Reyna, hermoso nombre (¿seudónimo?) de un@ lectora, me dijo: vive usted en los 60
. Lo tomé como cumplido y recordé las palabras de Paul Nizan al empezar Adén Arabia, estimulante librito de viajes: Yo tenía veinte años. No permitiré que nadie diga que es la edad más hermosa de la vida
(1932).
Creo que la generación del 60 tuvo el coraje de escapar de la caverna
de Platón. Julio Cortázar cavilaba entonces sobre las miserias del hic et nunc, y “…el sentimiento del absurdo por el que nos definimos y definimos el mundo”.
En La vuelta al día en 80 mundos, Cortázar nos presentó a
Jules Laforgue (poeta y amigo del comunero Arthur Rimbaud), quien para
ordenar la agenda mostró un recurso sencillo: “…¿para qué la vaporosa
metafísica cuando tenemos a mano la física palpable?”.
Algunos intuimos que el otro Julio (Verne) había sido algo más que un
autor de ciencia-ficción. Ubiquémonos. Es correcto asociar los 60
(y parte de los 70) con lo antiguo y pasado, mas no sería conveniente
igualar las tres vertientes revolucionarias de la época: la real (Cuba),
la ideal (París 1968), y la virtual que, sigilosamente, empezó a
programar el mundo de nuestros días.
La vuelta al día… apareció en sincronía con el grupo de
investigadores estadunidenses que se enfrascaron (sin proponérselo) en
la tarea que progresivamente confundió ciencia y tecnología, hardware y software, desarrollo y crecimiento, sexualidad y sexo, redes y telarañas, etcétera (Network Working Group, NWG, 1968).
Seguramente, aquellos muchachos tan pragmáticos se habían formado en
las 13 virtudes de Benjamín Franklin. Y a ellos, más el generoso apoyo
del Pentágono, la belicista corporación Rand, y la teoría de redes
del polaco Paul Baran (fallecido en marzo pasado), debemos los primeros
protocolos que permitieron interactuar a las computadoras: el interface message processor, o interfaz.
La primera red fue un sistema de intercomunicación militar (Arpanet,
1967), y se conectó en 1969. Luego, en 1971, Ray Tomlinson inventó el
correo y el arroba (@), y un año después se realizó la primera
presentación pública en Washington. En 1983, con la creación de los
protocolos TCP/IP, nació Internet: la red de redes
.
No sigo con la historia de una tecnología, porque el asunto de marras
es un programa: Facebook. Ahora bien: ¿programa para qué? Mark
Zuckerberg sostiene que su creación trata de ayudar a la gente a compartir información con sus amigos
. Sin embargo, a inicios de mayo pasado, en el programa de televisión Russia Today, el experto en redes y enredos Julian Assange, director de Wikileaks, dijo que Facebook es la máquina de espionaje más terrible del mundo, jamás inventada
.
Con ánimo sesentista
(quiero decir: no neutral), creo
que Mark Zuckerberg (26 años) es uno más de los geniecillos empecinados
en convencernos de que la sociedad puede cambiar a través de la
tecnología. Y Assange (41), una suerte de hijo pródigo de aquellos que
(ideológicamente correctos), buscaban el cambio social con buenos
sentimientos libertarios.
No cabe sino agradecer a Julian los servicios prestados para saber de
lo sabido y no difundido. En cambio, me resulta difícil desligar el
programa de Facebook de películas de ciencia ficción
como las de
la trilogía Matrix (1999-2003). ¿La recordamos? En la dimensión Matrix,
la vida de casi todos los seres humanos ha sido esclavizada por las
máquinas y las inteligencias artificiales, y viven en estado de
simulación social en un mundo ilusorio.
Las películas de Zuckerberg acaban de empezar. ¿Cuántas versiones
habrá en cartelera? En 2008 y 2009, con millares de espectadores
(¿usuarios?), vimos Un millón de voces contra las FARC, Mil personas que
odian a Hugo Chávez, La misteriosa eliminación del perfil de la
televisión del partido de los comunistas italianos y El nuevo banco de
datos de los terroristas internacionales.
En 2010 fue estrenada Facebook borra la página sueca de Wikileaks
(con 30 mil usuarios), y la película de siempre reciclada desde hace
más de medio siglo: el portal de Cubadebate cerrado por la denuncia de
YouTube sobre derechos de autor (un video sobre el terrorista de la CIA
Luis Posada Carriles), y la campaña Por el levantamiento popular en
Cuba.
Frente a las manifestaciones del pueblo egipcio, el instituto
sionista Albert Einstein (con sede en Washington), remitió a los
usuarios de Facebook y Twitter instrucciones del Departamento de Estado y
la CIA (cómo vestirse, por dónde circular, qué gritar: ¡La policía y el pueblo contra la injusticia! ¡Viva Egipto!
El 15 de mayo último, a petición del gobierno de Israel y con motivo
de otro aniversario de la Nakba (exterminio), Zuckerberg borró las
cuentas de medio millón de usuarios que en Facebook defendían la causa
palestina.
Como imagino que Reyna debe andar por los veinte y pico, anhelo, de
todo corazón, que en 2050 no se vea en la situación de explicarle a los
nietos, por qué buena parte de su generación consintió en regresar,
sumisa y amigablemente
, a la cueva del venerable filósofo conservador.
Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2011/07/13/opinion/023a2pol
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