viernes, 29 de mayo de 2015

Cuba.


PRINCIPAL > AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE > CUBA > ¿QUÉ ESTÁ HACIENDO CUBA? Publicado 16 mayo, 2015 por Comunidad Saker Latinoamérica ¿Qué está haciendo Cuba? Por Bruno Sgarzini Algo que no es romántico ni idealista pero ha marcado a la revolución cubana ha sido el pragmatismo y la capacidad de timonear cualquier tipo de contexto, al punto de que su liderazgo intentó evitar la confrontación directa con Estados Unidos todo lo que pudo y se radicalizó cuando Washington comenzó a apretar las tuercas. Así se fueron concatenando las nacionalizaciones, las relaciones con la Unión Soviética y hasta el propio carácter socialista de la revolución luego de un ataque aéreo previo a la invasión de Playa Girón. Entender este pragmatismo, esa política real, es lo que nos explica tanto al Che del Ministerio de Industrias hablando de no subir los salarios para evitar el consumo excesivo de productos que no se hacían en masa dentro Cuba (y podían ser un cuello de botella), como la actual apertura económica y el progresivo restablecimiento de relaciones con los principales centros del capitalismo mundial después del acercamiento con Estados Unidos y el inicio de las negociaciones para terminar con el bloqueo. Y esto hay que decirlo con ejemplos claros porque el Che del Ministerio de Industrias pensaba en materias primas, en maquinarias, en fábricas que dependían de tecnología extranjera, en producción, en números, en zafras, en beneficios, en costos, en ganancias, en pérdidas, y tuvo que improvisar cuando Estados Unidos levantó el mantel de la mesa cubana y dejó al país huérfano en compras, y sobre todo paralizó sus industrias destinadas básicamente al consumo interno, y algo que otro para exportación, porque nadie sabía manejar la tecnología de las fábricas o no había insumos, o se rompía una máquina y no había repuestos. Y el Che tuvo que lidiar con eso: salir como un capitalista y ver si los soviéticos tenían tal o cual repuesto, si los chinos le compraban el azúcar que no vendían más a los gringos, si podía aprender de la planificación de los yugoslavos, si la tecnología que le querían vender los soviéticos les servía, y algunas veces la pegó y otras no, y así fue tomando decisiones grises para problemas reales de esos tiempos de guerra. Ese pragmatismo del más puro de los puros de los revolucionarios cubanos sirve para entender el pulso de Fidel Castro para maniobrar la crisis de los misiles, los ataques militares, las revoluciones fallidas en América Latina, la caída de la Unión Soviética y la convivencia necesaria con otros presidentes del continente poco potables para el estómago purista. Había que sobrevivir y no había tiempo para principismos ni dogmas de práctica política de academia y pósters del Che, porque si hay algo que marca a la revolución cubana es el realismo político, la racionalidad épica para resistir sobre cualquier circunstancia. Mucho de esto tiene hoy el reposicionamiento de Cuba en búsqueda por insertarse en un mundo globalizado, interdependiente, donde existe una crisis sistémica, ideológica, del proyecto de las elites occidentales, y una nueva realidad en la que no se ve un proyecto civilizatorio alternativo, que le dé una salida a la crisis al capitalismo y salve al mundo del choque irremediable y doloroso contra la diversas crisis existenciales, entre la que destaca la climática, por citar el caso más palpable (y científicamenente comprobable). Debido a la falta de esto, un nuevo sistema, un nuevo proyecto civilizatorio racional propio, viable y alternativo al capitalismo, Cuba anuncia que se va adaptar a lo ya conocido y controlar su entrada a la globalización neoliberal con base a la idea de que las trasnacionales y capitales financieros no se coman al Estado-nación (la patria), que es hoy lo que está en juego ante la vorágine de este monstruo aún indomable que es el neoliberalismo al que se enfrenta la nación continental, en un momento en el que la geopolítica regional y global obligan a armar nuevos bloques para incidir en esta realidad. Entonces vemos que el fin del bloqueo se trata de que Cuba entre al mismo contexto en el que se vive en el resto de los países: relaciones bilaterales con todos; préstamos chinos, rusos y japoneses; inversiones brasileñas, europeas; nuevos hoteles; Netflix para los nuevos turistas, y hasta la NBA envía sus figuras para olfatearle el lomo a las nuevas promesas del básquet de la marca cubana porque “la revolución” es un buen negocio para vender y un excelente producto para convertir en fetiche. Compre, se agota. Vivir como puerto y el “socialismo de mercado” Indudablemente, como ya lo dijimos, la motivación, la política exterior en sí misma, es el puerto de Mariel, que La Habana pretende que sea, además, una Zona Económica Especial para no sólo absorber parte del comercio marítimo de las Nuevas Rutas de la Seda planificadas por China (en la que resalta el Canal de Nicaragua), sino para también aprovechar el paso para producir bienes o industrializar materias primas para vender en el exterior y en el interior de la isla. Y una política exterior, de un paso estratégico, es tener buenas relaciones con todos y paralelamente utilizar esa posición para proyectar poder, que en el caso cubano fue esparcido en forma cultural e intelectual en los años posteriores a la revolución cubana y su modelo de esperanza para que exista una salud, educación y calidad de vida para todos sin distinguir la cantidad de billetes en el bolsillo. Ahora la conjugación entre ser un paso estratégico, uno de los países latinoamericanos con mayor cultura, una marca fetiche para el mundo, un gran negocio turístico y un mercado de consumo inexplorado, invitan a Cuba a ser lo que se lleva a cabo en Vietnam y China, un “socialismo de mercado” de acuerdo a la kincalla intelectual, donde incluso pueda adaptar “su capital humano” a producciones de alta tecnología o con necesidad de conocimiento específicos, si se decidiera ir hacia esto. Traducir esto en términos de realidad comparativa es incierto, más si se tiene en cuenta que la apertura económica es un proceso largo y lento, pero estas aproximaciones parciales conllevan a delimitar y poner en perspectiva lo que quiere Estados Unidos en Cuba, y ahí emerge la contención, el “divide y reinarás” como gran leit motiv y el cambio de régimen como políticas posteriores en una arena en la que se preanuncia un choque entre el bloque unipolar y el eje de integración euroasiática (China-Rusia y Brics), que ya impacta en la región en forma de préstamos, inversiones e intentos de revoluciones de color y guerras. Una revolución de color suelta en La Habana En términos simbólicos, los analistas mainstream hablan de Cubazuela, e incluso Rafael Poleo tiene orgasmos escritos cuando habla de la “defección castrista”, de la “entrega total del marxismo por la necesidad”, y ahí se oculta el intento de debilitar la alianza estratégica en términos políticos y geopolíticos entre el país sudamericano de entrada al Caribe, Venezuela, y la isla más grande que los gringos consideran su mar interno, Cuba. Esta jugada es de alta proyección porque incluso se conjuga con los intentos de contener los puntos dinámicos que movilizaron la integración y el armado de la Unasur y la Celac, principalmente. Hablamos de la entente Buenos Aires-Brasilia-Caracas-La Habana, y eso es un hecho en sí mismo, ya que no por nada estos cuatro puntos viven momentos claves de su política doméstica y externa en este ciclo histórico mundial, donde hay terreno fértil para construir una salida autónoma a la crisis estructural que conlleve también la constitución de un nuevo sistema. Pero si vamos más allá, el trofeo dorado de Estados Unidos sería un cambio de régimen al aprovechar la grieta abierta por la marea capitalista y la proyección del modelo de vida americano, que con tanta seducción ha calado en gran parte del mundo (incluyendo a la Cuba revolucionaria) y podría ser caldo de cultivo para una revolución de color o el falso modelo de la transición española post Franco. Esto, incluso, traería aparejado una cantidad de hechos traumáticos y de cambio de direcciones muy caras al pueblo cubano, como que abandone ya no el “socialismo” sino el mismo anti imperialismo, lo que parece improbable. Pero abrir esta línea, esta duda al aire, conlleva preguntarse por qué en un pueblo que construyó el “socialismo” hay consenso en su dirección y en su base para que vuelva al capitalismo salvaje, bajo el nombre artístico de “socialismo de mercado”, porque “actualizar” el modelo cubano significa que algo no ha funcionado (o no funciona) hacia dentro de una sociedad, que incluso dio sus propuestas para la apertura económica y festeja con naturalidad el relajamiento del asedio permanente por todos lados. ¿Fue la guerra? ¿Fue el bloqueo? ¿El desgaste del castrismo, el contexto mundial? ¿Qué fue? Hacernos estas preguntas nos obliga a acercarnos a la Cuba verdadera, no a la de la propaganda, para entender su épica y sus límites. Publicad

Grecia.


