Traducido para Rebelión por Germán Leyens |
¡Qué foto! una vez más Bali despliega toda su magia. El presidente chino Xi Jinping dirige un “cumpleaños feliz” al presidente ruso Vladimir Putin, con el presidente indonesio Susilo Yudhoyono tocando la guitarra acústica. Ya sabéis quién no aparece en la foto está en modo de paralización de actividades. A pesar de las protestas del mundo de los think tanks estadounidenses, no podría haber un recuerdo más gráfico del emergente orden multipolar.
Y en el momento justo, el Acreedor, algo alarmado, recordó mordazmente al masivo Deudor, a través del viceministro de Finanzas chino Zhu Guangyao: “Por ser la mayor economía del mundo y emisor de la mayor moneda de reserva del mundo, es importante que EE.UU. mantenga la reconocida solvencia de sus bonos del Tesoro” [1].
Traducción: precisamente cuando Asia-Pacífico se reunía para discutir los puntos más complicados de la cooperación económica en la cumbre del Foro de Cooperación Asia-Pacífico (APEC) en Bali, lo que preocupa a todos es la espeluznante posibilidad de que el gobierno de EE.UU. no pague sus colosales deudas la próxima semana. Todo esto interferido por una atracción secundaria, el Retorno de la Entrega Extraordinaria en Libia y SEALS de la Armada que reciben la paliza de un puñado de yihadistas de al-Shabab en Somalia, más que suficiente para que los medios corporativos de EE.UU. entierren cualquier cobertura de la cumbre de APEC.
Como predije, China fue la estrella del show de APEC. Nunca está de más recordar que APEC con sus 21 miembros representa al menos la mitad de la producción económica y el comercio global. Xi insistió en que APEC debería dirigir y coordinar la maraña de negociaciones de libre comercio en Asia-Pacífico.
También insistió en que cualquier acuerdo comercial debe ser “inclusivo”, es decir incluir a China. Solo entonces portaría la necesaria marca “beneficio mutuo”; como si Xi necesitara subrayar una vez más –como hizo– que China es el mayor socio comercial y mercado de exportación de prácticamente todas las naciones de Asia-Pacífico.
Observad la “década diamante”
El actual éxito de ventas en Asia Pacífico es el choque de los tratados de libre comercio; actualmente existen más de 100 acuerdos de esas características. Las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio se encuentran, por decirlo suavemente, embrolladas. Por lo tanto muchos protagonistas recurren a acuerdos de libre comercio bilaterales y algunos multilaterales. En general, los máximos contrincantes son el Acuerdo de Asociación Económica Integral [RCEP, en inglés] de 16 naciones (que incluye a China) dirigido por ASEAN, y Asociación Trans-Pacífico (TPP) de 12 naciones, dirigida por EE.UU., que excluye a China.
Xi destacó una y otra vez que China está a favor de un tratado de libre comercio que cubra toda Asia-Pacífico. Y en lo que concierne a Pekín, no será el TPP –que es esencialmente un gran chanchullo corporativo que reducirá los aranceles en todo el espectro para beneficio únicamente de las multinacionales estadounidenses y no de pequeñas y medianas firmas en los países en desarrollo, todo esto bajo la cobertura de un problemático “máximo estándar de libre comercio”.
China quiere esencialmente que APEC ponga orden en el asunto. Obama ha estado demasiado ocupado girando hacia su persona en lugar de girar hacia Asia, más específicamente a Bali, para presentar su sesgo, pero el hecho es que Washington quiere imponer un TPP a sus “socios” siguiendo un plazo limitado, finales de 2013, pasando por alto cruciales discusiones de “pormenores de letra pequeña” sobre el acceso a los mercados (algo dulce si uno es un monstruo corporativo) y la propiedad intelectual (monstruos corporativos que mercadean todo).
La cosa se pone cada vez más curiosa cuando se recuerda que APEC fue al principio un incondicional de la política de EE.UU. en Asia. Recuerdo vívidamente haber cubierto la cumbre de APEC en Bogor, Indonesia 1994, cuando un incontestable Bill Clinton parecía dictar el futuro de Asia-Pacífico. Fue una especie de “giro hacia Asia” antes del hecho, basado totalmente en términos estadounidenses. Luego, cuando anunció el giro, en primer lugar la secretaria de Estado Hillary Clinton en 2011, lo presentó como el alba del “siglo Pacífico de EE.UU.”
Este “siglo Pacífico” parece limitarse, hasta ahora, a la imposición de un tratado de libre comercio que ya es controvertido. Bantarto Bandoro, de la Universidad Indonesia de la Defensa, parece acercarse más al verdadero cuadro cuando dijo a Jakarta Globe, “esto podría ser el principio del fin de la dominación global de EE.UU.”
Mientras el veredicto de este "tiroteo en el corral del libre comercio" sigue pendiente, la incansable China sigue adelante. Después de sus espectaculares éxitos en la Nueva Ruta de la Seda en Asia Central, Pekín acaba de proponer –lo más nuevo– una Ruta Marítima de la Seda (MSR) en el Sudeste Asiático, fomentando el comercio entre China y ASEAN.
Una vez más Xi fue el mensajero en su actual gira por Indonesia y Malasia; dijo sonriente que la MSR convertiría la “Década Dorada” entre China y ASEAN en una “Década Diamante”. China es el mayor socio comercial de los 10 miembros de ASEAN (más de 400.000 millones de dólares en 2012), con inversiones mutuas de más de 100.000 millones y creciendo. Pekín ve esta futura “Década Diamante” como la mayor parte de la solución política/económica para los problemas territoriales, hasta ahora difíciles de resolver, en el Mar del Sur de China, que enfrenta a China con cuatro miembros de ASEAN: Vietnam, las Filipinas, Malasia y Brunei.
Xi ya se lanzó en una ofensiva de simpatía en Malasia y no está claro lo que Vietnam y las Filipinas harán con esta “Década Diamante” cuando hay tanto petróleo y gas en el Mar del Sur de China, inexplorado y no asignado. Sin embargo, una vez más, Pekín juega a largo plazo. La cumbre 2014 de APEC tendrá lugar en Pekín. Para entonces Obama habrá encontrado el tiempo necesario para algunos verdaderos giros. Y para entonces será demasiado poco, demasiado tarde.
Nota:
1. China urges US to prevent debt default, Xinhuanet, 7 de octubre de 2013.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge. Su libro más reciente es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto [email protected]
Fuente: http://www.atimes.com/atimes/World/WOR-03-081013.html
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rCR
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