viernes, 30 de julio de 2010

Frei Betto(MB)







Rebelion. El nuevo trascendente















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Opinión






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30-07-2010







El nuevo trascendente










La historia de la humanidad es una historia de sujeciones. En el período premoderno, sujeción a los dioses del politeísmo, al Dios del monoteísmo, al Rey de la monarquía y al Pueblo (sujeto abstracto) de la República. Siempre había una figura del Otro al que todos debían reportarse.

Ese Gran Otro prescribía lo cierto y lo erróneo, el bien y el mal, la gracia y el pecado, la ley y el delito. El mundo se configuraba de acuerdo con los preceptos del Gran Otro. Las alternativas eran sencillas: sujetarse bajo promesa de recompensa o rebelarse bajo amenaza de castigo.

En la modernidad el Otro se multiplicó, adquirió varias caras, se descentralizó en diversidad de ideologías, sistemas de gobierno y creencias religiosas. Tanto la antigüedad como la modernidad nos remitían a la trascendencia, por más que basada en la razón. Si no era Dios era el Partido, el líder supremo, las ideas incuestionables. Algo o alguien nos precedía y determinaba nuestro comportamiento, inculcándonos gratificación o culpabilidad.

La posmodernidad, a cuya puerta de entrada nos encontramos, promete hacer de nosotros sujetos libres de toda sujeción. Sería la vuelta al protagonismo exacerbado, en que cada indivíduo es la medida de todas las cosas. Ya no se vive en tiempos de cosmogonías y cosmologías, teogonías e ideologías. Ahora todos los tiempos convergen simultáneamente en el espacio reducido del aquí y ahora. Gracias a las nuevas tecnologías de comunicación, tiempo y espacio adquieren dimensión holográfica: caben en cada pequeño detalle del aquí y ahora.

¿Será que de hecho la posmodernidad nos emancipa del trascendente y de la trascendencia? ¿Nos introduce en el “desencanto del mundo” apuntado por Max Weber?

La respuesta es no.

Hay un nuevo Gran Otro que nos es impuesto como paradigma incuestionable: el Mercado. Las seductoras imágenes de este dios implacable son diseminadas por su principal oráculo: la publicidad. A semejanza de su homólogo de Delfos, nos advierte: “Di lo que consumes y te diré quién eres”.

El gran teólogo de ese nuevo dios fue Adam Smith. Inspirado en la física de Newton, en “La riqueza de las naciones” y “La teoría de los sentimientos morales”, Smith aplicó a la economía la metáfora religiosa del Gran Relojero que preside el Universo. El reloj funciona gracias a la precisión mecánica fabricada por alguien fuera de él e invisible para quien lo lleva: el relojero. Así, en opinión de Newton, sería el Universo. En la de Smith, la vida social regida por intereses económicos. La diferencia está en que el Dios Relojero de Newton es llamado Mano Invisible por Smith. Según éste, el egoísmo de cada uno, guiado por la Mano Invisible, promovería el bien de todos…

Es exactamente lo que afirma Milton Friedman, líder de la Escuela de Chicago: “Los precios que resultan de las transaciones voluntarias entre compradores y vendedores son capaces de coordinar la actividad de millones de personas, siendo que cada una sólo conoce su propio interés”.

Ése es el fundamento del pensamiento liberal y del sistema capitalista. Es el principio del laisser faire, dejar (a dios) hacer. Lo que, traducido en términos políticos, significa desreglamentar, no sólo las esferas económicas y políticas, sino también la moral. ¡Abajo la ética de principios y viva la ética de resultados! En ese protagonismo posmoderno, cada ego es la medida de todas las cosas. Lo que imprime al sujeto (en el sentido latino de sujeción, sumisión) la impresión de autonomía y libertad.

El resultado del nuevo paradigma centrado en el dios Mercado todos lo conocemos: degradación ambiental; guerras; gastos exorbitantes en armas, sistemas de defensa y seguridad; narcotráfico y dependencia química; debilitamiento de los vínculos familiares; depresión, frustración e infelicidad.

Todavía es tiempo de profesar el más radical ateísmo frente al dios Mercado e, iconoclastas, aferrarnos a la ética para introducir, como paradigma, la generosidad, el compartimento de los bienes de la Tierra y de los frutos del trabajo, la felicidad centrada en las condiciones dignas de vida y en la profundización espiritual de la subjetividad.

Pero eso sólo será posible si no quedamos restringidos a la esfera de la autoayuda, de las terapias tranquilizadoras del alma para soportar el estrés de la competitividad, y nos movilizamos comunitariamente para organizar la esperanza en un nuevo proyecto político fundado en la globalización de la solidaridad.

He ahí el desafío ético que, como señaló José Martí, será capaz de articular emancipación política y emancipación espiritual.

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/07/28/el-nuevo-trascendente/

rCR







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jueves, 29 de julio de 2010

El mundo futuro(MB)







Rebelion. Fin de la globalización financiera y sus cuatro grupos de riesgo















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EE.UU.






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29-07-2010







Fin de la globalización financiera y sus cuatro grupos de riesgo










Los reportes recientes de la economía rusa son favorables. En tanto, Moscú padece las temperaturas más altas en 130 años.

Este otoño, que será candente en geofinanzas y en geopolítica (el Medio Oriente está que arde, como acabamos de corroborar en nuestro reciente recorrido durante un mes por Grecia, Líbano y Turquía), los grandes actores se preparan a la inevitabilidad de la segunda ola de la crisis multidimensional de la globalización financierista, como Bajo la Lupa había adelantado con bastante antelación.

Después de realizar un excelente análisis de las irrecuperables finanzas y economía de Estados Unidos –en similitud a Gran Bretaña (GB)–, la revista mensual rusa VVP (14/7/10) –muy cercana al premier Vladimir Putin– plantea escenarios –escritos por Alexei Perochinny y otros miembros del portal económico Global Adventure (alexword@livejournal.com)– difíciles de adelantar, debido a la falta de precedentes históricos cuando el desplome del sistema financiero global constituye un raro evento.

Aun durante la Gran Depresión solamente algunos de sus nodos fueron destruidos, como el sistema financiero de la Alemania de Weimar con su hiperinflación.

Hoy la diferencia yace en que en la década de los años 20 del siglo pasado, el sistema financiero del planeta era enteramente diferente, cuando no existía la globalización financiera, cuyo nodo principal está destruido y corre el riesgo de arrojar al suelo a todo el sistema financiero: la suerte de la Alemania de Weimar amenaza a la mayor parte del planeta, con la excepción (¡súper sic!) de países individuales que han sido capaces de preservar su soberanía (¡extra súper sic!) en materia de política financiera y que sean capaces de lanzar salvavidas rápidamente, es decir, lanzar sólidas divisas regionales (sic) y cerrar sus fronteras al papel chatarra de los sistemas agónicos. Por cierto, todo lo contrario al México neoliberal y su inherente sistema financiero fallido.

VVP comenta que algunos expertos piensan que la analogía histórica más cercana a los eventos presentes es la bancarrota del rey Eduardo II de Inglaterra (súper sic) en 1345, cuando se colapsó su pirámide de deuda, después de haber succionado parte significativa de todos los ahorros en Europa, lo cual provocó un efecto dominó de quiebras en el entero sistema bancario europeo y un colapso económico a gran escala”.

VVP se cuida de extrapolar la analogía de 1345 cuando no existían arsenales de destrucción masiva, aunque se pueda esperar que la escala de eventos sea comparable cuando el crash de la globalización financiera desemboque tanto al caos del comercio internacional como a la revisión de las existentes cadenas de distribución para las cosas (sic) de valor económico”.

Serán afectados aquellos países que expongan un amplio déficit en su comercio internacional, así como niveles críticos de dependencia en sus importaciones de energía y alimentos.

Identifica cuatro grupos de mayor a menor riesgo:

1) El grupo de la muerte (¡súper sic!): Japón, GB, Irlanda y Grecia; a quienes agrega ciertos vecinos rusos: los países bálticos, Kirguistán y Tayikistán.

Aduce que este grupo enfrentará probablemente procesos reales (sic) de choque, cuando no se pueden descartar hambrunas masivas, aniquilamiento (sic) de la infraestructura social y epidemias.

2) Grupo de alto riesgo: Estados Unidos, Italia, Ucrania, Francia, India, Portugal, España y Holanda, con un declive monumental de sus niveles de vida. No se pueden eliminar golpes de Estado y cambios en los gobiernos. En caso de que la sociedad se vuelva ingobernable, tales países pueden moverse al grupo 1.

3) Grupo de riesgo moderado: Alemania, China, Brasil, Austria y Bélgica. Su riesgo principal es su dependencia en importación energética. En caso de perder sus fuentes de energía, no se descartan movimientos a los grupos 1 y 2”.

y 4) Grupo de bajo riesgo: Rusia y Kazajstán. Estos países son autosuficientes en energía, alimentos y defensa (¡extra súper sic!) y no se encuentran sobrecargados con deuda foránea y tienen excelentes (sic) balances comerciales, por lo que sus oportunidades para evitar el caos son elevadas, aunque sus riesgos principales están asociados con amenazas provenientes de quinta-columnas, coordinadas desde el exterior (¡ultra sic!), así como con la desviación de capacidades y recursos a conflictos en la periferia. En caso de que Rusia pueda evitar revueltas internas, así como la destrucción de los sistemas económicos y políticos de sus vecinos clave (sic), como China y Alemania, entonces tendrá el derecho de contar con el estatuto de líder del nuevo mundo, en asociación con ellos (¡súper sic!).

Llama la atención tanto el liderazgo de Rusia como la conformación de un G-3 en asociación con China y Alemania, pero sin Estados Unidos, sobre lo que ya habíamos alertado (ver Bajo la Lupa, 18/7/10).

Baste asombrarnos sobre India y Bélgica, a las que coloca respectivamente en los grupos 2 y 3, cuando el gigante asiático (miembro notable del BRIC) se desempeña adecuadamente en el rubro económico y militar –con notable excepción, desde luego, de su enorme dependencia tanto energética como alimentaria–, mientras el segundo se encuentra al borde de la balcanización.

También sorprende la colocación de Rusia junto a Kazajstán, autosuficiente en energía y alimentos, además de contar con baja deuda y una pequeña población.

No es gratuito que después de su viaje a Rusia y China, la canciller alemana Angela Merkel haya también visitado Kazajstán, relevante abastecedor de gas.

No todo es color de rosa cuando la dupla anglosajona de Estados Unidos y Gran Bretaña intenta(rá) impedir con todos los medios a su alcance el proyecto del G-3: la oligarquía de GB y Estados Unidos (Nota: llama la atención su secuencia taxonómica) constituye actualmente la mayor amenaza a la civilización, por lo que el escenario de una hiperinflación controlada del dólar es la más favorable a éstos, ya que ello les permitiría evitar la nacionalización y concentrar así el máximo de acciones de los activos reales en sus manos.