PRINCIPAL > EUROPA > ¿POR QUÉ SYRIZA PARPADEARÁ? Publicado 18 mayo, 2015 por Comunidad Saker Latinoamérica ¿Por qué Syriza parpadeará? por Anatole Kaletsy Una vez más, Grecia parece haber corrido la arruga financiera. Recurriendo a sus participaciones en una cuenta de reserva del Fondo Monetario Internacional, fue capaz de pagar € 750 millones (851 millones dólares) -irónicamente al mismo FMI- justo cuando el pago estaba por vencerse. Esta política suicida no es un accidente. Desde que llegó al poder en enero, el gobierno griego, dirigido por el partido Syriza del primer ministro Alexis Tsipras, ha creído que la amenaza de default -y por tanto de una crisis financiera que podría acabar el euro- le da el poder de negociación para compensar la falta de poder político y económico de Grecia. Luego de meses, Tsipras y su ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, un experto académico en la teoría de juegos, aún parecen creer en este punto de vista, a pesar de la falta de evidencia que lo apoye. Sin embargo, su cálculo está basado en una falsa premisa. Tsipras y Varoufakis asumen que un impago obligaría a Europa a elegir entre sólo dos alternativas: expulsar a Grecia de la zona euro u ofrecerle aligeramiento incondicional de la deuda. Pero las autoridades europeas tienen una tercera opción en el caso de un default griego. En lugar de forzar una salida de Grecia de la zona euro, la UE podría atrapar a Grecia dentro de la eurozona y privarla de dinero, luego simplemente sentarse y observar el colapso del apoyo político interno al gobierno de Tsipras. Tal estrategia de asedio -esperar que Grecia se quede sin el dinero que necesita para mantener las funciones normales de gobierno- ahora luce como la técnica más prometedora de la UE para romper la resistencia griega. Es probable que funcione, porque al gobierno griego le resulta cada vez más difícil reunir el dinero suficiente para pagar los salarios y las pensiones al final de cada mes. Para ello, Varoufakis ha estado recurriendo a medidas cada vez más desesperadas, como aprovechándose del dinero en cuentas bancarias municipales y de hospitales. La consecuencia es que la recaudación de impuestos ha sido afectada tan gravemente por el caos económico desde la elección de enero que los ingresos del gobierno ya no son suficientes para cubrir los costos del día a día. Si esto es cierto -nadie puede decirlo con certeza debido a la falta de fiabilidad de las estadísticas financieras griegas (otra de las quejas de las autoridades de la UE)- la estrategia de negociación del gobierno griego está condenada. La estrategia Tsipras-Varoufakis asumía que Grecia podría amenazar de manera creíble con el default, porque el gobierno, si era forzado a seguir adelante, aún tendría dinero más que suficiente para pagar los salarios, las pensiones y los servicios públicos. Esa era una suposición razonable en enero. El gobierno había presupuestado un gran superávit primario (el cual excluía el pago de intereses), que estaba proyectado en un 4% del PIB. Si Grecia hubiera declarado el default en enero, este superávit primario podría (en teoría) haber sido reorientado a pagos de intereses para financiar la subida de los salarios, pensiones y el gasto público que Syriza había prometido en su campaña electoral. Teniendo en cuenta esta posibilidad, Varoufakis pudo haber creído que estaba haciéndole a otros ministros de Finanzas de la UE una oferta generosa, proponiéndoles cortar el superávit primario del 4% al 1% del PIB, en lugar de todo a cero. Si la UE se negaba, su amenaza implícita era simplemente dejar de pagar los interés y disponer de todo el superávit primario para el gasto público extra. Pero ¿y si el superávit primario -la carta ganadora del gobierno griego en su estrategia de negociación- ahora ha desaparecido? En ese caso, la amenaza de incumplimiento ya no es creíble. Con la desaparición del superávit primario, un default ya no le permitiría a Tsipras cumplir las promesas de campaña de Syriza; por el contrario, implicaría recortes aún mayores en los salarios, las pensiones y el gasto público que los que ahora la “troika” -la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI- está exigiendo. Para las autoridades de la UE, por el contrario, una moratoria griega sería ahora mucho menos problemática de lo que se suponía. Ellos ya no tienen que impedir un default amenazando a Grecia con la expulsión del euro. En lugar de ello, la UE puede confiar en que el propio gobierno griego castigue a su pueblo al no pagar los salarios y las pensiones y honrar las garantías bancarias. Tsipras y Varoufakis deberían haberlo visto venir, porque lo mismo sucedió hace dos años, cuando Chipre, en medio de una crisis bancaria, intentó desafiar a la UE. La experiencia de Chipre sugiere que, con la credibilidad de la amenaza de default del gobierno por los suelos, es probable que la UE obligue a Grecia a permanecer en el euro y lo declare en una bancarrota municipal al estilo estadounidense, como el de Detroit. Los mecanismos jurídicos y políticos para tratar a Grecia como en una bancarrota municipal están claros. Los tratados europeos declaran inequívocamente que la adhesión al euro es irreversible a menos que un país decida salir no sólo de la moneda única, sino de toda la UE. Ese es también el mensaje político que los gobiernos de la UE quieren infundir en sus propios ciudadanos e inversores financieros. Si Grecia se declara en default, la UE estará justificada legalmente y motivada políticamente para insistir en que el euro sigue siendo su única moneda de curso legal. Incluso si el gobierno griego decide pagar los salarios y las pensiones mediante la impresión de sus propios pagarés o “nuevos dracmas,” la Corte Europea de Justicia declarará que todas las deudas nacionales y los depósitos bancarios deben ser pagados en euros. Eso, a su vez, obligará a incumplir con los ciudadanos griegos, así como los acreedores extranjeros, porque el gobierno no podrá honrar el valor en euros de los depósitos asegurados en los bancos griegos. Así que un default griego dentro del euro, lejos de permitir a Syriza honrar sus promesas electorales, infligiría aún mayor austeridad sobre los votantes griegos de la que soportaron bajo el programa de la troika. En ese momento, el colapso del gobierno se haría inevitable. En lugar de que Grecia salga de la eurozona, Syriza saldría del gobierno griego. Tan pronto como Tsipras se de cuenta de que las reglas del juego entre Grecia y Europa han cambiado, su capitulación será sólo cuestión de tiempo. Publicado el 14 de may

(MB) USA en Siria.


PRINCIPAL > MEDIO ORIENTE > CONFIRMADO: “SALA DE OPERACIONES” NORTEAMERICANA APOYA A AL-QAEDA EN SIRIA Publicado 18 mayo, 2015 por Comunidad Saker Latinoamérica Confirmado: “Sala de Operaciones” norteamericana apoya a Al-Qaeda en Siria por Tony Cartalucci El think-tank de análisis político Brookings Institution confirma que, al contrario de la propaganda, los “moderados” sauditas-norteamericanos y los “islamistas” de Turquía-Catar han estado coordinados todo este tiempo. La guerra en Siria continúa de forma interminable, ahora con un vigor renovado recientemente demostrado tras una oposición largamente retratada como fracturada y reflejando una miríada de intereses extranjeros que compiten entre sí. Principalmente se le había dicho al público que estaban los norteamericanos y los sauditas por un lado, apoyando a los llamados “rebeldes moderados”, y Turquía y Catar en el otro abiertamente apoyando a Al-Qaeda y varias de sus franquicias, incluyendo al Estado Islámico. Sin embargo, para quienes han seguido el conflicto de cerca, estaba claro desde el principio, y bajo el reconocimiento de Occidente del éxito en proveer articuladamente y de forma encubierta, armamento, dinero, equipos y apoyo tanto político como militar a Al-Qaeda y otros grupos extremistas, a los que Arabia Saudita no se opuso, sino más bien usando al reino como el principal intermediario a través del cual el apoyo material de Occidente podía ser blanqueado. Y este hecho ahora se confirma en un artículo recientemente publicado en la página web del Brookings Institution titulado “¿Por qué Assad está perdiendo?“. Sostiene inequívocamente que (énfasis añadido): “El involucramiento de grupos del ‘Ejército Sirio Libre’ (ESL), de hecho, revela cómo quienes apoyan las facciones han cambiado su canción en relación a la coordinación con los islamistas. Varios comandantes involucrados en la dirección de las operaciones en Idlib confirmaron al autor que las operaciones dirigidas por la sala de operaciones dirigida por EEUU en el sur de Turquía, que coordina el aprovisionamiento de apoyo letal y no letal a grupos vetados de la oposición fueron un recurso para facilitar su involucramienteo en las operaciones de abril en adelante. Esta sala de operaciones -junto a otra en Jordania, que cubre el sur de Siria- también parece haber incrementado de forma dramática su nivel de asistencia y suministro de inteligencia a esos grupos vetados, como se vio en semanas recientes. Así esta sala de operaciones multinacional previamente haya exigido que los receptores de ayuda militar cesen la coordinación directa con grupos como Jabat al-Nusra, las dinámicas recientes en Idlib parecen demostrar algo diferente. No sólo se aumentó el envío de armamento a los llamados ‘grupos vetados’, sino que la sala de operaciones alentó específicamente una cooperación aún más cercana entre los islamistas que dirigen el frente de operaciones.” En líneas generales, Brookings se complace en reportar que con la infiltración y el desbordamiento de gran parte de Idlib, al norte de Siria, parece que el objetivo hace tiempo planteado de crear una base de poder para sus intermediarios en las fronteras de Siria, y tal vez incluso la ampliación de la cobertura aéra de la Otan sobre él, finalmente ya esté a la mano. Brookings todavía intenta perpetuar una narrativa de una confrontación entre Occidente y Al-Qaeda, a pesar de admitir que fue sólo con apoyo occidental que las recientes ofensivas apuntaladas por Al-Qaeda fueron exitosas. En realidad, ya para 2007, el armar y financiar a extremistas sectarios, incluyendo Al-Qaeda, era la política admitida por la Casa Blanca, entonces dirigida por W. Bush, a través de intermediarios, Arabia Saudita incluida. El periodista veterano y doble premio pulitzer Seymour Hersh en su reportaje “El redireccionamiento: ¿la nueva política de la administración beneficiando a nuestros enemigos en la guerra contra el terrorismo?” develó esta conspiración, que desde entonces se ha revelado literalmente como fue descrita en 2007. El artículo de Brookings mencionado más arriba también alude a un paisaje geopolítico más amplio que está tomando forma más allá del conflicto sirio. En relación con el actual apoyo norteamericano, en lo que es para todo efecto práctico, una ofensiva dirigida por Al-Qaeda, manifiesta que: “La explicación más probable de una acción como ésta es la presión que proviene de la nueva y envalentonada alianza regional compuesta por Turquía, Arabia Saudita y Catar. Estados Unidos también está buscando vías para comprobar la continuidad de su alineación con sus aliados sunitas del Golfo, en el marco del contexto ampliado de su reconciliación con Irán.” La continuación, incluso expansión del conflicto apoyado por Estados Unidos en Siria es la evidencia más expresiva de todo lo relacionado con la falsedad de la reconciliación norteamericana con Irán. Todo el objetivo de desestabilizar y potencialmente derrocar al gobierno en Siria es para debilitar a Irán en una futura y similar campaña de cerco, desestabilización y destrucción de la misma Irán. El hecho de que se aceleren los acontecimientos en Siria, con el Brookings mismo admitiendo que se han “dejado de lado diferencias internacionales e ideológicas”, ilustra la desesperación palpable de Occidente para culminar el conflicto en Siria con la esperanza de avanzar hacia Irán antes de que la dinámica regional y la postura defensiva de Irán vuelvan irrelevante la totalidad de la agenda regional de Occidente, poniendo en peligro su hegemonía de larga data por el norte de África y el Medio Oriente. Operaciones igualmente apresuradas parecen estar en curso en Yemen. Con conflictos estimulados por Occidente envolviendo a todas las naciones que rodean a Irán, la idea de Estados Unidos busca todo salvo la eventual destrucción de Irán, ya no hablemos de la “reconciliación”. Muy seguramente no ha engañado a nadie con esto en Teherán. Mientras Brookings reporta entusiasmado sobre la continua destrucción en Siria, en el que ha jugado un papel en la promoción e ingeniería, aún admite que el derrocamiento del gobierno legítimo sirio no es inevitable. Mientras intenta retratar que los aliados de Siria retiran su apoyo a Damasco, la realidad es que si llegara a caer Siria, sus aliados indiscutiblemente son los siguientes. Irán enfrentaría una nación completa entregada a Al-Qaeda y otros grupos sectarios, extremistas, con armamento pesado y bien apoyados soñando con una confrontación cataclísmica con Teherán, estimulado por una red global de madrasas (escuelas islámicas conservadoras) apoyadas por Estados Unidos y Arabia Saudita convirtiendo legiones de fanáticos envenenados ideológicamente. Y más allá de Irán, Rusia enfrentaría la posiblidad de la región del Cáucaso convirtiéndose en un corredor de terror apuntando directo al corazón de la misma Rusia. El conflicto en Siria es apenas una batalla dentro una guerra mucho más amplia; una guerra global que se constituye básicamente como una Tercera Guerra Mundial, peleada no sobre frentes vastos y claramente definidos, sino más bien mediante el uso de la guerra de cuarta generación, agentes, mercenarios, economía e información. Para aquellos que no logran ver cómo Siria está vinculada con la supervivencia de muchas naciones más allá de su frontera y que el mismísimo concepto de un mundo multipolar construido bajo el concepto de las soberanías nacionales, no sólo son cómplices de la derrota de Damasco, sino del fin del mundo como lo conocemos.

