martes, 7 de agosto de 2012


Rebelion. Felipe Segundo, te recuerda todo el mundo
Portada :: Economía
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Felipe Segundo, te recuerda todo el mundo



 
Hace 440 años moraba en El Escorial un famoso emperador, que tuvo líos de familia con su propio hijo don Carlos, que al parecer estaba enamorado de su esposa. Hasta un drama y una ópera iban a componer del infortunado infante trescientos años después.

Pero otras historias del mismo emperador Felipe II (1527-1598) sirven mejor que Schiller y Verdi para entender lo que está pasando cerca de El Escorial en este mes de agosto de 2012. Algo muy prosaico: las tres o cuatro bancarrotas de Felipe II. Recordemos los reclamos que le presentaban los banqueros Fugger desde el centro de Europa y las trapisondas con algunos genoveses favoritos, a quienes pagaba las deudas mientras a otros los dejaba colgados. Recordemos la plata que llegaba de Potosí y de Guanajuato (obtenida con trabajos forzados y contaminando con mercurio, que entonces se llamaba azogue) y cómo la malgastaba para hacer la guerra a protestantes y musulmanes.

Su actual sucesor en el trono de España ha sido más moderado en lo financiero. Y ha sido capaz de intentar remedios a los que Felipe II con todo su poder nunca pudo recurrir, como pedir pequeños auxilios monetarios del propio gobierno de La Meca.

Aunque el actual monarca no pide gigantescos préstamos personales, sí lo está haciendo su reino de España, que se está endeudando al 6 o 7 por ciento de interés al año, porque los prestamistas tanto españoles como extranjeros no se fían y exigen un tipo de interés muy alto. Deben asegurarse contra un default, una quita, una bancarrota. Imagínense que prestan en euros y les devuelven en pesetas devaluadas.

Mil euros que ahora le presten al reino de España se convierten, en sólo diez años, en dos mil euros que habrá que devolver. Hay quien piensa que se podrá devolver porque aumentarán los ingresos y los impuestos. O que habrá mucha inflación y el euro valdrá menos. Lo que está claro es que el peso de la deuda pública con respecto al PIB está aumentando, a la vez que aumenta el escepticismo de nuestros acreedores.

El asunto está sentenciado. Habrá una restructuración, una moratoria, una bancarrota (parcial), un default, una rebaja de deuda. Elijan ustedes el eufemismo. Tal vez un músico componga una zarzuela, La Quita del 2012.

Las crisis de la deuda surgen cuando los impuestos no alcanzan para los gastos públicos y para atender las cargas de la deuda. El reino de España no puede engañar a los acreedores dándoles pesetas. Además, volver a la peseta podría significar volver a tener un general en el gobierno. Una Europa unida es un proyecto económico, pero también político, que impide la resurrección de nacionalismos extremistas, belicistas.

Como en la época de Felipe II, hay dos formas de desendeudarse. La primera es lograr un superávit presupuestario. El gobierno intenta al menos reducir el déficit cortando gastos sociales, subiendo impuestos, pagando menos a los funcionarios y pensionistas, pero eso es contraproducente porque la economía se hunde. Amenaza una revuelta. El gobierno de Rajoy ganó las elecciones en 2011 con mayoría de diputados, pero con un bajo porcentaje del censo electoral, algo más de 25 por ciento. Poco después perdió las elecciones locales en Andalucía, la región más poblada.

La segunda manera de desendeudarse es declararse en quiebra. Históricamente ha predominado esta segunda vía, mediante los repudios de la deuda. Por ejemplo, el banquero Hermann Abs negoció en Londres en 1953 una quita y moratoria al pago de la deuda externa alemana. Es decir, las crisis de la deuda pública se resuelven al dejar los gobiernos de cumplir sus compromisos con los prestamistas.

