lunes, 30 de marzo de 2015

Carmen Aristegui.


Acuerdo Trasatlántico USA-UE.


Política inversionista, la clave del éxito de China en África

Política inversionista, la clave del éxito de China en África

¿Cuáles son los contras del Acuerdo Transatlántico entre EE.UU. y la UE?

¿Cuáles son los contras del Acuerdo Transatlántico entre EE.UU. y la UE?

Yemen.


Rebelion. El gran tablero de ajedrez en Oriente Medio gira hacia Yemen

El gran tablero de ajedrez en Oriente Medio gira hacia Yemen



En enero, las fuerzas hutíes derrocaron el régimen de Ab-Rabbu Mansour Hadi, tomando el palacio presidencial. Hutíes controlan la capital Sanaa y Taiz, la tercera ciudad más grande de Yemen y se dirigen hacia Adén. Los hutíes, que pertenecen a la rama chií zaidí del Islam, conquistaron la capital, Saná, el año pasado para protestar por el recorte de los subsidios a los combustibles. Ellos tomaron el control del palacio presidencial en enero de este año y en febrero forzaron la dimisión de Hadi y sus ministros.

Hadi fue capaz de escapar del arresto domiciliario en Saná el mes pasado, huyendo a Adén, antiguo protectorado británico, donde ha organizado las fuerzas militares leales a luchar contra los hutíes, pidiendo la intervención militar extranjera de los países del CCG, para restablecer el orden. En febrero, declarándose todavía presidente, se apoderó de la base aérea de al-Annad y la estableció como capital temporal, pidiendo a los funcionarios de la ONU que autorizasen una intervención militar extranjera. Esta estrategia forma parte de un guión diseñado por Estados Unidos y Arabia, para justificar la injerencia extranjera, cuya verdadera intención es hacer retroceder al levantamiento popular. Los enfrentamientos entre las facciones rivales se intensificaron después de que la rama yemení del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), llevase a cabo atentados suicidas en dos mezquitas en Saná, matando a más de 130 personas e hiriendo a más de 300.

Hadi emitió una declaración televisada pidiendo a las huzíes ceder el control de Saná y otras ciudades. Él acusó a Irán de ser el responsable de los avances de los hutíes y se comprometió a enviar a las milicias de regreso a su provincia natal de Saada, en el lejano noroeste, en la frontera con Arabia Saudita

El imperialismo estadounidense tiene la responsabilidad final por el caos que ahora se cierne sobre el empobrecido país árabe. Pretenden intervenir agresivamente para mantener su control estratégico del estrecho de Bab-el-Mandab, entre el océano Índico y el mar Rojo, que conectan Asia y el Golfo Pérsico a Europa.

Arabia Saudita bombardeó instalaciones clave en Yemen, el jueves, formando parte de una coalición regional en una campaña contra los hutíes chiíes que han tomado gran parte del país. Riad con la ayuda de diferentes países, los cuales forman parte del CGC, se han unido a su coalición para intervenir en el país, al igual que la invasión y ocupación de Irak, EEUU se escondieron detrás de una "coalición", en un vano intento de generar legitimidad diplomática. Mientras miles de manifestantes se reunieron en la capital de Yemen para mostrar su apoyo al grupo hutí.

Arabia Saudita encabezó una coalición compuesta por 10 países, habían comenzado los ataques aéreos, apuntando a posiciones hutíes en la capital, Saná. Donde según fuentes de Al Jazeera, los ataques llevados a cabo por 100 aviones de Arabia y su coalición, han destruido lanzadores de misiles de fabricación iraní en la capital. Yemen fue un campo de batalla entre los marxistas y panárabes de un lado y las fuerzas reaccionarias pro-Saud, por otro; en la actualidad es el escenario de una guerra entre las milicias chiitas que luchan contra los terroristas islámicos.

La campaña aérea comenzó como un conflicto interno en Yemen, mostrando signos de degenerar en una guerra de poder entre las potencias regionales. El anuncio de Arabia se produjo en una conferencia de prensa en Washington por Adel al-Jubeir, embajador del reino en los Estados Unidos. El conflicto en Yemen es una guerra de poder no entre Irán y Arabia Saudita, sino entre Teherán y Washington.

Estados Unidos y Arabia han respaldado a extremistas sectarios, entre ellos Al Qaeda en Yemen, siendo utilizados como fuerzas aliadas destinadas a mantener a las milicias hutíes en jaque. Esto significa que Arabia Saudita y los EE.UU. están interviniendo en Yemen, sólo después de que los terroristas, a los cuales se les estaba apoyando, fueran derrotados y el anterior gobierno colapsado.

Los rebeldes en Yemen, encabezados por los hutíes, han acusado a Arabia Saudita y Qatar, junto con los EE.UU., de interferir en varias ocasiones en la lucha del país para apoyar al viejo orden y evitar cualquier cambio democrático, las conversaciones mediadas por la ONU están quedando cubiertas por un veto ejercido por Arabia Saudita y Qatar.

Al pueblo yemení no se le permite determinar sus propios asuntos, incluyendo la invasión militar, que ha sido provocada para asegurar que el pueblo de Yemen no determine sus asuntos por sí mismos, porque no se ajustan a los intereses estadounidenses.

Riad comenzó a intensificar su apoyo a grupos vinculados con Al Qaeda en Yemen, que se embarcaron en una campaña de atentados con coches bomba y tiroteos en la capital y otras ciudades leales al movimiento pro-democracia. El antiguo régimen en Yemen es dirigido por Mansour Hadi, quien es respaldado abiertamente por los EE.UU. y Arabia Saudita. Durante casi 30 años se desempeñó como vicepresidente durante la dictadura de mano dura de Ali Abdullah Saleh, que también fue respaldado a capa y espada por Washington y Riad.

Contrariamente a los medios de comunicación occidentales, las milicias hutíes no llevan una política confesional, pero cumplen una misión patriótica. A pesar de su identidad religiosa, cultivan una visión pan-islámica y panárabe, ganando así la simpatía de una gran parte del ejército nacional yemení, incluyendo la Guardia Republicana y muchas tribus sunitas, lo que explica su increíble progreso.

La Casa Blanca, en un comunicado, ha respaldado plenamente la intervención militar, a pesar de que plantea serias preocupaciones acerca de su legalidad por la violación de la soberanía de Yemen. El bombardeo aéreo fue lanzado sin recibir un mandato del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

La crisis en Yemen es un ejemplo más del viejo orden, respaldado por los Estados Unidos y sus aliados, entre las dictaduras árabes del Golfo Pérsico, como un baluarte contra una protesta popular que podría conducir a la democratización en los países de Oriente Medio más pobres. Si el levantamiento popular tuviera éxito, las repercusiones en las monarquías del Golfo autocráticas serían desestabilizadoras, como en Arabia Saudita, que comparte la frontera sur con Yemen y es la principal preocupada.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



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China avanza con el yuan.