(MB) Ucránea (3)


Publicado 13 mayo, 2015 por Comunidad Saker Latinoamérica Otra gran victoria diplomática para Rusia A menos que lean ruso o monitoreen la blogósfera libre, no podrían haber notado esto, pero algo grande acaba de suceder en Rusia: Kerry, Nuland y una amplia delegación del Departamento de Estado han viajado a Sochi donde se reunieron con el ministro de Exteriores Lavrov, y luego con el presidente Putin. Con este último pasaron más de 4 horas. No sólo eso, sino que Kerry hizo algunas observaciones muy interesantes, diciendo que el Acuerdo de Minsk 2 (AM2) era el único camino a seguir y que alertaría con fuerza a Poroshenko contra la idea de renovar las operaciones militares. ¡Bienvenido a la realidad John! ¡Bienvenido a la realidad John! Decir que este es un desarrollo impresionante sería un eufemismo. Por un lado, esto significa que el llamado “aislamiento de Rusia” está ya oficialmente terminado, incluso para el “Imperio Indispensable”. En segundo lugar, este es, hasta donde sé, el primer reconocimiento oficial de los EEUU al AM2. Esto es bastante humillante para los EE.UU. teniendo en cuenta que el AM2 fue negociado sin los estadounidenses. En tercer lugar, por primera vez los EE.UU. han advertido realmente a la junta Ukronazi contra un ataque militar. Esto, en momentos en que los Ukronazis están en un estado de frenesí bélico y Poroshenko acaba de preometer reconquistar no sólo el aeropuerto de Donetsk, sino todo el Donbass e incluso Crimea, muestran que por primera vez los EE.UU. y Kiev no están en la misma línea. Nada en CNN Nada en CNN En cuarto lugar, los EE.UU. ha declarado, por primera vez, que de implementarse el AM2, se levantarían las sanciones de la UE y EEUU. Curiosamente, los rusos no estuvieron interesado en siquiera discutir el tema de las sanciones. Así que ¿qué significa todo esto? En este punto, no mucho. Los estadounidenses son terribles negociadores y en cada negociación entre Estados Unidos y Rusia sobre el conflicto en Ucrania los rusos han pasado por encima de sus “socios geoestratégicos” estadounidenses (el irónico término ruso casi oficial para describir a Occidente). Lo que normalmente sucede es que Kerry se rinde, y luego regresa a Washington y cambia su discurso 180 grados. Los rusos saben eso y los medios de comunicación rusos lo destacaron en sus análisis. Aún así, los EE.UU. pueden hacer zig y luego zag tantas veces como quieran, la realidad no hace zag. Si algo mostró la reciente presencia de tropas chinas e indias en la Plaza Hermosa es que la idea de “aislar a Rusia” es un fracaso así Kerry & Co. quieran aceptarlo o no. También hubo el muy interesante comportamiento de Nuland, quien estaba con la delegación de Kerry, se negó a hablar con la prensa y salió luciendo bastante descontenta. Ni en la BBC Ni en la BBC Por último, una revisión rápida a las declaraciones de los Voceros Imperiales revela que el Departamento de Propaganda Imperial no sabe realmente qué hacer con todo esto. Entonces, ¿qué está pasando, realmente? Honestamente, es demasiado pronto para decirlo y, como ya he dicho, las posibilidades de un nuevo “zag” por parte de Estados Unidos son muy altas. Aún así, lo que *podría* estar sucediendo es que los estadounidenses finalmente(!) han descubierto algunos hechos básicos: Rusia no retrocederá Rusia está preparada para la guerra La Ucrania ocupada por los nazis está colapsando La mayor parte del mundo apoya a Rusia Toda la política de Estados Unidos hacia Rusia ha fracasado Todo lo anterior es bastante obvio para cualquier observador competente promedio, pero para una administración completamente intoxicada por la arrogancia imperial, una crasa ignorancia y la negación estas son realidades muy, muy dolorosas de aceptar. Sin embargo, negándolas podría, al final, tener a los EE.UU. bombardeado. Como dice la expresión, si tu cabeza está en la arena, tu trasero está en el aire. Por lo tanto, es posible que lo que vemos sea la primera señal de la recuperación de la sobriedad por parte de EE.UU. y que lo que Kerry llegó a explorar con Lavrov y Putin es una especie de opción para salir con la cara limpia. Si eso es así, entonces esta es una noticia terminal para Poroshenko pues significa que los EE.UU., básicamente, ha tirado la toalla en total disgusto con los monstruos en el poder en Kiev. Por otra parte, podría ser una señal de que los analistas militares estadounidenses han tenido una visión muy negativa de los cambios Ukronazi para lograr su planificada “Reconquista” del Donbás. Al ir a Rusia y respaldar oficialmente el AM2 Kerry podría estar enviando un mensaje a Poroshenko: ¡olvídalo, no va a suceder Aún así, me gustaría advertir firmemente contra cualquier optimismo prematuro. Considero el “zag” por parte de Estados Unidos casi una certeza. Mi esperanza es que el “zag” sea limitado en magnitud y que cuando suceda, se trate más de una salida para salvar la cara de Obama que de una negación de la realidad. Lo que es cierto, sin embargo, es que Rusia ha ganado otra batalla en esta larga guerra y que todos los signos apuntan a la inevitable derrota del Imperio. The Saker Compartir: Share on VKTweet about this on TwitterShare on FacebookEmail this to someoneShare on RedditShare on Google+Share on LinkedIn Publicado el 13 de mayo de 2015 en thesaker.is Publicación Anterior Las celebraciones del Día de la Victoria en Moscú este año marcan un punto de inflexión en la historia rusa

(MB) Ucránea (2)