Veamos qué hizo Ecuador en 2007. Primero, una auditoría de la deuda (como los indignados propugnan en España), anunciando que una parte era ilegítima (préstamos para comprar equipos militares inútiles). Se anunció que sólo se pagaría una parte de la deuda, y que se pagaría despacio. Al bajar entonces el precio de los títulos de la deuda, el Estado recompró una parte de la deuda legítima. No muy elegante, pero eficaz.

Cuentan historiadores como Bartolomé Yun que las campañas militares de Felipe II contra los turcos y los holandeses y la financiación de la Armada Invencible contra Inglaterra exigieron gastos financiados con créditos. Los financieros del momento (alemanes e italianos), y en menor medida los mercaderes castellanos, prestaron grandes sumas al monarca, recibiendo a cambio unos títulos con altos tipos de interés que en teoría cubrían el riesgo de impago. Pero eso acabó no en una sola bancarrota, sino en cuatro. Siempre quedaban prestamistas dispuestos a repetir.

* Instituto de Ciencias y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona; coordinador del proyecto EJOLT

http://www.jornada.unam.mx/2012/08/06/opinion/019a1pol



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China


Rebelion. ¿China ahogada en sus mares?
Portada :: Mundo :: China
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 07-08-2012

¿China ahogada en sus mares?



En los últimos meses, coincidiendo con el anuncio del retorno de EEUU a la región de Asia-Pacífico (a donde pretende trasladar hasta un 60% de su flota antes de 2015), el agravamiento de las disputas territoriales en las aguas próximas de China está provocando un reforzamiento de las alianzas militares en la región y anticipa una carrera de armamentos que se antoja difícilmente evitable.

El carácter irreconciliable de las posiciones de las partes en litigio, el fracaso de las soluciones tácticas de congelación como la Declaración de Conducta de las Partes suscrita en 2002 por China y los países de la ASEAN, la reafirmación de las respectivas reivindicaciones con la adopción de medidas unilaterales a cada paso más graves y la señal enviada por Washington a los países ribereños que se sienten ahora amparados por un valedor de peso y tanta significación como EEUU, establecen los vectores esenciales de un escenario que se complica a cada paso.

Aun sin menospreciar la importancia del conflicto con Japón (y Taiwán) en el Mar de China oriental –en torno a las islas Diaoyu/Senkaku-, la mayor preocupación gira en torno al Mar de China meridional, una zona de gran importancia para el comercio regional y por donde transita buena parte del flujo energético que nutre las economías de países como Corea del Sur, Japón, Taiwán o la propia China. A esa importancia en términos de seguridad estratégica se suma la trascendencia de los recursos que alberga el subsuelo.

Los conflictos afectan a las islas Dongsha o Pratas, en disputa “interna” con Taiwán; y a los archipiélagos de las Paracel o Xisha y Spratley o Nansha. China controla Xisha, de donde expulsó a Vietnam en 1974. En las Nansha, la disputa afecta a Vietnam, y Taiwán. Filipinas, Malasia, Brunei reclaman parte de estas islas. Recientemente, el Consejo de Estado ha creado una administración para ambos archipiélagos, incluyendo también el llamado Banco de Macclesfield o Zhongsha. Podríamos sumar también las islas Natuna, que le enfrentan con Indonesia, aunque no tiene la intensidad de las anteriores. China reivindica su soberanía sobre estos enclaves en atención a circunstancias históricas que refuerza con alusiones a la demarcación de su Zona Económica Exclusiva que, por otra parte, se superpone a la de otros países ribereños, lo que plantea serios problemas de delimitación. Anteponiendo siempre esa soberanía que considera indiscutible, se ha mostrado dispuesta a negociar otros aspectos como la explotación compartida de los recursos de la zona.