La nueva Operación Barbarossa (Nota: la anterior fue el código de la invasión nazi a la URSS) consiste en la hiperinflación del dólar, instalación de una dictadura en Estados Unidos, esclavitud (sic) de los países vecinos (Canadá, Centro y Sudamérica) y caos en el resto del planeta, al que, en lo posible, inducen a sucumbir a sus rivales, y la repetición de un Plan Marshall con el fin de conseguir controlar aquellos que sobrevivan.

Pese a lo que suceda en Estados Unidos, el caos global beneficia a la oligarquía financiera porque le permitirá conservar buena parte del poder, ya que la mayoría del planeta estará en peores condiciones.

Concluye que “una atención especial deberá ser puesta al Medio Oriente, que sirve como la batería de la economía euroasiática. Un estallido del Medio Oriente empujaría al caos a la mayoría de Eurasia”, lo que significa ausencia de futuro, lo cual representa el curso más probable de los eventos.

Con certeza (sic) VVP aduce que el carnaval de otoño llamado globalización financiera está llegando a su fin, y el planeta se encuentra en el umbral de un invierno severo.

¿Se piensa quedar el subrepticio G-3 (Rusia, China y Alemania), así como el resto del mundo, con los brazos cruzados ante la Operación Barbarrosa de la oligarquía financiera de GB y Estados Unidos.

Fuente: htttp://www.jornada.unam.mx/2010/07/28/index.php?section=opinion&article=016o1pol







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viernes, 23 de julio de 2010

Usa es insolvente(MB)







Rebelion. EE.UU. es insolvente















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Economía






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23-07-2010






¿Por qué dio la calificadora china una nota AA a la deuda soberana de EE.UU. si no es más que basura?

EE.UU. es insolvente




Global Research



Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens




Desde cualquier punto de vista, EE.UU. es insolvente.

No es mi evaluación personal sino la de “expertos” y economistas de reputación mundial e instituciones financieras. Basta con buscar “US debts” [Deudas de EE.UU.] en Google y hay miles de analistas que declaran que no hay forma de que EE.UU. pueda llegar a pagar un día sus deudas. EE.UU. ni siquiera puede liquidar el interés acumulado sobre las deudas impagadas. ¡Las deudas ascienden a billones! [millones de millones]

El Casey Daily Dispatch señaló:

La simple realidad a la que despierta la Reserva Federal es que los fundamentos estructurales de la economía están dañados más allá de todo arreglo rápido o fácil. Eso, porque hasta que se saque la deuda del sistema, bien a través de suspensión de pagos o de una inflación desenfrenada –no hay la menor probabilidad de que se pague realmente en algo que se parezca remotamente a los actuales dólares– el equivalente de una Peste Negra económica que va a plagar al país

Las agencias calificadoras estadounidenses, Moody’s, Standard & Poor’s, y Fitch Ratings todavía dan para EE.UU. una colosal calificación AAA. Esas mismas agencias dieron calificaciones AAA a las Obligaciones de Deuda Colateralizadas (CDO) y a otros productos financieros vendidos por los bancos globales demasiado-grandes-para-caer, cuando en realidad se trataba de basura. Fue necesario un tsunami financiero para sacar a la luz sus fraudulentas prácticas.

Por lo tanto no doy demasiado crédito a las calificaciones de esas instituciones deshonestas.

La Asociación Nacional de la Inflación (NIA) cree que la verdadera calificación crediticia de EE.UU. debería ser basura. Pero tampoco hay que creerle.

¿Entonces cómo sabemos con seguridad que la deuda de EE.UU. debería calificarse como basura?

¡Muy simple! Apliquemos sentido común a lo que vemos.

Desde que EE.UU. no pagó sus deudas en 1971, cuando el presidente Nixon negó a los acreedores globales y soberanos el derecho a la redención en oro de los dólares de EE.UU., este último ha tenido los días contados. EE.UU. estafó al mundo para que aceptara su divisa de papel higiénico y desplegó sus poderosas fuerzas armadas, para asegurar su acatamiento, contra los que se atrevieron a cuestionar la integridad de su moneda sin cobertura.

Las elites bancarias globales emplearon entonces a economistas dóciles de todo el mundo para pregonar los méritos del tipo de cambio flotante como mecanismo para determinar el valor de una moneda. Los países fueron obligados por amenazas de guerra o golpes a vincular sus monedas al dólar. El dólar se convirtió en la “base” en lugar del oro. El comercio tuvo que ser denominado en dólares estadounidenses, lo que dio a EE.UU. una ventaja indebida.

Esta “base” dio una ilusión de fuerza al dólar estadounidense y solvencia a EE.UU. Mientras otros tienen que producir y ganar un ingreso en una “moneda local” y luego cambiarla por dólares de EE.UU. para importar y / o comprar bienes (más de un 80% del comercio global se denomina en dólares), el “tigre de papel EE.UU.” sólo tiene que imprimir dinero para pagar por bienes y servicios cuando sus ingresos son insuficientes para pagar y sostener su nivel de vida.

¡Durante más de 37 años, EE.UU. se salió con la suya con este engaño!

Durante más de 37 años, gente en todo el mundo ha vendido sus productos a EE.UU. a cambio de un papel con una cifra impresa, una cifra que señala su valor, es decir, un billete de 100 dólares, etc. La gente simplemente aceptó la cifra impresa en el papel como reflejo del “verdadero valor” de la divisa. En realidad no tiene valor. Cuesta sólo unos pocos centavos imprimir la moneda en papel higiénico.

Mediante una propaganda astuta se llevó a la gente a creer que el valor es el que está impreso en el papel. Nadie se atreve a cuestionar lo absurdo de esta proposición.

Pero ahora hemos llegado a la etapa de colapso total del sistema global de moneda sin cobertura. Cada país en el mundo desarrollado está implementando la política de expansión monetaria cuantitativa (la jerga de los banqueros centrales para crear dinero de la nada) en un esfuerzo desesperado para pagar crecientes deudas e intereses compuestos en billones [millones de millones]. En menor grado, los países en desarrollo también siguen el consenso de Washington. El sistema financiero global está inundado de divisas en papel higiénico.

¿Cuál será la etapa final?

Esperemos y pensemos brevemente. Apliquemos el sentido común.

El dólar $, el euro €, la libra £, el yen ¥, etc. son todas divisas sin cobertura –no tienen un valor intrínseco. Su valor es una cifra impresa arbitrariamente sobre el papel y sancionada por banqueros centrales como “moneda de curso legal”.

En esencia, todos son basura –monedas de papel higiénico- ¿Entonces, cómo “flotan” las unas contra las otras según el sistema global de tipos de cambios flotantes?

Ahora la cosa se pone divertida.

¿Cómo se compara una basura con otra? ¿Cómo se determina el tipo de cambio de una basura respecto a otra? ¡Basura es basura!

Olvidemos las fuerzas de mercado que determinan los valores de diversas divisas basura. Son determinados por banqueros centrales y nadie más.

Si un dólar estadounidense es equivalente a 3,40 Ringgit o a 1,18 Euros o a 90 Yen es arbitrariamente decidido por los respectivos bancos centrales. Y no hay nada que vosotros o yo podamos hacer al respecto. Si sirve el interés de un país que su moneda se devalúe, el banco central de ese país permitirá que su moneda se devalúe y viceversa.

Algunas veces, los banqueros centrales hacen que sus cómplices, los fondos de alto riesgo, manipulen con ellos el mercado de monedas extranjeras mediante el comercio de derivados. Y mientras los banqueros centrales y sus cómplices mantengan las fluctuaciones en un período dado de acuerdo con los parámetros nerviosamente acordados por los banqueros centrales, no sucederá gran cosa. Los problemas aparecerán cuando los banqueros centrales no se puedan poner de acuerdo en los parámetros, lo que a menudo lleva a guerras comerciales e incluso a guerras “calientes”.

¿No me creéis?

Os daré dos ejemplos:

El Acuerdo Plaza

En 1985, a pedido de EE.UU., Francia, Alemania, Japón y EE.UU. acordaron reducir deliberadamente la tasa de cambio del dólar. En el momento pertinente, EE.UU. tenía inmensos déficits, especialmente con Japón. El acuerdo, conocido como el Acuerdo Plaza, debía ayudar a EE.UU. a reducir su inmenso déficit comercial para ayudar a su economía a salir de la larga recesión de los años ochenta. La intervención tuvo tanto éxito que el dólar se depreció más allá del objetivo. A finales de 1987, el dólar había caído en un 54% contra el marco alemán y el yen, de su máximo en febrero de 1985. Esta fuerte caída causó otro pánico, el de una caída descontrolada del dólar.

Para encarar y revertir la excesiva depreciación del dólar, el mismo grupo de países acordó en 1987 fortalecer el dólar. Este último esfuerzo se conoció como el Acuerdo Louvre. ¡Otra manifiesta manipulación del mercado! ¿Desde cuándo los mercados eran verdaderamente libres?

¿Por qué aceptaron participar Inglaterra y Francia en esta manifiesta manipulación del mercado? Estaban muy agradecidos a EE.UU. por vencer en la Segunda Guerra Mundial. Era hora de que EE.UU. cobrara la deuda. En el caso de Alemania y Japón, naciones derrotadas y ocupadas, no tenían otra alternativa que rendir pleitesía al gran hermano EE.UU.

La crisis financiera asiática

Basta con recordar lo que sucedió durante la crisis financiera asiática. Las economías “tigre” fueron debilitadas y atacadas y sus monedas entraron en caída libre. El desarrollo económico de Malasia fue gravemente amenazado. Pero el Primer Ministro de entonces, Tun Dr. Mahathir Mohamad tuvo la previsión y el coraje de enfrentar a las elites financieras globales e impuso controles de capital y divisas extranjeras. El Primer Ministro fijó unilateralmente la tasa de cambio del ringgit en RM 3,80 por dólar. Los especuladores del cambio de divisas fueron fuertemente afectados y nunca se recuperaron de este sorpresivo contraataque.

Aunque se realizó esta intervención sin precedentes para salvar la economía nacional y el sustento de 23 millones de malasios, las elites financieras globales intervinieron a través del sistema bancario fantasma para manipular el mercado, obtener beneficios obscenos y saquear.

Ahora plantearemos la pregunta del billón de dólares.

¿Cómo deciden China o EE.UU. que un dólar estadounidense es equivalente a 6.7 yuan o la tasa que se sea?

Antes de considerar la pregunta es importante que comprendamos cómo China pudo en un período de tiempo relativamente corto, acumular una cantidad tan inmensa de reservas en dólares y convertirse en el acreedor Nº 1 de EE.UU.

En su gran proyecto de hegemonía financiera, las elites financieras de EE.UU. propusieron a las elites financieras chinas que a cambio de masivas FDI [inversiones extranjeras directas] y subcontratación de industrias por EE.UU., China debería suministrar bienes baratos al mercado estadounidense y mantener una tasa de cambio acordada. Este proyecto fue el punto central de una expansión de créditos sin precedentes en el sistema financiero global, porque una expansión tan rápida del crédito sería extremadamente inflacionaria. Como China puede suministrar todo el espectro de bienes a menos de un diez por ciento del precio prevaleciente, las elites financieras sabían que podrían inundar el casino global con dólares sin tener que preocuparse por la inflación.