Publicado 17 mayo, 2015 por Comunidad Saker Latinoamérica Una guerra está a nuestra puerta. Como siempre, necesitamos un año más. (en español y portugués) por Rostislav Ishchenko traducido del ruso al inglés por Eugenia traducido del inglés al portugués por Marisa Choguill Alejandro el Bendecido necesitó un año adicional para terminar la guerra con Turquía, entrenar a los soldados ya reclutados, y desplegar contra Napoleón en la frontera occidental un ejercito no de 200 mil, sino de medio millón de hombres, con el cual no necesitó retirarse hacia el corazón del imperio. Iosif Vissarionovich Stalin necesitó un año adicional para completar la actualización técnica del ejército, formar las unidades motorizadas, y desplegar en la frontera una fuerza capaz de enfrentar al enemigo en igualdad de condiciones. Esto no significa que por tanto las fuerzas desplegadas necesariamente tengan que combatir con éxito. En 1809, los austriacos y en 1939-1940 los franceses y los británicos tenían el tiempo y los recursos más que suficientes para desplegarse contra Napoleón y Hitler, respectivamente, teniendo fuerzas al menos iguales, y en algunos aspectos superiores a sus ejércitos. Los austriacos en 1809, así como los franceses y los británicos en 1939-40 tuvieron la iniciativa – decidieron cuándo elegir la acción ofensiva o defensiva. En ambos casos, las derrotas debido a la estrategia superior de los Estados Mayores Conjuntos de Napoleón y Hitler fueron catastróficas. Sin embargo, todos estamos de acuerdo en que antes de la guerra, es mejor tener un año adicional que no tenerlo. Cuanto mejor te prepares para la guerra, mayores las oportunidades de ganarla. Lo más importante, tu victoria llegaría sin un enorme costo en pérdidas en vidas humanas y pérdidas morales, que, por regla general, acompañan a las guerras que inician con fallos. Nuevamente necesitamos un año Hace diez años, en 2005, tuve una conversación con uno de mis colegas – un experto en economía y finanzas. Siempre valoré sus opiniones, porque él, de ideas liberales, no era dogmático, sino una persona capaz de evaluar de forma razonable los fallos del sistema y a menudo era capaz de describir su problema con más precisión que sus oponentes marxistas más capaces. Nuestra discusión se centraba en la inevitable (los dos estábamos de acuerdo en eso) crisis del dólar. Argumenté que la crisis ya está sucediendo, pero Washington sigue teniendo los recursos para prevenir que explote de forma abierta, impactando a todos los estratos de la sociedad y volviéndose más que evidente no sólo para el estrecho círculo de los políticos con acceso a la información, sino a toda la población del planeta. Mi colega no estaba de acuerdo con la afirmación de que el sistema del dólar haya agotado su potencial, pero argumentó que con la ayuda de instrumentos financieros y bancarios, la ilusión de bienestar podría mantenerse indefinidamente. Quisiera hacer hincapié en que él no sólo conocía el sistema desde dentro (probablemente, tan bien como Trotsky conocía el sistema soviético), sino que también era lo suficientemente crítico hacia este, consciente de que cada sistema tiene sus fallos inherentes, y que ninguno existe para siempre (cada uno tiene un recurso limitado). Con el acelerado ritmo del proceso histórico en las últimas décadas, la vida útil de cada sistema se mide como mucho en décadas (para el momento de nuestra conversación, el sistema de Bretton Woods había existido durante 60 años y ya se había encontrado con las crisis que resultaron en serias modificaciones de este). Mi conocimiento de economía llega hasta lo que de forma limitada adquirí en la clase de economía política que impartían en el departamento de historia de la Universidad de Kiev en 1987-1992 cuando estudié allí. Es por eso que siempre reconocí la importancia de los aspectos económicos en las decisiones políticas, pero en mis propias evaluaciones de la situación política, entre ellas la esfera económica, prefiero confiar en mi conocimiento de los mecanismos políticos, que, por cierto, podrían a veces alterar la realidad económica más allá de lo que se aprecia. ¿Cómo puede suceder esto? – el gobierno de Ucrania nos da una demostración. Durante 23 años, ha estado actuando en contra de los intereses económicos nacionales; habiendo logrado casi eliminar completamente la economía nacional, se dispuso a eliminar a la población también. Por lo tanto, la fuerza política resultó ser más fuerte que las leyes económicas (el poder político es incapaz de hacer que estas leyes funcionan como lo desea, pero puede ignorarlas hasta el punto de provocar la ruptura completa del estado y de la sociedad). Por lo tanto, llegué a la conclusión de que la economía basada en el dólar ya está en crisis, y por lo tanto, la pax Americana también está entrando en crisis, desde la evaluación de los procesos en los territorios post-soviéticos, sin duda, iniciados por los EE.UU. Para ese momento habían tenido lugar cuatro intentos de golpes de Estado “de color” (dos en 2000-2001 y 2004-2005, en Ucrania; uno en Georgia y uno en Kirguistán). Tres de ellos tuvieron éxito. Todos ellos fueron dirigidos contra Rusia. Si la economía del dólar estuviera trabajando normalmente, los EE.UU. no tendrían ninguna necesidad de cambiar hacia la confrontación sus relaciones con Rusia. Lo que es importante es que Washington, a diferencia de su comportamiento habitual, no trató de iniciar la guerra económica contra Rusia, sino que inmediatamente entró en la confrontación política, diplomática y de información, es decir, empleó los mecanismos que normalmente preceden a las hostilidades militares “calientes” o usadas en lugar de estas últimas, con la esperanza de hacer capitular al adversario sin el uso de la fuerza militar. No es ningún secreto que en ese momento Rusia estaba integrada en el sistema económico-financiero global estadounidense y estaba intentando activamente ser incorporada en la estructura de dominación global estadounidense a nivel político y militar. Lo que es más, Rusia estaba dispuesta a aceptar el papel de socio menor. El único obstáculo era que siendo consciente de su importancia militar (arsenal nuclear) y económica (recursos naturales ilimitados), así como posicional (enlace de tránsito a través de Eurasia), Moscú quería una sociedad especial. Esta exigencia, en esencia, estaba dirigida a ocupar una posición en el sistema político de Washington un nivel por encima del de la UE. La situación no exigía una fuerte reacción por parte de los EE.UU. Dentro del sistema existente, Washington tenía la opción de forzar las negociaciones mientras jugaba por tiempo y, en el momento oportuno, golpear a Rusia con el “tiro de gracia” destruyendo de forma inesperada y al instante su economía de la misma manera como destruyó la economía Argentina o la de los “Tigres” Asiáticos. En general, si asumimos que en 2005 la apariencia de los EE.UU. correspondía a la realidad de los procesos que tenían lugar detrás de la fachada, América no necesitaba pagar por revoluciones de colores. Estrangular a Rusia podría haber resuelto todo de forma más económica y más eficaz. Asumiendo el riesgo de la confrontación política y diplomática con Rusia (que inevitablemente resultaría de organizar golpes de colores) los EE.UU. ganó sólo una cosa – tiempo. Pero el tiempo se convierte en un factor clave solo en una situación, cuando te das cuenta que te estas debilitado a un ritmo más rápido que el de los acontecimientos históricos normales el tiempo te da una oportunidad de triunfar sobre tu adversario. En pocas palabras, necesitas vencerlo antes de que él tenga la oportunidad de destruirte. En el caso de los EE.UU., solo podría dispararse de forma repentina una debilidad crítica debido a la crisis de la economía del dólar – todos los demás aspectos del poder de Estados Unidos se derivan del poder del dólar. Sabiendo que las élites estadounidenses se parecen a las élites chinas, rusas o de Madagascar en que ven la crisis sólo cuando la tienen sobre ellas (reciben todo tipo de previsiones y siempre creen en las más cómodas, y es así, por cierto, cómo todas estas “Corporaciones Rand” hacen su dinero) deduzco la única conclusión posible. Si ya en 2005 los EE.UU. organizó el ataque a Rusia a una escala tal que no podría posiblemente interpretarse como algo involuntario, una provocación insignificante, o el resultado de la irreflexión de uno o dos departamentos, significa que la élite estadounidense está plenamente consciente de la crisis. Comenzaron a gastar recursos con el fin de ocultarlo all mundo y, conociendo los recursos disponibles y la rapidez con que se han agotado, podría predecir que el tiempo para el colapso está entre uno o dos años. Por cierto, teniendo en cuenta la certeza de mi colega en que con la ayuda de los instrumentos bancarios y otras manipulaciones financieras los EE.UU. podrían sentirse bastante seguros hasta 2020 y corrigiendo su optimismo de economista liberal, llegué a la conclusión de que el colapso inevitable del sistema se producirá entre 2015 y 2020. Es por eso que escribí en su momento que el ingreso a la Unión Aduanera habría permitido que Yanukovich no sólo siguiera siendo presidente hasta 2015, sino incluso consiguiera la reelección por otros 5 años, después de lo cual el problema de los Estados Unidos habría desaparecido, y él habría estado a salvo. Por la misma razón, sigo insistiendo desde hace año y medio que la solución militar a la crisis de Ucrania era y es posible en cualquier momento a partir del invierno de 2014 y hasta el inicio de 2016 (con la primera opción siendo más probable que la segunda), mientras que la solución política no es posible antes de finales del 2016 – principios de 2017. Incluso podría ser más tarde, ya que hasta que los EE.UU. capitule no se resolverá nada, pero los EE.UU. no se irá fácilmente y combatirá hasta el final como el Tercer Reich. Ellos tienen todo que perder y no tienen arrepentimiento, ni piedad de nadie. Quiero subrayar una vez más que estas conclusiones no están apoyadas en columnas de datos estadísticos, el tamaño del ejército o el número y la calidad de las armas, los datos sobre el crecimiento económico, etc. En primer lugar, es casi imposible obtener datos precisos. La mayoría de las veces, incluso los datos disponibles para el uso interno de las oficinas gubernamentales son imprecisos. En segundo lugar, los datos son menos importantes que la interpretación que hacen de ellos los que toman decisiones. Puesto que no tenemos información acerca de las decisiones tomadas, las órdenes emitidas, o las operaciones iniciadas en secreto, sólo podemos evaluar la situación política en base a los movimientos que observamos. Es decir, en la vida y en el ajedrez, en la guerra y en la política, cada movimiento elimina un conjunto de posibles soluciones y abre otras. Cuantos mas movimientos haz hecho, más claros pueden verse tus objetivos (después de todo, siempre evitas deliberadamente algo e igualmente buscas deliberadamente algo). En ciertas etapas de una enfermedad, un médico puede, basado sólo en los datos médicos objetivos, diagnosticar sin ver algo, determinar el pronóstico e incluso decirle aproximadamente cuánto tiempo de vida le queda al paciente. Lo mismo ocurre en nuestro caso – todas las partes han hecho el número de movimientos suficiente como para ya no tener la posibilidad de retirarse. Las variaciones de la victoria podrían predecirse en esta etapa de las hostilidades con la misma facilidad con la que fue predicha la victoria en la Gran Guerra Patria, en abril de 1943. Consideremos la situación tal como se desarrolló. Cuando los EE.UU. iniciaron los ataques “de color” sobre Rusia, Moscú no estaba preparado para responder adecuadamente en las esferas política, económica o militar. Rusia estaba totalmente incorporada a la economía del dólar, y cualquier intento de dañar la economía estadounidense habría resultado en un efecto boomerang para la economía rusa múltiple y amplificado. A principios del 2000, la estabilidad política de hoy solo era un sueño – los oligarcas aún estaban luchando con el Estado por el control real sobre el país. Al mismo tiempo, los crecientes sentimientos anti-oligarcas en la sociedad podían en cualquier momento haber dado lugar a una revuelta popular “sin sentido y sin misericordia”, después de lo cual no habría quedado nada del estado. El Cáucaso Norte aún no se ha estabilizado; el país se enfrenta a la amenaza terrorista. Y, por último, la única fuerza del ejército ruso para la época era el arsenal nuclear, pero no es prudente comenzar la guerra nuclear a la menor provocación. Por lo tanto, los dirigentes rusos iniciaron combates externos posicionales a veces retirándose cuando era completamente imposible mantenerlos, a veces contraatacando como, por ejemplo, en Georgia y Siria. Sin embargo, Moscú actuó con mucho cuidado, evitando la sospecha de que se oponía deliberadamente a los planes estadounidenses. El Kremlin seguía insistiendo en la cooperación y aceptaba las peticiones estadounidenses (como permitiendo el tránsito hacia Afganistán). La diplomacia pública de Rusia casi se humillaba mendigándole a Occidente volver al diálogo constructivo. Las contra intrigas con el establecimiento de ONG amigas de Rusia en los países sometidos a los ataques “de color” no eran evidentes, y el trabajo encubierto con estructuras sencillas era invisible y no podían contrarrestar las acciones masivas de los EE.UU.. En general, el objetivo principal era ganar tiempo, preservar las posiciones estratégicas de importancia crítica y reformar el espacio político e informacional interno, así como la relación entre los sistemas económicos y financieros rusos y los mundiales, de tal manera que Moscú tuviera la oportunidad