Comunicado de ATTAC España sobre Grecia y los ataques especulativos al euro
ATTAC España
La ciudadanía y los mercados
financieros especulativos libramos una pugna que definirá quién mandará
en el sistema económico, social y político que emergerá tras la crisis.
Si en esta pugna los gobiernos democráticos no se ponen del lado de su
ciudadanía supeditando y regulando el mercado financiero los ciudadanos
les daremos la espalda, como ya ha ocurrido en Islandia, Letonia y
Grecia. La desafección de la ciudadanía con sus gobernantes y sus
políticos en la oposición se manifiesta en todos los sondeos de opinión
en la totalidad de los países de la zona euro.
La actual
situación de Grecia pone de manifiesto la inutilidad de la Europa
neoliberal para defender a su ciudadanía de los efectos letales de la
crisis del capitalismo financiero agudizado ahora con los ataques
especulativos contra el euro.
La visión que se está
transmitiendo en relación con los ataques al euro es que esta crisis
está causada por el comportamiento irresponsable del gobierno griego,
que ha gastado en exceso en su estado de bienestar, creando un déficit
y una deuda pública que no son sostenibles y que han generado dudas
sobre si el gobierno podrá pagar sus deudas. Esta misma lección se
aplica a otros Estados como Portugal y España a los que se acusa de
excesivo gasto público. De esta lectura se deriva que la solución es
que los griegos, españoles, portugueses, italianos e irlandeses se
aprieten el cinturón recortando su gasto público y reduciendo sus
exuberantes beneficios sociales y laborales, tal como manda el Banco
Central Europeo y sus acólitos Bancos Centrales nacionales, todos
sujetos al Pacto de Estabilidad.
Se ataca al euro por el lado de
los países periféricos, sus puntos débiles. No se ataca a Japón ni a
Gran Bretaña que actualmente presentan un déficit fiscal mayor. El
déficit de la economía griega se eleva al 13% del PIB, el de Gran
Bretaña al 11,5% y el de España al 11,2%. Y la deuda de Grecia se eleva
113%, aunque no mucho más elevada que la deuda que se proyecta para el
2011 para el promedio de los países de la OCDE y mucho menor que la
deuda de Japón del 192% del PIB. Lo que ha ocurrido en Grecia, y en la
mayoría de países de la OCDE, es que la disminución de los ingresos del
estado, consecuencia del descenso muy marcado de la actividad económica
y la bajada o eliminación de la tributación directa a rentas y
patrimonio, ha causado el crecimiento del déficit. Lo que no nos dicen
es que el problema del déficit se basa más en la redistribución
tributaria a favor de las clases altas, bajando los ingresos de los
Estados, que en la subida del gasto. Lo que no se nos dice es que
estamos ante una verdadera batalla por el Poder. La inestabilidad del
sistema financiero internacional que actualmente vivimos anula todas
las políticas de reequilibrio fiscal de los Estados. Los ataques
“especulativos” contra el euro se repetirán periódicamente hasta la
próxima cita del G 20 en Canadá.
Europa y el FMI no rescatan a
la ciudadanía griega ni a Grecia. Rescatan a la banca alemana,
francesa, austriaca y a otras en menor medida, que son poseedoras de la
deuda en bonos del Estado griego sin querer modificar ninguna de las
causas estructurales que nos han abocado a esta situación. De ahí las
draconianas condiciones impuestas. El Gobierno de Ángela Merkel quiere
rescatar a sus bancos y garantizar que el dinero llegue de vuelta a
ellos aunque pase por Grecia. El gobierno conservador anterior de
Grecia mintió a su ciudadanía y al resto de Europa y del mundo con la
complicidad de grandes banqueros extranjeros como Goldman Sachs sin
aumentar los impuestos de la gente más pudiente y así corregir el
déficit del Estado y el excesivo fraude fiscal. El 95% del dinero que
hoy son deudas griegas fue a bancos europeos, en especial los alemanes,
franceses y austriacos que poseen más del 70%. Estos bancos compraron
los bonos griegos en masa y a precios muy reducidos. Estos bonos los
tienen asegurados en lo que se llama Credit Defaults Swaps (CDS) El
aseguramiento de los bonos no se basa en su precio real, sino en un
precio ficticio, resultado de la especulación. De ahí las campañas de
los bancos y de los hedge funds (fondos de inversión de carácter
especulativo) a fin de inflar el precio de los bonos que generan un
interés exorbitante de un 7% por año.