Y como dicen, el resto es historia.

Este arreglo sirvió bien a EE.UU. y a China durante dos decenios, en realidad demasiado bien, ya que resultó en que China tiene las mayores reservas en dólares del mundo y es el mayor acreedor de EE.UU.

Volviendo a la pregunta del billón de dólares, como indicamos anteriormente la tasa de cambio es determinada por los respectivos bancos centrales. Recientemente, el Gobierno de Obama ha estado presionando a China para que reevalúe su moneda. Ante la presión y para evitar una guerra comercial, China permitió que su moneda aumentara ligeramente su valor. De hecho, esto sucedió justo antes de la Cumbre del G-20 en Toronto.

Aunque el arreglo mencionado (específicamente el acuerdo sobre la tasa de cambio) ha servido su propósito original, ya no se puede mantener. Esto se debe a que el actual vínculo entre el yuan y el dólar distorsiona el mercado de cambios y exacerbará todavía más la actual crisis financiera global.

Como resultado del tsunami financiero global, EE.UU. vuelve a estar en suspensión de pagos. Pero esta vez Obama no puede hacer lo que hizo Nixon en 1971.

The Daily Reckoning evaluó correctamente la situación cuando dijo a sus suscriptores:

Espere un poco. Seguimos siendo Número 1, ¿verdad?

Sí… en el sentido de que podemos, teóricamente, tener la supremacía total en el mundo. Es decir, si los chinos lo permiten. Tienen tanto dinero nuestro y tantos bonos nuestros, que si deciden deshacerse de ellos, estaremos en un maldito aprieto. Porque no pagamos suficientes impuestos para financiar nuestros programas sociales y el Pentágono al mismo tiempo. No nos lo podemos permitir. De modo que los simpáticos chinos nos prestan dinero.

Pero no os preocupéis. Nos han prometido que no se desharán de nuestros bonos. Y estamos seguros de que cumplirán con su promesa mientras quieran hacerlo.

Que sepamos, ningún imperio que haya tenido que pedir prestado a sus rivales ha durado mucho tiempo. Gran Bretaña se vio en esa situación en la Primera Guerra Mundial. Ya no se pudo permitir los costes de mantenimiento del imperio –incluido el inmenso coste de la guerra en sí- De modo que pidió prestado a EE.UU. Los alemanes también pidieron prestado a prestamistas de EE.UU. Pero los prestamistas de EE.UU. a Gran Bretaña tenían más dinero en Nueva York y más poder en Washington. De modo que EE.UU. entró en la guerra al lado de Gran Bretaña en lugar del lado alemán.

Entonces, en la Segunda Guerra Mundial, cuando se puso a un general estadounidense a cargo del Día D, quedó claro que Gran Bretaña había cedido la posición del “perro guía” a EE.UU. Fue una entrega amistosa, lograda por la fuerza de la economía en lugar de por la fuerza de las armas. EE.UU. no tuvo que derrotar a Gran Bretaña usando la fuerza militar. Simplemente sólo tuvo que financiarla.

Pocos años después, durante la crisis de Suez, Gran Bretaña aprendió lo que era ser una potencia subordinada. Descubrió que ya no podía mandonear a su gusto sin la aprobación de EE.UU.

Pero eso es en el frente militar. En casa, los británicos descubrieron que eran pobres… y que se empobrecían paulatinamente. Bajo el peso de crecientes programas de asistencia social y un imperio que se achicaba, la economía británica se hundió. Sus antiguos aliados –Francia y EE.UU.– vivieron un boom en los años de posguerra. Lo mismo ocurrió con sus antiguos enemigos –Japón y Alemania- Pronto, no sólo sus amigos se hicieron más ricos y poderosos… sino también sus adversarios.

De modo que ahora tenemos una situación ridícula en la cual EE.UU. debe billones de dólares a sus acreedores globales (especialmente a China), es insolvente, y sin embargo, la tasa de cambio no refleja la debilidad subyacente de EE.UU.

También tenemos la situación en la cual China ha estado vendiendo bienes y servicios a EE.UU. y se le está pagando con una moneda de papel higiénico que no tiene otro valor que el valor artificial y arbitrario impreso en el papel. China, por su parte, presta esos papeles higiénicos de vuelta a EE.UU. para que pueda comprar más bienes y servicios de China. EE.UU. no tiene dinero para pagar a China, de modo que crea dinero de la nada, a través de la impresora electrónica y lo utiliza para pagar a China.

Hablando en serio, ¿cuánto puede durar esta farsa?

En 1985, tuvimos el Acuerdo Plaza para rescatar al tigre de papel estadounidense. La respuesta entonces fue devaluar el dólar de EE.UU. Pero Japón sufrió veinte años de estancamiento.

¿Por qué no han adoptado los mismos países –el Reino Unido, Francia, Alemania y Japón– una estrategia similar en esta coyuntura, aumentando así las exportaciones de EE.UU.?

¡Es simple!

1. EE.UU. ha subcontratado una parte tan grande de sus exportaciones anteriores a China y a otros países que no tiene suficientes productos significativos que exportar para que conseguir una diferencia sustancial en el déficit comercial.

2. Durante el último decenio, las principales exportaciones de EE.UU. fueron, y siguen siendo, “Productos Financieros” –las basuras empaquetadas como Obligaciones de Deuda Colateralizadas (CDO), calificadas AAA y vendidas a inversionistas (es decir jugadores) ingenuos en todo el mundo- EE.UU. fue el centro del casino global de derivados, administrado por el Cártel Bancario Fantasma.

3. Ha habido tal expansión crediticia en dólares de EE.UU. en los últimos diez años, así como de dólares de papel en el sistema financiero global, que todo intento de devaluar el dólar resultaría en una caída libre descontrolada, y la destrucción total de la economía de EE.UU.

4. Y China ha mantenido artificialmente el valor actual del dólar de EE.UU. para evitar el estatus de que lo degraden a basura al mantener su actual tasa de cambio con el dólar (y dentro de una estrecha banda de fluctuación).

5. Por lo tanto, a corto plazo, China es cómplice, junto con otros bancos centrales importantes, en el engaño a la gente de a pie en el sentido de que el sistema global de dinero sin cobertura sigue siendo saludable. Pero, al desclasificar un punto a EE.UU., China y las elites globales esperan que el engaño pueda mantenerse durante un cierto tiempo para que China y otros países puedan librarse de sus masivos activos en dólares estadounidenses. Pero la situación es tan volátil que nadie, absolutamente nadie, puede decir con seguridad cuándo un niño llegará a gritar la denuncia proverbial: “¡Eh, el emperador está desnudo!”

6. También es obvio para las elites financieras globales que si hubiera una fuga masiva de los activos en dólares hacia activos en euros habría una caída descontrolada del dólar de EE.UU. Los bancos globales europeos están hasta aquí con sus posesiones de activos en dólares basura y por lo tanto sufrirían inmensas pérdidas muy por encima de su exposición en préstamos en euros a los países “PIIGS” (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España). A diferencia de la época del Acuerdo Plaza, ahora mismo nadie quiere una devaluación del dólar. Cuando comience el descenso, nadie podrá detener la caída. Los banqueros centrales están sentados sobre el filo de la navaja. ¡Huy!

7. De modo que, la “crisis griega” se creó para impedir una huída semejante de activos en dólares a activos en euros. Grecia es la “Mary Poppins” en el sistema financiero general. Su PIB no es ni siquiera un 3% de la eurozona. En contraste, California está en bancarrota y es más crucial para la economía de EE.UU. Es la 7ª economía del mundo por su tamaño. Sin embargo, la bancarrota de California no tuvo el impacto debido en la economía de EE.UU. Esto se debe a que los medios de comunicación globales aseguraron no destacar la bancarrota. En vez de eso, el sensacionlismo fue que el euro iba hacia un crac. ¿El resultado? La huida hacia el euro se paró en seco.

8. Alguien lo fastidió todo. El culpable desde el punto de vista de las elites financieras globales fue el indomable Irán. China y Rusia estaban jugando juegos geopolíticos en sus relaciones comerciales con Irán con la esperanza de que el presidente Ahmadineyad no arruinaría la fiesta antes de que estuvieran listos para librarse de sus masivos activos en dólares. EE.UU. e Israel jugaron el papel del implacable mientras China y Rusia se hicieron inicialmente los blandos, en un papel tan típico de los roles policiales cuando se trata de extraer concesiones y / o confesiones. Pero las verdaderas intenciones de China y Rusia se revelaron cuando, exasperadas por la resistencia y el desafío de Irán, optaron por imponer severas sanciones a ese país. El cuarteto no se preocupó por mantener la farsa. El tema de las armas nucleares sólo fue una pantalla de humo para engañar al mundo ante la inminente implosión financiera.

La desclasificación por China tiene que verse como lo que es, una seria advertencia de que se acerca el fin. Hay que bajar el telón sobre la farsa.

Otra señal de que se acerca el fin fue cuando el Banco de Pagos Internacionales (BIS) cambió al oro como garantía para un crédito extendido a un fondo soberano (con gran probabilidad Portugal) a través de entidades comerciales. El oro, considerado otrora una “reliquia primitiva” ha vuelto a estar de modo en cambios de moneda. ¿Quién lo hubiera imaginado hace unos meses? En cierto sentido, hemos vuelto al punto de partida. En 1971, Nixon suspendió la convertibilidad del dólar de EE.UU. Hoy, el BIS ha dado los primeros pasos para devolver al oro al lugar que le corresponde.

No importa cuánto traten los banqueros centrales y China de impedir que reviente la burbuja de la deuda soberana, no lo lograrán.

Tarde o temprano, China tendrá que tomar la decisión del Siglo XXI –deshacerse del dólar y permitir que las economías globales sufran severo dolor a corto plazo, durante cinco o diez años, o cometer suicidio masivo junto con EE.UU., el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y Japón.

China es actualmente el único país que puede sobrevivir a la próxima devastación financiera con el menor dolor, ya que le será relativamente fácil transformar su economía impulsada por la exportación a otra basada en el interior –aprovechando el ilimitado potencial de sus 1.500 millones de habitantes. China puede hacer en un breve año, tal vez en un máximo de dos, lo que para otras economías desarrolladas significaría una tarea de una generación.

Un aumento marginal en el poder de compra de sus ciudadanos absorbería toda la disminución en los mercados de exportación.

El hecho de que el yuan esté apuntalando al dólar significa que el yuan y no el dólar es la moneda indiscutida de reserva global. Si China reevalúa drásticamente el yuan, todas las monedas sin cobertura se orientarían hacia una caída libre descontrolada.

No seamos ingenuos y no nos engañemos. Es pura pantomima que EE.UU. pida a China que reevalúe el yuan y que China se resista a una reevaluación. Este juego de tira y afloja monetario es una pantalla de humo para dar crédito al hecho de que el dólar no es basura sino AA, aunque haya bajado un punto desde AAA.

El hecho de que tantos economistas entrenados en Occidente no hayan encarado o sacado a la luz este tema sólo puede significar dos cosas, o son verdaderamente ignorantes o forman parte de esta gran farsa, echándonos humo a los ojos.