de enfrentar a Washington, no sólo en términos iguales, sino incluso con algunas ventajas tácticas. Al mismo tiempo, se llevó a cabo el trabajo clandestino en el campo internacional, o, en pocas palabras, la búsqueda de aliados potenciales y la preparación de alianzas. Y el ejército era entrenado y rearmado. De hecho, precisamente estos planes de rearme del ejército y la marina nos demuestran que el liderazgo ruso considera crítico el período entre 2015 y 2020. Para el año 2015, se esperaba que el ejército lograra la capacidad de realizar una operación estratégica de un tiempo limitado en el teatro europeo proveyendo simultáneamente seguridad a lo largo de todo el perímetro de la frontera rusa. En 2020, el ejército (a juzgar por el ritmo en la entrega de armas y equipo) habrá alcanzado el nivel de preparación para una guerra a gran escala en Europa. Para lograr todo esto, era necesario convencer a los EE.UU. de que Rusia no rompería las relaciones ya establecidas. En ese sentido, incluso se midió exquisitamente la reacción de Moscú a la agresión georgiana contra Osetia del Sur y no levantó, al parecer, serias sospechas en Washington. El uso de las tropas rusas después del ataque a las fuerzas de paz rusas era entendible para Washington. Un gobierno que se negara a responder de manera adecuada en una situación así perdería el apoyo de la opinión pública y podría enfrentar el resentimiento del ala militar. Que los rusos se abstuvieran de tomar Tbilisi y destruir el Estado de Georgia también tuvo un efecto calmante. Más aún, porque en ese momento Medvedev era el presidente de Rusia. Recordemos el término “tándem”, ampliamente utilizado no hace mucho tiempo, pero ahora olvidado. Antes de que surgiera la asociación Putin-Medvedev, el Kremlin largamente demostró a Occidente una lucha entre los liberales y los “siloviki” (ministerios de poder), asustándole a EE.UU. que si los “siloviki” ganaban, se desataría el infierno. Pero los “liberales” ganaron. Por cierto, estoy convencido de que en Moscú los liberales y los “siloviki” creían honestamente que estaban comprometidos en una lucha implacable entre sí (y lo hicieron). De lo contrario, la información de que todo esto era un engaño se habría filtrado hace mucho tiempo. Como el viejo Muller solía decir: “En el Reich, no se puede creer en nadie. Pero puedes creerme a mí”. Sin embargo, mucho antes de esta frase de Bronevoy en la película “17 momentos de primavera”, todos los “técnicos en política” conocidos (desde Shang Yang hasta Maquiavelo) aconsejaban a los gobernantes, si era posible, no compartir sus planes con nadie, no sea que vayan a ser conocidos por el enemigo. Como sabemos, más vale prevenir que lamentar. Durante cuatro años, Washington esperaba que Medvedev fuese reelecto para un segundo mandato. Esa esperanza no era del todo infundada – recibieron las señales apropiadas de Moscú. Sólo en 2012, cuando Putin regresó al puesto de presidente, y Medvedev, a pesar de todas las esperanzas liberales y los rumores sobre la feroz competencia en el interior del “tándem”, no hizo nada para mantenerse en el poder, los estadounidenses parecieron haber comenzado a entender que habían sido engañados. Pero no estaban del todo convencidos. Después de todo, el gobierno liberal de Medvedev, tan molesto para los patriotas, todavía seguía. Así que, la leyenda sobre la lucha entre los liberales y los patriotas en torno a Putin seguía pareciendo válida. Muchos en Rusia todavía creen en esto. Pero no en Washington, ya no. Pero era demasiado tarde. Rusia ha ganado los 10 años que necesitaba. Si en 2004 los EE.UU. hubieran organizado una confrontación de la misma intensidad como la que se alcanzó en 2014, Moscú habría tenido pocas posibilidades de soportarla. En ese momento, las sanciones económicas no habrían pasado casi inadvertidas para la mayoría de la población; la mitad de los aliados de hoy habrían estado en el bando contrario, y la Unión Europea que hoy está saboteando abiertamente (por lo menos, la “vieja Europa”) la “cruzada” estadounidense, se habría unido a las filas anti-rusas sin un murmullo. Además, la “quinta columna” en Rusia todavía era fuerte. Y mucho más que eso se ha logrado en diez años. Sé que se ha hecho popular bromear sobre el “astuto plan” de Putin, pero quiero hacer hincapié en que un liderazgo que actúe sin un plan estratégico es muy difícil que tenga éxito, sobre todo en una situación de tal criticidad. La Rusia de 2000 y la Rusia de 2015 son dos países diferentes. Si Putin ha logrado tal éxito sin un plan, sin el esfuerzo coordinado de un equipo bien seleccionado (aunque no todo el mundo en ese equipo supiera exactamente lo que estaban haciendo y por qué), si todo esto es sólo una serie de coincidencias, entonces las cosas son aún mejores, ya que el mismo Dios está del lado de Putin. Tan notable número de coincidencias sólo podría explicarse por un plan estratégico, o por intervención divina, o ambos. Cada quien es libre de seleccionar la explicación que más le guste. Lo que es importante para nosotros, sin embargo, es que Rusia logró posponer por casi diez años, la gran confrontación con Estados Unidos y usó ese tiempo para prepararse para tal confrontación, aunque no del todo. Permítanme decir que Yanukovich fue el único que no se dio cuenta de la preparación del golpe de Estado en Ucrania. El momento era obvio – 2015. El falso comienzo del golpe de Estado en 2013 fue una sorpresa desagradable, no sólo para Moscú, sino también para Washington. Rusia se vio obligada a un conflicto directo con Estados Unidos antes de lo esperado. Los EE.UU. todavía no estaban lo suficientemente agotados y Rusia aún no ha ganado suficiente fuerza. Sin embargo, la situación en Ucrania en octubre-noviembre de 2013 dio motivos para un optimismo cauteloso. Moscú podría haber ganado y habría ganado esa ronda, si no hubiera sido por la cobardía patológica, la estupidez, y la traición final de Yanukovich, complementada por la incompetencia total y la corrupción de sus socios. Las capacidades militares de respuesta rápida fueron suficientes en Crimea. Sólo podemos especular de si habrían sido suficientes para toda la Ucrania. Muchos todavía creen que debería haberse tomado ese riesgo. Por desgracia, los “muchos” nunca han comandado nada más grande que el batallón rebelde y nunca dirigieron nada más importante que su propia familia. Ese riesgo podría haber llegado a ser justificado, pero también podría haber llevado a consecuencias muy desagradables. Es por eso que se llama “riesgo”: es imposible calcular todas las posibilidades, y se desconocen las acciones de los otros jugadores. Por lo tanto, es posible ganar mucho, pero también perder mucho. En este caso, Putin no apostó – era responsable del destino de Rusia. Por eso eligió la opción más segura – ganar tiempo. Sí, la lucha del Donbás le dio a Rusia el regalo de ese año extra y pagó ese año con la sangre de su pueblo. Ahora ha llegado el momento no sólo de pagar las deudas. También ha llegado el momento de la verdad. Rusia no podría haber contado con alargar el juego del gato y el ratón con Washington extendiendo el período de descanso más allá de 2015. Debemos considerarnos afortunados por esto. Rusia es mucho más fuerte ahora y se liberó de la perjudicial dependencia de la economía del dólar. Los EE.UU. se han debilitado tanto que los economistas que hace sólo unos pocos años autoritariamente decían que siquiera la idea de oponerse a los EE.UU. era imposible, dado el tamaño de su PIB, de pronto cambiaron de opinión y ahora debaten pomposamente si la economía de EE.UU. colapsará este año o en el 2016, y cómo sucedería exactamente. Y ahora, por fin, he llegado a estos pocos párrafos que fueron el objetivo de todo este artículo. Todo lo antes escrito tiene el propósito de clarificar la línea de pensamiento. Permítanme recordarles que, en mi opinión, los políticos siempre tienen un número de opciones que les permitirían ignoran la situación económica real y las necesidades reales de la economía nacional y tomar decisiones deliberadas que, no obstante, se llevarían a cabo y a menudo llevan a consecuencias catastróficas. He mencionado el ejemplo de Ucrania. Recordaré una vez más que en este país con la economía devastada, las arcas vacías, los sistemas políticos y administrativos destruidos, donde mercenarios mezclados con pandillas actúan en lugar de la policía o de la Guardia Nacional, en un país desgarrado por la guerra civil, los políticos (políticos débiles, incluso en la esfera intelectual) siguen en sus posiciones desde casi año y medio a pesar de que todas sus decisiones, sin excepción, van en contra de los intereses de Ucrania, la economía nacional, la supervivencia de la población, e incluso el sentido común. Esto se debe a la estabilidad de los recursos del Estado, que sigue en marcha por inercia cuando las estructuras estatales estan esencialmente muertas. Al igual que un pollo que corre por unos pocos minutos después de que su cabeza ha sido cortada. Por favor, recuerden que Ucrania fue empujada a una guerra por los EE.UU. que ni siquiera se molestó en ocultar que lo que necesitaban no era la guerra de Kiev contra el Donbás, sino la guerra de Kiev contra Rusia. Actualmente los EE.UU. están a punto del colapso económico y, posiblemente, la desintegración territorial debido a la desaparición de la estructura política y administrativa. Este escenario es real y Estados Unidos se enfrentará a él en el futuro próximo. Obama estaría feliz si eso no ocurriera en su período. Por lo tanto, estratégicamente los EE.UU. perdieron la guerra con Rusia sin disparar un solo tiro. Sin embargo, Alemania también perdió estratégicamente la Guerra en 1943. Eso no le impidió a Hitler tratar de ganar tácticamente en la batalla de Kursk. No podemos decir que tal intento no tenía ninguna esperanza de éxito. Los alemanes crearon una amenaza real y en algunos lugares casi rompieron el frente. El cerco y destrucción del grupo de ejércitos en Kursk habría llevado a la pérdida de casi un tercio de la mano de obra y las armas que la URSS tenía en el frente. Eso habría sido la tercera derrota masiva a partir de 1941. Los recursos del país, incluyendo humanos, no son ilimitados. Hitler simplemente trató de obligar a la URSS a perder tanto como en 1941 – muchas veces más soldados que Alemania. Las pérdidas en proporción de 5:1 habrían desangrado a la URSS antes de que Alemania perdiera la capacidad de resistir, por lo que habría sido necesario buscar la paz con Hitler. Del mismo modo, los estadounidenses están tratando de ganar tácticamente la guerra que perdieron estratégicamente. El enfoque principal no ha cambiado – Rusia debe estar en guerra. Sólo que ahora están reclutando a la UE además de Ucrania, al menos a los miembros de Europa del Este. Aquellos que no crean esto, traten de contar el número de veces durante los últimos tres meses que diferentes políticos de varios países de la UE han declarado que Europa no quiere una guerra con Rusia, especialmente por Ucrania. Cuando no hay peligro de guerra, nadie habla de ello. ¿Han oído hablar a alguien en Mongolia indicando tres veces al día que no tienen intenciones de ir a la guerra con Rusia? Dado que ni yo, ni ustedes, ni Putin, ni Obama, ni nadie, excepto Dios, sabe cuando se derrumbará la economía estadounidense, en 2016 o en 2020 – los EE.UU. tiene que organizar una guerra este año. No van a luchar directamente, naturalmente (alguien debe sacar las castañas del fuego por ellos). Pero la guerra debe empezar – no hay otra oportunidad para los EE.UU. de salvarse. Es por eso que digo que una vez más nos hace falta un año adicional. Pase lo que pase con el dólar y la economía estadounidense, el régimen de Kiev no tiene ninguna posibilidad de sobrevivir hasta 2016. Ya sobrevivió dos veces. El accidente de Ucrania, que se convirtió en el Stalingrado para la derrota de EE.UU. -un lugar simbólico- lo llevaría a la vergüenza y al declive catastrófico de su prestigio (los EE.UU. invirtieron demasiado en el golpe de Kiev y el apoyo al régimen nazi, sus aliados fueron profundamente arrastrados a la crisis – en general, involucró demasiado), así como la negativa automática de Europa a seguir participando en la aventura estadounidenses. Es por eso que Hollande y Merkel ayudaron a Putin a ganar tiempo con el Acuerdo de Minsk 2. La pérdida de Europa significaría la pérdida de dominio mundial y la caída del sistema financiero, económico y político de Estados Unidos, presenciada con sorpresa por la humanidad. Teniendo en cuenta que los estados limítrofes del Báltico están dispuestos a compartir el destino de Ucrania, que se está preparando un Maidan para Bielorrusia con el propósito de comprometer parcialmente lo recursos de Rusia, que Polonia está envuelta cada vez con más profundidad en el apoyo a Kiev, que los EE.UU. está empujando a Rumania (conjuntamente con Moldavia) a repetir la “hazaña” de Saakashvili, no sólo en Osetia sino en Transnistria, – todos los elementos para iniciar la guerra están reunidos. Los EE.UU. coaccionará a la vieja Europa a participar en el desarrollo de los acontecimientos. Lo importante es tener al menos a un país miembro de la UE oficialmente en guerra con Rusia. Puesto que entre los miembros recién adquiridos de la UE están los suicidas Bálticos, la guerra está a nuestra puerta. Puede que no ocurra. Durante los últimos años, los dirigentes rusos sacaron al país de tal tipo de trampas que nada parece ser imposible. Sin embargo, desde 1945 Rusia nunca llegó a estar tan cerca de una guerra como hoy. Necesitamos sobrevivir a este verano. Después de esto el peligro de una guerra debería declinar. Por desgracia, no somos los únicos que sabemos esto, y en realidad no hay partido de la paz en Washington.