Rebelion. China juega al ajedrez
Portada :: Economía
Aumentar tamaño del texto Disminuir tamaño del texto Partir el texto en columnas Ver como pdf 30-03-2015

China juega al ajedrez



Al parecer China no tiene previsto vivir más allá de un puñado de años en un orbe dominado por el dólar. Y es lógico. La dimensión de su economía sobrepasa la de la estadounidense, y ahora en la ecuación tocaría el momento del golpe a la hegemonía del llamado billete verde, según se duelen los propios medios norteamericanos, traídos a colación por colegas como Reuters.

Agencia que se gasta esta analogía: “Con la economía y las finanzas, Pekín has estado jugando al ajedrez y Occidente a las damas”. Y se hace agorera en grado sumo: “Según opina Michael Snyder en su blog del portal The Economic Collapse, lamentablemente para Washington hemos llegado al punto en el que el jaque mate está ya en el horizonte”.

Sí, jaque mate, porque los cambios transcurren tan raudos que para diversos observadores la divisa por antonomasia tiene sus días contados, y será reemplazada por el yuan como principal moneda global. Aseveración que se basa en señales como el hecho de que el medio de pago del “dragón” ya representa uno de los cinco principales.

Aunque muchos coinciden en que la sustitución no ocurrirá de la noche a la mañana, el gigante asiático se ha estado preparando escrupulosa, prolijamente. Como apunta Reuters, si bien China se niega a revelar con exactitud el monto de sus reservas de oro, lo cierto es que resultan ciclópeas, y, por si no bastara, ha comprado una enorme porción de deuda de EE.UU. “Esto les da suficiente poder sobre nuestra moneda y nuestro sistema financiero”, dice Snyder… desconsoladamente.

De ahí que, señala Global Research News –en traducción de Germán Leyens para la digital Rebelión-, tras la reciente firma de un memórandum de entendimiento con el Banco Popular de la potencia emergente, el Bundesbank explicitara de epigramática manera: “El volumen de transacciones que pueden realizarse en la moneda china en centros financieros internacionales y alemanes está en proporción con la importancia de China en la economía global”.

Con la presencia reveladora del presidente Xi Jingping y la canciller Angela Merkel, fue confirmada la intención de que ambos bancos centrales cooperen en el clearing –“conjunto de acciones relacionadas con las transacciones entre ellos”- y de “apartarse de la hegemonía del dólar como moneda de pago y de reserva.” Algo de suma relevancia, porque aquí se trata de un acuerdo entre dos de los mayores exportadores del orbe, con un comercio bilateral de casi 200 mil millones de dólares en 2013.

Por qué el gigante asiático quiere desprenderse de la coyunda del dinero gringo, se preguntaría un desavisado. Global Research News se gasta la respuesta. A la altura de 2009, “la crisis financiera en EE.UU. causaba escalofríos en la espina dorsal del Gobierno chino, que hasta entonces había estado acumulando despreocupadamente montañas de papel estadounidense que repentinamente amenazó con evaporarse, como los valores de hipotecas respaldadas por Fannie Mae y Freddie Mac, que China había pensado que tenían algún valor cuando en realidad no lo tenían, por lo menos no hasta que China aplicó suficiente presión sobre la administración de Bush para que los garantizara y para que la Reserva Federal los comprara para inflar su valor”.

En aquel entonces, “China fue rescatada por el contribuyente estadounidense y la Reserva Federal, pero el episodio dio una lección al Gobierno: deshaceos del dólar. Y por lo tanto se ocupó del asunto, cuidadosa y sistemáticamente, paso a paso, pero de modo implacable, como dijo Xinhua, en una estrategia ‘por diversos flancos’ que incluía amplios acuerdos monetarios bilaterales país por país”.

Pero no solo la República Federal se acoge a la nueva sombrilla protectora. Rusia ha llegado a la salomónica conclusión de que, ante situaciones críticas, como las que se despliegan a causa de las sanciones que le han impuesto últimamente, ningún mejor garante que tratos con la segunda economía del planeta, en función de la estabilidad financiera y la liquidez adicional.

Ni cortos ni perezosos, Moscú y Beijing han convenido realizar pagos en sus divisas, por intermedio del VTB, segundo grupo de la Federación, que cuenta con el Estado en calidad de dueño de las más de las acciones, y con activos ascendentes a 270 mil millones, y el Banco de China, uno de los 20 señeros del planeta y el segundo prestamista de la potencia emergente, con más de dos billones de dólares y operaciones en una treintena de naciones de todo el orbe. En ese contexto, grandes corporaciones rusas han declarado que asumirán el yuan y otras monedas. Actualmente, el 75 por ciento de los negocios entre los socios se efectúa con el billete en decadencia.

El asunto no finiquita ahí. Con el colega Hedelberto López, anotemos que, “como una cadena que se va concatenando eslabón a eslabón, cada vez se suman más países y agrupaciones a la tendencia de efectuar sus negociaciones y comercio sin la utilización del dólar. Relevante ha sido la proposición del ministro de Economía turco, Nihat Zeibekci, a su par ruso, Alexei Uliukáyev, de usar las divisas nacionales para los pagos bilaterales, en momentos en que existe una fuerte escalada de sanciones económicas occidentales contra Moscú”.

Además, “los Gobiernos integrantes del BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) crearon un Banco de Desarrollo y una Reserva de Divisas que prevé la entrega de empréstitos y de capital para inversiones con la utilización de sus monedas nacionales. Se estima que las empresas públicas y privadas del BRICS, al alejarse del dólar, tendrán un ahorro del cuatro por ciento en cada una de sus actividades comerciales”.

Para mayor inri del Imperio, “importantes economías mundiales que disponen de un elevado Producto Interno Bruto (PIB) han firmado con Beijing convenios de intercambios sin el uso del dólar; entre estas, Japón, Rusia, Irán, Brasil, Corea del Sur, Australia, Argentina, Venezuela, Chile, Belarús, Pakistán. A esas también se unen Tailandia, Albania, Ecuador, Bolivia, Cuba y otras. La tercera economía del mundo, Japón, aparece como el quinto destino de las exportaciones chinas y en general es el tercer socio comercial del gigante asiático, con un intercambio anual de 400 mil millones de dólares”.

Y la lista se expande. “Brasilia y Beijing ya intercambian mercancías y servicios por 50 mil millones con la utilización de otras divisas”, no obstante el que aún todas las monedas se vinculan con el dólar estadounidense y se calculan sobre la base de su valor de mercado. “Chile y China mantienen intercambio por más de 30 mil millones; el comercio en monedas nacionales entre Beijing y los países integrantes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se cifra en 250 mil millones, y con Irán suma varios miles de millones a través de un sistema de trueque. En total, unas 30 naciones de diferentes regiones han suscrito acuerdos de intercambio con Beijing por alrededor de 2,5 billones de yuanes. En esta especie de estampida para alejarse del dólar, Nueva Delhi y Teherán comenzaron a recurrir a las rupias y al dinar en sus saldos recíprocos. Las naciones de la Alianza Bolivariana de los Pueblos de Nuestra América (ALBA) realizan gran parte de sus intercambios a través del Sucre, una moneda virtual”.

