miércoles, 18 de marzo de 2015

Brasil.


Ni partidos, ni sindicatos ni movimientos sociales: ¿Quiénes están detrás de las protestas en Brasil contra Dilma Rousseff? Por: Público.es | Miércoles, 18/03/2015 07:14 AM | Versión para imprimir Sao Paulo, marzo 18 - Son la semilla de las manifestaciones de junio de 2013. Se asentaron en las protestas contra el Mundial de 2014 y en las elecciones del pasado octubre comenzaron a librar la batalla. Se declaran apartidistas. La mayoría no quiere ubicarse a la izquierda o a la derecha, y la máxima aproximación ideológica que hacen tiene que ver con el liberalismo económico. Claman contra la corrupción como si el Partido de los Trabajadores fuera el único partido que la detenta. El enemigo común es el Gobierno Rousseff, Lula da Silva y todo aquello vinculado al PT. Hasta ahí los puntos en común. Especialmente el apartidismo. Cuando quieren insultarse unos a otros lo hacen vinculando al enemigo con un partido político, concretamente al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal opositor. Sus diferencias se hicieron ver en São Paulo el pasado domingo a la hora de repartirse la Avenida Paulista, donde cada uno de ellos delimitaba con claridad su espacio para manifestarse. Revoltados Online es el que lleva más tiempo en las redes. También el más agresivo contra la presidenta y contra el MST (Movimiento Sin Tierra) al que consideran el brazo derecho del PT. Su líder, Marcello Reis fue pastor evangélico durante diez años y se define como exejecutivo, ya que está en paro desde el pasado mes de diciembre. Fundó este grupo en 2005 para combatir una red de pedofilia por internet, pero fue en 2010 cuando lo llevó a Facebook y cambió el foco para centrarse exclusivamente en política. Actualmente vive pegado a su ordenador y las 24 horas del día las dedica a Revoltados Online: "Desgraciadamente lo que más hay en este país son corruptos, por eso estamos enfadados (revoltados en portugués) no paramos de pagar impuestos y nos roban nuestro dinero", asegura en uno de los vídeos que coloca casi a diario en la red. Su grupo de Facebook ya supera los 700.000 seguidores y los mensajes que deja son un cocktail donde entra desde la Iglesia y las Fuerzas Armadas hasta una retahíla de insultos en el que "puta" es lo más suave que le dirigen a la presidenta Dilma Rousseff. Se declaran totalmente a favor del impeachment y hasta hace poco pedían la intervención militar: "Es muy difícil quitarse de encima al PT, no quieren dejar el poder, por eso habrá que ver si los militares tienen que intervenir para ayudar al pueblo", decía Deborah Albuquerque, una de las administradoras del grupo. Su lema es 'Juntos somos más fuertes y con Dios a nuestra frente somos imbatibles'. Aseguran que hay que "librar una batalla" contra el PT y "exterminar el ejército rojo" de Lula, que según ellos sería el MST. Marcello Reis define el grupo como una "iniciativa popular que combate a los corruptos en el poder", y aunque Lula es considerado "el demonio" tampoco quieren saber nada del presidente de la Cámara, Eduardo Cunha (Partido de Movimiento Democrático Brasileño ─PMDB─) o del presidente del Senado, Renan Calheiros (PMDB). También desprecian al principal líder de la oposición, Aécio Neves (PSDB) y el único político al que admiran es el diputado Jair Bolsonaro (PP), un fundamentalista evangélico, abiertamente homófobo y racista que el pasado mes de diciembre se atrevió a decirle a una exministra "que no la violaba porque no valía ni para eso". No ofrecen propuestas claras pero critican políticas que son bandera del PT como la Bolsa Familia: "Basta de dar propina a los pobres, están creando vagos que no trabajan", repite Reis en cada intervención pública. Algunos de los manifestantes del domingo se hacieron eco del discurso: "Ahora mismo en Ceará (noreste del país) están todos los pobres tirados en la hamaca descansando, como tienen Bolsa Familia no hacen nada más", decía una señora de 74 años en un vídeo que se hizo viral rápidamente. Los 'neocon' de Brasil La aversión hacia las políticas de gasto público por las que se caracterizó el Gobierno Lula son comunes a todos los grupos. El Movimiento Brasil Libre (MBL) es otro de los principales críticos con la Bolsa Familia y con todo lo que tenga que ver con lo público: "Somos ultraliberales, no hay ningún partido en Brasil que pueda representarnos", dice Kim Kataguiri, uno de sus fundadores que con apenas 19 años alardea de tener como referentes a Margaret Thatcher y a Ronald Reagan. Este grupo está coordinado por 150 jóvenes, en su mayoría