(MB)Ucrania (1)


Publicado 18 abril, 2015 por Comunidad Saker Latinoamérica Análisis de la situación en Ucrania por The Saker: ¿ataque bajo un escenario “croata”? QEPD el AM2 Está bastante claro que las posibilidades de paz, que siempre fueron pocas, están disminuyendo con el paso de los días. Personalmente, nunca creí que el Acuerdo de Minsk 2 (AM2) fuese ejecutado por la Junta de Kiev y no me sorprende en absoluto. Lo más que la junta podía hacer era retirar algunas (¡ni siquiera la mayoría!) de sus armas pesadas y luego traer unas nuevas. En cuanto a las medidas políticas previstas por el AM2 son simplemente impensable para la junta. De hecho, incluso si Poroshenko decidiera cumplir con el AM2 y, por ejemplo, negociara una futura constitución de Ucrania con los representantes de Novorrusia, probablemente sería derrocado en 24 horas, no sólo porque los fanáticos nazis como Yarosh nunca lo aceptarían sino porque, más importante aún, el Tío Sam nunca lo aceptaría. El actor clave: los EE.UU. El actor más importante en la crisis de Ucrania son los EE.UU., que tiene mucha más influencia que la UE o que cualquier otra fuerza política local. Y el hecho es que los EE.UU. tienen todo que perder ante una solución pacífica de la guerra civil ucraniana. ¿Por qué? ¡Simple! La base de poder de Estados Unidos en Ucrania se compone de dos grupos muy diferentes: primero, los monstruos ultra-nacionalistas nazis con lazos muy fuertes con los emigrantes Uquis (palabra compuesta para hacer referencia a los nazis ucranianos, nota del traductor) en Canadá y EE.UU. y, segundo, los oligarcas corruptos. Ahora, este es el factor clave aquí: ninguno de estos dos grupos son mayoría dentro del pueblo ucraniano, incluso si excluimos el Donbás. De hecho, aunque agrupemos a la “quinta columna pro-estadounidense” los monstruos nazis y oligarcas Uquis siguen sin ser mayoría. Este hecho fundamental se traduce en un muy simple pero crucial imperativo político: los EE.UU. no puede permitir nada remotamente “democrático” en Ucrania: o es el “poder del pueblo” o el “poder de Estados Unidos”, pero nunca las dos cosas a la vez. De allí se deriva un segundo y también muy simple imperativo político: los EE.UU. tiene que mantener un estado de crisis a toda costa: guerra, guerra civil, industrial o un desastre ecológico, el MH-17, francotiradores desconocidos, etc. La paz, tarde o temprano traerá alguna forma de poder del pueblo que, a su vez, significaría la pérdida por parte de EE.UU. del control de la situación. Es por esto que si la próxima crisis resulta de una nueva derrota militar o de la escasez de alimentos y disturbios, la “solución” de la junta será la misma: la ley marcial. La Rada, de hecho, acaba de aprobar una ley que permite de forma fácil imponer la ley marcial. La ley marcial como medio para salvar al actual régimen La gran ventaja (para los EE.UU.) de introducir la ley marcial en Ucrania es que los dos “pilares” del poder de Estados Unidos en Ucrania (los monstruos nazis y los oligarcas) serán obviamente los que declaren y apliquen la ley marcial, así el poder sobre el país se mantendrá de forma segura en sus manos. Por otra parte, la ley marcial le permitirá al régimen reprimir y aplastar con saña a cualquier oposición bajo mínimas e incluso ningún tipo de restricción legal. Cualquier persona o grupo que proteste o que manifieste desacuerdo con cualquier cosa que la junta haga será declarado “agente de Putin” y castigado con prisión o simplemente ejecutado. La imposición de la ley marcial también será una mina financiera para los oligarcas que la utilizarán para eliminar sin piedad a cualquier oponente o a quien cuestione sus prácticas. Pero hay más opciones bajo una ley marcial que sólo los beneficios a corto plazo: Beneficios a más largo plazo de la ley marcial: la preparación de un escenario “Croata” Más y más personas están llegando a la conclusión de que la junta militar en Kiev se está preparando para lo que se denomina un escenario “croata”. Zonas de Seguridad establecidas por la ONU en las Krajinas serbias. Zonas de Seguridad establecidas por la ONU en las Krajinas serbias. Breve recordatorio: al final de la primera fase de la guerra civil en Croacia, los croatas fueron incapaces de derrotar a la población serbia local, que había vivido en áreas llamadas “Krajinas” – de la misma raíz que la palabra “Ucrania”, que significa “región fronteriza”. Las Naciones Unidas establecieron entonces “Zonas de Seguridad de la ONU” o APONU (por sus siglas en inglés) en las que se suponía que los serbios locales estarían a salvo de los ataques croatas. Estas áreas se muestran en azul oscuro en el mapa. Luego los croatas esperaron unos años, mientras eran entrenados y armados por los EE.UU., y eventualmente atacaron bajo la cobertura de la Fuerza Aérea Estadounidense. Las fuerzas de la ONU inmediatamente se rindieron y rápidamente las Krajinas fueron invadidas dando lugar a un movimiento masivo de los serbios croatas lamentando la ofensiva. El “mundo civilizado” se puso de pie y, o aplaudieron o se quedaron callados. El muy sutil plan uquista/estadounidense parece ser muy similar a la “variante croata”: comprar el tiempo suficiente para prepararse para un ataque masivo y luego aplastar a los “separatistas” en una corta pero muy intensa campaña. La gran pregunta es – ¿puede funcionar? ¿Una “Operación Tormenta” en el Donbás? Desde fuera, las similitudes entre las dos guerras son sorprendentes: dos estados nazis manejados por Estados Unidos utilizan la cubierta de una misión de fuerzas de paz para preparar un asalto masivo contra su propia población. Pero también hay diferencias cruciales que no se deben subestimar: La primera y más importante diferencia es la diferencia entre la arruinada Yugoslavia (Serbia y Montenegro) bajo Milosevic y la Rusia bajo Putin. Por un lado, Yugoslavia, obviamente, no era una superpotencia nuclear y Milosevic tenía que tomar en cuenta la posibilidad de que Serbia y Montenegro pudieran simplemente ser invadidas por los EE.UU. y la OTAN. No hay exactamente ningún riesgo de que eso ocurra en Rusia. Pero aún más importante, Milosevic traicionó a sus hermanos bosnios croatas y serbios croatas imponiendo sanciones sobre ellos. En cambio, Putin permitió tanto el “Voentorg” (la entrega de armas) y el “Severniy Veter” (o “Viento del Norte” – es decir, el envío de voluntarios) para Novorrusia). Pero esto va mucho más allá de Putin: hay concenso en un 90% o más de los rusos de que no hay forma de que Rusia permita a los nazis invadir el Donbás. Así que si Putin deja que eso suceda, se estaría poniendo a sí mismo y a sus aliados en grave peligro. De hecho, Putin tuvo un momento muy duro defendiendo su decisión de no enviar a los militares rusos a Novorussia el año pasado, la mayoría de los rusos estuvo de acuerdo, pero tomó varias campañas de relaciones públicas muy intensas y mucho convencimiento. El 80%+ de apoyo del cual goza Putin en Rusia es excepcional y fuerte, pero no es incondicional y mientras que la oposición pro-occidental “liberal” no representa una amenaza para él, la oposición nacionalista está actualmente bastante débil porque Putin es muy cuidadoso en su políticas. Pero en caso de que “vendiera” a Novorrusia o que de repente diera un giro pro-occidental, esta oposición nacionalista, actualmente bastante mansa, podría volverse muy peligrosa. En realidad, ya que el segmento “patriótico” (pero no nacionalista – gran diferencia!) de la población es la base del poder real de Putin yo no lo veo haciendo nada para alejarlos, especialmente, no permitiendo que Novorrusia sea invadida por los nazis. También hay una razón pragmática por la cual Rusia no puede permitir que los nazis en Kiev invadan a Novorrusia: no sólo porque el siguiente ataque sería inevitablemente dirigido contra Crimea (¡ya lo han prometido numerosas veces!), sino porque de todos modos el solo hecho de que hayan combates en Novorrusia muy probablemente arrastraría a la guerra a las fuerzas rusas. La conclusión es esta: Rusia nunca permitirá una “Operación Tormenta” en Novorrusia. La segunda gran diferencia es el terreno y las fuerzas involucradas. Los serbios en las zonas de seguridad habían entregado sus armas pesadas, el terreno era o de montañas bajas o de estrechos valles y, lo más importante, no tenían una “frontera segura” desde la cual poder ser apoyados y reabastecidos (como la que los afganos tuvieron con Pakistán durante la ocupación soviética). Por otra parte, los novorrusos lenta y dolorosamente han batallado para transformar su milicia de voluntarios en una fuerza armada regular y aunque este proceso no ha sido fácil, hay que decirlo, parece haber sido bastante exitoso. Tengan en cuenta que, incluso antes de estas reformas, las milicias fueron bastante exitosas en todas sus operaciones y que sus defensas aéreas lograron imponer una zona de exclusión aérea sobre el Donbás. Su mayor debilidad fue su limitada capacidad para realizar ataques coordinados y contraataques, pero ahora esto probablemente ha cambiado. No sólo eso, sino que según todos los cálculos los Novorrusos tienen ahora grandes depósitos de armas, un montón de munición y hombres más que suficientes. Como resultado, los Novorrusos ahora probablemente son capaces de realizar operaciones armadas combinadas. Cuando los EE.UU. y la OTAN bombardearon a los serbios de las Krajinas, disfrutaban de supremacía aérea, no enfrentaron defensas aéreas, el número de objetivos que tenían que alcanzar era muy limitado y a los serbios, después de haber sido traicionado por todos, no les quedaban ya ganas de luchar. Los ucranianos han perdido la mayor parte de su fuerza aérea, la cantidad de objetivos potenciales que podrían querer golpear en el Donbás es muy grande y están muy bien defendidos. Por último, pero no menos importante, hay al menos dos ciudades importantes en Novorrusia, Donetsk y Lugansk. Estas ciudades son grandes, fáciles de defender, muy bien preparadas y capaces de resistir por mucho tiempo. Ninguna de estas ciudades existían en las Krajinas Serbias. De vuelta a la realidad Las similitudes entre las guerras civiles en Croacia y Ucrania son un tanto superficiales y engañosas. En términos puramente militares la conquista de Novorrusia por la junta de Kiev sería infinitamente más difícil que la operación relativamente simple de los croatas para invadir las Krajinas. En cuanto a la famosa ayuda de Estados Unidos, recordemos no sólo el poco bien que le hizo a los georgianos, sino también todos los demás aliados de Estados Unidos que se beneficiaron de la pródiga ayuda estadounidense, enormes entregas de armas, la CIA organizó escuadrones de la muerte, el total apoyo propagandístico de las corporaciones mediáticas estadounidenses y aún así fueron derrotados. Incluso el despliegue de las fuerzas militares estadounidenses como solución de último recurso rara vez ha demostrado ser eficaz contra una insurgencia popular. ¿Los ucranianos y los estadounidenses entienden que es imposible una operación al estilo de las Krajinas en el Donbás? Este último probablemente si, especialmente los especialistas militares. En cuanto a los ucranianos, a ellos en realidad no les importa. Para ellos todo esto es para fingir, mantener viva una lógica que justifique sus acciones, prometiendo “derrotar a los Moskals con la ayuda de los EE.UU. y la OTAN”. Si esto sucede realmente o no es irrelevante para ellos. Lo que importa es mantener los buenos tiempos (para ellos, por supuesto) el mayor tiempo posible. Y cuando ocurra lo inevitable, huirán como tantos otros títeres de Estados Unidos en el pasado, desde el Shah de Irán a Ferdinand Marcos. Pero en el corto plazo, no deberíamos hacernos ilusiones sobre el futuro inmediato: las fuerzas de la junta atacarán de nuevo y aunque su próxima ofensiva probablemente sea mucho más eficaz que las anteriores, serán derrotados otra vez, ya sea por los Novorrusos o por el Ejército Ruso. The Saker