Sea paciente. Invierta en oro. ¡Prepárese para el Acto II del Apocalipsis financiero!

© Copyright Matthias Chang, Global Research, 2010

Matthias Chang es malasio. Es abogado de 32 años y fue secretario político del cuarto Primer Ministro de Malasia, Tun Dr. Mahathir Mohamad. Es autor de tres libros: Future FastForward, Brainwashed for War, Programmed to Kill, publicados en EE.UU. y en Malasia. Reside en Kuala Lumpur, Malasia. Para contactos escriba a matthiaswenchieh@gmail.com.

Fuente: www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=20176

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miércoles, 21 de julio de 2010

Rubini, sobre la crisis







Rebelion. Una época de dobles caídas de la economía mundial















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Economía






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21-07-2010






Abróchense los cinturones para un viaje muy accidentado

Una época de dobles caídas de la economía mundial




Socialismo o Barbarie






La economía mundial, artificialmente impulsada desde la recesión de 2008–2009 por un estímulo fiscal y monetario a gran escala y rescates financieros, va camino de una profunda recesión este año, al ir desapareciendo los efectos de esas medidas. Peor aún, no se han abordado los tremendos excesos que alimentaron la crisis: demasiada deuda y demasiado endeudamiento en el sector privado (familias, bancos y otras entidades financieras e incluso en gran parte del sector empresarial).

El "desendeudamiento" del sector privado apenas ha comenzado. Además, ahora hay un enorme "re–endeudamiento" del sector público en las economías avanzadas, con enormes déficit presupuestarios y una acumulación de deuda pública impulsada por los estabilizadores automáticos, los estímulos fiscales anticíclicos keynesianos y los inmensos costos de la socialización de las pérdidas del sistema financiero.

En el mejor de los casos, afrontamos un período prolongado de crecimiento anémico y por debajo de la tendencia general en las economías avanzadas, al empezar el desendeudamiento por parte de las familias, las entidades financieras y los gobiernos a repercutir en el consumo y la inversión. En el nivel mundial, los países que gastaron demasiado –los Estados Unidos, el Reino Unido, España, Grecia y otros– deben ahora desendeudarse y están gastando, consumiendo e importando menos.

Pero los países que ahorraron demasiado –China, el Asia en ascenso, Alemania y el Japón– no están gastando más para compensar la reducción del gasto en los países que se están desendeudando. Así pues, la recuperación de la demanda agregada mundial será débil, con lo que impulsará mucho menos el crecimiento mundial.

La desaceleración mundial, ya evidente en los datos correspondientes al segundo trimestre de 2010, se acelerará en la segunda mitad del año. El estímulo fiscal desaparecerá cuando empiecen a entrar en vigor los programas de austeridad en la mayoría de los países.

Los ajustes de inventario, que impulsaron el crecimiento durante algunos trimestres, se acabarán. Los efectos de las políticas tributarias que robaron la demanda al futuro –como, por ejemplo, los incentivos a compradores de coches y viviendas– disminuirán, al expirar esos programas. Las condiciones del mercado laboral siguen siendo débiles, con poca creación de empleo y una sensación de malestar que va extendiéndose entre los consumidores.

La situación previsible en las economías avanzadas es una mediocre recuperación en forma de U, aun cuando evitemos la doble caída en forma de W. En los Estados Unidos, el crecimiento anual ya estaba por debajo de la tendencia general en la primera mitad de 2010 (2,7 por ciento en el primer trimestre y se calcula que en el período abril–junio será un mediocre 2,2 por ciento). El crecimiento va a aminorarse aún más: hasta el 1,5 por ciento en la segunda mitad de este año y avanzado el 2011.

Sea cual fuere la letra del alfabeto que los resultados económicos de los EE.UU. representen en última instancia, lo que viene será como una recesión. Una mediocre creación de empleo y un mayor aumento del desempleo, mayores déficit presupuestarios cíclicos, una nueva bajada de los precios de las viviendas, mayores pérdidas de los bancos con las hipotecas, el crédito al consumo y otros préstamos y el riesgo de que el Congreso apruebe medidas proteccionistas contra China contribuirán a ello.

En la Eurozona, las perspectivas son peores. El crecimiento puede estar próximo a cero al final de este año, cuando la austeridad fiscal haga efecto y los mercados de valores bajen. Unos marcados aumentos en los márgenes soberanos, empresariales y de la liquidez interbancaria aumentarán los costos de capital y los aumentos de aversión al riesgo, volatilidad y riesgo soberano socavarán aún más la confianza de las empresas, los inversores y los consumidores. El debilitamiento del euro será positivo para la balanza exterior de Europa, pero los beneficios resultarán más que contrarrestados por el daño a las exportaciones y las perspectivas de crecimiento en los EE.UU., China y el Asia en ascenso.

Incluso China está dando muestras de desaceleración, debidas a los intentos de su Gobierno de controlar el recalentamiento económico. La desaceleración en las economías avanzadas, junto con un euro más débil, minarán aún más el crecimiento chino, con lo que su tasa de crecimiento pasara de más del 11 por ciento al 7 por ciento al final de este año. Se trata de una mala noticia para el aumento de las exportaciones en el resto de Asia y entre los países ricos en materias primas, que cada vez dependen más de las importaciones chinas.

Una importante víctima será el Japón, donde el anémico crecimiento de la renta real está deprimiendo la demanda interna y las exportaciones a China mantienen el poco crecimiento que hay. El Japón padece también un bajo crecimiento potencial, debido a la falta de reformas estructurales y a unos gobiernos débiles e ineficaces (cuatro primeros ministros en cuatro años), un gran volumen de deuda pública, tendencias demográficas desfavorables y un yen fuerte que se aprecia durante los períodos de aversión al riesgo.

Una previsible situación en la que el crecimiento de los EE.UU. se desplome hasta el 1,5 por ciento, la zona del euro y el Japón estén estancados y el crecimiento de China se reduzca hasta por debajo del 8 por ciento puede no entrañar una contracción mundial, pero, como en los EE.UU., lo parecerá, y cualquier sacudida posterior podría inclinar de nuevo esa inestable economía mundial hacia una recesión propiamente dicha.

Las posibles causas de semejante sacudida son legión. Los problemas de la Eurozona con los riesgos de la deuda soberana podrían empeorar, con lo que propiciarían otra ronda de correcciones de los precios de los activos, aversión mundial al riesgo, volatilidad y contagio financiero. Un circulo vicioso de corrección de los precios de los activos y un crecimiento más débil, junto con contratiempos inesperados que actualmente no están reflejados en los precios, podrían propiciar nuevas bajadas de los precios de los activos y un crecimiento aún menor, dinámica que condujo a la economía mundial a la recesión en primer lugar.

Y no podemos excluir la posibilidad de un ataque militar israelí a Irán en los doce próximos meses. Si sucediera eso los precios del petróleo podrían aumentar rápidamente y, como en el verano de 2008, desencadenar una recesión mundial.

Por último, los encargados de la adopción de decisiones se están quedando sin instrumentos. Otra relajación monetaria cuantitativa no cambiará gran cosa, porque hay poco margen para un estimulo fiscal suplementario en la mayoría de las economías avanzadas y la capacidad para rescatar a las entidades financieras que son demasiado grandes para quebrar –pero también para ser salvadas– quedará profundamente limitada.

De modo que, a medida que se evaporen las ilusorias esperanzas optimistas de una rápida recuperación en forma de V, el mundo avanzado se encontrará en el mejor de los casos en una larga recuperación en forma de U, que en algunos casos –la Eurozona y el Japón– puede ser lo suficientemente larga para extenderse en una casi depresión en forma de L. Será difícil evitar la recesión con caída doble.

En un mundo así, la recuperación en los más fuertes mercados en ascenso –la gran esperanza de la economía mundial– también se verá afectada, porque ningún país es una isla económicamente. De hecho, el crecimiento de muchas economías con mercados en ascenso –empezando por la de China– depende en gran medida de unas economías avanzadas entregadas a la reducción de gastos.

Abróchense los cinturones para un viaje muy accidentado.

(*) Nouriel Roubini es presidente de Roubini Global Economics y profesor de la Stern School of Economics de la Universidad de Nueva York.

Fuente: http://www.socialismo-o-barbarie.org/economia/100718_b_epocadecaidas.htm

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sábado, 17 de julio de 2010

viernes, 16 de julio de 2010

jueves, 15 de julio de 2010

China y Kirgistán







Rebelion. Batalla por la frontera islámica de China















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Opinión






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15-07-2010







Batalla por la frontera islámica de China










El 5 de julio de 2009, alrededor de doscientas personas murieron durante disturbios entre los pueblos Uigur y Han (chino) en la Región Autónoma china de Xinjiang, en una operación hábilmente manejada por la CIA estadounidense y el Congreso Mundial Uigur (CMU), controlado por Washington. Allende de la frontera, en Kirguistán, murieron hace cuatro semanas dos mil personas y cuatrocientas mil se refugiaron en otros países, para escapar de una operación de “limpieza étnica”. Ambos eventos, al igual que la agresión militar de Georgia en 2008, resultan del vacío estratégico que ha dejado la desaparición de la Unión Soviética.

Desde entonces, Asia Central constituye uno de los campos de batalla geoestratégicos más importantes en la lucha por el control del sistema global, en el cual las minorías étnicas y el islam fundamentalista son usados por Washington como instrumentos de dominación, en una extensión de la política subversiva aplicada por W. Casey (CIA) y Ronald Reagan en la Guerra de Afganistán, contra la Unión Soviética y China. La frontera china-rusa-islámica es epicentro de esta batalla.

La importancia de K irguistán se deriva de diversos factores: 1. Es uno de los principales conductos de opio y heroína desde Afganistán a Rusia y Europa; 2. Es la ruta logística más eficiente para la guerra en Afganistán, a través de la cual se mueve alrededor del 20 por ciento de los suministros de la OTAN; 3. La existencia de poblaciones uigur en Kirguistán y de kirguisos en Xinjiang (entre 50 y 200 mil) y la presencia del Congreso Mundial Uigur (CMU) ; 4. Una frontera común de 1.100 km con China, que convierte al país en un potencial corredor de penetración del terrorismo y separatismo islámico; 5. Las dos alianzas militares más poderosas de la tierra, la OTAN y la Organización de Cooperación de Shanghai (SCO), chocan aquí, al igual que la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE); 6. Rechazado Turquía por la Unión Europea, va a tratar de expandir hacia Oriente, reclamando su antigua esfera de influencia como potencia regional. Considerando que los pueblos turcos ---mestizaje entre pueblos caucásicos y mongoles--- abarcan alrededor de 180 millones de personas, entre ellos 24 m en Uzbekistán, 18 m en Irán, 16 m en Kazakstán, 10 m en China, 10 m en Rusia, 8.5 m en Turkmenistán , 5.4 m en Kirguistán y 5 m en la UE, esa dinámica es de gran importancia.