Tomando en cuenta que en 2014 China sobrepasaba a Estados Unidos como principal importador de crudo, lo cual cambia la red general de suministro de hidrocarburos, y que en 2013 se erigió en el principal comprador de combustible a Arabia Saudita, “¿se dejará de hablar dentro de poco de petrodólares? Solo nos queda esperar”.

Eso sí: mientras esperamos, habrá que dejar sentado que, a todas luces, está ocurriendo una yuanización de la economía universal. Con una proporcional desdolarización. Los datos que lo prueban desbordarían con creces el espacio editorial. A vuelapluma acotemos que hasta el momento, y según la agencia EFE , “23 bancos han confirmado tener parte de sus reservas en yuanes, la mayoría de ellos de países que tienen fuertes relaciones comerciales con el gigante asiático (Australia, Japón, Corea del Sur o Malasia), pero también europeos (Austria, Noruega o Francia), latinoamericanos (Bolivia, Chile) y africanos (Kenia, Nigeria o Sudáfrica)”.

Salta a la vista que, a medida que el “dragón” avanza en unas reformas que, conforme a una multitud de analistas, lo entronizarán en breve como primera economía, su moneda gana terreno, adquiere más y más peso planetario. Algo harto necesario, porque, en el criterio de no pocos, su actual estatus de quinta continúa siendo insignificante para la primera potencia comercial, que aglutina el 12,4 por ciento del producto interno bruto (PIB) de la Tierra.

Mucho más cuando –insistamos-, conforme al último informe del FMI, China sobrepuja ya a EE.UU. en PIB en paridades de poder adquisitivo (PPA): 17,6 billones de dólares frente a 14, 4 billones. Cifras nada frías, que nos remiten a una proporcionalidad inocultable: más yuanización es igual a más desdolarización. ¿El pronosticado reemplazo? De cumplirse la tendencia, hoy no; pero tampoco pasado mañana.

 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



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domingo, 29 de marzo de 2015

miércoles, 25 de marzo de 2015

Ignacio Ramonet.


Rebelion. “Las redes son el perturbador más dominante”

Entrevista a Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique en español
“Las redes son el perturbador más dominante”

El Telégrafo


Ignacio Ramonet va directo al grano: sostiene que “la prensa escrita está en crisis” y señala que hay un cambio de era en este campo. El director de Le Monde Diplomatique en español cree que hay un “meteorito de Internet” que afecta a los medios tradicionales, esos dinosaurios que atraviesan graves problemas para mantenerse.

Del mismo modo reflexiona acerca del rol de las redes y del comportamiento político de los medios tradicionales con los gobiernos progresistas de nuestra región. De visita la semana pasada en Ecuador, dictó algunas charlas y sostuvo varios encuentros con políticos y periodistas para conversar sobre los acontecimientos del mundo.

¿En América Latina hay medios de comunicación y gremios que se han convertido en actores políticos incluso contradictores de los gobiernos progresistas?

Esto tiene un tiempo. Evidentemente han sido los principales opositores. En la experiencia que han vivido los países latinoamericanos donde gobiernos progresistas han sido elegidos por los ciudadanos, con base en un programa de reformas y transformaciones sociales muy importantes y no han sido elegidos, sino que han sido reelegidos. Observamos que ningún programa de transformación social en América Latina ha perdido una elección desde hace 15 años. Allí donde este tipo de reforma constructiva de izquierda, progresista, ha llegado al poder, democráticamente se ha mantenido hasta hoy, aunque los líderes han cambiado, como en Venezuela, Brasil, Paraguay…

Pero, ¿están los casos de Honduras y Paraguay?

Pero son golpes de Estado, no son los electores. En ningún caso los electores han rechazado esta propuesta. El único caso, si quieres, aunque no es pertinente, es el gobierno de Bachelet, cuando ella no podía volver a presentarse, pero el primer gobierno de Bachelet no podíamos calificarlo neoprogresista porque estaba gobernando con una alianza socialdemócrata, democratacristiano, aun en ese caso, después de la experiencia, Bachelet ha regresado con una coalición aún más ampliada con el partido comunista. Los electores no la han rechazado y, por consiguiente, eso ha significado la derrota de las fuerzas conservadoras tradicionales, que en algunos países han desaparecido, como en el caso de Ecuador.

¿Quién ha sustituido en esos casos a las fuerzas conservadoras?

Los medios, porque el empresariado, el poder económico, históricamente dominante en estos países, ha creído que con estos medios iba a manipular, llevar a cabo la contraofensiva conservadora. Por eso esa lucha ha sido tan importante y por ello muchos gobernantes han hecho de esa lucha una confrontación central, como es en Venezuela, Ecuador, en donde Rafael Correa, quizá de todos los presidentes de América Latina, es el que más ha tenido conciencia de que esa lucha era fundamental; también en Argentina, en donde ha habido un enfrentamiento importante contra el grupo Clarín, que domina el 80 por ciento de medios (prensa, radio y TV) de ese país. Estos medios se han erigido en oposición oficial, cuando no es su función, pues su función es informar, no ser partidos políticos.

Pero esa función tiene eco y prestigio en ciertos sectores y al mismo tiempo cuentan con un gremio (la SIP) que quiere incidir hasta en las mismas elecciones, como ocurrió en Brasil…

Claro, precisamente los amigos del Partido de los Trabajadores (PT), gobernante, Lula (Da Silva) o Dilma (Rousseff) no consagraron la importancia necesaria a crear un sistema público de comunicación e información. Primero, porque nunca tuvieron mayorías claras, gobernaron con los parlamentos que negociaban, no tuvieron las manos libres y los empresarios que en Brasil disponen de grupos importantes, como el Grupo Globo, no les permitieron. De hecho, no creo que tuvieran la voluntad, y así la hubieran tenido, no creo que les habrían dejado desarrollar un grupo público de medios como se ha hecho en otros países, como Ecuador, Venezuela y Argentina.

¿Hay un cambio en el terreno de los políticos para constituirse en comunicadores políticos y asumir como parte de su estructura formativa la comunicación?

Sí, el ejemplo lo tienes aquí. El presidente que más ha integrado esa idea es Correa. Desde el punto de vista teórico y académico, es alguien que ha estudiado la comunicación después de llegar a la Presidencia. Ha sacado una serie de conclusiones sobre el poder mediático, su funcionamiento, cómo se puede elaborar un contrapoder mediático y esto hoy en día es indispensable, es un parámetro fundamental. Pero claro, también hay que ver que eso evoluciona. Muchos dirigentes hacen un análisis de los medios, que es lo que se podía hacer hace 10 o 15 años, pero hoy la reflexión debe integrar las redes sociales, que son el principal actor en la movilización social. De hecho, si quieres, la mayoría de estos gobiernos padece una ofensiva que ya no es megamediática, sino micromediática.