El ascenso de su poder global, el avance tecnológico o la mejora de su Armada infieren a los demás países una reserva importante respecto a unas reclamaciones que China siempre ha evitado internacionalizar o multilateralizar, defendiendo la búsqueda de soluciones bilaterales que les sitúan en inferioridad de condiciones. Con tales axiomas de partida, las posibilidades de que ASEAN desempeñe un papel sustancial no son realistas, por eso los países afectados han recibido como agua de mayo el compromiso de EEUU con la “libertad de navegación” (a pesar de que no ha suscrito la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar, a diferencia de China, que si lo hizo en 1996) como una oportunidad para hacer valer sus puntos de vista y evitar que China les trate como simples vasallos resucitando el tiempo de los reinos tributarios.

La implicación de unidades militares de ambas partes, la multiplicación de ejercicios navales y la hipotética garantía de seguridad estadounidense duplicando los vínculos militares con Vietnam, Filipinas, Singapur, Taiwán o Australia, evoca una creciente inclinación al recurso a la fuerza, alejando las medidas de confianza o la búsqueda de formulas de cooperación.

EEUU ha encontrado en los diferendos que habitan en estas aguas un sólido argumento para plantar cara a la emergencia china. Muy probablemente, el aumento del dispositivo militar de EEUU en la zona contribuirá a aumentar la sensación de confrontación más que a poner paz entre las partes. La declaración emitida el 3 de agosto por el Departamento de Estado a propósito de la reciente creación por parte de China de la ciudad de Sansha y el establecimiento de una guarnición militar ha enervado a las autoridades chinas quienes acusan a Washington de “ceguera selectiva” con el propósito último de contrariar el incremento de su influencia en la zona. No falta quien interprete esta actitud como un deliberado intento de jugar a la contención, ofreciendo promesas a algunos países, a la postre, de cuestionado y difícil cumplimiento.

Para China, este desarrollo de los acontecimientos plantea tesituras delicadas. En primer lugar, no es del todo descartable que se produzca algún golpe de mano que refuerce sus posiciones fácticas en los litigios, a sabiendas de que la situación podría empeorar en los próximos años. Por otra parte, esta actitud de Washington afectará a las relaciones bilaterales sumando enteros a la hipótesis de una preparación estratégica para un enfrentamiento inevitable y duro en defensa de sus intereses, lo que evocaría el peor de los escenarios imaginables. El hecho de que China haya señalado estos territorios como parte integrante de sus “intereses vitales” deja entrever los severos límites de su tolerancia. Asimismo, se trata de un reto de difícil gestión interna, ya que provoca tensiones importantes, especialmente a través del aumento de la influencia del Ejército Popular de Liberación en los posicionamientos de su diplomacia, situando contra las cuerdas su bienintencionado discurso del desarrollo pacífico, hasta ahora considerado la carta de presentación en el mundo del siglo XXI. El aumento de las resistencias en los países vecinos y del descontento de las opiniones públicas respectivas genera una crispación que puede provocar otro efecto añadido negativo: la distracción respecto al frente interno en el que se acumulan los factores de inestabilidad lo que puede aumentar la tentación de una huida hacia adelante.

Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China (www.igadi.org)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



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viernes, 3 de agosto de 2012

USA presiona a Alemania.


 Geithner y Bernanke exigen un nuevo mega rescate para los bancos de Europa

Geithner y Bernanke exigen un nuevo mega rescate para los bancos de Europa

26 de junio de 2012 — Fuentes del Capitolio confirmaron que el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner, y el Presidente de la Directiva de la Reserva Federal, Ben Bernanke, están exigiendo que el Congreso prepare una ley de emergencia para otro rescate más del sistema financiero transatlántico que está en bancarrota sin remedio. Durante la semana pasada, los dos personajes se han estado reuniendo en secreto con destacados demócratas y republicanos en el Congreso, exigiéndoles que redacten una nueva ley para rescatar a los bancos en una escala mucho más grande de lo que se hizo luego del colapso de 2008.