universitarios, cuyas edades van de los 18 a los 31 años. Totalmente alejados de la estética militar de sus compañeros de Revoltados Online, el MBL presume de una imagen moderna y urbana, definidos como "los hipsters conservadores" o los "neocon brasileños". Kataguiri abandonó Economía después de un año de carrera: "Lo dejé porque no se puede estudiar en las universidades brasileñas, sólo te hablan de Marx y se olvidan de Friedman", declaración que enojó a varios profesores de su facultad que rápidamente respondieron que este chico no había pisado una sola clase. Desde el MBL defienden abiertamente el impeachment pero están en contra de cualquier intervención militar. Aseguran que el "verdadero golpe lo está haciendo el Gobierno de Rousseff y su partido" al que califican de "totalitario". Renan Santos, su líder más maduro (31 años) estudió Administración de Empresas en la USP (Universidad de São Paulo) y es el único del grupo que tiene experiencia en luchas estudiantiles: "Estamos cansados de escuchar a Dilma que nuestros movimientos son de élite blanca, la insatisfacción viene de todas las clases. No nos gusta la Bolsa (beca) familia de los pobres, ni la Bolsa que el BNDS lleva años dándole a las grandes empresas, es decir, a los ricos", denuncia el fundador en Sao Paulo. Durante las manifestaciones de junio de 2013, Renan Santos se dio cuenta que hacía falta un movimiento que "albergara la insatisfacción de las clases medias", pero el MBL tomó forma en 2014. Tras las pasadas elecciones se instalaron en diez Estados del país y cada día aumentan su número de colaboradores. La revista Forum les acusó de ser financiados por los norteamericanos hermanos Kock, dueños de un imperio de petróleo y oleoductos, entre otros negocios. Ellos lo niegan y aseguran que no les importaría que estos banqueros les "donaran algunos millones", pero insisten que todo el dinero que recaudan viene de donaciones particulares. Los moderados El movimiento Vem para Rua (sal a la calle) es el más joven de todos y el menos beligerante. No piden impeachment porque reconocen que sería legalmente insostenible y no quieren saber nada de intervención militar. Sin embargo, ellos fueron los organizadores de la masiva cacerolada contra Dilma que se escuchó en 12 ciudades del país el domingo 8 de marzo. Su líder, Rogério Chequer, es un empresario de 46 años sin ningún tipo de experiencia en activismo social. A pesar de pedir a la gente que salga a la calle, él no había pisado una sola manifestación hasta el año pasado. El escándalo de Petrobras fue lo que le hizo decidirse a crear este grupo. Vem para Rua apareció en plena disputa electoral el pasado mes de octubre. Sin ofrecer ninguna propuesta política, este grupo se centra en criticar los escándalos de corrupción del PT. Hasta el momento alcanza los casi 400.000 seguidores y desde hace dos semanas se dedica a pedir a la gente que haga caceroladas cada vez que alguien del Gobierno se dirija a la población. Desde el MBL le acusan de ser un "movimiento de empresarios viejos vinculados al PSDB". Chequer lo niega y repite hasta la saciedad que son "suprapartidarios". Admite que apoyó a Aecio Neves en las elecciones pero "sólo para sacar al PT del poder". Al igual que los jóvenes neocon, niega recibir dinero de partidos o instituciones privadas: "Sólo aceptamos donaciones particulares". Estos tres grupos forman el abanico principal de la oposición de las calles. SOS Fuerzas Armadas, mucho más minoritario, es otro de los que ocupó un espacio en la Avendia Paulista el pasado domingo. En las redes sociales no superan los 5.000 seguidores y son junto a Revoltados Online los más radicales. Defensores de un golpe de Estado y nostálgicos de la dictadura, promueven teorías conspiratorias acerca de Venezuela y Cuba y las "intenciones de implantar el comunismo en Brasil". A pesar de ser minoritarios, su mensaje de "lucha anticomunista" cada vez se hace más eco en una población con apenas formación política y con muchas ganas de gritar su indignación en las calles. El PT tendrá que analizar quiénes son ese millón de brasileños que se manifestó el pasado domingo. No fueron sólo las élites blancas, sino una clase media muy enfadada y con pocas propuestas. Por ahora estos movimientos de redes sociales saben canalizar esta rabia que camina sin ningún sentido. Pero en algún momento los partidos políticos tendrán que empezar a entender el significado de estas manifestaciones, mucho más complejo que la clásica dicotomía entre ricos y pobres.

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