domingo, 18 de septiembre de 2011

La UE en la hora actual.






Rebelion. La economía mundial se estremece















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Economía






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18-09-2011






Entre el default griego y la crisis de la Unión Europea

La economía mundial se estremece










La economía griega está sufriendo una contracción superior al 7% y

los fondos del Estado sólo alcanzarían para pagar sueldos y pensiones

hasta el mes de octubre. En un acto de completa sumisión, el gobierno

prometió cumplir a rajatabla con el FMI, el Banco Central Europeo y la

Comisión Europea, ordenando la reducción en un 10% de los planteles de

151 empresas con participación estatal además de un impuesto sobre la

propiedad inmobiliaria y la anulación de un mes de salario a todos los

cargos políticos electos “desde el jefe de estado hasta los alcaldes”.

Con estas medidas se abren las puertas a que los funcionarios de la UE y

el FMI retornen a Atenas esta semana. Si evalúan que Grecia está

haciendo sus deberes correctamente, entregarían el sexto tramo del plan

de “rescate” aprobado en mayo de 2010. Sin embargo el semanario alemán

Der Spiegel dejó filtrar que la pregunta que se hacen las autoridades

alemanas no es ya cómo evitar el default griego sino qué medidas tomar

cuando suceda. La posibilidad de una remake de un escenario al estilo

Lehman Brothers, no sólo está sitiando a Alemania sino que amenaza a

toda Europa, a Estados Unidos, a China, a los denominados BRICS1 y al

conjunto de la economía mundial. Berlín estaría preparando desde la

semana pasada un plan de rescate para sus bancos y aseguradoras además

de la apertura de líneas de crédito para los países que no puedan

recaudar capital en los mercados financieros frente a una eventual

cesación de pagos de Grecia. La crisis de la zona euro comenzó esta

nueva escalada a escasas horas de la renuncia del alemán Jürgen Stark,

economista jefe del BCE, al Consejo Ejecutivo de ese organismo por su

oposición a la política del banco, presidido por Jean Claude Trichet, de

continuar adquiriendo bonos soberanos de las deudas de España e Italia

además de la griega. Estos factores combinados con las escasas

expectativas que generó el anuncio de Obama de un plan de estímulo

cercano a los 400.000 millones de dólares, la profundización de las

tendencias recesivas tanto en Estados Unidos como en Europa y la amenaza

de una crisis bancaria, están en la base del lunes negro con el que

comenzó la semana.





Alemania y el Banco Central Europeo



La renuncia de Jürgen Stark es la expresión de la existencia de

profundas contradicciones tanto al interior de Alemania como de la

Eurozona. La continuidad de la crisis del euro y el fracaso de los

onerosos y mal llamados planes de “rescate” a los países de la zona

acosados por deudas impagables, que son en realidad intentos de

salvataje de los bancos alemanes, vienen generando un progresivo

debilitamiento de la coalición de gobierno de Ángela Merkel (Unión

Demócrata Cristiana de Alemania-CDU) que ya salió derrotada en 6 de las 7

elecciones estaduales previstas para este año. El retroceso está

profundizando la debacle de su socio de gobierno, el Partido Liberal

(FDP), a la vez que avanza el Partido Socialdemócrata y Los Verdes se

consolidan como tercera fuerza política. Esta situación está generando

múltiples tensiones tanto entre los distintos partidos como al interior

de la coalición de gobierno. Ya había salido a luz la disputa entre el

Partido Socialdemócrata y Los Verdes que promueven la implementación de

un plan de eurobonos2 y la negativa de Merkel para llevarlo a cabo ya

que implicaría para Alemania compartir una parte creciente de los costos

de la deuda. Por su parte el partido de gobierno del estado de Babiera,

sección hermana de la CDU, promueve la expulsión de Grecia de la zona

euro, política a la que Merkel se opone. La renuncia de Stark es un

salto en la situación dado que expresa tanto tensiones al interior del

propio gabinete alemán como divisiones al interior del Banco Central

Europeo por primera vez desde la creación del euro, relativas a cómo

conducir la unión monetaria. La cuestión de fondo es una contradicción

latente entre las políticas neoliberales en curso en Europa que implican

furiosos ajustes recesivos y políticas fiscales y monetarias

contractivas de un lado y la necesidad de salvar a los bancos de los

países centrales de la zona como Alemania fundamentalmente (pero también

Francia), al euro y a la Euro Zona, del otro.







Default parcial encubierto



Desde mediados de 2010, el BCE viene operando en el mercado

secundario adquiriendo bonos devaluados de las deudas de los países que

se acogieron a planes de “rescate” como Grecia, Portugal e Irlanda. A

consecuencia de que el segundo plan de “rescate” a Grecia decidido en

julio pasado que incluía la ampliación del Fondo de Estabilidad

Financiera nunca fue implementado, el mecanismo del BCE que cubre

defaults parciales de las deudas soberanas, se amplió durante agosto de

este año a la compra de bonos de deuda de Italia y España. De este modo

evitaron que el ataque especulativo indujera a la cesación de pagos a

las que son respectivamente la tercera y cuarta economías de la zona

euro, cuestión que habría implicado el hundimiento de la moneda y la

ruptura de la Eurozona. Tanto el ex economista jefe del BCE, uno de los

más destacados halcones de la política antiinflacionista, como el

presidente del Bundersbank3, estuvieron entre los principales opositores

a esta política que implica por una vía distinta del mecanismo del

“eurobono” compartir en cierto modo los riesgos financieros de los 17

países de la zona y una financiación indirecta de los países en estado

más crítico. Además esta medida en la que el BCE ya lleva gastados

aproximadamente 120.000 millones de euros, implica de una manera

encubierta un relativo abandono de las políticas monetarias contractivas

ya que los bonos devaluados se adquieren con emisión monetaria.