Según varias fuentes del Congreso, Geithner y Bernanke prometieron que harán todo lo que estuviera en sus manos para inundar a los bancos europeos con fondos de los rescates a través de la Reserva Federal, pero que reconocieron francamente que podría ser imposible, y que sería necesario que el Congreso actuara. Si la crisis golpea, advierten, debe haber una ley ya preparada, porque la velocidad y la magnitud de la crisis puede requerir una intervención extraordinaria para "salvar al sistema".

Lyndon LaRouche denunció hoy que los esfuerzos de Bernanke y Geithner son "equivalentes a una traición". Advirtió que "el actual sistema transatlántico no se puede salvar". "La única opción es la reinstauración inmediata de la ley Glass-Steagall original de Franklin Roosevelt. ¡Eso debe suceder ya!" LaRouche advirtió que para el jueves o el viernes de esta semana, todo el sistema financiero europeo va a explotar. "O Alemania se mantiene firme y rehúsa rendir sus últimos vestigios de soberanía nacional, o Europa entrará en una desintegración hiperinflacionaria. Todo depende de Alemania". La canciller de Alemania, Angela Merkel, se encuentra bajo una presión enorme de un enjambre de agentes británicos y de Wall Street —desde Geithner y Bernanke hasta George Soros— para que acepte que Alemania rescate a todo el sistema del euro. "La realidad es que las deudas de juego de los bancos europeos y de Wall Street nunca podrán saldarse. La única opción es una eliminación ordenada de todos esos billones de dólares en deudas de juego mediante el restablecimiento de la Glass-Steagall".

Marcy Kaptur, representante demócrata por el estado de Ohio, introdujo la H.R. 1489 para restablecer la Glass-Steagall. Su proyecto de ley actualmente tiene 69 copatrocinadores de los dos partidos. La semana pasada, LPAC expuso el hecho de que al ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, le fue encomendado, a nombre de Geithner y Bernanke, que saboteara la aprobación de la Glass-Steagall. Ahora Geithner y Bernanke están presionando para que los contribuyentes paguen otro rescate mayor de las deudas especulativas de Wall Street y Londres. Según fuentes del Capitolio, hasta el representante demócrata de Massachusetts Barney Frank rechazó esas exigencias.

Lyndon LaRouche reiteró que la única solución es la Glass-Steagall. "Cualquiera que no esté peleando por la Glass-Steagall ahora, será juzgado como traidor a la humanidad. El único modo de salvar a los bancos comerciales viables, es acabar con los rescates y volver a la Glass-Steagall. Si no se aprueba la promulgación de la ley Glass-Steagall ya, enfrentamos el peligro de un caos total, cuando el sistema se venga abajo. Pudiera suceder tan pronto como este fin de semana, en tanto que la crisis europea llega a su punto de desintegración".

Spanish.LaRouchePAC.com  llámenos gratuitamente: 800-959-7266.  Paid for by LaRouche Political Action Committee, LaRouchePAC.com and not authorized by any candidate or candidate's committee

El gran escenario.


jueves, 2 de agosto de 2012

La UE en su laberinto.


Los bancos siguen sueltos.


Rebelion. JP Morgan, presagio de nuevo Apocalipsis
Portada :: Economía
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 02-08-2012

JP Morgan, presagio de nuevo Apocalipsis



Cinco años en la peor crisis en ocho décadas y el mundo financiero sigue sin cambios significativos. Aquí se localizó el epicentro del terremoto y las reformas a su sistema regulatorio debían impedir una nueva debacle. Pero el poderío del sector financiero y bancario ha impedido que se apliquen restricciones a su actividad especulativa. La economía mundial enfrenta el riesgo de un nuevo derrumbe. La crisis actual sería apenas un preámbulo del nuevo Apocalipsis.

Primero los números. El tamaño del mercado mundial de derivados se estima en mil 200 billones (castellanos) de dólares, o 20 veces el tamaño de la economía mundial. La mayoría de las transacciones en ese gigantesco mercado, desde swaps de deuda y de tasas de interés hasta exóticos vehículos sintéticos de inversión, escapan a todo sistema regulatorio. Ese mercado no cumple ninguna función social o económica. Su razón de ser es la especulación pura.