Pero este crecimiento
exuberante de los intereses de los bonos lo tiene que pagar la
ciudadanía griega para cumplir con el Pacto de Estabilidad vigente en
la Europa neoliberal. Lo que se le dice al ciudadano griego y europeo
es que tenemos que ser más austeros, vivir con menos transferencias y
servicios públicos y reducir los beneficios sociales y laborales. Todo
ello para que se pueda pagar a los bancos privados sus escandalosamente
altos beneficios basados en mera especulación. Los grandes bancos
privados, además, son los mayores clientes de las agencias de
calificación crediticia que catalogan los bonos de los estados, según
la voluntad de los gobiernos de seguir las instrucciones de estos
grandes bancos privados, que se llaman así mismos “mercados
financieros”.
Esta política de descenso del gasto público es
suicida, pues acentúa más la recesión y dificulta la recuperación en
todos los países de la eurozona y no sólo en los países mediterráneos e
Irlanda, sino también en los países centrales, incluida Alemania. La
austeridad de gasto público, junto con la falta de crecimiento de los
salarios, hace que la escasa demanda interna esté imposibilitando el
estímulo económico necesario para salir de la crisis. De ahí que se
intente basar la recuperación económica en el crecimiento de las
exportaciones. Las políticas de austeridad, bajada de gasto público y
de salarios esta paralizando la actividad económica y el comercio. En
Irlanda y Letonia, donde más se han aplicado las recetas de austeridad,
el PIB ha caído el 8% y casi el 20% en 2009, originando una profunda
recesión en ambos países. Un tanto igual ocurrirá en Grecia, y en
Portugal y España si las políticas de austeridad no cambian.
En
este enfrentamiento entre la ciudadanía y los especuladores financieros
estos han ganado la batalla en 1992 y 1993 en Europa; en 1997 y 1998 en
la mayoría del sudeste asiático, pero no en China, que controla
políticamente su política monetaria y a su Banco Central, ni a quién
impuso controles al movimiento de capitales. Vencieron en Argentina,
Rusia y Méjico; pero fueron vencido por Lula en Brasil que impuso una
tasa del 1,5% a la especulación financiera con su deuda soberana, y por
Correa en Ecuador, que se negó a reconocer la deuda sin una auditoría
previa, y no se atreven con Bolivia. Como demuestran todos los países
que han combatido con éxito la actual crisis, son los bancos públicos,
la regulación y control político de su sistema financiero e, incluso,
un impuesto a la especulación financiera como el vigente en Brasil del
2% lo que explica su escasa incidencia y rápida recuperación.
El
Poder soberano de emisión de monedas corresponde en exclusiva a los
Estados que en la eurozona se ha delegado, sin ningún tipo de control
político, al Banco Central Europeo, a la vez que se le prohíbe dar
préstamos a los Gobiernos directamente. La aberración de esta medida
está en la raíz de los problemas actuales. Y la consecuencia más
directa es la debilidad de los Estados y la fortaleza de los bancos
privados.
ATTAC España manifiesta que hay otra forma de
enfrentarse a los mercados financieros especulativos en defensa de la
ciudadanía. Tan sólo hace falta que los Jefes de Estado se reúnan y
acuerden modificar la norma que impide al Banco Central Europeo dar
directamente prestamos a los Gobiernos al 0% o al 1% como se ha hecho y
se sigue haciendo con los bancos privados.