Representa una versión muy limitada pero versión al fin de la política

norteamericana de relajación cuantitativa mediante la cual la Reserva

Federal adquiere en el mercado secundario (esto es, no directamente al

emisor) Bonos del Tesoro mediante la emisión de dólares, medida que en

la medida en que devalúa la moneda norteamericana opera también a modo

de default parcial encubierto. Los halcones alemanes que se opusieron

junto a los representantes de Holanda y Austria en el BCE, consideran

que esta política pone en juego tanto la credibilidad del Banco como al

euro en la medida en que vulnera el mandato de vigilar la inflación y

suaviza el principal aliciente para que los países en estado crítico

lleven a cabo los brutales ajustes a los que se los ha condenado.







La política oscilante de Merkel, la Unión Europea y la economía mundial



Si bien tanto Merkel como su Ministro de Hacienda Wolfang Schäuble

aseguraron en 2010, cuando estalló en Grecia la crisis de la deuda, que

Alemania no la “rescataría”, han ido cediendo posiciones a la vez que

impusieron la línea de exigir durísimos ajustes a los países “salvados”.

Alemania y la coalición de gobierno, están presas de una contradicción.

Por un lado dejarían caer con gusto a Grecia y al resto de los PIIG’S a

los cuales Alemania fagocitó durante la última década y cuyo “rescate”

podría costarle una derrota electoral a Merkel. Pero por el otro, en la

zona euro se juega el destino de sus bancos y la Unión Europea en su

conjunto constituye el principal destino de sus exportaciones. Esta

situación es la que está en la base de las oscilaciones de Merkel y la

coalición de gobierno que a la vez que ceden en la implementación de

paquetes de “rescate” e intentan avanzar en una mayor colonización de

los países periféricos de la zona, van absorbiendo una cada vez mayor

crisis política interna. La contradicción que recorre al gabinete

alemán, a todos los partidos y se filtra hacia las instituciones tanto

de la zona euro como de la Unión Europea, se está convirtiendo en un

factor de amenaza para toda la economía mundial. El efecto contagio de

una eventual bancarrota ya empezó a sentirse con una conmoción en Italia

cuyos bonos de deuda a 5 años llegaron a pagar el mayor diferencial con

los bonos alemanes desde la introducción del euro y un temblor de la

banca francesa donde dos de sus principales entidades sufrieron una

rebaja de calificación por parte de la agencia Moody’s que reincidió en

sus amenazas sobre la deuda soberana del país. Las caídas bursátiles

están afectando violentamente a las acciones de los bancos con fuertes

acreencias en los países en zona de riesgo. Este es el caso de Francia

cuyo sistema financiero tiene una exposición a la deuda pública y

privada griega superior a los 40.000 millones de dólares y el contagio

va a seguir mucho más allá de Europa. Es por ello que el secretario del

Tesoro de los Estados Unidos, Timothy Geitner, anunció que participará

esta semana en la reunión de los 27 Ministros de Finanzas de la Unión

Europea y China que posee alrededor de un cuarto de sus gigantescas

reservas en euros estaría en tratativas para nuevas adquisiciones de

títulos de las deudas soberanas de los países europeos en estado

crítico. Hasta el conjunto de los BRICS anunciaron que se reunirán ¡En

Washington! para discutir un cambio en sus carteras de títulos mediante

la posible adquisición de bonos de las deudas de los países europeos.

Desde Bruselas, el presidente de la Comisión Europea, Durao Barroso,

acaba de dejar en claro frente al pleno del Parlamento europeo, que

apoya un plan de emisión de Eurobonos solicitando un “impulso

federalista” a los 27 y en especial a los miembros de la zona euro. Como

sabe que es improbable que este plan se haga efectivo, pide la

ratificación por parte de los gobiernos de la eurozona de las decisiones

tomadas por los jefes de Estado y de gobierno el 21 de julio. Esto

significa que cada país apruebe la ampliación del Fondo de Estabilidad

Financiera que teniendo en cuenta la oposición del parlamento finlandés,

austríaco y la probable oposición del parlamento alemán, es difícil que

suceda. En tanto estas vías son de muy difícil efectivización al menos

en el corto plazo, es probable que continúe la intervención del BCE que

resulta menos conflictiva y para lo cuál Alemania ya tendría como

reemplazante de Stark a un candidato para el BCE que no se opone a la

adquisición de bonos. Lo que muestra el conjunto de la situación es que

la profundidad de la crisis económica internacional genera nuevas

contradicciones políticas que hacen cada vez más difícil todo intento de

blindaje frente a una posible repetición de un escenario al estilo del

de fines de 2008 y que mientras se aplican medidas que resultan cada vez

menos efectivas, la tendencias recesivas avanzan tanto en Europa como

en Estados Unidos, la inestabilidad financiera no se detiene y mientras

tanto pende como una espada de Damocles el riesgo de una crisis bancaria a ambos lados del Atlántico.








Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.







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