Las principales potencias involucradas en el control de esta zona estratégica son Estados Unidos y Rusia, ambas con bases militares en Kirguistán; China, con una ascendente cooperación militar con Biskek, y la Unión Europea (UE). La UE, bajo la presión de Alemania, procura aprovechar la actual crisis política para recuperar la zona frente a Washington. Alemania es el único país europeo que mantiene una embajada en el país; sus fundaciones partidistas, costeadas por el Estado, están en Kirguistán y trabajan como think tanks en el proyecto de penetración estratégica de la zona. Alemania financia también a organizaciones sociales kirguisas. La “Fundación Konrad Adenauer” del Partido Demócrata Cristiano alemán ---intervencionista y reaccionaria como lo ha demostrado, entre otras, en su política desestabilizadora contra el gobierno de Hugo Chávez--- ha recomendado al gobierno alemán “representar con más energía los intereses propios de la UE”.

A la caída de la URSS, la burguesía atlántica asumió rápidamente el control neocolonial de Kirguistán. En diciembre de 2001 Washington adquirió la base aérea de Manas. Desde 2003, la OSCE ha intervenido en “la reforma” de los aparatos de seguridad del país, ayudando en 2005 a Washington a instalar su propio presidente títere, Bakijew, mediante la “revolución de los tulipanes”. La caída de Bakijew, en junio 2010, reveló, según la Fundación Konrad Adenauer, “los límites de la influencia estadunidense en Asia Central”. En consecuencia, el imperialismo europeo debe aprovechar la oportunidad y, con Berlin a la cabeza, promover una política europea más protagónica y eurocéntrica. El Secretario General de la OSCE, Saudabayev, afirmó el 5 de julio, que la organización tratará de “fortalecer su centro en Biskek y sus operaciones en toda Kirguistán”. El primer éxito se ha dado. La flamante Constitución de la flamante República de Kirguistán es una copia de la Constitución alemana.

Washington en segundo plano y, la Unión Europea como agente protagónico constituye, dicho sea de paso, la misma estrategia que los think tanks imperiales recién han recomendado para la destrucción de Cuba y Venezuela. Ya se ejecuta y el permiso para las Damas de Blanco y la liberación de los “presos políticos” en Cuba son sus primeros frutos. La cabeza de lanza varía: en muchas partes de Asia Central es Alemania; en América Latina es España, con Moratinos, Zapatero y el Vaticano como vanguardia.

El intento de la burguesía atlántica de debilitar a China mediante la política del separatismo étnico y fundamentalismo islámico , está condenado al fracaso en Xinjiang y Kirguistán. La población uigur en ambos países es minoría y en Xinjiang, gran parte de los uigures apoya al gobierno chino. Conversando con ciudadanos uigures en Xinjiang (Turfan), recientemente, ellos sostuvieron que los disturbios de Urumqui habían sido causados por elementos “marginales” y que la política de desarrollo del gobierno había mejorado grandemente su calidad de vida. Para las tierras que el Estado les da en usufructo, no pagan ningún impuesto o renta; en junio, el gobierno implementó un impuesto sobre la extracción de gas y petróleo en Xinjiang, cuyos beneficios serán para los residentes. En palabras del Presidente Hu Jintao, “los recursos locales deben beneficiar a la población local”. Para el próximo plan quinquenal se duplican las inversiones en activos fijos. Grandes inversiones en ferrocarriles, carreteras, instituciones educativas, gigantescos parques eólicos en el desierto Gobi, una enérgica política ecológica, de reformas sociales, laborales y de combate a la corrupción, completan el panorama y explican el apoyo al gobierno chino.

Kirguistán, en cambio, es otra historia, más cercana a la de las dictaduras sostenidas por el imperialismo occidental, como el Congo o Haití. La corrupción del clan de Bakijew, títere de Estados Unidos y la Unión Europea, ha mantenido el ingreso per capita de la población en unos 600 dólares y no existe actualmente una perspectiva de esperanza y del futuro para la población. Tal situación es campo fértil para el extremismo islámico y separatismo étnico promovido por el imperialismo. Ante estas circunstancias es obvio, que China no puede permitir que la Unión Europea y Estados Unidos conviertan a Kirguistán en una plataforma desestabilizadora para el Occidente chino.

Por suerte, tiene el poder necesario, para impedirlo.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.







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miércoles, 14 de julio de 2010

lunes, 12 de julio de 2010

Flijos de capital en el mundo







Rebelion. El mercado mundial de capitales















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Economía






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12-07-2010







El mercado mundial de capitales










Los ingresos de capital (capital inflows, en inglés) de cada economía nacional se determinan por la suma de tres componentes: 1) inversión extranjera directa de personas, empresas u organismos externos que financia actividades productivas; 2) inversión de portafolio o de cartera, que también realizan personas, empresas u organismos del exterior, y que se expresa a través de la compra de acciones, bonos públicos y privados u otro tipo de obligaciones; 3) todo préstamo u obligación que se contrae con una persona, empresa u organismo del exterior. Los egresos de capital (capital outflows) se determinan por la suma de cuatro elementos: 1) inversión extranjera directa de nacionales en el exterior; 2) inversión de portafolio de éstos fuera de su país; 3) préstamos u obligaciones a personas, empresas u organismos en otro país; 4) finalmente, en este caso como cuarto componente, movimientos netos de las reservas nacionales.

En una economía exportadora neta de capital la suma de sus inversiones directas, de cartera y de préstamos que hace en el exterior es mayor a la suma de inversiones directas, de cartera, préstamos de fuera que se hacen en su interior y a las que se añade el movimiento neto de sus reservas. Y en una importadora neta de capital la primera suma de lo que se invierte fuera es menor que la segunda de lo que invierten los extranjeros en ella. A nivel global –dirá Perogrullo– la diferencia entre salidas y entradas es nula. Pero a nivel nacional no. Hay países exportadores netos de capital y otros importadores netos. ¿Exportadores netos? Por ejemplo, los tres más importantes del periodo 2003-2009: China, Japón y Alemania, con 15.2, 14.4 y 10.5 por ciento en esos años. Sólo tres naciones –únicamente tres– concentran la mitad de las exportaciones netas de capital en el mundo contemporáneo. ¿Por qué? Enorme capacidad de ahorro interno, sustentada en altísima productividad (Alemania, principalmente), pero también en alta productividad y bajo crecimiento (Japón, con un máximo de 21 por ciento de las exportaciones de capital en 2003 y 2004) y alta productividad y bajísimos salarios (China, sin duda, con solamente 3.3 por ciento de exportaciones de capital en 2003 y casi 24 por ciento en 2008 y 2009). ¿Importadores netos? Sorpréndase. Sobresalen nuestros vecinos, con 60 por ciento de importaciones netas de capital, también de 2003 a 2009. Le siguen –sorpréndase un poco más– España y Reino Unido, con 6.7 y 4.4 por ciento en esos años. Sólo estos tres tienen 70 por ciento de importaciones netas de capital en los últimos ocho años. Han vivido financiados por el exterior. Y por ahí está Grecia, que concentra cerca de 2 por ciento de las importaciones netas de capital, porcentaje altísimo en relación con el tamaño de su economía. En promedio, los movimientos totales de capital son del orden de 4.5 trillones (siempre estadunidenses, billones nuestros) de dólares corrientes. Ello representa cerca de 10 por ciento del producto mundial en promedio en dicho periodo. Pero este promedio –ese defecto tienen los promedios– oculta la enorme cantidad de recursos que se movieron en el mundo en 2006 y 2007, en que el monto de inversiones y préstamos alcanzó 6.5 y 8.9 trillones, 14 y 18 por ciento del producto mundial, respectivamente. ¿Significa esto, por ejemplo, que los estadunidenses –personas, empresas y agencias gubernamentales– ya no invierten en el exterior? Para nada. Lo único que significa es que el movimiento relativo entre sus salidas y entradas de capital favoreció a éstas. Sí, más entradas que salidas. ¿O que China – análogamente– no recibe capitales del exterior? No. Sólo que en China son mayores las salidas que las entradas de capital. Hay un grupo de exportadores que me parece interesante señalar. Los exportadores de petróleo y gas natural (Rusia, en este caso). Como grupo, Arabia Saudita, Rusia, Noruega, Emiratos Árabes Unidos, Libia, Venezuela y Argelia, entre otros, han aportado el mayor volumen anual de exportación de capital en el mundo. De 2003 a 2009 participaron con no menos de 21.3 por ciento. En 2006 concentraron poco más de la tercera parte del volumen de dinero de inversión y préstamo que se movió internacionalmente y que fue del orden –como se apuntó antes– de 6.5 trillones de dólares, equivalente a 14 por ciento del producto bruto mundial. Básicamente renta del petróleo y renta del gas natural ruso.

Bueno, lo cierto de todo esto es que el volumen de capital transferido internacionalmente fue en ascenso hasta 2007 y que se desplomó en 2008 y 2009. En 2003, con cerca de 2.6 trillones de dólares, las exportaciones de capital representaron 7.3 por ciento del producto mundial. Pero en 2007, con casi 9 trillones de dólares, alcanzaron una participación de 18.3 por ciento en el producto mundial. Es cierto que luego de 2007 –justamente por la crisis y como expresión de ella– la astringencia de capital ha sido tremenda. En 2008 los ingresos de capital sólo alcanzaron poco más de 1.4 trillones, lo que agudizó severísimamente los problemas de crédito y de endeudamiento de personas, familias y gobierno. Y para 2009 se estiman números apenas cercanos a los 2 trillones, con un peso del 4 por ciento del producto mundial. Esta severa astringencia financiera, expresada en un cambio que va de 8.9 trillones movidos en 2007 a sólo 1.4 trillones en 2008, es una razón más para tener mucha cautela para señalar que la recuperación ya está en puerta, como hacen muchísimos políticos de casi todo el mundo, incluidos los de México. Ya veremos qué pasa con este movimiento internacional de recursos –el cual, por cierto, está muy pero muy urgido de regulaciones internacionales (FMI dixit)–, hoy fundamental para recuperar crédito y financiamiento a la aún deterioradísima producción mundial. Sí, aún deteriorada, no obstante su recuperación actual, que aún la deja lejos, muy lejos, de los niveles de mediados y finales de 2007. Sin duda.

http://www.jornada.unam.mx/2010/07/11/index.php?section=opinion&article=026a1eco






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China







Rebelion. Revolución y contrarrevoluciones en la República Popular de China















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Mundo






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12-07-2010







Revolución y contrarrevoluciones en la República Popular de China




Europe Solidaire






Con la proclamación de la República Popular China, el 1 de octubre de 1949, el Partido Comunista Chino (PCC) se encontró a la cabeza de un país de un tamaño tres veces superior a Europa Occidental, con unos 500 millones de habitantes. La situación interna era favorable al régimen. La situación internacional parecía más indecisa. En diciembre de 1949, Mao Zedong visita Moscú para reunirse con Stalin. La URSS fue el primer país en reconocer la República Popular, pero sin embargo no derogó el antiguo tratado de amistad chino-soviético, firmado con Chiang Kai-Shek. Durante tres semanas, los dos jefes de Estado jugaron al gato y al ratón. El nuevo tratado finalmente se rubricó el 14 de febrero de 1950.