ATTAC España solicita
que no se reconozca y pague la deuda soberana de ningún país de la
eurozona sin que previamente se haga una auditoría de esta depurándola
del exceso de la especulación. Hay que salvar para la ciudadanía el
necesario e imprescindible sistema financiero, pero no al sistema
especulativo privado ni a los delincuentes financieros. Es la
oportunidad de volver a crear un fuerte sistema financiero público.
ATTAC
España advierte que los planes de austeridad no es el camino. Nos
envolverán en una espiral de más miseria. Que la solución pasa por
incrementar los ingresos y que esto puede hacerse ya, estableciendo
urgentemente un impuesto a la especulación financiera con deuda
soberana como ha hecho ya Brasil.
ATTAC España está a favor de
crear un bono de deuda pública pan-europea que reúna la deuda de todos
los Estados miembros de la Unión Europea en un solo instrumento
financiero, símbolo de la integración de los pueblos de Europa y
herramienta muy útil para conseguir el crédito necesario para la
promoción de políticas sociales a lo largo y ancho del continente.
ATTAC
España se solidariza con la ciudadanía griega que hoy somos todos y
todas. Su lucha, igual que la de la ciudadanía islandesa negándose a
pagar la deuda ilegal de los especuladores financieros privados, es la
de todos y todas marcando el camino que nos llevará a reconquistar la
soberanía de los pueblos y a desarmar a los criminales mercados
financieros.
El establecimiento de un impuesto a las
transacciones financieras especulativas verdaderamente disuasivo contra
esta, siguiendo el ejemplo de Brasil, el control real de toda
transacción con los Paraísos Fiscales, una política firme de lucha
contra la economía sumergida y delictiva, unida con una política de más
Europa política y social y fuerte política de renta que creen demanda
en el mercado interior es el camino para atajar el déficit fiscal de
los Estados, y encauzar la salida de la crisis para las personas,
enfrentándose con un mínimo de posibilidades de éxito a los
especuladores bancos privados internacionales.
http://www.attac.es/ ciudadania-griega-somos-todos- y-todas/
financieros especulativos libramos una pugna que definirá quién mandará
en el sistema económico, social y político que emergerá tras la crisis.
Si en esta pugna los gobiernos democráticos no se ponen del lado de su
ciudadanía supeditando y regulando el mercado financiero los ciudadanos
les daremos la espalda, como ya ha ocurrido en Islandia, Letonia y
Grecia. La desafección de la ciudadanía con sus gobernantes y sus
políticos en la oposición se manifiesta en todos los sondeos de opinión
en la totalidad de los países de la zona euro.
La actual
situación de Grecia pone de manifiesto la inutilidad de la Europa
neoliberal para defender a su ciudadanía de los efectos letales de la
crisis del capitalismo financiero agudizado ahora con los ataques
especulativos contra el euro.
La visión que se está
transmitiendo en relación con los ataques al euro es que esta crisis
está causada por el comportamiento irresponsable del gobierno griego,
que ha gastado en exceso en su estado de bienestar, creando un déficit
y una deuda pública que no son sostenibles y que han generado dudas
sobre si el gobierno podrá pagar sus deudas. Esta misma lección se
aplica a otros Estados como Portugal y España a los que se acusa de
excesivo gasto público. De esta lectura se deriva que la solución es
que los griegos, españoles, portugueses, italianos e irlandeses se
aprieten el cinturón recortando su gasto público y reduciendo sus
exuberantes beneficios sociales y laborales, tal como manda el Banco
Central Europeo y sus acólitos Bancos Centrales nacionales, todos
sujetos al Pacto de Estabilidad.