La volatilidad, el comportamiento de manada y las expectativas no realizadas son rasgos característicos de este casino. La inestabilidad es la palabra clave en este terreno de apuestas peligrosas. Ni siquiera los agentes que participan en dicho mercado entienden su funcionamiento. Sus modelos de valoración de riesgo son engañosos porque reducen la incertidumbre a un problema de medición de probabilidades. El ejemplo más reciente es el de las pérdidas de más de 2 mil millones de dólares de JP Morgan en mayo, por haber cometido errores egregios, según las palabras de su arrogante jefe Jamie Dimon.

Esa terminología esconde el hecho de que el banco hizo apuestas absurdas que salieron mal. Ese episodio llama la atención porque puede ser un presagio ominoso. Los principales bancos del mundo tienen niveles de exposición muy fuertes en este mercado en que cualquier cosa puede suceder, con graves consecuencias para la economía real.

Sin embargo, a la fecha no se ha establecido un nuevo régimen regulatorio para cambiar este estado de cosas. En 2010 Obama promulgó la ley Dodd-Frank. Es un documento de 2 mil 300 páginas con reglas que ya se aplican sobre los riesgos que pueden asumir los bancos y sobre las atribuciones de los entes reguladores. Pero sus dos componentes más importantes todavía no entran en vigor. Se trata de las restricciones sobre el mercado de derivados y la llamada regla Volcker.

El título VII de la ley establece que las operaciones sobre derivados deberán llevarse a cabo en mercados públicos, para que los precios sean conocidos y se garantice el cumplimiento de los contratos. Pero muchas de las reglas en ese título están siendo atenuadas por el cabildeo de los bancos y sus serviles amigos en la Securities Exchange Commission y la Commodities and Futures Trading Commission. En especial, las definiciones sobre los contratos de swaps constituyen terreno fértil para abrir ventanas por las que se pueda eludir la reglamentación.

El otro componente clave es la llamada Regla Volcker, que prohíbe a los bancos realizar operaciones para su propio beneficio con recursos de sus clientes. Esta pieza regulatoria es de sentido común, pero para los bancos es una grave amenaza: afecta una de las fuentes más importantes de sus ganancias especulativas. Todavía no entra en vigor porque su reglamentación está siendo fuertemente debatida: el poderoso cabildeo de los bancos ya hizo crecer el capítulo sobre la regla Volcker de diez a 300 páginas, debido a la infinidad de excepciones y salvedades que permitirían a los bancos evadir esta prohibición.

Hubiera sido mejor reactivar una ley equivalente a la Glass-Steagall, que separaba claramente las actividades especulativas y de alto riesgo de las operaciones tradicionales de los bancos. Pero el restablecimiento de esa ley (derogada bajo Clinton) es algo que el sistema financiero combatiría con mucho más tenacidad y nadie en Washington está dispuesto a jugarse el pellejo político.

Según Bloomberg, sólo en el primer trimestre de este año los principales nueve bancos de inversión del mundo obtuvieron ganancias por 55 mil millones de dólares. Es evidente que para estos bancos el mercado de derivados es un espacio vital al que no están dispuestos a renunciar. Un nuevo descalabro en el mercado de derivados afectaría a todos los mercados financieros en Europa, comenzando con el de bonos soberanos. Por ello urge quitarse de encima la dictadura del capital financiero.

Mientras la economía real en Europa y Estados Unidos se hunde en una profunda recesión, los bancos han subvertido la voluntad popular a través del cabildeo. Sus cómplices son los partidos políticos: en Estados Unidos el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes es el que más miembros tiene, porque se ha convertido en instrumento para allegarse recursos del complejo financiero-bancario y financiar campañas electorales. Los gobiernos en casi todo el mundo se inclinan ante sus amos financieros. La izquierda es la única que puede cuestionar este estado de cosas. Expropiar a los expropiadores, esa es la tarea.

http://www.jornada.unam.mx/2012/08/01/opinion/031a1eco



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Venezuela en Mercosur.