La desconfianza seguía siendo la regla entre las direcciones soviética y china. Mao ha señalado todo lo que Stalin despreciaba su experiencia (“Pensaba que nuestra revolución era artificial”, dijo) y no quería comprometerse demasiado pronto al lado de los chinos en el caso en que fueran atacados por Estados Unidos. Sin embargo, correspondió a Pekín ir indirectamente en socorro de Moscú.

La guerra de Corea estalló en junio de 1950. Viene bastante mal para los dirigentes chinos que deseaban dar la prioridad a la consolidación del régimen, al relanzamiento de la economía, a la reconquista de Taiwan. El Buró Político duda. Pero se toma la decisión cuando las tropas de EE UU se acercan a la frontera norte: la contraofensiva china es dirigida por Peng Dehuai. Tras más de cuatro meses de mortíferos combates, la línea del frente se estabiliza alrededor del paralelo 38. Hay aún que esperar al 27 de julio de 1953 para que se firme el armisticio. Las pérdidas chinas se elevan a 800.000 muertos o heridos.

La sombra de la guerra de Corea domina todo el período que sigue a 1949. Los Estados Unidos construyen un cinturón de seguridad alrededor de China, con importantes bases militares en Corea del Sur, en Japón (Okinawa), en las Filipinas, en Tailandia y en Vietnam del Sur. Para las Naciones Unidas bajo hegemonía estadounidense, no hay más que una sola China: la del Kuomintang replegado en Taiwan.

Frente al imperialismo, China se adosa al bloque soviético. Pero las semillas del conflicto chino-soviético de los años 1960 están sembradas. En lo inmediato, la guerra de Corea tiene por efecto desorganizar la instalación del nuevo régimen y endurecer su política.

El gran cambio social: 1949-1953

En China, la guerra de Corea suscita inmensas manifestaciones antiimperialistas. En este contexto, la campaña para liquidar a los contrarrevolucionarios toma un giro particularmente violento. En un período de seis meses, 710.000 personas son ejecutadas (o empujadas al suicidio) por sus lazos más o menos estrechos con el Kuomintang. Probablemente más de un millón y medio de personas son internadas en campos de “reforma por el trabajo”.

Propietarios de la tierra y notables rurales. La generalización de la reforma agraria toma también un giro violento. Los campesinos pobres recuerdan la arrogancia, el desprecio, la avaricia y la inhumanidad hacia ellos de los grandes propietarios. ¿Cómo olvidar la forma en que los posesores provocaron hambrunas mortales especulando con los cereales? ¿Y a los militantes de las asociaciones campesinas sumariamente torturados y asesinados? ¿Y a los niños o adolescentes de los que los señores de la tierra tomaban libremente posesión? Incluso si las relaciones sociales no eran en todas partes tan brutales, en su conjunto la dominación del propietario sobre el campesino fue sin piedad. La hora del ajuste histórico de cuentas llegó.

Para tener en cuenta la complejidad de las estratificaciones rurales y una gran variedad de situaciones geográficas, el PCC clasifica las familias del campo en cinco categorías, desde sin tierra hasta grandes propietarios latifundistas. Allí donde las divisiones de clase están poco desarrolladas –y donde nadie es realmente rico-, las tensiones sociales no dejan de ser por ello menos vivas: debido a la extrema pobreza, toda desigualdad se siente vivamente. El Partido Comunista toma por primeros objetivos a los notable y las redes de poder de clan. A veces, la represión golpea a los campesinos medios o incluso a campesinos pobres.

En otros lugares, las divisiones de clase están mucho más marcadas, habiendo dado nacimiento a la gentry [propietarios de la tierra]. El Partido Comunista organiza e impulsa la celebración de reuniones de masas contra los propietarios, a riesgo de “excesos”, según sus propios términos. Pero la cólera colectiva de los campesinos pobres no es fingida. La violencia revolucionaria en los campos es social, mucho más que policial. Abre el camino a un verdadero cambio de poder. A finales de 1950, la clase que había regentado durante siglos el mundo rural ha dejado de existir, al menos como capa social coherente.

Burguesía urbana. En los centros urbanos los antagonismos sociales, aunque profundos, son menos agudos que en el mundo rural. El aparato del PC, salido de la guerra popular rural, en 1949 es incapaz de asegurar el relanzamiento de la industrialización. En el marco de la “Nueva Democracia”, intenta conciliarse a los empresarios privados. Pero en 1952, la burguesía se siente suficientemente fuerte para retomar la iniciativa a golpe de sabotajes o bloqueando la puesta en marcha de las políticas gubernamentales. La lucha de clases retoma sus derechos. El 6 de junio de 1952, Mao Zedong anuncia que los empresarios se convierten en el objetivo del combate político.

En las ciudades, la refundición social toma la forma de tres campañas. Las dos primeras tienen por objeto el hampa y las clases capitalistas, las élites burguesas: los “tres anti” (contra la corrupción, el despilfarro y la burocracia) luego los “cinco anti” (contra la corrupción, la evasión fiscal, el fraude, la desviación de fondos y la huída de los secretos de estado). No se trata de operaciones de policía clásicas. La población está invitada a hacer ella misma las tareas: los trabajadores denuncian a sus patronos, los cuadros se denuncian unos a otros, las esposas denuncian a sus maridos y los niños a sus padres. La represión psicológica es tan fuerte que la mayoría de las pérdidas humanas se produce por suicidios más que por ejecuciones.

La mayoría de los grandes comerciantes y empresarios se repliegan a Hong Kong, transfiriendo allí su herramienta de producción, o parten al extranjero. Sin embargo, un cierto número de grandes capitalistas se quedan en la República Popular donde disfrutarán a veces de una situación individual favorable. La actividad de los micro-empresarios (artesanos, mercaderes ambulantes…) es a la vez reprimida y tolerada.

Los capitalistas chinos no fueron físicamente liquidados y algunos colaboraron en su propia desaparición social. Pero la burguesía (comerciante e industrial) ha dejado de existir como clase coherente, dominante del sector moderno de la economía. Siete años después de la victoria, en 1956, la nacionalización de las industrias y del comercio sancionó su desaparición como fuerza autónoma. Al haberse desintegrado de forma precoz la estructura de poder del Kuomintang, tanto en los centros urbanos como en el campo, el orden antiguo es desenraizado.

Intelectuales. La tercera campaña –de reforma del pensamiento- apunta sobre todo a los intelectuales de las ciudades, particularmente a los formados en Occidente. Atacando al “individualismo, el elitismo, la indiferencia a la política y el proamericanismo”, es llevada a cabo por medio de autocríticas sucesivas en pequeños grupos de discusión, combinado con la represión policial. Los intelectuales se encuentran firmemente encuadrados por el PC a fin de no constituir una élite social concurrente con el aparato de cuadros.

El “criterio de clase”. El “origen de clase” se convierte en un criterio importante para acceder a la educación, a puestos políticos, a empleos solicitados. Esto no deja de tener efectos perversos, al convertirse los hijos de familias ricas, o “clasificados” como tales, en los “responsables” eternos de lo que eran sus padres antes de 1949. Pero el derrocamiento simbólico de las jerarquías sociales tiene un alcance ideológico muy radical.

Además, no se trata sólo de símbolos: paralelamente a la desintegración de las antiguas clases dominantes, el estatus de las clases dominadas se modifica sustancialmente y se desarrollan nuevas capas sociales.

Campesinado. El importante papel de los campesinos no es exclusivo de la revolución china: ya había ocurrido en Rusia. Pero el PCC maoizado se convirtió en la principal fuerza política en organizar al campesinado, mientras que en Rusia la influencia de los socialistas revolucionarios, de corrientes anarquistas o sencillamente de las élites campesinas locales había sido mucho más importante que la de los comunistas. Esto es lo que permitió al partido chino actuar desde los años 1930 desde el interior de los pueblos, y ahí es donde residía la novedad.

Una de las dos primeras grandes reformas adoptadas por el nuevo régimen, en junio de 1950, fue la Ley Agraria: generaliza al conjunto del país la redistribución de las tierras. Tras la conquista del poder, el PC se cuida de imponer una colectivización forzosa al estilo estalinista. Comienza por la puesta en pie de un “equipo de ayuda mutua” que prepara la creación de cooperativas de nivel “inferior” y de talla relativamente modesta. Este planteamiento, que no deja de recordar el que Lenin había retrospectivamente contemplado en uno de sus últimos escritos que constituyen su “testamento” crítico y autocrítico (“De la cooperación”, 4/1/1923) –permite consolidar el nuevo estatuto del campesinado pobre a la vez que ofrece más en general al campesinado un futuro en la revolución (en lugar de exigir que se transforme en obrero agrícola que trabaja en las granjas del estado). Pero, para bloquear todo éxodo rural, los campesinos no tienen derecho a cambiar sin autorización de lugar de residencia.

Clase obrera. Con la política de industrialización rápida emprendida por el régimen, el peso de la clase obrera se reforzó considerablemente: de tres millones antes de 1949 a quince millones en 1952 y cerca de setenta millones en 1978. Nace un nuevo sector industrial, dirigido esta vez por el Estado, y con él, una nueva clase obrera con un estatus radicalmente diferente del que había prevalecido antes de 1949.

Sólo los trabajadores urbanos disfrutan de un nuevo estatus administrativo "de obrero y empleado". La debilidad de los salarios está compensada por ventajas sociales: alojamiento, cartillas de alimentación, financiación de los estudios de los niños, servicio de salud, almacenes de compra, jubilación... Una vez adquirido, el empleo se convierte en un derecho garantizado de por vida. Cada trabajador está asignado a una empresa y a una unidad de trabajo como, en otros países, los funcionarios están asignados a un puesto. Un obrero que llega a la edad de jubilación puede frecuentemente transmitir su estatus a un miembro de su familia. Disfrutando de importantes privilegios en relación al resto de la población (sin tener en cuenta los cuadros), la clase obrera ha proporcionado durante mucho tiempo una base social sólida al régimen.

Mujeres. Los medios progresistas chinos de los años 20 tenían la costumbre de denunciar conjuntamente "la opresión feudal" y la "opresión patriarcal". La emancipación de las mujeres y la crítica del conservadurismo confuciano eran consideradas como dimensiones esenciales de la modernización del país. El desarrollo de las organizaciones femeninas había sido importante durante las guerras nacionales y civiles. Tanto, que la Federación Democrática de Mujeres, dirigida por el PCC, comprendía 20 millones de miembros en 1949 y 76 millones en 1956. Pero en 1957, no hay más que el 10% de mujeres en el PCC.

En 1950, la Ley sobre el Matrimonio es la primera en ser promulgada por la joven República Popular. Esta nueva legislación asegura la libre elección de pareja, la monogamia, los derechos iguales para los dos sexos y la protección (de forma al menos teórica, pero a menudo bastante concretamente) de los intereses legales de las mujeres y de los niños. Se oponen a los tradicionales matrimonios arreglados y permite el divorcio administrativo por consentimiento mutuo. Gracias a las medidas de reforma agraria, las mujeres acceden también a la propiedad de la tierra.

