viernes, 30 de abril de 2010

El valle del Yaracuy







Rebelion. Wall Street y las trasnacionales de fiesta corrida. ¿Hasta cuándo?















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Economía






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30-04-2010






La nueva "burbuja" especulativa

Wall Street y las trasnacionales de fiesta corrida. ¿Hasta cuándo?




IAR Noticias



En un escenario, marcado por una dudosa "recuperación económica" (de la que todos dudan), con una creciente crisis fiscal que enciende las luces rojas en Europa, y con un aumento constante del déficit y de la desocupación en EEUU y la UE, la bolsas y las macro empresas y bancos que cotizan en Wall Street siguen cosechando ganancias multimillonarias que se contradicen con los números oficiales de la economía real.




La nueva "burbuja"

En un artículo titulado "Wall Street vuelve a jugar con fuego" el vocero más emblemático del poder financiero estadounidense, The Wall Street Journal, advirtió hace una semana que la especulación con los bonos que desató la "burbuja" y precipitó la crisis financiera, y que derivó luego en crisis recesiva con desocupación en masa, regresó a Wall Street.

En este escenario de regreso a la "burbuja", el Dow Jones tocó la semana pasada los 11.000 puntos, por primera vez desde septiembre de 2008, y después que, en los picos de la crisis financiera y recesiva, descendiera al nivel de los 7000 puntos.

Esta tendencia de nueva "fiesta bursátil" no hace nada más que probar lo que vienen adelantando los especialistas.

Los billonarios fondos públicos utilizados para salvar a los megaconsorcios bancarios e industriales terminaron generando una nueva escalada especulativa que vuelve a "apalancar" la economía (pagar con endeudamiento).

La consecuencia es la generación de una deuda impagable y un rojo crónico en las cuentas fiscales de las naciones capitalistas centrales (principalmente EEUU y la UE).

El nuevo "récord" de 11.000 puntos alcanzado por el índice Dow Jones (que reparte la más formidable tajada de rentabilidad capitalista con la especulación financiera ) lo construyen un reducido número de empresas transnacionales de dimensiones gigantescas, mayores que Estados, que controlan la producción, el comercio y las finanzas mundiales.

Entre las primeras treinta mega empresas imperialistas que controlan el sistema económico productivo mundial y que conforman el índice Dow Jones se encuentran los grandes pulpos de la especulación financiera que utilizan los billonarios fondos estatales de los "rescates" para producir una "burbuja ganancial" durante la crisis.

Las cifras de ganancias de las principales corporaciones de Wall Street ilustra sobre la nueva "burbuja".

Las ganancias del pulpo fianciero Goldman Sachs se dispararon 91% en el primer trimestre. Goldman registró una ganancia de US$3.460 millones, o US$5,59 por acción, durante el primer trimestre, un incremento frente al beneficio de US$1.810 millones, o US$3,39 por acción, en el mismo período del año anterior. Los ingresos sumaron US$12.780 millones en los tres meses, un aumento del 36% frente a un año atrás.

El gigante automotriz Ford Motor Co. registró una ganancia de US$2.100 millones durante el primer trimestre del 2010, elevó su proyección para el resultado de todo el año al afirmar que generará "sólidos beneficios", y aumentó en otros 30.000 vehículos su producción para el segundo trimestre en América del Norte.

La multinacional Johnson & Johnson registró en el primer trimestre una ganancia de US$4.530 millones, o US$1,62 por acción, un aumento del 29% frente al beneficio de US$3.510 millones, o US$1,26 por acción, del mismo período del año anterior.

La ganancia del pulpo de las bebidas gaseosas, Coca-Cola Co. creció el 19% durante el primer trimestre del 2010, frente al mismo período del año pasado, gracias al sólido desempeño de sus operaciones en el extranjero. Coca-Cola registró una ganancia de US$1.610 millones, o 69 centavos por acción, durante el trimestre, un incremento frente al beneficio de US$1.350 millones, o 58 centavos por acción, del mismo período del año anterior. La ganancia trimestral superó las expectativas de Wall Street.

La fiesta especulativa y ganancial de las principales corporaciones cotizantes en Wall Street choca con la siguiente ecuación que se sigue observando en la economía real:

El déficit fiscal (caída de la recaudación) impide la reactivación del gasto social por parte del Estado, B) la contracción del crédito (destinado a la producción) impide la reactivación del consumo, y D) el desempleo (despidos masivos por falta de ventas) produce el resultante conflictivo social de la no reactivación plena (pese a un crecimiento débil) de la economía.

La "fiesta" especulativa de Wall Street y de las bolsas contrasta con la situación de postración que padece la economía estructural del Imperio que no consigue despegar con lo que los especialistas llaman un "principio de crecimiento débil" que no alcanza para la reactivación.

La especulación con el petróleo


La decisión del gobierno USA (tanto con Bush como con Obama) de emplear fondos estatales para el rescate de bancos y empresas quebradas por la crisis, reactivó una nueva "burbuja" especulativa en los mercados bursátiles y financieros, que luego se trasladó a los mercados energéticos y de las materias primas, iniciando nuevamente una escalada en los precios del petróleo y de las materias primas, que vuelven a ser objeto de la rentabilidad especulativa.

