jueves, 10 de marzo de 2016
Entrevista a Theotonio dos Santos,ue apartar el pensamiento nuestro de la idea del marketing, nosotros tenemos que pensar verdaderamente para no engañar a las personas. -Ariel Noyola Rodríguez: A propósito de la crisis del pensamiento económico, en América Latina la teoría económica convencional otra vez está en auge, buscan convertirla en hegemónica. De muchas universidades se retiran las asignaturas del pensamiento crítico, la economía política por ejemplo, mientras que se añaden nuevos cursos sobre microeconomía, macroeconomía, etc. ¿Qué perspectivas del pensamiento económico cobran fuerza hoy en América Latina? ¿Cómo podemos construir un pensamiento crítico propio, militante, capaz de impulsar las transformaciones pendientes de nuestra región? -Theotonio dos Santos: Mira, esa ofensiva surge en la década de 1970, y se terminó de consolidar finalmente en 1990. Pero de los años 2000 para acá comienza a erosionarse un poco [el pensamiento hegemónico]. En este momento la Teoría de la Dependencia cuenta con grupos de estudio en universidades, en varias partes, algo que no teníamos en la década de 1960, estaba totalmente cerrado el campo, teníamos muchas dificultades, ahora se está abriendo, a tal punto que físicamente para nosotros es difícil acompañar todas las iniciativas que se están generando. Porque hay una decepción general en torno al pensamiento económico neoliberal. Sin embargo, tampoco hay una alternativa clara. Aunque la verdad creo que es muy difícil armar una alternativa sin pasar por la Teoría de la Dependencia, su evolución, lo mismo la revisión de la Teoría del Sistema Mundial. Y el marxismo hay que recuperarlo en su capacidad dialéctica realmente, en su verdadera visión, no esa visión estalinista del marxismo. Trotski por ejemplo, a pesar de haber sido muy inteligente, un gran pensador, su lucha lo llevó a crear muchos esquematismos, no pudo profundizar en la parte filosófica, etc. Una de las ventajas de las décadas de 1960 y 1970 era precisamente la recuperación de Marx mismo, sobre todo de El Capital, y creo que otra vez se vuelve a ellos. Se habla del marxismo incluso en los medios de difusión masiva de corte progresista. En Estados Unidos vuelven los grupos marxistas, generando pensamiento propio. Creo que estamos pasando por una etapa de reestructuración con varias iniciativas paralelas. Es que no tenemos condiciones de organizar el mundo desde el punto de vista de una transformación social muy radical. Pero sí tenemos que, digamos, unirnos, en torno a una fase intermedia, histórica, que aglutine todos los elementos de esta reestructuración. El respeto a la civilización debe ser lo primero, el marxismo debe tener claridad sobre eso. Marx propone que la clase trabajadora dirija una nueva sociedad, no es que la clase trabajadora se dirija a sí misma, no. Y esto es un problema complejo, es necesario que el contenido de clase del marxismo se desdoble a favor del desarrollo de la humanidad en su conjunto, valiéndose de lo aprendido en los varios momentos de la historia, de las experiencias, de las diversas tendencias de integración regional, que son realmente importantes. Yo veo a una izquierda perpleja. La izquierda tiene qu entender que no existen los avances sociales permanentes, hay ciclos. Hay avances sucesivos que luego son derrotados. Tuvimos la revolución francesa, fantástica, cambió todo, pero luego fue derrotada. Después tuvimos la restauración de todo el sistema monárquico europeo. No se puede avanzar hacia un sistema social superior sin pasar por diversas fases de avances y retrocesos. Pero si vemos el conjunto de la situación mundial actual, la ofensiva de Estados Unidos está siendo derrotada en todas partes. Estados Unidos no tiene capacidad de sostener una política ofensiva de esa magnitud. Tenemos que prepararnos para enfrentar eso, movilizar a nuestros pueblos. Tenemos que trabajar muy fuertemente desde el punto de vista de la teoría del Sistema Mundial. Retomar los grandes estudios sobre la economía y la política mundiales. Y entrar a lo que Fidel Castro ha denominado la “batalla de las ideas”, hay que entrar a esa gran confrontación. Me entusiasma que los chinos estén interesados en discutir el tema de la hegemonía cultural. En América Latina, Aníbal Quijano está trabajando mucho sobre eso. Tenemos que crear una base cultural fuerte que nos permita re-orientar la visión del mundo hacia una transformación en el camino del socialismo. Creo que la disolución de la URSS fue negativa en muchos aspectos, pero fue positiva en un sentido: abrió la posibilidad de una perspectiva socialista. La