¿Es aconsejable enfrentarse a la gente en redes como lo hace el presidente Correa? ¿Eso es válido en el tema de la disputa política?

No sé si un presidente debe entrar ahí. Una cosa es hacer una consideración general y otra poner en marcha igual que un gobierno o una empresa, que tienen un departamento de comunicación, y hoy día los gobiernos y empresas inteligentes tienen un departamento de respuesta rápida mediante el uso de Twitter, Facebook, blogs, páginas bien elaboradas en la web. Ese es el buen nivel de respuesta. Excepto que haya algo más importante. Yo no veo a un presidente establecer un diálogo crítico con un tuitero, o algo así.

Decía esto porque, en alguna medida, la derrota que ha infligido Rafael Correa a ese sistema de comunicación tradicional se trasladó a las redes, en las que ahora los ciudadanos son los que confrontan esa tensión con el Presidente…

De igual manera que frente a los megamedios, los medios públicos han desarrollado una política de financiación y desarrollo de megamedios públicos, de igual manera hay que desarrollar una política en el campo de la comunicación con respecto a los micromedios. Para eso hay que tener una reflexión de cómo están funcionando.

¿Hasta dónde los actores políticos progresistas, de izquierda, deben modificar sus comportamientos políticos en función de generar una comunicación política para un mundo más polarizado en ese territorio?

La mayoría de los gobernantes hoy se ha preocupado de desarrollar su comunicación, mediante Twitter, e informan personalmente, como el presidente Maduro, que tiene un seguimiento de Twitter continuo. Obama tiene 47 millones de seguidores en Twitter, tiene mayor alcance cuando comunica por Twitter antes que por la televisión, porque no hay ninguna televisión en EE.UU. que tenga 47 millones de telespectadores. Hoy forma parte de la comunicación elemental de un dirigente.

Y a pesar de ello, como ocurre en Venezuela, Maduro no logra romper el desequilibrio sobre la realidad de ese país…

Porque allí sí hay una conspiración mediática internacional y contra Venezuela siempre hubo una alianza de contrarios, porque la característica de Venezuela es que acumuló los adversarios socialdemócratas y los adversarios del conservadurismo tradicional. En particular hay un odio socialdemócrata hacia Chávez, porque lideró la rebelión del 92 contra un presidente socialdemócrata con mucha influencia en la Internacional Socialista, Carlos Andrés Pérez. Eso creó mucha confusión en el seno de la izquierda durante mucho tiempo, y entonces, mientras hubo esta confusión, los medios edificaron una imagen primero de Chávez como dictador, autoritarista, cuando era lo contrario, pero esa imagen se quedó y hoy día esa ofensiva sigue con nuevas formas, porque a los medios internacionales se ha sumado la operación de tipo de ‘revolución de colores’ con las redes sociales que también difunden este mismo mensaje.

¿De qué manera la viralidad de la información no contrastada de estas redes afecta a la democracia? ¿Qué puede hacer el ciudadano?

Estar bien informado siempre es muy difícil; si antes no fue fácil, peor va a ser ahora; entonces el problema no ha cambiado. Lo que las redes añaden ahora es más confusión y más ruido. Las redes no imponen una versión dominante, aún no son el medio dominante. Son el perturbador dominante, pero no son el medio dominante. Por el momento, los medios dominantes siguen siendo los medios tradicionales. El problema de los medios tradicionales es que económicamente no son viables, tienen los pies sobre unos cimientos frágiles, pero siguen siendo dominantes.

En la generación de opinión pública…

Claro, siguen generando la matriz dominante.

¿Cuán mejor estamos comunicados ahora con la proliferación de medios, fuentes, redes, etc.?

La característica de la información es que siempre es mala información, siempre estar bien informado es un trabajo. Tú no puedes exigir de manera pasiva que vas a recibir buena información. Eso es prácticamente imposible. Yo digo en uno de mis libros: “Informarse cansa”, es un trabajo y, si lo tomamos como tal, podemos informarnos, si no, no nos vamos a informar bien. La información se ha vuelto muy compleja y, por consiguiente, las críticas que se desarrollan obligan al sistema mediático a corregirse o a adoptar una posición dogmática afirmada. Por ejemplo, hoy se desarrollan mucho los medios partidarios que han admitido que no son objetivos, como la cadena Fox, en EE.UU., que es un canal ultrarreaccionario, ultraconservador, que así se asume y la gente lo ve porque así se reconoce.

Muchos catedráticos hablan de la telebasura, ¿es factible hablar hoy de redes basura? ¿Cómo se puede recuperar la calidad de la información en estas redes basura?

Hay telebasura y teleexcelente.

Entonces ¿ahora hay redes basura y redes excelentes…?

Así es. Si yo tengo una página de Facebook, puedo decir que no es basura, evidentemente, pero hay bastante gente que tiene redes sociales o blogs. Hoy en día hay blogs de una inmensa calidad. Recuerdo cuando ocurrió lo de Fukushima; nadie sabía qué era y hubo una cobertura mediática que ignoraba lo que era Fukushima y no sabía que era una central nuclear. Entonces los medios empezaron a decir que no había peligro, que se podía seguir consumiendo las legumbres, pero varios profesores de asuntos nucleares, en sus blogs, demostraron científicamente lo que pasaba. Y eso, reproducido por algunos periodistas que se dieron el trabajo de leerlos, tuvo una influencia muy interesante. Los blogs o la información de las redes puede ser muy buena o muy mala, pero eso forma parte de la vida.

¿Pero no ponen en riesgo la calidad de la información?

No, la mejoran, porque hoy día, por ejemplo, las redes funcionan como un gran corrector. Si un medio dice una enorme mentira, las redes lo van a corregir y van a difundir el error. Las redes han hecho las principales revelaciones de este tiempo. No son los periódicos, no son los medios los que han hecho las 2 grandes revelaciones de los últimos 5 años, como son WikiLeaks y Edward Snowden, de cómo el superpoder imperial estadounidense ocultaba información sobre los atropellos cometidos en Afganistán o en Irak. Eso no lo hubiéramos sabido por los medios, lo supimos por las redes, por WikiLeaks. Tampoco sabíamos que la NSA nos estaba vigilando; y no tanto a nosotros, que no tenemos importancia, sino que estaba vigilando a nuestros presidentes, a nuestras FF.AA., a nuestros servicios de inteligencia y a las empresas de punta; y eso lo supimos gracias a WikiLeaks y Snowden. Hoy, las redes son el complemento indispensable y, en sí, un medio de información.