(MB) Rusia muestra los músculos

Rebelion. Rusia muestra los músculos

viernes, 15 de mayo de 2015

Eidelsztein


(MB) No logran ocultar secretos sobre Israel-Irán-Irak


Rebelion. No logran ocultar secretos sobre Israel-Irán-Irak
Portada :: Mundo
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 15-05-2015

No logran ocultar secretos sobre Israel-Irán-Irak

Consortium News

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Al publicar recientemente una versión censurada de “puntos de conversación” altamente secretos que el secretario de estado Alexander Haig utilizó para informar al presidente Ronald Reagan sobre eventos en Medio Oriente en la primavera de 1981, el gobierno de EE.UU. ha revelado inadvertidamente lo que quiere seguir ocultando al público unos 34 años después – porque encontré la versión completa en archivos del Congreso a fines de 1994 y escribí al respecto por primera vez a comienzos de 1996.

Los puntos esenciales que el gobierno de EE.UU. todavía no quiere que conozcáis incluyen que a principios de 1981 Israel ya estaba suministrando equipamiento militar estadounidense a Irán para su guerra contra Iraq; que los saudíes habían transmitido una “luz verde” supuestamente del presidente Jimmy Carter a Sadam Hussein para que invadiera Irán en 1980, y que los saudíes aceptaron financiar ventas de armas a Pakistán y otros estados en la región.

Los tres puntos tienen relevancia en la actualidad porque revelan las tempranas semillas de políticas que han crecido durante las últimas tres décadas hasta ser las contorsionadas enredaderas de los actuales conflictos sangrientos. Las secciones todavía ocultas de los “puntos de conversación” de Haig también podrían causar un cierto embarazo a las naciones mencionadas.

Por ejemplo, los israelíes gustan de presentar su actual hostilidad hacia Irán como si fuera derivada de una oposición por principio al supuesto extremismo del estado islámico, de modo que la revelación de que estaban suministrando material militar estadounidense al gobierno de Ayatolá Ruhollah Jomeini, que había mantenido a 52 diplomáticos estadounidenses como rehenes durante 444 días, sugiere que las decisiones de Israel eran impulsadas por motivaciones menos nobles.

Aunque el ex presidente Carter ha negado que haya alentado Iraq para que invadiera Irán en septiembre de 1980 –durante el clímax de la crisis de rehenes que estaba destruyendo su candidatura a la reelección– la afirmación de “luz verde” de los saudíes indica por lo menos que habían llevado a Sadam Hussein a creer que su invasión tenía respaldo de EE.UU.

Hayan o no engañado los saudíes a Hussein sobre la “luz verde”, su instigación de la guerra saca a la luz los orígenes del moderno conflicto suní-chií, aunque ahora los saudíes acusan a los iraníes de agresión regional. Los “puntos de conversación” de Haig revelan que el primer golpe para el renacimiento de esta antigua lucha no fue lanzado por los chiíes de Irán sino por los suníes del régimen iraquí de Sadan Hussein con el respaldo y aliento saudí.

El acuerdo saudí de pagar por compras de armas de Pakistán y otros gobiernos regionales saca a la luz otro aspecto de la actual crisis en Medio Oriente. La ayuda financiera saudí a Pakistán en los años 80 se convirtió en un elemento clave en la expansión de un radical movimiento yihadista suní que se reunió a lo largo de la frontera entre Pakistán y Afganistán para realizar la guerra con el respaldo de la CIA contra el ejército soviético y fuerzas seculares afganas.

Esa guerra –en la cual EE.UU. y Arabia Saudí terminaron por invertir cada uno 500 millones de dólares por año– condujo al retiro de las tropas soviéticas y al colapso del gobierno modernista, izquierdista, en Kabul para ser reemplazado por los ultra-fundamentalistas talibanes que, por su parte, dieron refugio a al-Qaida, dirigido por un acaudalado saudí, Osama bin Laden.

Por lo tanto, los contornos del actual violento caos en Medio Oriente fueron esbozados durante esos años, aunque con numerosos altibajos.

La guerra del Golfo Pérsico

Después del fin de la guerra Irán-Iraq en 1988 –con ambos países agotados financieramente– Sadam Hussein se volvió contra sus benefactores suníes repentinamente avaros que comenzaron a negar más créditos y a exigir el pago de préstamos del tiempo de la guerra. Como reacción, Hussein –después de consultar con la embajadora de EE.UU., April Glaspie, y pensando que había recibido otra “luz verde”– invadió Kuwait. Eso, por su parte, condujo al despliegue dirigido por EE.UU. para defender Arabia Saudí y expulsar a las fuerzas iraquíes de Kuwait.

Aunque Hussein pronto mostró su disposición a retirar sus tropas, el presidente George H.W. Bush rechazó esas ofertas e insistió en una sangrienta guerra terrestre para demostrar la superioridad cualitativa de las modernas fuerzas armadas de EE.UU. y para excitar al pueblo estadounidense con una victoria militar –y así “derrotar el síndrome de Vietnam” [Vea Secrecy & Privilege de Robert Parry.]

La ofensiva militar de Bush tuvo éxito con esos objetivos pero también provocó la indignación de bin Laden por la colocación de tropas de EE.UU. cerca de sitios sagrados del Islam. EE.UU. se convirtió en el nuevo objetivo de la venganza terrorista de al-Qaida. Y, para los emergentes neoconservadores de Washington, la necesidad de destruir final y completamente a Sadam Hussein –en aquel entonces la pesadilla de Israel– se convirtió en un artículo de fe.

La demostración de la capacidad militar de EE.UU. en la guerra del Golfo Pérsico –combinada con el colapso de la Unión Soviética en 1991– también alentó a los neoconservadores a vislumbrar una estrategia de “cambios de régimen” para cualquier gobierno que mostrara hostilidad hacia Israel. Iraq fue identificado como objetivo número uno, pero Siria también estaba arriba en la lista de potenciales enemigos.

A principios de los años 90, Israel comenzó a apartarse de Irán escaso de dinero, que se había retirado del lucrativo bazar armamentista que Israel había estado desplegando para ese gobierno chií durante los años 80. Gradualmente, Israel comenzó a realinearse con los suníes financiados por Arabia Saudí.

Los ataques del 11-S en 2001 fueron una expresión de la indignación contra EE.UU. entre fundamentalistas suníes, que estaban financiados por los saudíes y otros estados petroleros del Golfo Pérsico, pero las complicadas realidades de Medio Oriente eran entonces poco conocidas por los estadounidenses que no sabían gran cosa sobre la diferencia entre suníes y chiíes y que carecían de conocimientos sobre las hostilidades entre secularistas como Hussein y fundamentalistas como bin Laden.

El presidente George W. Bush y su administración aprovecharon esa ignorancia para unir al público en el apoyo a una invasión de Iraq en 2003 por temores fantasiosos de que Iraq compartiría armas de destrucción masiva con Osama bin Laden. Más allá de las falsas afirmaciones de que Iraq tendría armas de destrucción masiva y de una conexión entre Hussein y bin Laden, hubo poco reconocimiento incluso en los niveles superiores de la administración de Bush sobre cómo incluso el derrocamiento y el asesinato de Hussein alterarían el frágil equilibrio entre suníes y chiíes.

Con la eliminación de Hussein, la mayoría chií consiguió el control de Iraq, inquietando a los saudíes que habían, de muchas maneras, lanzado la moderna guerra suní-chií impulsando la invasión iraquí de Irán en 1980 pero ahora veían que aliados de Irán conseguían el control de Iraq. Los saudíes y los jeques del Golfo comenzaron a financiar a extremistas suníes que ingresaron masivamente a Iraq para combatir a los chiíes y a sus apoyos, los militares de EE.UU.

Los saudíes también establecieron una alianza entre bastidores con Israel, que consideró que sus intereses financieros y geopolíticos eran favorecidos por esa colaboración secreta. Pronto, los israelíes identificaron a sus antiguos socios en el comercio de armas, los iraníes, como una “amenaza existencial” para Israel y llevaron a EE.UU. a un enfrentamiento más directo con Irán. [Vea “Did Money Seal Israel-Saudi Alliance?” de Consortiumnews.com.]

Expansión de conflictos

 

El frente de batalla en el conflicto suní-chií pasó a Siria, donde Israel, Arabia Saudí, Turquía y otros estados suníes se unieron en el apoyo a una rebelión para derrocar el gobierno del presidente Bashad al-Assad, alauita, una rama del Islam chií. A medida que ese conflicto pasaba a ser más y más sangriento, el régimen relativamente secular de Assad se convirtió en protector de cristianos, chiíes, alauitas y otras minorías contra las fuerzas suníes encabezadas por al-Qaida y el híper-brutal Estado Islámico.

En 2014, bajo presión del presidente Barack Obama, los saudíes se unieron a una alianza contra el grupo Estado Islámico, aunque la participación saudí fue poco entusiasta en el mejor de los casos. El verdadero interés de Arabia Saudí era promover una serie de guerras regionales por representante contra Irán y cualesquiera movimientos relacionados con chiíes, como ser los hutíes en Yemen y los alauitas en Siria. Si eso ayudaba a al-Qaida y a Estado Islámico, así sea, era la posición saudí.