verdad no esperaba que la cuestión del socialismo apareciera tan rápido otra vez en Estados Unidos. Ahora hay una candidatura que se denomina socialista [Nota: Theotonio dos Santos se refiere a Bernie Sanders, quien compite con Hillary Clinton por la candidatura del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos] que tiene una fuerza muy grande dentro del Partido Demócrata, es un fenómeno que va en la dirección de romper la hegemonía del pensamiento neoliberal que, digámoslo con claridad, no tiene condiciones de presentarse ante el mundo como una vía para organizar las cosas de un modo razonable. Hay además otros aspectos en cuanto a los tipos de confrontación. No sé por qué hay gente de izquierda que cree que podemos plantear algo [radicalmente] diferente. No podemos entrar a una confrontación armada ¿Empezamos una guerra mundial? ¿Una guerra civil? No hay camino. Y el desdoblamiento de esto no sería precisamente pasar al socialismo. Nosotros tenemos que armar una compleja articulación de conocimientos, ideas, modelos de percepción de caminos viables, etc. Hay que reestructurar las organizaciones internacionales, avanzar en el cumplimiento de las grandes metas mundiales. Está claro que el gran capital tiene muchos recursos, grupos de trabajo de gran calidad incluso, muchos de ellos son capaces de promover ideas a veces absurdas, pero muy bien elaboradas. La ventaja que tienen es que cuentan con un sector privado poderoso, que da dinero a las universidades para formar gente. Lo grave es que mucha de esta privatización se está llevando a cabo con dinero del Estado. En el caso de Brasil hay una fuerte inversión en términos de otorgar exenciones fiscales a las empresas a cambio de becas para estudiantes. Hay una expansión del sector privado en la educación muy grande. En muchos países de América Latina se libra una batalla contra la privatización de la educación. En la fotografía, tomada en mayo de 2011, estudiantes chilenos recorren la avenida Bernardo O´Higgins, conocida como La Alameda. Ellos tienen mecanismos muy fuertes, apoyados por el gran capital. Y ante eso, la izquierda tiene que intentar descubrir cuáles son las contradicciones, cuáles son los mecanismos de todo esto para entonces poder actuar. Lamentablemente un ala del marxismo se convirtió en un estructuralismo que analiza las formas de funcionamiento del capitalismo como si todo lo que hiciera el capital fuera para recuperar la economía capitalista: el capitalismo funciona para recuperarse a sí mismo. Y no es así. Para recuperarse a sí mismo el capital tiene que ampliar su influencia sobre las clases más productivas de la sociedad, que no piensan el mundo desde el punto de vista del capital, porque tienen intereses que incluso se contraponen a los del capital. Muchos dicen hoy que el principal problema económico es la cuestión de la distribución del ingreso. Si miras con atención hay investigaciones sobre esto en el mundo entero ¿Y quién está impulsando eso? El gran capital. Nosotros en la izquierda no tenemos recursos para hacer estos grandes estudios. En cambios ellos están entregando datos, publicaciones, porque sienten que tienen que alterar de alguna forma las tendencias básicas del capitalismo ¿Pero es posible alterar eso sin dañar los intereses del gran capital? En la izquierda debemos estar muy preocupados, tenemos que analizar todo esto y buscar recomponer las fuerzas progresistas del mundo aprovechando las contradicciones que el capital tiene. En eso también creo que la influencia nuestra puede ser más positiva, porque somos parte de los grandes movimientos de masas del mundo no sólo de América Latina, somos parte de proyectos que en cierto momento han tenido una fuerza de movilización bastante grande. No creo que puedan destruir las fuerzas que se levantan en el mundo en contra de ese 1% que concentra la riqueza. El sentimiento de que vives en una sociedad completamente dominada por fuerzas extrañas a ti, es algo muy fuerte, por eso la gente se está movilizando. Pero también hay una respuesta desde la derecha al mismo fenómeno. Entonces, tenemos ahí una gran tarea, romper con ese estructuralismo, que es en el fondo un pensamiento reaccionario, no podemos limitarnos a descubrir cómo el capital se recompone permanentemente. La dialéctica nos muestra que el movimiento se da a través de las contradicciones y no a través de estructuras que se mantienen. Ariel Noyola Rodríguez es economista por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes. Envía esta noticia Compartir esta noticia: delicious digg meneame twitter
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario