Traducción: Enrique Prudencio. |
El día que el New York Times calificó el 11 de diciembre de 2012 como el más negro para el estado de derecho, el HSBC, segundo banco más grande del mundo, no pudo ser enjuiciado por sus extensas y generalizadas actividades criminales de blanqueo de capitales de regímenes sujetos a sanciones, cárteles mejicanos de la droga y organizaciones terroristas (incluía Al Qaeda). A pesar de admitir su culpabilidad, y con la culpa asegurada, el estado y las autoridades federales de Estados Unidos decidieron no enjuiciar al banco ante el temor de que los cargos penales pudieran poner en peligro a uno de los mayores bancos del mundo, y en última instancia, desestabilizar el sistema financiero global”. A cambio, el HSBC aceptó pagar la cantidad de 1.92 millones de dólares.
El temor era debido a que un enjuiciamiento penal sería la “pena de muerte” para el HSBC. El Departamento de Justicia de Estados Unidos, que llevaba el enjuiciando del caso, recibió la advertencia del Departamento del Tesoro y la Reserva Federal de Estados Unidos de que tomar “una medida tan agresiva” contra el HSBC podría tener efectos negativos para la economía. En su lugar, el banco debía renunciar a 1.2 millones de dólares y pagar además 700 millones de multa por violar la Ley del Secreto Bancario y la de Comercio con el Enemigo. En su declaración, El Presidente Ejecutivo del HSBC declaró: “Aceptamos nuestra responsabilidad por los errores anteriores… Nos comprometemos a proteger la integridad del Sistema Financiero Global. Y a tal fin, continuaremos trabajando estrechamente con los gobiernos y reguladores de todo el mundo”. Con los más de 7 mil millones de dinero de los cárteles mejicanos de la droga blanqueados sólo a través del HSBC, la multa equivale a un cachete en la mano, no hay mas que hacer un análisis del coste-beneficio del negocio: si el “coste” de blanquear miles de millones del dinero de la droga es inferior al “beneficio”, continuarán con la misma política.
Ni un solo banquero ha sido acusado en el caso como parte del acuerdo alcanzado entre las partes. El New York Times admite que “al gobierno norteamericano le han vendido la noción de que si se es demasiado grande para quebrar también se es demasiado grande para encarcelar”. El HSBC engrosa la lista de los peores grandes bancos del mundo que pagan multas por actividades penales, como Credit Suisse, Lloyds, ABN Amro e ING, entre otros. El asistente del Fiscal General de Estados Unidos Lamy A. Breuer se ha referido al acuerdo con el HSBC como un ejemplo de responsabilidad por los fallos impresionantes del supervisor. Lamy Breuer, que dirige la división penal del Departamento de Justicia y se responsabilizó del enjuiciamiento del caso contra HSBC, fue socio de un despacho de abogados (Junto con el Fiscal General de Estados Unidos Eric Holder) que representaban a una serie de grandes bancos y otros conglomerados en casos relacionados con fraudes de ejecución hipotecaria. Mientras que Breuer y Holder fueron socios en Covington & Burling, el bufete representaba a clientes notables como el Banco de América, Citigroup, JP Morgan Chase y Wells Fargo, entre otros. Parece que en el Departamento de Justicia continúan haciendo el mismo trabajo: proteger a los bancos más importantes de ser procesados por conducta criminal.
Con todas las luces enfocadas en los 1.9 millones de la multa pagada por el HSBC, no se hizo apenas mención del hecho de que el HSBC tiene aproximadamente unos activos de 2,5 millones de dólares y tuvo unos beneficios 22 mil millones de dólares en 2011. Pero no hay que preocuparse, los altos directivos del HSBC han dicho que “aceptaban las responsabilidades de los pasados errores”, y añadieron: “Hemos dicho que lo sentimos profundamente y lo volvemos a decir”. Así que los altos directivos del segundo banco más grande del mundo no sólo pidieron perdón por el blanqueo de miles y miles de millones del dinero de la droga (además de otros delitos), sino que se disculpaban…otra vez. Así, pagan una multa relativamente baja y no tienen que hacer frente a cargos penales. Me pregunto si un vendedor de crack de cualquier gueto de Estados Unidos podría evitar el enjuiciamiento penal si pidiera perdón no una sola vez, sino dos. Realmente no tenemos que preguntárnoslo. En mayo de 2012, cuando estaban testificando en Washington ante el Senado de Estados Unidos altos directivos de HSBC, admitiendo su participación en el blanqueo del dinero de la droga, un pobre negro fue declarado culpable de la venta al menudeo de 5,5 gramos de crack justo al otro lado del río frente al edificio del Capitolio de Estados Unidos y fue condenado a 10 años de prisión.
En agosto el banco declaró que había realizado una reserva de 700 millones de dólares para pagar multas por sus actividades ilegales, que casualmente era la cantidad exacta de la multa que les había sido impuesta por el Departamento de Justicia de Estados Unidos (sin incluir el embargo de los beneficios). Lany Breuer declaró que el acuerdo era “un resultado muy justo, muy realista y muy potente”. Efectivamente se podría estar de acuerdo en que los resultados eran “potentes” y “muy reales” en cuanto que representan una decisión aprobada por el Estado según la cual los grandes bancos no serán enjuiciados por sus vastas actividades criminales, precisamente porque son bancos grandes. El resultado “muy real” de todo esto es que podemos garantizar que continuarán tales comportamientos criminales, puesto que los bancos continúan siendo protegidos por el Estado. Con las noticias del acuerdo, el precio de las acciones de HSBC en el mercado subieron el 2,8%, una clara señal de que los “mercados financieros” también premian el comportamiento criminal y la omnipresente cultura corruptaen el HSBC (en palabras del informe del Senado de los Estados Unidos).
Jack Blum, un fiscal de Washington que fue consejero del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, especializado en cuestiones de blanqueo de dinero y delitos financieros, declaró que “Si esta gente no es procesada, ¿quién lo va a ser? Y añadió: “¿Qué tiene uno que hacer para ser procesado?” Habían cruzado todas las líneas rojas de la legislación bancaria. ¿Cuándo habrá un delito que sea lo suficientemente grave para poder procesar a un gran banco?” Pero Lanny Breuer del Departamento de Justicia explicó que su departamento había tenido en consideración “las consecuencias colaterales” del enjuiciamiento. Si se enjuicia a uno de los mayores bancos del mundo, se ponen en riesgo los puestos de trabajo de mucha gente, otras instituciones financieras y las demás partes abandonarán el banco y se producirá algún tipo de conmoción en la economía mundial”.
En otras palabras, el Departamento de Justicia de Estados Unidos había decidido que los grandes bancos deben estar por encima de la ley, porque el no estarlo acarrearía severas consecuencias para el sistema financiero. Y esto no significa buenas noticias solo para el HSBC, el banco favorito de los cárteles de la droga mejicanos, (según Bloomberg), sino bunas noticias para todos los bancos. Después de todo, el HSBC no es el único banco involucrado en el blanqueo de dinero de la droga y otras actividades ilegales. Remontándonos al año 2010, Wachovia (actualmente parte de Wells Fargo) pagó unos 160 millones de dólares en multas por el blanqueo de aproximadamente 378,4 millones de dinero de la droga. También se ha encontrado dinero de la droga blanqueado por otras instituciones financieras, como Banco de América, Banco de Santander, Citigroup y la rama bancaria de American Express. Casi todos los mayores bancos del mundo han sido investigados o lo están siendo actualmente, por otros delitos, incluyendo la manipulación de las tasas de interés (lo que se conoce como el escándalo Libor) y otras formas de fraude. Entre los bancos que están siendo investigados actualmente por fiscales de Estados Unidos por haber cometido actividades delictivas se encuentran Barclays, Deutsche Bank, Citigroup, JP Morgan Chase, Royal Bank of Scotchland, USB, Banco de América, Banco de Tokio Mitshubishi, Credit Suisse, Lloyds, Rabobank, Royal Bank of Canadá y Societé Générale, entre otros. Los reguladores e investigadores del escándalo Libor – “el mayor escándalo financiero que se haya producido nunca” -, declaran quelos mayores bancos del mundo se involucran en “fraude organizado” y funcionan como un “cártel” o una “mafia”.
La omnipresente delincuencia de este “cártel internacional” es tan consistente que un comentarista del Guardian se refiere a los bancos globales como “la rama de servicios financieros de los cárteles de la droga”. Y es que realmente, ¿qué mejor lugar se puede encontrar para depositar los beneficios de los cárteles de la droga que el cártel financiero? ¿Y porqué iban a renunciar los bancos a su papel fundamental en el comercio mundial de las drogas? Mientras que la industria farmacéutica alcanza beneficios anuales de cientos de miles de millones de dólares (algo que no podemos ignorar), el comercio global de drogas ilegales, según la Oficina contra las Drogas y el Delito de Naciones Unidas, alcanza aproximadamente entre el 2,3 y el 5,5% del Producto Interior Bruto Mundial, que fue de alrededor de 2.1 billones de dólares en 2009. Ese mismo año, la misma oficina de la ONU informó de que miles de millones de dólares de la droga salvaron a los bancos globales durante la crisis financiera, al ser “las únicas inversiones en capital líquido” que afluían a los bancos. Aproximadamente 325 mil millones en dinero de la droga fue absorbido por el sistema financiero en 2009. Es en el interés de los bancos continuar lucrándose del comercio global de la droga, y ahora el gobierno de Obama les ha dado luz verde para que continúen.
Bienvenidos al mundo de la delincuencia financiera, al “cártel internacional” de los bancos del dinero de la droga y de sus protectores políticos. Estos bancos no solo blanquean miles de millones de dinero de la droga y del terrorismo y cometen un fraude masivo, sino que también crean la crisis financiera y económica masiva y después nuestros gobiernos les dan billones de dólares en rescates, recompensándolos otra vez por crear crisis y cometer actos delictivos. Y para colmo, a nosotros, a la gente, nos pasan la factura del rescate y tenemos que pagar por ellos a costa de nuestro nivel de vida, con el empobrecimiento generalizado, con “medidas de austeridad”, y mediante las políticas de reforma estructural que nos dejan sin trabajo, mientras explotan nuestros recursos y destruyen nuestra sociedad. Estos bancos delincuentes dominan la economía global y dictan las medidas de “austeridad” a las oligarquías políticas nacionales. Su codicia, su poder y su naturaleza parasitaria no tienen límites.
El hecho de que el Departamento de Justicia rechazara enjuiciar al HSBC debido a los efectos que podría tener en el sistema financiero, debería ser un signo claro de que el sistema financiero no funciona para el beneficio de la gente y de la sociedad en su conjunto, y por lo tanto necesita un cambio drástico, es necesario destruir los cárteles, dividir los grandes bancos para crear bancos pequeños, castigar su comportamiento criminal —no recompensárselo— y que sea la gente la que decida las políticas de la sociedad no una pequeña red de bancos internacionales de un cártel global. Pero eso que sería lo racional naturalmente ni siquiera es objeto de debate.
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*Andrew Gavin Marshal es investigador independiente y escritor residente en Montreal (Canadá). Su enfoque se centra en el estudio de las ideas, instituciones e individuos con poder y resistencia a través de un amplio espectro de las esferas social, política, económica e histórica.Andrewgavinmarshall.com
Fuente: http://www.informationclearinghouse.info/article33355.htm
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