.

Conglomerados mediáticos africanos

Los conglomerados mediáticos mundiales cosechan una cultura global que puede ser empaquetada, publicitada y vendida como nueva al estilizar los distintos productos que ofertan: noticias, películas, vídeos, canciones, discos, revistas y sus accesorios culturales sinérgicos, desde ropa a alimentos y artículos de cuidado personal. El éxito de la animación y el propio modelo de la publicidad promovida por los medios de comunicación transnacionales indica el liderazgo hegemónico del capital global, ya que millones de personas se sienten atraídas por la levitación yel dulce olor del placer de comprar.

Los medios de comunicación globales y sus anunciantes buscan continuamente nuevos productos y nuevos mercados, apropiándose de ellos y estimulándolos, pero siempre dentro de un marco modificado de composición. Sin embargo, tanto la diversidad de experiencias culturales como sus prácticas y manifestaciones artísticas quedan fuera de los límites de los grandes conglomerados mediáticos. ¿Y qué estrategia utilizan? La absorción y compra, o las alianzas estratégicas comerciales en aquellos sectores donde no tienen influencia. Y en el continente hay varias empresas, que aunque con inversión de capital local, siguen esta estructura mundial. A continuación cuatro ejemplos.

  • Naspers (Sudáfrica)

Puede que sorprenda saber que la multinacional más grande de Sudáfrica no se dedica a la extracción de recursos minerales como diamantes, oro o plata. Tampoco procesa aceite ni produce cerveza. Al contrario, es una empresa de medios. Y el sudafricano Koos Bekker, de 62 años y posiblemente el magnate con más influencia mediática en África, está lejos de jubilarse. Bekker es el director general y el mayor accionista individual de Naspers, un conglomerado que, entre otras empresas, controla 23 revistas (incluyendo las más leídas de la “prensa rosa” You, Drum y True Love), siete periódicos y el gigante de la televisión de pago DSTV. El origen del nombre de Naspers proviene de la lengua afrikans, Nasionale Pers (Prensa Nacional) y, desde que cambiara su nombre oficialmente en 1998, se ha erigido en una multinacional que ofrece servicios en más de 130 países.

Lo interesante es que sus orígenes estuvieron ligados a la dirigencia del Apartheid. Han tenido que pasar 100 años desde la fundación de Nasionale Pers (julio de 2015) para que uno e sus directivos pidiera oficialmente disculpas por su papel clave durante el racismo institucionalizado de Sudáfrica.

Además, Nasper tiene aspiraciones intercontinentales como lo demuestran su editorial Abril, de gran influencia en Brasil, sus empresas en Europa del Este o sus dos estandartes del antiguo bloque comunista: por un lado, Tencent, una empresa china cuyas subsidiarias proveen servicios de internet y telefonía móvil; por otro, tiene acciones en el holding ruso DST, propietario del portal de Internet Mail.ru.

  • Nation Media Group (Kenia)

Nation Media Group (NMG) tiene una historia de poco más de 50 años y actualmente es uno de los mayores conglomerados mediáticos en el continente y el más grande de África del Este. El fundador, Karim Aga Khan, se graduó en Harvard en 1960 con una licenciatura en Historia Islámica, justo dos años después de convertirse en imán de los chiitas ismaelíes como Aga Khan IV. Así, se convirtió en el imán número 49. Fue precisamente en 1960 cuando Aga Khan IV sembró la semilla del NMG.

Este grupo con sede en Nairobi, fundado tres años antes de la independencia de Kenia, nació en un momento en el que la prensa estaba controlada por la colonia, por lo que su objetivo fue proporcionar noticias independientes a través de los periódicos Taifa Leo (en kisuajili) y Nation (en inglés). Actualmente tiene presencia en televisiones, radios y periódicos en Kenia, Tanzania, Uganda y Ruanda.

El máximo accionista del NMG es el Fondo Aga Khan para el Desarrollo Económico (AKFED), un organismo internacional que a su vez forma parte de la Red de Desarrollo Aga Khan (AKDN), con sede en Ginebra. Esta estructura tiene varias agencias que trabajarían en sectores tremendamente diversificados como el medio ambiente, la salud, la educación, la cultura o las microfinanzas. Como se puede apreciar, encontrar informaciones comprometidas sobre el AKDN, que trabaja en 30 países de África, Asia y Oriente Medio, puede ser una cuestión complicada.

  • IPP Media Group (Tanzania)

Reginald Mengi es una de las personas más influyentes de Tanzania. IPP Media Group, fundado a mediados de 1980, es propietaria de diez periódicos nacionales, dos de las estaciones de televisión más populares de África Oriental y una decena de estaciones de radio.

Al mismo tiempo es dueño de Bonite Bottlers, el único embotellador de productos de Coca-Cola en la región norte de Tanzania y de la marca de agua embotellada Kilimanjaro, la más vendida en el país. IPP Resources es propietaria de minas de oro, uranio, cobre, cromo y carbón, lo que explica a la perfección la dinámica capitalista en la que sectores alejados de los medios de comunicación penetran en ellos y adquieren su control.

  • Daar Communications PLC (Nigeria)

Es el conglomerado mediático más importante de Nigeria, la primera economía del continente. Constituido en 1988, fue pionero con el establecimiento de la emisora de radio Raypower y con el lanzamiento de la primera televisión por satélite de África, en 1996, Africa Independent Television (AIT).

En 2003 lanzó su señal en los Estados Unidos y ahora se recibe en México, el Caribe y en toda Europa gracias al satélite Hotbird. Detrás de la rama comunicativa se encuentra Raymond Dokpesi, presidente también de Daar Investment Holding, un consorcio de bancos liderados por el Union Bank Plc, de capital mayoritariamente inglés.

Breves apuntes finales

Los ejemplos mencionados ilustran cómo la globalización de los medios en el continente africano se encuentra en un momento de dinamismo creciente y cómo sus prácticas están conectadas con los procesos globales capitalistas. Sin embargo, el acceso a las tecnologías de la información en África continúa siendo asimétrico.

Muy a menudo hay una suposición implícita de que los cambios que está experimentando el sector mediático en Europa o Estados Unidos (en términos de crisis) tienen su reflejo en el resto del mundo. Pero, en la gran mayoría de países al sur del Sáhara, la industria mediática es vibrante. El estudio de la estructura de la información y de la industria de los medios en África podría beneficiarse del actual dinamismo del continente, a menudo descuidado en los debates contemporáneos.


Sebastián Ruiz es periodista e investigador especializado en medios de comunicación y cine en el África subsahariana. Doctorando por la Universidad de Sevilla. Coordinador de la sección Cine y Audiovisuales en el portal sobre artes y culturas africanas www.wiriko.org. Forma parte del consejo de redacción de Pueblos – Revista de Información y Debate. Actualmente reside en Nairobi (Kenia).

Artículo publicado en el nº67 de Pueblos – Revista de Información y Debate, cuarto trimestre de 2015.


NOTAS:

  1. Edición revisada (1985) de la obra de Edward W. Said
    Orientalism, de 1977.


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