Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens |
La vida es un obsequio dorado de Alá si se es miembro certificado del Club de la Contrarrevolución del Golfo (CCG), conocido también como Consejo de Cooperación del Golfo; Bahréin Kuwait, Omán, Qatar, Arabia Saudí Arabia y los Emiratos Árabes Unidos pueden torturar, matar, reprimir y demonizar a sus propios súbditos – con plena confianza en que su “amo” permitirá que se salgan con la suya.
Precisamente mientras la dinastía suní al-Khalifa en el poder en Bahréin promete, públicamente, que seguirá arrestando, atacando con gas lacrimógeno, allanando casas, confiscando puestos de trabajo, y obliga a manifestantes por la democracia a vivir en un temor permanente, el príncipe heredero bahreiní Salman bin Hamad al-Khalifa es recibido en Washington por el gobierno de Barack Obama.
El príncipe Salman –a quien la propaganda bahreiní presenta como “moderado”– se presentó en el Departamento de Estado de EE.UU. junto a la secretaria de Estado Hillary “fuimos, vimos, murió” Clinton. Los que “mueren” son dictadores malvados del tipo de Muamar Gadafi; “nuestros” hijueputas celebran en Washington DC después de entrar por la alfombra roja.
¿Existe alguna represión y muerte relacionada con la Primavera Árabe en Bahréin? Según Clinton, evidentemente no; se trata solo de “problemas internos” – en sus propias palabras.
Lo que esto significa en la práctica es que Clinton aprueba la narrativa oficial de que hay que culpar a los manifestantes por la sectarización de todo lo que sucede en Bahréin – y no a los al-Khalifas, quienes han pasado un año destruyendo mezquitas chiíes e invirtiendo en una demonización generalizada de todo lo que tenga que ver con chiíes (culpen por todo al “malvado” Irán).
Los al-Khalifas han sido mucho más astutos que el presidente Bashar el-Asad en Siria; han matado solo a una cantidad aceptable de gente. ¿Pero por qué es Bahréin sustancialmente “diferente” de Siria? Porque “alberga la 5ª Flota de la Armada de EE.UU., ayuda a que las fuerzas armadas estadounidenses proyecten su poderío en el Golfo para contener Irán”; y el que habla no es un neoconservador, sino el director en Washington de Human Rights Watch, Tom Malinowski.
Un montón de cobardes
Habla Clinton, la conquistadora de Libia:
Bahréin es un apreciado aliado de EE.UU. Somos socios en muchos importantes temas de interés mutuo para cada una de nuestras naciones y también para asuntos regionales y globales. Espero con ansia una oportunidad de discutir con Su Alteza Real una serie de temas interiores y exteriores que encara Bahréin y lograr un mejor entendimiento de los actuales esfuerzos que emprende el gobierno de Bahréin. Por lo tanto, de nuevo, Su Alteza Real, bienvenido a EE.UU.
Y un vocero bahreiní explica los acontecimientos a Reuters solo un día antes de la charla de Clinton y el Príncipe Heredero:
Estamos buscando a los perpetradores y a la gente que utiliza los medios impresos, las transmisiones y los medios sociales para alentar la protesta ilegal y la violencia en todo el país. Si aplicar la ley significa una acción más dura, así sea.
Traducción: Seguiremos recurriendo a la violencia porque los amos en Washington nos cubren las espaldas.
Ni una palabra del gobierno de Obama sobre el arresto del máximo activista bahreiní por los derechos humanos, Nabeel Rajab, a quien Amnistía Internacional declaró “prisionero de conciencia”, mientras llamaba a su inmediata liberación. El activista Abdulhadi Alkhawaja, por su parte, ha mantenido una huelga de hambre durante tres meses, en protesta por su condena a prisión perpetua por el régimen al-Khalifa.
R2P, “responsabilidad de proteger”, la tan adorable doctrina prohijada por las Tres Gracias: Clinton, la embajadora de EE.UU. ante las Naciones Unidas, Susan Rice, y la Asistente Especial de Obama, Susan Rice – no se aplica a manifestantes civiles, en su mayoría chiíes, en Bahréin. Han estado pidiendo ayuda desde hace un año para que sus derechos humanos básicos –y no tienen muchos– sean protegidos.
El primer ministro de Bahréin Khalifa bin Salman al Khalifa –cuyos métodos medievales harían que el egipcio Omar "Jeque al-Tortura" Suleiman palideciera de envidia, para no mencionar al príncipe Nayef de la Casa de Saud– ha estado en el poder durante 40 años.
Y el rey Hamad de Bahréin ha sido tan generoso; después de todo ordenó un informe sobre la represión. Sobra decir que el informe, ni siquiera cuidadosamente esterilizado, no ha sido implementado.
Lo que hace que esto sea aún más trágico, es que esas gentes son cobardes. Se necesitaría una sola palabra de Clinton u Obama para que los al-Khalifas detuvieran de inmediato su represión concertada, utilizando su brutal fuerza policial suní reclutada de Pakistán, Siria y Yemen; que liberara a los miles de prisioneros; y volviera contratar a los miles de trabajadores que fueron despedidos por ser “subversivos”. Y el motivo es:
Ha habido un rumor en Gran Bretaña de que es posible que se excluya de los Juegos Olímpicos de Verano en Londres de este verano a Nasser Bin Hamad, hijo del rey de Bahréin. Hay motivos gráficos: amenazó personalmente a numerosos atletas, fuera de ser acusado de tortura. ¿Qué hizo? Borró rápidamente todos sus twits amenazante. Probablemente Nasser estará celebrando en Mayfair en julio.
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Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge . Su libro más reciente, que acaba de aparecer es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com
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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/
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