Se ataca al euro por el lado de
los países periféricos, sus puntos débiles. No se ataca a Japón ni a
Gran Bretaña que actualmente presentan un déficit fiscal mayor. El
déficit de la economía griega se eleva al 13% del PIB, el de Gran
Bretaña al 11,5% y el de España al 11,2%. Y la deuda de Grecia se eleva
113%, aunque no mucho más elevada que la deuda que se proyecta para el
2011 para el promedio de los países de la OCDE y mucho menor que la
deuda de Japón del 192% del PIB. Lo que ha ocurrido en Grecia, y en la
mayoría de países de la OCDE, es que la disminución de los ingresos del
estado, consecuencia del descenso muy marcado de la actividad económica
y la bajada o eliminación de la tributación directa a rentas y
patrimonio, ha causado el crecimiento del déficit. Lo que no nos dicen
es que el problema del déficit se basa más en la redistribución
tributaria a favor de las clases altas, bajando los ingresos de los
Estados, que en la subida del gasto. Lo que no se nos dice es que
estamos ante una verdadera batalla por el Poder. La inestabilidad del
sistema financiero internacional que actualmente vivimos anula todas
las políticas de reequilibrio fiscal de los Estados. Los ataques
“especulativos” contra el euro se repetirán periódicamente hasta la
próxima cita del G 20 en Canadá.
Europa y el FMI no rescatan a
la ciudadanía griega ni a Grecia. Rescatan a la banca alemana,
francesa, austriaca y a otras en menor medida, que son poseedoras de la
deuda en bonos del Estado griego sin querer modificar ninguna de las
causas estructurales que nos han abocado a esta situación. De ahí las
draconianas condiciones impuestas. El Gobierno de Ángela Merkel quiere
rescatar a sus bancos y garantizar que el dinero llegue de vuelta a
ellos aunque pase por Grecia. El gobierno conservador anterior de
Grecia mintió a su ciudadanía y al resto de Europa y del mundo con la
complicidad de grandes banqueros extranjeros como Goldman Sachs sin
aumentar los impuestos de la gente más pudiente y así corregir el
déficit del Estado y el excesivo fraude fiscal. El 95% del dinero que
hoy son deudas griegas fue a bancos europeos, en especial los alemanes,
franceses y austriacos que poseen más del 70%. Estos bancos compraron
los bonos griegos en masa y a precios muy reducidos. Estos bonos los
tienen asegurados en lo que se llama Credit Defaults Swaps (CDS) El
aseguramiento de los bonos no se basa en su precio real, sino en un
precio ficticio, resultado de la especulación. De ahí las campañas de
los bancos y de los hedge funds (fondos de inversión de carácter
especulativo) a fin de inflar el precio de los bonos que generan un
interés exorbitante de un 7% por año.
Pero este crecimiento
exuberante de los intereses de los bonos lo tiene que pagar la
ciudadanía griega para cumplir con el Pacto de Estabilidad vigente en
la Europa neoliberal. Lo que se le dice al ciudadano griego y europeo
es que tenemos que ser más austeros, vivir con menos transferencias y
servicios públicos y reducir los beneficios sociales y laborales. Todo
ello para que se pueda pagar a los bancos privados sus escandalosamente
altos beneficios basados en mera especulación. Los grandes bancos
privados, además, son los mayores clientes de las agencias de
calificación crediticia que catalogan los bonos de los estados, según
la voluntad de los gobiernos de seguir las instrucciones de estos
grandes bancos privados, que se llaman así mismos “mercados
financieros”.
Esta política de descenso del gasto público es
suicida, pues acentúa más la recesión y dificulta la recuperación en
todos los países de la eurozona y no sólo en los países mediterráneos e
Irlanda, sino también en los países centrales, incluida Alemania. La
austeridad de gasto público, junto con la falta de crecimiento de los
salarios, hace que la escasa demanda interna esté imposibilitando el
estímulo económico necesario para salir de la crisis. De ahí que se
intente basar la recuperación económica en el crecimiento de las
exportaciones. Las políticas de austeridad, bajada de gasto público y
de salarios esta paralizando la actividad económica y el comercio. En
Irlanda y Letonia, donde más se han aplicado las recetas de austeridad,
el PIB ha caído el 8% y casi el 20% en 2009, originando una profunda
recesión en ambos países. Un tanto igual ocurrirá en Grecia, y en
Portugal y España si las políticas de austeridad no cambian.
