miércoles, 4 de mayo de 2016

Alepo.


Rebelion. Bombardeo mediático occidental sobre Alepo

Bombardeo mediático occidental sobre Alepo

biTs RojiVerdes


Hace ya varios meses, Thierry Meyssan afirmó que el termómetro del grado de acuerdo entre las partes para el fin de la guerra contra Siria, sería el nivel de manipulación sobre la situación de Alepo, la segunda ciudad del país, tomada en parte por los grupos terroristas Frente Al Nusra (al Qaeda) y el autodenominado Estado Islámico. Tenía razón, basta ver los ataques de las divisiones mediáticas de estos días contra Siria y Rusia, para darnos cuenta de que la situación diplomática en la región no está resuelta, sino todo lo contrario, más enrevesada que nunca.

¿El motivo? Estados Unidos, Turquía y Arabia Saudí y los terroristas que ellos apoyan pretenden ganar una guerra que tienen perdida sobre el terreno forzando la renuncia del presidente Assad sin tener en consideración lo que digan los propios sirios en unas elecciones democráticas que deberían celebrarse en el seno de un proceso de paz que no acaba de arrancar. Se trata, por enésima vez, de versiones actuales de aquellos magistrales “El miedo a la democracia” o de “El miedo a la libertad”. El frente agresor no quiere dar su brazo a torcer hasta que no haya un cambio de gobierno en Siria y que, así, satisfaga los millones de euros que han invertido en derrocar a Bashar el Assad y lo que representa como miembro de una alianza de países con una política exterior independiente y en resistencia frente al dominio israelí y los árabes sionistas liderados por Riad.

De otra manera no puede explicarse la virulencia de la campaña propagandística lanzada contra el gobierno del país, ni la unanimidad de las versiones de todos los medios. Cuando todos culpan al ejército regular sirio de los daños humanos y materiales provocados por los bombardeos de grupos terroristas, mal vamos. Cuando nadie menciona que el alto el fuego acordado en la ONU no es generalizado y no se aplica a los grupos yihadistas que no lo han firmado, aún peor. Pero cuando ni se menciona en los noticieros que parte de Alepo está ocupada por grupos terroristas a los que no aplica la tregua, la intencionalidad en la desinformación es patente y manifiesta. Cuando, casualmente, se hace mención en alguna cadena o periódico de la presencia de al Qaeda o del Estado Islámico en zonas de Alepo, es para señalarla como un burdo pretexto con el que justificar supuestos bombardeos contra la población civil por parte de un gobierno de locos ávidos de sangre que parecen divertirse disparando contra su pueblo o de un Putin desbocado con ganas de adueñarse de toda la antigua Unión Soviética y de medio mundo. Absurdo discurso que lo único que denota es que son incapaces de proporcionar una explicación mínimamente coherente y convincente que sostenga su discurso propagandístico y político ante una opinión pública medianamente informada.

La recurrencia infinita a los datos del autodenominado Observatorio Sirio —en realidad británico— de Derechos Humanos —léase para el fomento de la guerra— ya determina cuán viciadas están las informaciones que publican los medios occidentales. Pero cuando ni si quiera este chiringuito londinense acusa al malvado come niños de Assad del bombardeo, por ejemplo, de un hospital pediátrico de Alepo y sí lo hacen las cadenas de TV españolas que he tenido la ocasión de visionar días atrás, es cuando se dimensiona realmente el orden de magnitud de la enésima campaña contra Siria y su gobierno.

La guerra comenzó hace más de 5 años atribuyendo los medios de desinformación masiva a terroristas y milicianos yihadstas extranjeros la consideración de civiles indefensos. Con esa etiqueta pretendían eliminar el derecho a la defensa propia de un gobierno, al menos, tan legítimo como cualquier otro de la región. Ahora, cuando todos señalan que la caída de Alepo puede significar el fin de la guerra, nuestros democráticos medios, nuestra prensa libre, se dedica a bailar al unísono al son que le tocan gobiernos y grandes agencias publicitarias mundiales, defendiendo, no ya a la población civil, sino a los grupos terroristas que aún conservan en su poder una parte significativa del oeste de Alepo y que están sitiados por las fuerzas gubernamentales, Hezbollah y las milicias kurdas. El Estado Islámico, Al Qaeda y sus aliados (Ahr el Sham y Yaish al Islam) son la última esperanza del eje de EEUU para conseguir sus objetivos estratégicos en Siria. Si caen, se pondrían en peligro todos los esfuerzos llevados a cabo desde el 11S para acabar con un régimen independiente que jamás ha sido su títere o su vasallo, de la que esta guerra sólo ha sido la última y más sangrienta tentativa. Estados Unidos ya lamentó públicamente en la ONU la reconquista de Palmira y no desea hacer lo mismo con la liberación de Alepo.

El recurso al humanitarismo de un régimen como el norteamericano (y de todos sus altavoces mediáticos), responsable directo de la muerte de muchos millones de personas desde la Segunda Guerra Mundial, sólo puede funcionar con población ingenua, desinformada o intoxicada en exceso. Si el sentimiento fuera honesto, ¿por qué no ha tenido una repercusión similar la solidaridad de la población de Alepo yendo a donar sangre para los heridos? ¿quizá porque así se sabría que se trataba verdaderamente de bombardeos de mortero de los terroristas sobre población civil de la zona liberada por su ejército en vez de ataques sirios? ¿quizá porque se les desmontaría toda la campaña de desinformación masiva que con tanto dedicación han lanzado sobre nosotros?

Afortunadamente, las bases desde donde los terroristas han atacado a las zonas civiles de la ciudad ya han sido neutralizadas por el ejército sirio y el apoyo aéreo ruso. Al menos durante un tiempo volverá la paz a Alepo y es posible que se desactiven temporalmente los bombardeos mediáticos, casi tan peligrosos como los de los terroristas a los que dan cobertura.

Fuente: http://www.bitsrojiverdes.org/wordpress/?p=12983



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