Rebelion. Venezuela ingresó al Mercosur

Derrota del imperio
Venezuela ingresó al Mercosur

ALAI


En el día de ayer [30 de julio] se ratificó en Brasilia el ingreso de Venezuela al Mercosur. De este modo el bloque comercial sudamericano se refuerza tanto cuantitativa como cualitativamente. Lo primero, porque agrega a un nuevo socio con un producto bruto estimado -por el World Economic Outlook del FMI en paridad de poder adquisitivo- en 397.000 millones de dólares. Es decir, se agrega una economía de un tamaño ligeramente superior a la de Suecia. El Mercosur agrandado cuenta ahora con un producto interno bruto total de 3.635.000 millones de dólares, lo que lo convierte en la quinta economía del mundo, sólo superado por Estados Unidos, China, India y Japón, y claramente por encima de la locomotora europea, Alemania.(1) Cualitativamente hablando la incorporación de Venezuela significa integrar a un país que, según el último anuario de la OPEP, dispone de las mayores reservas certificadas de petróleo del mundo, habiendo desplazado de ese sitial a quien lo ocupara por varias décadas: Arabia Saudita.(2) Además, desde el punto de vista de la complementación económica de sus partes el Mercosur luce como un espacio económico mucho más armónico y equilibrado que la Unión Europea, cuya fragilidad energética constituye su insanable talón de Aquiles y una fuente permanente de dependencia externa. Comienza, por lo tanto, una nueva y decisiva etapa, en donde a un conjunto de países sudamericanos grandes productores de alimentos -y, en los casos de Argentina y Brasil, poseedores de una importante base industrial y significativas riquezas mineras- se le agrega la mayor potencia petrolera del planeta. En un contexto de crisis mundial como el actual y ante las políticas proteccionistas que cada vez con más fuerza adoptan los gobiernos del centro capitalista, la integración de los países del Mercosur es la única salvaguarda que les permitirá resistir los embates de la crisis mundial del capitalismo o al menos amortiguar su impacto.

No hace falta demasiado esfuerzo para comprobar las proyecciones que puede llegar a tener este Mercosur “recargado.” Si los gobiernos de la región diseñan mecanismos flexibles y eficaces para sacar partido de esta enorme potencialidad económica y si, al mismo tiempo, se resuelven las asignaturas pendientes de los acuerdos que originaran al Mercosur –la Declaración de Foz de Iguazú firmada por Raúl Alfonsín y José Sarney en 1985 y, años después, el Tratado de Asunción, fechado en 1991- y que reflejaran la hegemonía ideológica del neoliberalismo en aquellos años, el futuro económico de nuestros países puede ser muy promisorio. Un componente fundamental de esta nueva etapa debe ser, sin duda, el fortalecimiento de los “otros mercosures”: el social, el laboral, el educativo, para no mencionar sino aquellos que han suscitado, precisamente por su ausencia, los mayores y más sostenidos reclamos. Esto le otorgará a los movimientos sociales y las fuerzas políticas populares una oportunidad inmejorable para hacer oír sus demandas y presionar efectivamente a los gobiernos para que adopten sin más dilaciones las políticas necesarias para que el Mercosur deje de ser un acuerdo pensado para ampliar los mercados y reducir los costos operativos de las grandes empresas y se convierta en un proyecto de integración al servicio de los pueblos.

