Cuarto Poder es un análisis de la función social de los grandes medios de comunicación. Su objetivo es, fundamentalmente, responder a tres cuestiones básicas: qué son los grandes medios de comunicación, para qué sirven y cómo consiguen los fines que persiguen.
Es un análisis que ahonda en conceptos como la estructura empresarial y la concentración mediática, el derecho a la información, la libertad de expresión, la deontología profesional, la propaganda y las técnicas de manipulación y desinformación.
Elegimos Venezuela como caso de estudio por su carácter paradigmático. El documental se colgó en la red en abril de 2012 y, desde entonces, se ha difundido ampliamente y ha animado numerosos debates y cine-forums sobre los medios y la desinformación.
Desgraciadamente, dos años después de salir a la luz, el comportamiento de nuestros medios, que vuelve a apoyar con entusiasmo la estrategia golpista de la extrema derecha venezolana, hace que sus contenidos sigan siendo de rabiosa actualidad.
El guión vuelve a ser, una vez más, el mismo de siempre: Conflicto entre “sociedad civil” y “régimen totalitario”, represión, muertes, caos, condenas de los gobiernos democrácticos occidentales y resolución del conflicto mediante la intervención de las fuerzas armadas o, en su defecto, fuerzas internacionales para derrocar al gobierno democrático con el fin de, paradójicamente, garantizar el orden y la democracia.
Aparte de este guión, mañido como un episodio del Equipo A, llaman la atención dos cosas en nuestros medios.
La primera: que los mismos que se rasgan las vestiduras al grito de ¡Violencia! por las protestas de Gamonal, por poner un ejemplo, nos coloquen esas crónicas épicas de la violencia fascista en Venezuela como algo natural y legítimo.
La segunda: que las advertencias del presidente Venezolano, Nicolás Maduro, sobre el plan golpista de la extrema derecha, se presenten como desvaríos de un personaje estrafalario y paranoico. Especialmente, cuando, gracias a los cables del Sr. Viturro, embajador español en Venezuela en el año 2002, sabemos perfectamente cómo se hurdió, se ejecutó y se intentó justificar el golpe contra Hugo Chávez.
Pascual Serrano, en su libro “La comunicación jibarizada”, nos propone una muy interesante reflexión sobre la información en la era de internet y las redes sociales. Su reciente artículo “Venezuela y Twitter, la orgía desinformativa” nos recordaba sus riesgos y el peligro de creer en el carácter liberador de los flujos informativos que corren por internet o las redes sociales.
A nuestro juicio este peligro se deriva de una tremenda falacia, encapsulada en el vacuo, pero pegadizo slogan que proclama “la información os hará libres”, heredero del bíblico la verdad os hará libres y reflejo de esa construcción liberal del hombre, que actúa en la maximización de su utilidad (jerga liberal) de acuerdo al análisis racional de la información disponible, siempre perfecta y completa.
La información, como mucho, nos hará ser conscientes, siempre y cuando, tengamos las herramientas para analizarla críticamente. En ese aspecto, Cuarto Poder y sus extras intentan modestamente ofrecer algunos elementos críticos que nos permitan identificar porqué una noticia está contaminada más allá de por el olor que desprende. Es decir, más allá de nuestra intuición.
Por mucho que seamos conscientes de nuestro carácter de esclavos, lo seguiremos siendo hasta ser libres. Eso sí, quizás la consciencia de esa aberración, nos despierte la voluntad política de abolirla y, quizás, nos lleve a organizarnos para conseguirlo y, quizás, si somos astutos, audaces y valientes, lo consigamos, pero el camino es arduo y largo.
Colectivo Audiovisual Tres y Un Perro
Rebelión ha publicado este documental con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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