Cuadros y burocracia. Son puestos en pie dos sistemas de poder paralelos: la Administración y el Partido Comunista. Los cuadros han salido del combate revolucionario. Aquellos cuya familia era en su origen acomodada sacrificaron riqueza y estatus social para realizarlo. No son privilegiados igual que las antiguas clases dominantes. Sin embargo, disfrutan ya de privilegios, aunque sean modestos, y sobre todo de un monopolio casi absoluto del poder político –sólo casi, puesto que deben negociar localmente con las exigencias de los obreros o de los campesinos que defienden sus intereses utilizando su fuerza de inercia, resistencias veladas o penetrando subrepticiamente los nuevos aparatos de poder.

Desde antes de la victoria, los cuadros constituyeron una fina "burocracia de guerra" en las regiones liberadas. Después de 1949, el aparato político-administrativo se amplía considerablemente con la reconstrucción de un Estado a escala nacional, y luego con el desarrollo de un amplio sector económico público. Esta nueva capa social ocupa un lugar inédito en la sociedad china, incluso si sustituye a la antigua burocracia militar y civil del Kuomintang y puede alimentar su legitimidad de la memoria del mandarinato del Antiguo Régimen. Toma rápidamente consistencia, dando nacimiento a una élite dirigente.

El Ejército. El Ejército juega un papel esencial. Armazón de la lucha revolucionaria, es la única institución que ha resistido todas las crisis, incluso la "Revolución Cultural". Sin embargo, ha quedado hasta el fin subordinada a las instancias de dirección política: si "el poder está en la punta del fusil", es siempre "el partido el que dirige los fusiles", por retomar las fórmulas de Mao Zedong. Este papel, a la vez central y subordinado del ejército es característico de la revolución maoísta.

El Partido Comunista. El Partido Comunista chino es la columna vertebral del nuevo régimen. Cuenta en 1949 con 4.500.000 miembros. Mao Zedong es a la vez presidente de la nueva República, presidente del partido y presidente de su comisión militar. Otros dirigentes nacionales juegan un papel importante como Liu Shaoqui, Chen Yun o Zou Enlai.

La evolución del PCC constituye un elemento esencial en la comprensión de la trayectoria de las revoluciones chinas. Numerosos autores, generalmente inclinados a la derecha, se contentan con invocar aquí su carácter "totalitario", como si la simple invocación del "totalitarismo" sirviera como explicación histórica. Para otros, de izquierda esta vez, el aparato del partido no sería sino el embrión de la burocracia que no sería -y ya desde el nacimiento del régimen- más que el embrión de la nueva clase dominante (o de la "casta" que la sustituye).

Sin embargo, en el momento de la victoria, el Partido Comunista Chino mantiene relaciones contradictorias con la sociedad; está él mismo atravesado por vivas contradicciones.

Al comienzo de los años 1950, el PCC es aún "el partido de la revolución": ha tejido lazos estrechos con importantes sectores de las masas populares, ha reclutado sus miembros y formado sus cuadros en el fuego del combate, tiene por "mandato" la modernización del país y la realización de las aspiraciones igualitarias... Al mismo tiempo, el PCC es también el "partido de la nueva élite" que ejerce el poder político y aumenta progresivamente sus privilegios sociales. Esta "tensión interna" entre "partido de la revolución" y "partido de la burocracia en constitución" no es la única que atraviesa el nuevo régimen. Pero da luz sobre las crisis sucesivas que estallan desde mediados de los años cincuenta hasta finales de los años sesenta.

Esta sucesión de crisis permite localizar algunos temas políticos recurrentes, como la independencia de los movimientos sindicales o sociales, las relaciones entre legalidad y democracia socialistas, la pluralidad política en la revolución y el pluralismo de las sociedades llamadas de "transición".

La ruptura de las Cien Flores

El PCC debatió sobre la independencia de los sindicatos y otros movimientos de masas. Pero reafirmó la dirección del partido sin reconocerles autonomía política. Estas organizaciones no deben solo ayudar a la aplicación de las medidas dictadas por el PC. Gracias a su real enraizamiento social, se supone que hacen conocer a los gobernantes el estado de espíritu de la población. Pero esta concepción del cuadro "a la escucha de las masas", de una correa de transmisión de doble sentido, no funciona, al menos en tiempo de paz.

En 1954-1955, aparecen fuertes tensiones entre numerosos intelectuales y el Partido comunista que responde con la represión. La dirección del PCC observa con inquietud las crisis que golpean en 1953-1956 a los estados de Europa del Este (Hungría, Polonia,...). Se plantea muchas preguntas sobre las implicaciones de la muerte de Stalin y del informe Kruschev al XX Congreso del PC de la URSS. En 1957, Mao denuncia en un mismo discurso las supervivencias de la ideología burguesa y el peso del "estilo de trabajo burocrático" que ponen trabas al "desarrollo socialista". Para mejor hacer presión sobre el aparato, decide una liberalización política y cultural lanzando la consigna "que florezcan cien flores y que cien escuelas rivalicen". ¡No había previsto hasta qué punto iba ser tomado al pie de la letra!

En mayo-junio de 1957, el PCC se convierte en el objetivo de una marea de críticas que ponen en causa la calidad del reclutamiento de sus miembros (son entonces más de 10 millones), los privilegios de los que gozan sus cuadros y los abusos de los que son culpables, el autoritarismo de sus organismos. Los estudiantes toman rápidamente el relevo a los intelectuales, denunciando el dogmatismo de la enseñanza y exigiendo el respeto de los derechos constitucionales: libertad de palabra y de expresión. Existe el riesgo de contagio social: estallan huelgas reivindicativas en algunas empresas, enmarcadas por los sindicatos, y un número significativo de campesinos abandonan las cooperativas. En respuesta a este remolino reivindicativo, el Periódico del Pueblo denuncia a las "flores venenosas y las malas hierbas". En Wuhan, la milicia obrera interviene brutalmente para restablecer el orden tras dos días de casi motín.

El aborto de las Cien Flores tiene pesadas consecuencias a pesar del abanico limitado de los medios sociales directamente implicados en los acontecimientos. La represión corta al partido de un sector importante de los intelectuales y de los estudiantes. Muchos de los asuntos políticos en juego concernían de hecho al conjunto de la sociedad. Así el principal dirigente en cuanto a cargo (no forzosamente de hecho) de la Federación de los sindicatos, Lai Ruoyu, planteó una vez más la cuestión de la independencia sindical; en vano. Al ser eludida la cuestión de la legalidad socialista, el reconocimiento de los derechos cívicos no es siempre más que un asunto de oportunidad política.

Las Cien Flores planteaban en el fondo la cuestión de la naturaleza y de la funcionalidad de la democracia en una sociedad de transición. Era también la ocasión de romper con una tradición fuertemente anclada en la historia china: la resolución de los conflictos en la violencia. Se ha podido comparar la amplitud de las violencias bajo el antiguo régimen imperial a las de las guerras de religión europeas y sus masacres de masas: la mayor revuelta campesina del siglo XIX (la de los Taiping en 1851-1864) y su represión feroz habrían así hecho unos veinte millones de víctimas.

La colectivización acelerada y el Gran Salto adelante

Apenas terminaba el movimiento de las Cien Flores, maduraba ya otra crisis, de una amplitud mucho más grande.

Nuevas tensiones sociales comienzan a manifestarse en 1956-57. En su conjunto, el régimen realiza progresos innegables y los movimientos de protesta permanecen localizados, pero constituyen señales de alerta. A falta de experiencia, el PCC comenzó por copiar el modelo de industrialización pesada de la URSS estalinista. Le era necesario entonces definir una "vía china" mejor adaptada al peso masivo del campesinado y a la densidad demográfica del país.

La orientación económica entonces elaborada intentaba responder a verdaderas necesidades. So pena de dejar constituirse inmensas megalópolis, había que evitar el modelo europeo de urbanización y de industrialización alimentadas por el éxodo rural. Sin embargo, a pesar de los controles severos, se inicia espontáneamente un proceso de éxodo rural hasta el punto de provocar conflictos entre emigrantes rurales convertidos en trabajadores precarios y obreros urbanos con un estatus reconocido. La creación de cooperativas de gran tamaño, el compromiso de los grandes trabajos, la implantación de infraestructuras y de servicios en el campo, de industrias en las pequeñas ciudades y pueblos, deben permitir asegurar un "desarrollo en el lugar".

Se emprende una refundación social. Para facilitar la contratación de las mujeres se crean numerosas cantinas en las cooperativas y son accesibles a toda la familia, así como guarderías y jardines de infancia. Si se creen los temas ideológicos entonces propagados, China debería convertirse en una amplia federación de localidades, ampliamente descentralizadas y autosuficientes, pero vertebradas por el poderoso aparato del PCC y de sus organizaciones de masas.

Problema mayor: la dirección del PCC asigna a esta nueva orientación objetivos desmesurados: "Superar a Gran Bretaña en 15 años", según la fórmula de Mao. El régimen recurre a los métodos de movilización que habían tenido éxito en tiempos de guerra. La política del Gran Salto adelante impone ritmos insostenibles. No deja tiempo para coordinar y planificar las medidas económicas. Tras primeros éxitos, viene el caos. La producción microindustrial (hierro, acero, herramientas...) se revela de mala calidad. Las cosechas y los transportes están desorganizados. En 1959-1961, diversas regiones del país son golpeadas por la escasez y hambrunas mortíferas, agravadas por una sucesión de catástrofes naturales. Un balance trágico: quizá veinte millones de personas encuentran la muerte debido a las consecuencias del Gran Salto.

La dirección del PC no supo reaccionar ante el desastre, ciega a la evolución de la situación por la ausencia de organizaciones de masas independientes y de instituciones políticas democráticas. Las tensiones entre el Partido Comunista y el campesinado alcanzan entonces un punto de ruptura y se producen levantamientos en algunos lugares. Tardíamente, son tomadas medidas de apaciguamiento. En 1961-1962, se vuelve a una concepción más modesta de las cooperativas que deja lugar a las producciones familiares y a mercados libres rurales. Se pone el acento en el desarrollo de la industria ligera susceptible de ayudar a la agricultura más que en la industria pesada.

Al comienzo de los años 1960, la autoridad de Mao en el partido y la autoridad del partido en la sociedad están ambas disminuidas. Además, el conflicto chino-soviético se agrava a partir de 1958. Moscú retira del país sus expertos, luego se pone de acuerdo con Londres y Washington para firmar un tratado sobre los ensayos nucleares que excluye a China. A los ojos de la dirección maoísta, la URSS se está convirtiendo en el "enemigo principal" ocupando el lugar de los Estados Unidos.

La "Revolución cultural"

Los conflictos políticos en el seno de la dirección desbordan entonces el marco del partido. En 1965, la confrontación se hace pública en el frente cultural -de ahí el nombre de "Gran Revolución Cultural Proletaria" (GRCP). Todas las fracciones comienzan a iniciar movilizaciones de masas para reforzar su postura, abriendo la caja de Pandora. Las contradicciones sociales estallan a la luz del día, dando lugar a una crisis explosiva que hace literalmente estallar en mil pedazos una buena parte del aparato del Estado.