En
este enfrentamiento entre la ciudadanía y los especuladores financieros
estos han ganado la batalla en 1992 y 1993 en Europa; en 1997 y 1998 en
la mayoría del sudeste asiático, pero no en China, que controla
políticamente su política monetaria y a su Banco Central, ni a quién
impuso controles al movimiento de capitales. Vencieron en Argentina,
Rusia y Méjico; pero fueron vencido por Lula en Brasil que impuso una
tasa del 1,5% a la especulación financiera con su deuda soberana, y por
Correa en Ecuador, que se negó a reconocer la deuda sin una auditoría
previa, y no se atreven con Bolivia. Como demuestran todos los países
que han combatido con éxito la actual crisis, son los bancos públicos,
la regulación y control político de su sistema financiero e, incluso,
un impuesto a la especulación financiera como el vigente en Brasil del
2% lo que explica su escasa incidencia y rápida recuperación.
El
Poder soberano de emisión de monedas corresponde en exclusiva a los
Estados que en la eurozona se ha delegado, sin ningún tipo de control
político, al Banco Central Europeo, a la vez que se le prohíbe dar
préstamos a los Gobiernos directamente. La aberración de esta medida
está en la raíz de los problemas actuales. Y la consecuencia más
directa es la debilidad de los Estados y la fortaleza de los bancos
privados.
ATTAC España manifiesta que hay otra forma de
enfrentarse a los mercados financieros especulativos en defensa de la
ciudadanía. Tan sólo hace falta que los Jefes de Estado se reúnan y
acuerden modificar la norma que impide al Banco Central Europeo dar
directamente prestamos a los Gobiernos al 0% o al 1% como se ha hecho y
se sigue haciendo con los bancos privados.
ATTAC España solicita
que no se reconozca y pague la deuda soberana de ningún país de la
eurozona sin que previamente se haga una auditoría de esta depurándola
del exceso de la especulación. Hay que salvar para la ciudadanía el
necesario e imprescindible sistema financiero, pero no al sistema
especulativo privado ni a los delincuentes financieros. Es la
oportunidad de volver a crear un fuerte sistema financiero público.
ATTAC
España advierte que los planes de austeridad no es el camino. Nos
envolverán en una espiral de más miseria. Que la solución pasa por
incrementar los ingresos y que esto puede hacerse ya, estableciendo
urgentemente un impuesto a la especulación financiera con deuda
soberana como ha hecho ya Brasil.
ATTAC España está a favor de
crear un bono de deuda pública pan-europea que reúna la deuda de todos
los Estados miembros de la Unión Europea en un solo instrumento
financiero, símbolo de la integración de los pueblos de Europa y
herramienta muy útil para conseguir el crédito necesario para la
promoción de políticas sociales a lo largo y ancho del continente.
ATTAC
España se solidariza con la ciudadanía griega que hoy somos todos y
todas. Su lucha, igual que la de la ciudadanía islandesa negándose a
pagar la deuda ilegal de los especuladores financieros privados, es la
de todos y todas marcando el camino que nos llevará a reconquistar la
soberanía de los pueblos y a desarmar a los criminales mercados
financieros.
El establecimiento de un impuesto a las
transacciones financieras especulativas verdaderamente disuasivo contra
esta, siguiendo el ejemplo de Brasil, el control real de toda
transacción con los Paraísos Fiscales, una política firme de lucha
contra la economía sumergida y delictiva, unida con una política de más
Europa política y social y fuerte política de renta que creen demanda
en el mercado interior es el camino para atajar el déficit fiscal de
los Estados, y encauzar la salida de la crisis para las personas,
enfrentándose con un mínimo de posibilidades de éxito a los
especuladores bancos privados internacionales.
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