Según analistas especializados de Wall Street, un 60% del precio del petróleo crudo y de las materias primas alimentarias tiene como causa la especulación en futuros no regulada, de fondos precisamente autodenominados "especulativos", bancos y grupos financieros que utilizan las bolsas de futuros ICE de Londres y NYMEX de Nueva York y el comercio inter-bancos.

En este frente del negocio agro-energético financiero (productor directo de la hambruna y la inflación mundial) se encuentran en primera línea Goldman Sach y Morgan Stanley, súper-gigantes de la especulación financiera en alta escala del capitalismo trasnacional sionista con asiento en Wall Street.

El resultado trimestral del Goldman Sachs, el mayor "banco de inversión" de Wall Street, volvió a ser impulsado por las operaciones especulativas en los mercados energéticos y de materias primas que le permitió aumentar sus ganancias a niveles exorbitantes.

Luego de tocar un precio récord de US$ 140 el barril, en julio de 2008, el petróleo había descendido a la línea de los US$ 35 el año pasado. De la mano de la nueva "burbuja" en Wall Street el oro negro volvió a remontar alcanzando los US$ 87 el barril, su más alto nivel desde octubre de 2008.

Los pronósticos más optimistas de Wall Street contemplan nuevos incrementos en el precio. Barclays Capital prevé que alcance los US$ 97 a fin de año, mientras que Goldman Sachs y Morgan Stanley apuestan por US$ 110 y US$ 100 respectivamente.

Jeff Rubin, ex economista jefe de CIBC y autor de un libro sobre el petróleo y la globalización, advierte: “Un precio de tres dígitos va a suponer una amenaza para la recuperación mundial”.

A modo de emergente más inmediato de esta nueva escalada especulativa (el petróleo es la fuerza que mueve la economía mundial), ya comienza a verificarse una nueva cadena inflacionaria que repercute en primer lugar en una nueva ola alcista en el precio de los alimentos a escala mundial.



¿Hasta cuándo?

Hay una certeza generalizada entre los especialistas: La no reactivación plena del crédito y del consumo y la suba del desempleo (EEUU ya toca una tasa récord) amenaza con terminar con la "fiesta bursatil" y complica todas las variables de la débil recuperación económica.

La percepción generalizada entre los especialistas es que la debilidad de la demanda consumidora en EEUU y Europa, impulsada por el alto desempleo, el difícil acceso al crédito y el estancamiento (o reducción) de los salarios, es la principal amenaza a la sostenibilidad de una débil recuperación económica.

Como producto de la especulación bursátil (en desmedro de la inversión productiva) en los últimos meses fue cobrando forma visible un nuevo actor emergente en la economía mundial: La "crisis fiscal" (producto de los déficit siderales que aquejan a los Estados de las economías centrales) que sucede a la "crisis financiera" en la debacle de la economía capitalista globalizada.

A esto se agrega la sombra de una insolvencia de pago generalizada (producida por los déficit y la baja de recaudación fiscal) que hace temer a los analistas del sistema un rebrote de la crisis financiera, no ya a nivel de los bancos y entidades privadas, sino a nivel de los propios Estados capitalistas centrales.

La crisis fiscal (producto del déficit comercial y recaudatorio del Estado) se sumó al panorama de agravamiento del desempleo (principalmente en EEUU y Europa), la no reactivación del consumo (producida por la desaparición del crédito para la producción), y los interrogantes que persisten en caso de que los bancos centrales decidan levantar los estímulos (planes de rescate) a bancos y empresas.

Y hay una duda extendida: Qué va a pasar con la industria y con los mercados financieros y bursátiles cuando se retiren los fondos de estímulos estatales. Este escenario, marcado por la incertidumbre y el escepticismo, se contrapone con la euforia de los gobiernos centrales y de las autoridades económicas mundiales que anuncian un "fin de la recesión" casi por decreto.

La mayoría de los analistas (entre ellos Krugman y Stiglitz) coinciden en que un retiro de los billonarios subsidios estatales a las macro empresas y gigantes bancarios (que impulsan el actual récord del Dow Jones) va a producir una recaída de la crisis financiera.

Y una posible recaída de la crisis financiera en EEUU, a su vez, no solo terminaría con el ascenso bursátil sino que además llevaría a los capitales especulativos internacionales a refugiarse nuevamente en el dólar y en los activos del Tesoro estadounidense, retroalimentado la "iliquidez" y agravando la crisis del crédito orientado a la producción y el consumo.

En suma, un círculo vicioso, que además de terminar nuevamente con la fiesta especulativa en Wall Street, podría arrastrar a la primera economía imperial (la locomotora de la economía global) a una recaída de la crisis económica con efectos letales de arrastre sobre el resto de las potencias centrales, emergentes y subdesarrolladas.

También aquí los analistas coinciden: Una recaída de la crisis económica y financiera en EEUU, arrastraría en primer término a la Unión Europea, China, Japón, India y las principales economías asiáticas (más del 80% del PBI mundial) con su comercio de importación y exportación ligados al dólar y a la primera economía imperial.

Por ahora, Wall Street y las bolsas siguen de fiesta.


http://www.iarnoticias.com/2010/secciones/norteamerica/0053_nueva_burbuja_especulativa_28abr2010.html






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