A pesar de los fracasos, el país conoció un real desarrollo económico y progresos sociales. Pero la revolución maoísta suscitó aspiraciones igualitarias radicales. Sin embargo, las desigualdades entre localidades, entre ciudad y el campo, entre sectores sociales siguen siendo importantes. Numerosos estudiantes no encuentran un empleo que se corresponda con sus diplomas. Una nueva generación entra en actividad. Hay conflictos que oponen a campesinos más pobres a los más ricos o, en las ciudades, a obreros con empleo protegido con trabajadores precarios. Los privilegios y el poder de los cuadros, el autoritarismo de la burocracia, son denunciados. Estas contradicciones se manifiestan en la calle con una amplitud sin precedentes desde 1949.

El medio estudiantil entra en ebullición a mediados de 1966. Numerosos grupos atacan a todas las figuras de autoridad: profesores e intelectuales juzgados de "revisionistas", antiguos burgueses y responsables locales del partido. Los "rebeldes" se vuelven contra el partido mismo. Algunos llaman a la "gran democracia" y a la "libertad". En agosto, Mao Zedong se aprovecha de ello para lanzar la consigna de "Bombardead los Estados mayores" -una declaración de guerra contra Liu Shaoqi. Propulsa los guardias rojos y los comités revolucionarios pero desea canalizar el movimiento en las ciudades a fin de servirse de él como de un ariete para reconquistar la preeminencia en el seno del aparato y reorientar su política en el espíritu del "Gran Salto".

Altos dirigentes del partido son echados como pasto para los guardias rojos. El movimiento se extiende a la clase obrera. En diciembre de 1966-enero 1967, la metrópoli industrial de Shanghai es el teatro de violentos enfrentamientos y de una huelga general espontánea: es la "comuna de Shanghai". Los disturbios se extienden al campo. El PCC y la administración se desagregan. La dirección del partido se divide violentamente. Hay verdaderas guerras civiles locales. Pero la rebelión está hundida ella también en la mayor confusión: la "Revolución Cultural" en tanto que aspiración democrática y social da vueltas sobre si misma, sin brújula, minada por la hiperviolencia fraccional. En medio de la confusión, algunos grupos formulan aún proposiciones radicales como el que, en Hunan, denuncia la traición de Mao y plantea un sistema generalizado de "comunas" democráticamente elegidas, para prohibir el renacimiento de una "nueva clase de capitalistas rojos". Mao Zedong en efecto se ha colocado sin ambigüedades en el campo de la vuelta al orden autoritario.

A ojos de los dirigentes del PCC, incluyendo todas las tendencias, se hace urgente reconstruir el partido y la administración apoyándose, para ello, en el Ejército, única institución que ha guardado coherencia.

La reconstrucción de un orden burocrático

A partir de septiembre de 1968, los antiguos estudiantes guardias rojas son enviados a reeducación por el trabajo en el campo. En las fábricas, aún prosiguen resistencias, pero no se trata ya más que de combates de retaguardia.

Durante meses, los "rebeldes" de la "Revolución Cultural" han vivido la experiencia embriagadora de una rara libertad de acción, viajando a través de toda China para propagar el llamamiento a la revuelta. Ciertamente, se han hecho también manipular por las diferentes fracciones del PCC (y por Mao en particular). Se han comprometido en violencias ciegas y guardan el recuerdo traumatizante de actos irreparables cometidos contra personas ancianas, entre ellas numerosos veteranos de la lucha revolucionaria, acusadas de ser "revisionistas", golpeados, a veces torturados, obligados a humillantes autocríticas. Pero han adquirido un espíritu de independencia, aspiraciones radicales, experiencia política. Si muchos antiguos guardas rojos se retiran de todo activismo, algunos estarán, diez años más tarde, en el origen del movimiento democrático de 1978.

A la salida de los años 1966-1968, el PCC está en ruinas. Ocho de los once miembros del Buró Político están en prisión o en reeducación. Nueve de diez responsables de los grandes servicios del Comité Central están apartados de sus cargos. Ocurre así de arriba a abajo del partido. En numerosos lugares, no funciona ya ninguna estructura del PC. Hacen falta varios años para reconstruir el partido a escala nacional.

Un nuevo conflicto opone a Mao Zedong y Lin Biao que muere en septiembre de 1971 cuando, se dice, huye en avión hacia la URSS. Más de cien generales son cesados. A comienzo de los años 1970, una gran parte de los dirigentes históricos de la revolución china están apartados: Liu Shaoqi (muerto exiliado en 1969), Peng Dehuai, Lin Biao, Deng Xiaoping... Está libre el camino para el acceso al poder del "Grupo de Shanghai", también llamado por sus adversarios la "Banda de los Cuatro" que comprende a Jiang Qing, la última esposa de Mao.

En el trasfondo, el proceso de normalización de las relaciones chino-americanas, espectacularmente emprendido con la visita de Nixon a Pekín de 1971 (¡en plena escalada militar en Vietnam!) no es duraderamente puesto en cuestión. La contrarrevolución burocrática ha acabado por romper el dinamismo social heredado de 1949.

Retrospectiva: presiones históricas y "posibles" no realizados

En veinte años, a lo largo de sucesivas crisis, las relaciones mantenidas por el PCC con la población se han transformado cualitativamente. El amordazamiento de las Cien Flores cortó al partido de un ala importante de la intelligentsia. En numerosas regiones, el fracaso del Gran Salto distendió o modificó sus lazos con el campesinado, a la vez que fracturaba de forma duradera el aparato. La represión masiva que siguió al giro de Mao durante la Revolución Cultural rompió la identificación de los sectores radicales de los estudiantes y (lo que es nuevo) de la clase obrera con la fracción maoísta. A comienzos de los años setenta, puede decirse que no queda más que el "partido de la burocracia", ahora bien cristalizada. En veinte años, la "contradicción interna" al régimen se ha reabsorbido a costa de las clases populares y en favor del orden burocrático.

Es tentador juzgar retrospectivamente que todo está escrito de antemano y que la postración totalitaria de la revolución china era inevitable. El nuevo régimen tomó forma en efecto bajo la influencia de poderosas presiones históricas tanto nacionales como internacionales. Resulta sin embargo necesario plantearse la cuestión retrospectiva de los "posibles alternativos".

La victoria de una revolución aparece siempre como improbable. ¿Qué espíritu sensato habría dado una oportunidad a la revolución rusa en 1915; o a la revolución china en 1936; o a la revolución cubana en 1953; o a la revolución vietnamita en 1946 frente a la reconquista francesa, o también en 1965, frente a la potencia económico-militar de los Estados Unidos? Y sin embargo, triunfaron, al menos temporalmente, y la situación mundial fue por ello más de una vez profundamente modificada.

Lo propio de la lucha revolucionaria es hacer posible (pero no seguro, ni mucho menos) lo improbable, incluso lo increíble. La primera lección histórica de 1949, es que la revolución es un "posible" que puede efectivamente realizarse.

La China del siglo XX conoció más de una "encrucijada histórica" concluida en derrotas (1927-1934) o victorias (1949). ¿Se dibujó de nuevo una "encrucijada" así poco después de la fundación del nuevo régimen y la muerte de Stalin en 1953, que habría permitido a la nueva sociedad de transición seguir un curso más democrático (dando un contenido popular a este término)? Evidentemente es difícil de demostrar. Pero no hay necesidad de responder para plantear la cuestión.

Sin embargo la partida no se jugaba sólo en China. Se jugaba también en Europa del Este.

Se toca aquí una cuestión que no he trabajado nunca: la circulación de las ideas (más allá de los círculos dirigentes) en el seno del mal llamado "campo socialista" durante los años 1950. ¿Cómo se influenciaron los combates democráticos y populares de un extremo a otro de este bloque geopolítico heterogéneo? ¿Cómo sus dinámicas habrían podido ser afectadas y sus oportunidades de éxito reforzadas, particularmente por una recuperación más precoz de las luchas de la juventud y del movimiento obrero en Europa occidental? Pues se vuelve siempre a lo mismo: el futuro de las revoluciones -de Rusia a Cuba pasando por China y Vietnam- se jugaba también en parte en los grandes centros imperialistas (y recíprocamente, evidentemente).

En las condiciones mundiales de los años 1980, la contrarrevolución burocrática fue el preludio de la contrarrevolución burguesa. No era necesariamente el caso. En otras correlaciones de fuerzas mundiales, habría podido ceder frente a una renovación de las luchas socialistas o, quizá, dar nacimiento a una figura histórica aún impensada.

Ayer, hoy, mañana...

La contrarrevolución ha tomado pues la forma de un paso controlado a un capitalismo medio estatal, medio privado. Un proceso facilitado en China por una alianza entre sectores de la burocracia y el poderoso capital chino transnacional establecido fuera de la República Popular, en Hong Kong o en Taiwan y en numerosos lugares del mundo. El PCC favorece las inversiones de los expatriados y acoge en su seno grandes capitalistas. Recíprocamente, este partido aparece a ojos del capital chino transnacional como el único capaz de mantener el orden social y de garantizar la unidad de un país que continúa amenazado de división.

Para triunfar, la contrarrevolución burguesa ha debido deshacer todo aquello a lo que la revolución había dado nacimiento. Una conmoción social hacia atrás se ha emprendido, tan radical como la que había sucedido a la revolución de 1949. El sector económico de Estado ha sido en parte desmantelado, privatizado o gestionado según criterios capitalistas. Una nueva clase de empresarios ha nacido, formada por burócratas convertidos al enriquecimiento personal, aliados al capital chino transnacional. La antigua clase obrera con estatus protegido ha sido metódicamente desintegrada para dejar lugar, por una parte, a una capa de técnicos y obreros cualificados y, por otra parte, a un joven proletariado inestable salido del éxodo rural, a menudo privado de derechos.

Tras haber disfrutado temporalmente de la "descolectivización" iniciada a comienzo de los años 1980, el campesinado chino se ve amenazado por los mismos procesos de desposesión que los demás países del "Tercer Mundo". Las desigualdades sociales estallan. Los pobres son de nuevo ignorados; los ricos están de moda. PCC no quiere decir ya Partido Comunista Chino, sino ¡Partido Capitalista Chino! Representa -no sin contradicciones- las aspiraciones de las nuevas élites.

Ironía de la historia, el capitalismo chino saca hoy los beneficios de la radicalidad de la revolución de 1949. Sin ella, el país habría pasado a la dependencia política y económica exclusiva del Japón o, más probablemente, habría caído bajo el dominio del imperialismo de Estados Unidos. Sin ella también, como en muchos países del "Tercer Mundo", el capital habría tenido muchas dificultades para liberarse de las trabas de las relaciones sociales tradicionales en el mundo rural y del peso de la gentry. El capitalismo chino ha recibido así una segunda oportunidad.

Pero el recuerdo de la revolución podría mañana servir de fermento político a las resistencias sociales contra el ascenso de las desigualdades y de la precariedad.

Pierre Rousset es el editor de la web www.europe-solidaire.org

Traducción de Alberto Nadal para Viento Sur, http://www.vientosur.info/



Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/?x=2997

rCR








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