Aunque los dos párrafos censurados de los “puntos de conversación” de Haig de hace 34 años podrían parecer historia antigua que ya no es digna de estar cubierta por el secreto, el gobierno de EE.UU. sigue insistiendo en ocultar esa información a los estadounidenses, sin dejar que sepan demasiado sobre cómo se formó ese entrelazamiento de alianzas y quién fue el responsable.

Las fuentes primordiales para Haig fueron el presidente egipcio Anwar Sadat y el príncipe saudí Fahd (posteriormente rey Fahd). Ambos muertos, así como varios otros protagonistas en esos eventos, incluyendo Reagan, Hussein y Haig. Los dos párrafos censurados –que Haig utilizó en su presentación a Reagan – dicen lo siguiente, con partes subrayadas en los “puntos de conversación” originales.

 “Fahd también se mostró muy entusiasta hacia nuestras políticas. Como una medida de su buena fe, se propone insistir en una política petrolera común en una próxima reunión de sus colegas árabes que incluirá un solo precio y un compromiso a no bajar la producción. También fue de importancia el acuerdo de Fahd en principio de financiar ventas de armas a los paquistaníes y a otros estados en el área.

“Tanto Sadat como Fahd suministraron otras pequeñas cantidades de inteligencia útil (por ejemplo que Irán recibe repuestos militares para equipamiento estadounidense de Israel). También fue interesante confirmar que el presidente Carter dio a los iraquíes una luz verde para lanzar la guerra contra Irán a través de Fahd.”

La versión corregida –con esos dos párrafos eliminados– fue liberada por la biblioteca presidencial George H.W. Bush después que los “puntos de conversación” pasaron por un proceso de desclasificación. La publicación tuvo lugar como respuesta a una solicitud según la Ley de Liberad de la Información que presenté en conexión con el así llamado affaire October Suprise, en la cual se afirmó que la campaña Reagan-Bush en 1980 había conspirado con funcionarios iraníes y oficiales de la inteligencia israelí para retardar la liberación de los 52 rehenes estadounidenses retenidos en Irán a fin de asegurar la derrota del presidente Carter en la reelección.

En 1991, el Congreso inició una investigación del problema de 1980, por sospechas de que podría haber sido un prólogo del escándalo Irán-Contra que había involucrado los acuerdos secretos de armas-por-rehenes con Irán en 1985-86 (también con ayuda israelí). El gobierno de George H.W. Bush reunió documentos posiblemente relacionados con los eventos de 1980 y compartió algunos con la investigación del Congreso, incluyendo los “puntos de conversación” de Haig.

Pero los operadores de Bush –tratando de proteger sus posibilidades de reelección en 1991-92– se involucraron en retrasos y obstrucciones de la investigación del Congreso, que finalmente estuvo de acuerdo después de la derrota de Bush por Bill Clinton en noviembre de 1992 en decir que no podía encontrar “ninguna evidencia creíble” de que Reagan y Bush habían orquestado un retraso en la liberación de los rehenes por Irán. Los rehenes fueron finalmente liberados el 20 de enero de 1981, inmediatamente después del juramento como presidente de Reagan.

Subsiguientes revelaciones de evidencia, sin embargo, reforzaron las antiguas sospechas de un acuerdo republicano-iraní, incluyendo documentos que la Casa Blanca de Bush había negado al Congreso así como otros documentos que la investigación del Congreso poseía [o para más detalles vea Second Thoughts on October Surprise de Consortium News o America’s Stolen Narrative de Robert Parry.]

El periodista de nvestigación Robert Parry reveló muchas de las historias de Irán-Contra para The Associated Press y Newsweek en los años ochenta. Su nuevo libro es: America’s Stolen Narrative.

Fuente: https://consortiumnews.com/2015/05/11/failing-to-hide-israel-iran-iraq-secrets/



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miércoles, 13 de mayo de 2015

La "guerra" contra ISIS.


Rebelion. La extensión a otros países de la guerra liderada por Estados Unidos contra ISIS

Un desastre a punto de ocurrir
La extensión a otros países de la guerra liderada por Estados Unidos contra ISIS

Middle East Eye

Traducción para Rebelión de Loles Oliván.


Según la información publicada el 29 de abril en The New York Times, en las próximas semanas se reunirán los dirigentes de la coalición liderada por Estados Unidos en guerra contra el Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS) para evaluar la ampliación de la misión a otros países.

De momento, el gobierno de Obama intenta que el Congreso apoye una medida que autorizaría extender la guerra a naciones como Argelia, Egipto, Líbano, Libia, Túnez y Yemen. Ampliar las operaciones militares dirigidas por Estados Unidos sería desastroso y hay que oponerse a ello.

Que Occidente intervenga militarmente no es la manera de resolver el ascenso de ISIS. Hasta el momento los logros que se han obtenido contra el grupo son escasos; ISIS sigue mostrando su fortaleza a pesar de que la coalición esté en guerra contra el grupo desde que Estados Unidos iniciase el lanzamiento de ataques aéreos en agosto del año pasado. La coalición ha lanzado más de 3.700 bombardeos en Iraq y Siria y sin embargo, ISIS sigue manteniendo el control de importantes territorios como Mosul en Iraq y Deir Ezzor en Siria.

ISIS ha avanzado recientemente hacia Damasco y ha atacado Ramadi, capital de la provincia iraquí de Anbar, y Baiyi, la mayor refinería de petróleo de Iraq. Asimismo se ha documentado en los últimos meses el incremento del número de personas que viajan desde Europa para unirse a ISIS. Entretanto tanto, hay signos de que ISIS y Jabhat al-Nusra operan juntos en el campamento de refugiados palestinos de Yarmuk, en Siria, lo que mueve a pensar que los bombardeos de la coalición han facilitado la cooperación entre ISIS y al-Nusra, tal y como señalaron ya algunos informes anteriores.

Puede que esta situación cambie y que la coalición liderada por Occidente contribuya a dispersar a ISIS de los territorios que controla. No obstante, a menos que se aborden las condiciones subyacentes que han permitido la aparición de un grupo como ISIS, otra organización igualmente sanguinaria ocupará su lugar.

Además, es absurdo confiar en que la acción militar liderada por Estados Unidos pondrá fin a las matanzas y la opresión de ISIS o de cualquier otro actor, porque está claro que el objetivo estadounidense en Oriente Próximo no es acabar con la tiranía y la violencia, como tampoco lo es el de sus aliados.

Objetivos de la política estadounidense: ir detrás el dinero

Como han escrito los académicos canadienses Greg Albo y Jerome Klassen en Empire's Ally, tres son los objetivos que han guiado durante mucho tiempo la estrategia de Estados Unidos en la región: “1) liberalizar el espacio económico de Oriente Próximo a través del Consejo de Cooperación del Golfo y de la normalización de Israel; 2) acceder y regular la distribución del suministro de petróleo frente a la cada vez mayor competencia de Europa y Asia; 3) implantar bases militares con el objetivo de estabilizar la región bajo la hegemonía estadounidense”. Estos objetivos son incompatibles con la paz y la justicia que, de hecho, las debilitan aún más.

No hay razón alguna para considerar que los políticos estadounidenses se hayan distanciado de estos objetivos desde que el poder de ISIS ascendiera. Las pruebas disponibles sugieren, por el contrario, que Estados Unidos mantiene esas prioridades. El enriquecimiento de los fabricantes de armas estadounidenses en los mercados de Oriente Próximo es una característica de las relaciones a largo plazo entre Estados Unidos y la región.

Lo mismo ocurre en el contexto de la guerra de la coalición contra ISIS. The New York Times informa de que la venta de armamento estadounidense alimenta la guerra en “un boom para los contratistas de defensa estadounidenses a la caza de negocios en el extranjero”: Arabia Saudí gastó 80 mil millones de dólares en armas en 2014 y Qatar firmó un acuerdo de 11 mil millones de dólares en Estados Unidos en ese mismo año.

Los Emiratos Árabes Unidos están utilizando F-16 estadounidense para bombardear Yemen y Siria y quieren comprar aviones no tripulados Predator fabricados en Estados Unidos; paralelamente, representantes de la industria de defensa han informado al Congreso de que esperan una solicitud de compra de armamento de otros “aliados árabes que combaten al Estado Islámico”, como Bahrein, Egipto y Jordania.

Abordar las causas fundamentales

Según señala el artículo de The New York Times, los fabricantes de armas estadounidenses van “detrás del dinero”: desde 2011 tanto Boeing como Lockheed Martin han abierto delegaciones en Doha (Qatar). En diciembre, por otra parte, la Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa de Estados Unidos informó al Congreso de que planeaba vender al gobierno iraquí casi 3 mil millones de dólares en armamento. Al sembrar la región de armamento y aprovisionar a las dictaduras, los políticos estadounidenses están demostrando que su preocupación es sacar provecho de la guerra y de la represión en lugar de combatirlas.

En última instancia, la única manera de poner fin a las campañas de violaciones, explotación, sectarismo, torturas y asesinatos, es abordar sus causas profundas. En el epicentro de todas ellas se encuentra la política occidental hacia Oriente Próximo y el Norte de África como ha quedado demostrado claramente en el caso de Libia, destruida por la OTAN por razones políticas y económicas creando con ello las condiciones que han permitido que ISIS emerja en ese país. En Iraq, de manera similar, Estados Unidos y sus aliados han matado más personas que ISIS (durante la invasión y ocupación brutal del país, origen y causa del nacimiento de este mismo grupo).

SI la guerra contra ISIS se extiende a más países llevando a las mismas fuerzas occidentales que han ejecutado repetidamente matanzas con fines de lucro y que han creado las condiciones para que las élites locales esclavicen, maten, aterroricen y practiquen la limpieza étnica, las consecuencias serán atroces. Teniendo en cuenta que los intereses de la élite de Estados Unidos en Oriente Próximo están lejos de ser humanitarios, y dado que el poderío de ISIS no retrocede, hay que ser muy cándido para creerse que los muchos civiles muertos por la coalición de Estados Unidos en Iraq y Siria son el coste necesario para derrotar a ISIS.

Como escribe Sarah Lazare, periodista independiente, para que la gente de Oriente Próximo tenga un futuro más esperanzador, “el gobierno de Estados Unidos debe retirarse y desmilitarizar su fallida guerra contra el terrorismo, no sólo retirando sus propias fuerzas de Oriente Próximo, sino apagando los fuegos que ha avivado con guerras subrogadas y con un política exterior hipócrita, lo que incluye sus alianzas con gobiernos que apoyan directa e indirectamente a ISIS, como Arabia Saudí y Turquía”. Para que esto suceda tienen que revitalizarse los movimientos contra la guerra y por la justicia social de Estados Unidos y de los Estados aliados.

 

Gregory Shupak es escritor y activista que enseña Estudios de Medios de Comunicación en la Universidad de Guelph, Canadá.

Fuente: http://www.middleeasteye.net/columns/disaster-waiting-happen-expanding-us-led-isis-war-other-countries-1588643228



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