Usted tiene un libro que se llama La explosión del periodismo, ¿cómo está manifestándose esa explosión de redes sociales, blogs, medios digitales, en el ejercicio real y práctico del periodismo? ¿No cree que puede ocurrir, paradójicamente, una incomunicación por saturación?

Mi último libro de comunicación esencialmente trata de la crisis de la prensa escrita. Es decir, cómo la prensa escrita está padeciendo el impacto de Internet y de las nuevas tecnologías de la información. Parto de una constatación: hoy en el mundo centenares de periódicos —que aún no hace mucho tiempo dominaban la opinión pública— han desaparecido. Llamo a esto la gran extinción, al igual como en ecología se habla de extinción de animales. Como cuando hubo un meteorito que cayó en Yucatán y puso fin a la era jurásica con la desaparición de los dinosaurios, de igual manera, el impacto de Internet ha provocado una serie de consecuencias que hace que los ‘dinosaurios’, los grandes grupos mediáticos de prensa, estén desapareciendo. Prácticamente hoy, en el mundo desarrollado central, no hay un periódico de prensa escrita que no tenga enormes dificultades.

¿Qué tipo de dificultades?

Que hayan reducido su paginación, si han sobrevivido, que hayan reducido su plantilla, cesando a miles de trabajadores. En este momento, en el mundo, hay decenas de miles de periodistas que han sido despedidos. Un diario como El Pais, de España, despidió hace año y medio a 30% de su plantilla de un solo golpe. La mayoría de los diarios están perdiendo dinero. Algunos semanarios que hace algún tiempo temían una influencia radical en la sociedad como en EE.UU, The Time, News Week, han desaparecido o se han vendido por un euro. Estamos ante el fin de una era del periodismo.

¿Algunos autores estadounidenses llaman el inicio del periodismo posindustrial?

La constatación es esta: donde antes había unos imperios mediáticos, basados en particular en la influencia de la prensa escrita, hoy día hay unos desiertos o unas ruinas y efectivamente porque la prensa escrita aún pertenece al mundo industrial. Por ejemplo, aquí en los pasillos de este diario he visto unas fotografías que son típicamente de la era industrial: con unas rotativas, galpones, imprentas, una clase obrera vinculada directamente, eso ya no existe; es decir eso desaparece en la era de lo inmaterial. Los aspectos industrial y material de la prensa escrita ahora juegan contra ella, en una era en donde lo inmaterial se impone. Partiendo de esa constatación, la pregunta es: ¿qué es el periodismo hoy?, por una parte está esa interrogante, pero por otro hay otro cuestionamiento fundamental: ¿qué es un periodista hoy?

¿Y qué es el periodismo hoy?

Al mismo tiempo que ocurre esa desaparición masiva, esa extinción masiva de toda una especie de periodismo, al mismo tiempo se está produciendo lo que podríamos llamar un cambio de era. Estamos viendo cómo surge una nueva generación de periodistas porque ahora se plantea una situación central: ¿qué es el periodismo? En la medida en que el periodista o el periodismo ha perdido el monopolio de la información. En una sociedad hasta ahora, la información la manejaban los periodistas.

¿Y ahora la información está manejada por los ciudadanos?

Ahora, la maneja todo el mundo y eso evidentemente es —estructuralmente— un cambio enorme. A la vez eso es la realización de un sueño de los que pensaron una democracia avanzada, en la medida que es una democratización de la información teóricamente. Por qué me cuestiono: ¿qué es la democratización de la información? Que todo ciudadano pueda producir su información.

¿El prosumidor?

Sí, es decir el ‘prosumidor’ que es productor y consumidor. No es solo consumidor, sino, también, productor. Él sabe producirla y eso crea que hoy no se sepa qué es un periodista. Si todos somos periodistas, entonces ¿qué es ser un periodista? En dónde está la especificidad, quiero decir. Si tú y yo, la gente de la calle es periodista, que tiene de particular un periodista

¿Perdió ese prestigio y esa autoridad que tenía?

Perdió la autoridad, el monopolio de la información y también su rango social, el estatus social. Pero esto no quiere decir que todo esto se perdió al mismo tiempo en todos los países. He analizado como la televisión, 5 o 6 años después, está viviendo el mismo fenómeno; es decir, la desaparición de las masas de audiencia. La televisión lo que hoy pierde es la audiencia, la audiencia se le va. Ningún canal de televisión en el mundo tiene hoy decenas de millones de telespectadores porque han desaparecido por la multiplicidad de la oferta y de las posibilidades de comunicar o de ocio. Si te pasas 3 o 4 horas con tus redes sociales, pues es obvio que no estás delante de la televisión.

En esta crisis que usted menciona, de la prensa escrita frente a la tecnología, ¿se puede hablar de comunicación al poner una información en 160 caracteres cómo permiten las redes sociales como Twitter y Facebook? ¿Es esto comunicación o mera información?

No, es comunicación. No sé si sea información, esa actividad de “mosquito” perturba al funcionamiento de la información porque ahora en Twitter se puede enviar de todo, se pueden enviar fotos y video. Twitter ya no es los 140 caracteres, Twitter mismo ha evolucionado porque la tendencia general hoy de las redes sociales es de abandonar los caracteres de la escritura para ir a la imagen. Hay un cambio de la esfera Gutemberg a la esfera icónica, imagen. Evidentemente no estamos aquí hablando de calidad, sino sencillamente de masividad de la información, que crea varios problemas.

¿Qué tan bueno es que el ciudadano tenga el control de estos medios?

El ciudadano tiene la ilusión de que tiene el control de estos medios. El ciudadano lo que sabe hoy, cada vez más, es utilizar estos dispositivos. Primero porque son fáciles de utilizar, segundo porque son relativamente baratos y tercero porque estos dispositivos permiten tener una centralidad que hasta ahora no tenía el ciudadano. Hasta ahora lo que caracterizaba al ciudadano es su pasividad frente a los medios. Su única función era recibir, salvo algunas variaciones en las radios en donde se puede telefonear y dar su opinión, pero los medios centrales tenían una posición que yo llamó del sol. Eran soles, el sol solo tiene planetas que giran a su alrededor y envía sus rayos y lo que podemos hacer es padecer los rayos del sol. Hoy no hay sol, desaparecen los soles y lo que hay son soles reducidos al formato de un granito de polvo. Cada uno somos granitos de polvo. Pero si tomamos otra metáfora y decimos que somos una abeja o una avispa, entonces, cada avispa puede construir en un momento determinado un enjambre que puede actuar unido, que es lo que ha sucedido con lo que llamamos las revoluciones de los colores, la pirámide árabe, los indignados, etc. Esa pequeña posibilidad de comunicar con mis 40, 60, 200 amigos, en el mismo momento, todos aquellos que tienen 200 amigos, transmiten una información que, inmediatamente, de manera viral, comunica a decenas de millones de personas, eso pone en marcha un efecto palanca, que puede incluso tener el efecto de derrocar una dictadura como ocurrió en Túnez. Pero también puede tener la debilidad o la flaqueza de ser penetrado por un virus, que le hace hacer acciones al servicio de una inteligencia que está manipulando a ese grupo como se hace en Venezuela.