Pese a la importancia de las anteriores consideraciones, la significación fundamental del ingreso de Venezuela al Mercosur radica en otra parte. El aislamiento de ese país y su conversión en un estado paria era el objetivo estratégico número uno de Estados Unidos luego de la derrota del ALCA en Mar del Plata. La campaña para asegurar el logro de esa meta no reparó en escrúpulo alguno, y toda la artillería mediática, política y económica del imperialismo se descargó sobre la república bolivariana con el propósito de construir la imagen de un Chávez dictatorial, pese a que como correctamente lo señala Ignacio Ramonet, se sometió trece veces al veredicto de las urnas, ganando en doce ocasiones por amplio margen y perdiendo tan sólo una vez, por menos del 0.5 % en el referéndum del 2 de Diciembre de 2007 sobre un complejo proyecto de reforma constitucional. Derrota que fue de inmediato reconocida por Chávez y que como en todas las demás elecciones contó con la presencia de “misiones de observadores enviadas por las instituciones internacionales más exigentes (ONU, Unión Europea, Centro Carter, etc.)” que avalaron con su presencia la legitimidad y legalidad del proceso electoral.(3) Como si lo anterior fuera poco hay que decir también que con Chávez se incorpora al núcleo de los gobernantes del Mercosur al principal estratega y “mariscal de campo” de la lucha antimperialista en Latinoamérica. El otro, que no puede hacerlo por razones obvias, es Fidel.

El senado paraguayo se había prestado a ese juego, a cambio de una jugosa recompensa para sus tribunos, pero el golpe de estado perpetrado entre gallos y medianoche contra Fernando Lugo desbarató, para estupefacción de Washington, los planes del imperio. La Casa Blanca no tomó nota que las épocas en que sus deseos eran órdenes había sido definitivamente superada y jamás pensó que los gobernantes de Argentina, Brasil y Uruguay iban a tener la osadía de aprovechar la suspensión de Paraguay ocasionada por la violación de la cláusula democrática del Mercosur para poner fin a una absurda espera de seis años. Desde el punto de vista geopolítico la inclusión de Venezuela en el Mercosur es, y conviene reparar en esto, la mayor derrota sufrida por la diplomacia estadounidense desde el descalabro del ALCA. Tal como lo recordara hace pocos días Samuel Pinheiro Guimaraes, quien hasta hace un mes se desempeñara como Alto Representante del Mercosur, las inesperadas consecuencias del golpe en Paraguay tendrán perdurables e importantes efectos.(4) En primer lugar, porque de aquí en más será mucho más difícil y costoso orquestar un golpe de estado contra un Chávez protegido institucionalmente por la normativa del Mercosur, entre ellas la cláusula democrática recientemente violada en Asunción. Será también mucho más complicado para un país como Estados Unidos, insaciable consumidor de petróleo, tratar de apropiarse de la riqueza hidrocarburífera venezolana a la vez que mucho más atractivo para los demás países sudamericanos integrarse cuanto antes a un rico espacio económico que se extiende sin discontinuidades desde Tierra del Fuego hasta el Mar Caribe. Por último, será mucho más difícil para Washington tratar de rearmar el esquema de “libre comercio” desechado con la derrota del ALCA. En suma, hay fundados motivos para el regocijo: ayer, en la futurista Brasilia, los sueños integracionistas de Bolívar, Artigas y San Martín dieron un gran paso hacia adelante.

Notas:
1) FMI , World Economic Outlook, Abril del 2012.
2) OPEP, Annual Statistical Bulletin 2010-2011 (Viena: OPEP), 2011, p. 22.
3) Ignacio Ramonet, “Chávez en Campaña”, Le Monde Diplomatique en Español, Agosto 2012, pg. 1.
4) Samuel Pinheiro Guimaraes, “Estados Unidos, Venezuela y Paraguay”, en América Latina en Movimiento, 17 de Julio de 2012. http://www.alainet.org/active/56566

- Dr. Atilio Boron, director del Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales (PLED), Buenos Aires, Argentina www.centrocultural.coop/pled http://www.atilioboron.com

Fuente original: http://alainet.org/active/56890


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