Los países del Sur podrían definir criterios alternativos para otro desarrollo productivo del planeta. Y también podrían impulsar una perspectiva de alternativa sobre el tema del cambio climático y sobre la crisis financiera bursátil. |
sino una bancarrota de bancos privados muy grandes, como el
Société Générale de Francia, que perdió el 55 por ciento de su
capitalización bursátil en los seis últimos meses”, dispara y
sorprende el reconocido intelectual europeo Éric Toussaint,
presidente del Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer
Mundo y autor del reciente libro publicado en Argentina La
crisis global. Además, el politólogo belga, figura central del
movimiento Attac, siglas en francés de la Asociación por una
Tasa para las Transacciones Financieras y Ayuda a los Ciudadanos
y activista del Foro Social Mundial, estima que la oferta del
bloque Bric (Brasil, Rusia, India, China) sobre comprar deuda
europea implica “una inédita inversión de roles en el sistema
global. Solamente China podría salvar al conjunto de Grecia,
Portugal, Irlanda, Italia, España. Porque las reservas del
gigante asiático son superiores al total de la deuda pública de
dichos países. Entonces, yo diría que los países del Sur tienen
la posibilidad histórica de cambiar las reglas y de imponer otro
rumbo”.
–¿Cómo analiza lo que está pasando con la deuda griega
y los cimbronazos económicos de Italia y España?
–La Unión Europea y, en particular, la eurozona atraviesan una
crisis brutal. Empezó en mayo de 2010 por el eslabón más débil
de la cadena de la deuda pública europea, es decir Grecia, y
luego se contagió a Irlanda y Portugal. Igualmente, el peligro
más importante en estos días no es tanto Grecia, sino una
bancarrota de bancos privados muy grandes, como el Société
Générale de Francia que perdió el 55 por ciento de su
capitalización bursátil en los seis últimos meses. Estos bancos
están al borde de la bancarrota porque utilizaron, en los años
2007 y 2008, la liquidez otorgada por el Banco Central Europeo y
las reservas federal de Estados Unidos para endeudar masivamente
a países de las zonas del euro, en lugar de utilizar el dinero
para dinamizar la economía real. Entonces, estos bancos son muy
débiles frente a la situación general de inestabilidad de la
deuda pública en varios países de la Unión Europea.
–Cuando uno lee que el Bric, este bloque de países que
integran Brasil, Rusia, India y China, dice “hagamos un Plan
Marshall, pero en vez de mandarle la plata desde el
Departamento del Tesoro norteamericano, lo podemos realizar
este grupo de países con recursos propios”, suena extrañísimo.
¿Cómo tenemos que interpretar eso?
–Es una inversión de roles, claro que tienen enormes reservas
en dólares y euros. Solamente China podría salvar al conjunto de
Grecia, Portugal, Irlanda, Italia, España. Porque las reservas
de China son superiores al total de la deuda pública de los
países que acabo de mencionar. ¿Cuál es la reflexión sobre esto?
Primero, que en los últimos años con el alza de los precios de
materias primas, los países del sur del planeta y China lograron
acumular un capital enorme. Además, estas mismas naciones no
aplican de manera ortodoxa las políticas neoliberales, al
contrario de la Unión Europea y los Estados Unidos. Entonces, yo
diría que los países del Sur tienen la posibilidad histórica de
cambiar las reglas y de imponer otro rumbo. Y la segunda
reflexión es que, sin embargo, estos países no utilizan esta
oportunidad histórica para realmente cambiar las reglas del
juego global. No retan a Europa para abandonar el dogma
neoliberal sino que se proponen como ayudantes a nivel
financiero y para mí eso es una debilidad estratégica. Es el
problema del G-20, de la política de los gobiernos de Brasil,
Argentina y China, que no son de una suficiente ofensiva para
doblegar la coyuntura actual.
–Y usted cree que hay un margen en las relaciones de
poder internacional para ostentar una actitud más protagónica,
más agresiva.
–Por supuesto, los países del Sur tienen realmente la
posibilidad. Incluso, podrían definir criterios alternativos
para otro desarrollo productivo del planeta. Y también podrían
impulsar una perspectiva de alternativa sobre el tema del cambio
climático y sobre la crisis financiera bursátil. Nosotros, por
ejemplo, y a nivel de los movimientos sociales y de
organizaciones sindicales europeos, resistimos a la ofensiva
neoliberal extendiendo iniciativas ciudadanas de auditoría de la
deuda. Ese movimiento nació en Grecia, y ahora se están
constituyéndose pares del mismo tipo en Portugal, en España, en
Irlanda, y hace diez días nació, también, un Comité de
Iniciativa para una auditoría ciudadana en Francia. En
definitiva, el tema de la deuda, ahora, se transformó en el eje
central de la discusión política en Europa. Y eso gracias a que,
por primera vez, grandes movimientos dedican toda su atención a
la resolución del problema. Y lo hacen recordando a la gente que
hay que aprender de las experiencias de lucha del Ecuador, de la
Argentina. Porque estos países y sus organizaciones sociales, de
algún modo, al menos, no siguieron en la doxa neoliberal. De
algún modo, hicieron una primera ruptura antipensamiento único,
que habría que extender y profundizar.
Fuente:
Eduardo Anguita eanguita@miradasalsur.com
http://www.attacmadrid.org/?p=
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