¿Los medios tradicionales deben voltear a mirar a estas nuevas plataformas?

Hoy, un medio debe tener diferentes plataformas. Debe tener su plataforma on-line porque un periódico por definición sale una vez al día, en 24 horas ocurren cantidad de cosas. Hoy el ritmo normal de la información ya no es 24 horas, hoy el ritmo normal de la información es la instantaneidad, por muchos defectos que tenga la instantaneidad y por más críticas, que por ejemplo yo he generado para la instantaneidad. El periodista es el analista de un período, pero hoy el período es el instante. Hoy hay instantaneistas y si no hay instantaneistas hay que tener por lo menos una persona que siga al instante la información y que complete el periódico que es más de análisis, que tiene un ritmo más lento por definición. Además hay que tener sus propias redes sociales (Twitter, Facebook) y por qué no plataformas audiovisuales. La característica tecnológica permite que un medio sea todos los medios. Hoy los medios deben ser multimedia. Ya no hay distinción tecnológica entre lo escrito, sonido e imagen. No hay distinción, con la misma tecnología puedes difundir texto, imagen y sonido.

Fuente: http://www.telegrafo.com.ec/politica/item/las-redes-son-el-perturbador-mas-dominante.html



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martes, 24 de marzo de 2015

Por qué el dólar no es

Por qué el dólar no es

China le gana una batalla a USA.


EEUU perdió otra batalla en la arena financiera global

EEUU perdió otra batalla en la arena financiera global

Credito: pixabay / RT

23 Mar. 2015 - La tradicional influencia de Estados Unidos en importantes instituciones financieras globales se ha debilitado. Así, una serie de países aliados de Washington ha decidido unirse al nuevo banco de inversiones chino, pese a los "consejos" de EE.UU.

El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII), fundado por China, contará con la participación de al menos 35 países. Entre los últimos que mostraron su interés por participar figuran la India, Indonesia y Nueva Zelanda. También presentaron sus solicitudes para ser miembros fundadores el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Australia, Luxemburgo y Suiza.

Según diversas fuentes,funcionarios estadounidenses intentaron prohibir al Reino Unido y a otros países unirse al banco de inversiones chino. Pero los aliados más cercanos estaban tan interesados ​​en la redistribución del poder financiero en favor de China, que también estaban dispuestos a pasar por alto los "consejos" de EE.UU., informa el portal Vestifinance.

"Washington eligió una forma totalmente innecesaria de luchar contra China en la cuestión del desarrollo de infraestructura. EE.UU. no puede aceptar el hecho de que en la arena de las instituciones multinacionales tradicionalmente dominada por Estados Unidos, haya aparecido un nuevo jugador fuerte. La Casa Blanca ha perdido en esa lucha", subraya la publicación.

El BAII es uno de los elementos con los que Pekín quiere dar empuje a su capacidad de medirse con las instituciones financieras internacionales dominadas por gobiernos occidentales.

 

El Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura (BAII)

 


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Libia.


Rebelion. El caos provocado en Libia

El caos provocado en Libia



El próximo 17 de marzo se cumplen cuatro años de la Resolución 1973, aprobada por Naciones Unidas a instancias de EEUU y sus aliados, y que autorizó la intervención de la OTAN en Libia.

Bajo un abanico de excusas, la siempre manida “intervención humanitaria” abrió paso a una actuación militar contra el gobierno libio de Gaddafi, y la posterior eliminación física de éste. Y sobre todo abrió la puerta de par en par al actual escenario que presenta Libia.

El país norteafricano es hoy la viva imagen de un estado fallido, donde las violaciones de los derechos humanos y las muertes violentas han alcanzado cifras nunca conocidas. Los rebeldes, que apoyados por la OTAN derrocaron a Gaddafi, han sido acusados por diferentes organismos defensores de los Derechos Humanos de ser los autores de “muertes por venganza, torturas, detenciones arbitrarias”, dejando entrever que son tan generalizadas y sistemáticas “que podíamos estar ante una situación cercana a los crímenes contra la humanidad”.

Los riesgos físicos van acompañados para la mayor parte de la población de una destrucción generalizada de la calidad de vida. La economía está inmersa en una caída libre, la producción de petróleo está severamente afectada, los aeropuertos y instalaciones portuarias están en su mayor parte cerradas, los cortes de electricidad son una constante.

A la vista de todo ello, “gracias a la intervención humanitaria”, Libia ha dejado de ser el estado con los niveles de vida más altos del continente africano.

EEUU y sus aliados justificaron su intervención basándose en una campaña mediática sustentada a su vez en cifras falsas sobre el número de muertes en los primeros días de la rebelión de 2011. Con el paso del tiempo, se ha demostrado que la mayor parte de cifras utilizadas por Washington para justificar su ataque no se correspondían con la realidad.

Como ha manifestado recientemente un prestigioso académico norteamericano, “antes de la intervención de la OTAN, el conflicto civil en Libia estaba a punto de finalizar con algo más de mil muertes. Desde entonces, más de diez mil personas han perdido la vida. En otras palabras, la intervención de la OTAN ha multiplicado por diez el número de muertes violentas en el país”.

Libia es un país devastado, “la entidad política y más o menos cohesionada que representaba ya no existe”. El este del país está bajo control de una alianza denominada “Operación Dignidad”, al frente de ella está el General Khalifa Hifter, antiguo colaborador de Gaddafi, aunque luego se exilió y regresó al país en 2011. Junto a él, antiguos militares, miembros de las fuerzas de seguridad del anterior gobierno, importantes tribus del este, federalistas de esa región, y milicias de Zintan y otras ciudades, componen esa heterodoxa alianza, que busca excluir a los islamistas de la vida política.

En el oeste, se encuentra la coalición “Libia Amanecer”, que incluye a exjihaditsas del Grupo Islámico Combatiente Libio, milicias de Misrata y Trípoli, grupos de Bereberes, y algunas milicias de las zonas montañosas y de la costa de la región. Estos grupos han tejido además un acuerdo táctico con algunos grupos de Benghazi, entre los que se encuentra Ansar al-Sharia.

Ambas alianzas tienen su propio parlamento, gobierno y fuerzas armadas. Compiten por lograr el reconocimiento sobre la soberanía y la legitimidad del conjunto del país. Además, pugnan por hacerse con el control del banco central libio y la producción de petróleo. Naciones Unidas, EEUU y sus aliados, sólo reconocen el gobierno de las fuerzas de la “Operación Dignidad”, pero la partición es evidente, y la ausencia de un ejército es más que evidente, e incluso las dos partes se muestran incapaces de mantener sus propias estructuras armadas.

