viernes, 16 de marzo de 2012

La guerra de los gasoductos.

Rebelion. EE.UU. enardece la guerra de los gasoductos
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Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 16-03-2012

EE.UU. enardece la guerra de los gasoductos

Asia Times Online

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


El mensaje de la secretaria de Estado de EE.UU., Hillary “fuimos, vimos, murió” Clinton a Pakistán fue sombrío: tratad de seguir adelante con el gasoducto IP (Irán-Pakistán) y os destruiremos financieramente.

Islamabad, con su economía desgarrada, en un país con apagones y desesperado por conseguir energía, trató de argumentar. El máximo funcionario paquistaní en el Ministerio del Petróleo y Recursos Naturales, Muhammad Ejaz Chaudhry, subrayó que el IP, con un coste de 1.500 millones de dólares y un largo de 2.775 km, es absolutamente crucial para la seguridad energética de Pakistán.

Su problema cayó en oídos sordos. Clinton evocó sanciones “particularmente dañinas”, ligadas a la intención de Washington de aislar Irán por todos los medios posibles y la campaña sin ningún tipo de restricciones para obligar particularmente a India, China y Turquía a que corten sus importaciones de petróleo y gas de Irán.

Por lo tanto, ante la impotencia de Washington en sus intentos de perturbar las acciones del “Ductistán” en Asia Central –aislando a Irán y dejando a un lado a Rusia– ahora reacciona violentamente para impedir por todos los medios la crucial integración del Sudoeste de Asia y de Asia del Sur, del gigantesco yacimiento de gas iraní de South Pars a las provincias Baluchistán y Sind de Pakistán.

IP, hay que recordar, es el original IPI, de 7.000 millones de dólares: Irán-Pakistán-India, también conocido como el “gasoducto de la paz”. India se retiró en 2009 después del continuo acoso del gobierno de George W. Bush y luego de Barack Obama; a India se le ofreció acceso a tecnología nuclear civil.

China, por su parte, todavía considera la posibilidad de extender el IP saliendo del puerto Gwadar, cruzando hacia el norte de Pakistán a lo largo de la Carretera Karakoram hasta llegar a Xinjiang. China ya está ayudando a Islamabad a construir reactores nucleares civiles como parte de la política de seguridad energética de Pakistán.

ICBC, el mayor banco de China y prestamista número uno del mundo ya estaba posicionado como asesor financiero del IP. Pero luego, considerando la advertencia (de sanciones), comenzó a “mostrar menos interés”, según la explicación preferida de Islamabad. ¿Se retiró totalmente el ICBC? No exactamente. Por lo menos según el portavoz del Ministerio del Petróleo paquistaní Irfan Ashraf Qazid: “ICBC sigue involucrado en el proyecto IP y las negociaciones continúan”.

Un mega-banco como ICBC, con una miríada de intereses globales, debe tener cuidado con el desafío de la maquinaria de sanciones de Washington; pero se pueden encontrar otras opciones de financiamiento en otros bancos o acuerdos a nivel gubernamental con China o Rusia. La ministra de Exteriores de Pakistán, Hina Rabbani Khar, acaba de dejarlo bien claro. Pakistán necesita urgentemente gas que debería comenzar a fluir en diciembre de 2014.

Islamabad y Teherán ya se han puesto de acuerdo en el precio. El trecho de 900 km del IP en Irán ya se ha construido; Pakistán está comenzando, mediante ILF Engineering de Alemania. La agencia IRNA de Irán, dijo que el IP continúa; previsiblemente, el discurso de los medios occidentales es que los chinos se asustaron y lo abandonaron.

¿Y el IPC?

Para Washington el único camino es otra jugada de Ductistán, el perennemente problemático TAPI (Turkmenistán-Afganistán-Pakistán-India). Incluso suponiendo que los talibanes estén recibiendo su parte (que es, en los hechos, el motivo por el cual fracasaron las negociaciones entre ellos y los gobiernos de Bill Clinton y luego Bush); e incluso dando por hecho que no sería atacado con bombas rutinariamente por los muyahidines, el TAPI recién estaría listo, siendo optimistas, en 2018. E Islamabad simplemente no puede esperar tanto tiempo.

La campaña de Washington contra el IP ha sido incansable, incluyendo, evidentemente, la guerra en las sombras. Islamabad está convencido de que la CIA, la agencia de inteligencia india RAQ, el Mossad israelí y el MI-6 británico han estado conspirando activamente para lograr que alguna especie de Gran Baluchistán se independice del gobierno central. Han estado, siguiendo el modelo libio, financiando y armando a combatientes baluchis seleccionados. No porque amen su espíritu independiente, sino como medio para balcanizar Pakistán.

Para complicar la furia de Washington, Irán “aislado”, está a punto de iniciar la exportación de 80.000 barriles más de petróleo diarios a Pakistán; y ya ha comprometido 250 millones de dólares en el trecho paquistaní del IP.

Esto tiene el potencial de empeorar considerablemente. Washington no abandonará su intención de destruir el IP. Para un Irán bajo presión y una economía paquistaní estrangulada –así como China– todo tiene que ver con la Red de Seguridad Energética de Asia.

Es posible que el ICBC esté fuera de juego, de cierto modo. Pero todo el asunto podría resultar aún más jugoso si Pekín se decide a participar definitivamente y luego convierte el IP en IPC. ¿Tendrá Washington la valentía necesaria para desafiar directamente a Pekín?

Pepe Escobar es el autor de Globalistan: How the Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007) y de Red Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge . Su nuevo libro, recién aparecido, es Obama does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com .

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Fuente: http://www.atimes.com/atimes/South_Asia/NC16Df01.html

rCR



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