La sombra de Iraq y Siria también planea sobre el escenario libio. En esos tres países la intervención occidental ha traído consigo la devastación de los tres estados, y sobre todo el surgimiento de realidades jihadistas transnacionales, que han encontrado el escenario ideal para desarrollar sus agendas.

En estos momentos en Libia encontramos un abanico de grupos armados que pugnan por hacerse con el control del país. Grupos islamistas locales comparten espacio con formaciones que se unen al paraguas ideológico de al Qaeda, y más recientemente a otras formaciones que han proclamado su adhesión al llamado Estado Islámico.

Si bien es cierto el auge de esas facciones islamistas, la actual alianza entre ellos, para hacer frente a los partidarios del general Hifter y sus aliados, puede saltar por los aires en cualquier momento, tal y como ha pasado en Siria e Iraq. La presencia de grupos con diferentes agendas y objetivos, con diferencias personales, puede hacer saltar la actual alianza de conveniencia.

La intervención de EEUU y sus aliados ha traído consigo también que en otros lugares de la región estemos asistiendo al surgimiento de grupos jihadistas o a la maduración de éstos. El conflicto en Malí, los temores en Túnez (con decenas de miles de refugiados libios y con cientos de ciudadanos combatiendo con el Estado Islámico en otros lugares), o el teatro argelino (la dura experiencia del pasado, o el reciente ataque contra la fábrica de gas en Amenas) son síntomas que se asemejan a lo ocurrido en Iraq y Siria.

Los llamados actores internacionales también están jugando sus propias cartas e intereses. Los principales impulsores de la intervención (EEUU y sus aliados occidentales) parece que prefieren mirar hacia otro lado de momento. Sin embargo, los llamados actores regionales sí están moviendo sus piezas.

Por un lado, Qatar, Turquía y Sudán apoyan la coalición islamista, aportando armamento, y sobre todo apoyo logístico y político. Por otro lado, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Egipto se han volcado con la coalición “Operación Dignidad”. Las monarquías del Golfo temerosas a un nuevo auge del islamismo apoyado por Doha y Ankara; mientras que Egipto teme que Libia se convierta en retaguardia de organizaciones jihadistas que a día de hoy podrían sumarse a los que ya operan en Sinaí o que golpean diariamente en Cairo.

Y probablemente, si el deterioro continúa, éste podrá expandirse a través del Sahel a Mali, Nigeria, Sudán o Somalia. El tráfico de armas y personas, unido a un lugar de refugio para grupos jihadistas transnacionales aportando más argumentos para la preocupación de otros estados de la región.

Libia tras cuatro años de la intervención es una puzle de grupos armados y políticos, con diferentes grupos de interés locales e internacionales, y sin la presencia de líderes religiosos, tribales o militares capaces de encauzar la situación.

La compleja red de lazos religiosos, tribales, sociales, regionales e ideológicos hace que los aspectos religiosos del conflicto no sean de momento tan determinantes como en Iraq o Siria. Sin embargo a la vista de todos los factores mencionados, el futuro de Libia se presenta más complejo que nunca.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.



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Turquía y la cuestión curda.


Rebelion. Una conmoción para Turquía y el Próximo Oriente

Ocalan llama al PKK a dejar las armas
Una conmoción para Turquía y el Próximo Oriente

Orient XXI


[El llamamiento del dirigente del Partido de los Trabajadores del Kurdistan (PKK) Abdullah Ocalan a dejar las armas constituye un paso adelante en el largo proceso de negociación entre Ankara y los kurdos. Si se tradujera en una verdadera paz, esta iniciativa significaría un cambio enorme en Turquía y en el Próximo Oriente.]

Desde su isla-prisión de Imrali en el mar de Mármara, Abdullah Ocalan, el fundador y jefe histórico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la “organización terrorista” kurda en lucha contra el estado turco desde 1984, acaba de dictar a una delegación que le ha visitado una declaración estruendosa. En efecto, siguiendo la onda de las negociaciones entre el PKK y el estado turco que duran desde hace casi tres años, Ocalan demanda a los cuadros de su partido poner fin a la lucha armada contra Turquía y proseguir el combate de una forma exclusivamente política. Esta declaración histórica, si es efectiva, podría tener un impacto considerablemente positivo no solo para Turquía sino también para toda la región del Próximo Oriente, en la que los kurdos se han convertido en un actor político y militar de primer nivel.

Para comprender la importancia de esta declaración, recordemos que la cuestión kurda en Turquía ha cambiado enormemente. La república turca moderna que nació en 1923 no reconoció a los kurdos como grupo étnico, lo que tendría el efecto de cristalizar su conciencia étnica y nacional, y de alimentar las reivindicaciones de derechos específicos culturales y políticos. En 1984, bajo la dirección de Abdullah Ocalan, el PKK pasa a la lucha armada bajo la forma de una guerrilla, llevada a cabo desde las montañas de Irak. Pero también a partir de Siria, donde Hafez Al-Assad se presenta como el gran protector del partido, al que instrumentaliza contra Turquía con la que está en conflicto ideológico, territorial y geopolítico. En 1998 como consecuencia de las amenazas del ejército turco de intervenir directamente en Siria para poner fin a este apoyo, el hijo heredero Bachar Al-Assad abandona a su “protegido” Ocalan expulsándole del país y cerrando las bases del PKK.

Tras una breve huida, y gracias a una intensa cooperación entre los servicios secretos turcos y sus aliados, Ocalan es entregado a Turquía donde purga una pena de prisión, desde donde continúa sin embargo dirigiendo a distancia el movimiento nacional kurdo de Turquía. Incluso encarcelado, continúa siendo un interlocutor insoslayable y precioso para Ankara en su política kurda. A partir de 2002, con la llegada al poder del Partido de la Justicia y el Desarrollo (Adalet ve Kalkinma Partisi, AKP), el poder político se vuelve más inclinado a la negociación sobre la cuestión kurda y a reformas. Sin embargo, la solución militar sigue siendo privilegiada en gran medida, incluso si en paralelo, en 2009 y 2010, se llevan a cabo negociaciones secretas entre el estado turco y representantes del PKK en Europa, para encontrar una salida a este conflicto costoso en vidas humanas y en pérdidas económicas para las provincias orientales más afectadas por el mismo. Este clima de sospecha, en el que las relaciones alternan entre apertura política y vuelta a la violencia armada, perdura hasta el verano de 2012 cuando Turquía, progresivamente estancada en el conflicto sirio, se ve obligada a revisar su política kurda.

Cálculos sirios

En efecto, la crisis siria cambia seriamente la situación en la regionalización de la causa kurda. Cuando se desencadena la crisis en Siria, entre marzo y septiembre de 2011, Turquía, preocupada por mantener buenas relaciones con su vecino, intenta convencer a Bachar Al Assad –su aliado de entonces– de hacer concesiones a la oposición siria para apaciguar las tensiones. La intransigencia del régimen de Damasco lleva rápidamente a Turquía a apoyar a la oposición, pero con el temor de que el hijo –igual que el padre– utilizara la carta kurda contra Ankara. Es el peor escenario posible y tiene lugar en el verano de 2012. Perdiendo en todos los frentes contra sus opositores, Al-Assad hace evacuar la región de mayoría kurda del norte de Siria a lo largo de la frontera turca, y libera a militantes de la causa kurda siria. El golpe y el coste para Turquía es doble. Ve emerger en sus fronteras una entidad autónoma kurda en fase de reconocimiento en el plano regional, y asiste a la estructuración del Partido de la Unión Democrática (PYD), que no es sino una emanación del PKK. Concretamente esta rama siria permite al PKK reforzarse y aumentar sus capacidades de acción en Turquía donde inflige graves pérdidas al ejército turco durante el verano de 2012.

Curiosamente, la crisis siria, en la que Turquía se enreda sosteniendo a una oposición siria demasiado débil y donde el PKK-PYD se aprovecha de unas relaciones confusas y ambiguas con el régimen de Assad, ha jugado un papel de acelerador en el arreglo de la cuestión kurda de Turquía. La agravación del conflicto sirio y el callejón sin salida en el que se encuentra Turquía llevan al gobierno AKP a iniciar una nueva fase de contactos con el PKK a partir de marzo de 2013. Las dos partes parecen resueltas a la necesaria aceleración de las negociaciones para llegar a una conclusión sobre el estatus de los kurdos en Turquía. La inédita audacia del AKP es emprender negociaciones directas y públicas con Ocalan, al contrario de lo que se había hecho hasta entonces, en particular en las negociaciones secretas de Oslo en 2010 entre servicios secretos turcos y emisarios del PKK. Pero la crisis siria impone una nueva lógica. A través de los electos del partido legal prokurdo, el Partido por la Paz y la Democracia (Baris de Demokrasi Partisi, BDP), recientemente rebautizado Partido Democrático del Pueblo (Halkrarin Demokratik Partisi, HDP), que le visita regularmente, Ocalan teledirige el estado mayor del PKK con base en las montañas de Kandil en Irak.

¿En búsqueda de respetabilidad?

Así, desde 2013, el PKK se ha calmado y respeta la tregua que él mismo ha iniciado como signo de buena voluntad. Los ataques, que estos últimos años se dirigían exclusivamente contra objetivos militares y raramente poblaciones civiles como ocurría anteriormente, han cesado. La tregua resiste incluso al muy delicado y doloroso episodio de Kobane (Ain al-Arab), punto crucial en las relaciones entre el PKK y Turquía. Turquía no ha dejado de presionar a los kurdos de Siria para que volvieran sus armas contra Bachar Al-Assad. Sin embargo en Kobane, el PKK ha adquirido una notoriedad y una respetabilidad internacionales gracias a sus hechos de armas contra los yihadistas. El episodio sigue siendo interiormente un punto de frustración, pues el PKK a pesar de sus victorias contra la organización del Estado Islámico (EI) y el apoyo militar aportado por los occidentales, sigue en la lista negra de las organizaciones terroristas establecida por la Unión Europea y los Estados Unidos. ¿ La reciente declaración de Ocalan tiene por objetivo la aspiración histórica de hacer del PKK un actor político respetable y reconocido como tal para proseguir en otro terreno la causa kurda?

Entre las implicaciones para Turquía y la región, la materialización del final de la lucha armada recompensaría al AKP por su política de apertura hacia los kurdos. El calendario no es anodino. Para mayor impacto, el anuncio se produce algunas semanas antes del Newroz, el año nuevo turco iraní, celebrado el 21 de marzo, pero sobre todo fiesta nacional kurda para el PKK y que da lugar cada año a inmensas manifestaciones de nacionalismo kurdo. Y es también a menudo el momento de decisiones históricas de orientación en su lucha nacional. Lejos de toda coincidencia fortuita, el anuncio se produce también a menos de tres meses de unas elecciones legislativas muy importantes en Turquía. El poder AKP, a la cabeza del país desde 2002, espera mantenerse con una amplia mayoría en el Parlamento. Es la condición indispensable para una importante revisión de la Constitución que permitiría una presidencialización del sistema político turco, algo con lo que Recep Tayyip Erdogan sueña desde hace años. Para los kurdos, sería la ocasión de inscribir en la nueva Constitución derechos políticos, y quizás una descentralización del sistema administrativo para favorecer a medio plazo el establecimiento de una autonomía para las provincias de mayoría kurda. Las ganancias para Turquía no se limitarían sin embargo al aumento de los poderes presidenciales de que goza ya Erdogan. Sería toda la economía turca la beneficiada de un contexto nacional apaciguado en el que las poblaciones turca y kurda vivirían en mejor armonía. La esperanza para el PKK es su transfiguración en un actor político mayor –lo es ya–, pero respetable y respetado, gozando de un estatus legal para actuar tanto en la escena política turca como en la regional.

Redistribución de las cartas en la región

El éxito de tal operación de paz entre Turquía y el PKK tendría repercusiones en toda la región. La mejora de su imagen podría servir al PKK para ser borrado de la lista negra de las organizaciones terroristas y obtener un verdadero estatus político. Pero esto no se hará sin el aval de Turquía. Ahora bien, un PKK más influyente en Turquía y además a la cabeza de una región autónoma kurda de hecho en Siria, podría robar a Massud Barzani, presidente del gobierno regional del Kurdistán irakí, el liderazgo del espacio político kurdo en Próximo Oriente.

Así, esta “paz de los valientes” podría cambiar a fondo toda la política turca en Próximo Oriente. Por el momento, Turquía mantiene su buena entente con el gobierno regional del Kurdistán de Barzani que le ayuda –o le ayudaba hasta ahora– a ejercer una cierta presión sobre el PKK. Un desarme del PKK y su legalización podrían poner fin a esta buena entente, o al menos hacerla menos indispensable que antes.

En cuanto a la política turca en Siria, sigue estando obsesivamente focalizada por la cuestión kurda, y más específicamente por el futuro de la región kurda de Siria cuya autonomía creciente irrita considerablemente a Ankara. Una paz entre Turquía y el PKK implicaría que las dos partes pusieran fin a sus divergencias sobre la cuestión del régimen de Bachar Al-Assad. Turquía desea su marcha, mientras que el PKK continúa manteniendo una indiferencia de fachada floja y sospechosa, que algunos interpretan como una colaboración recíproca. El sueño turco de ver al PKK sumarse a la oposición siria no es totalmente irrealista pero no se hará a cualquier precio. La renuncia a la lucha armada le ofrece sólidas perspectivas de negociación.

Pero antes de preguntarse sobre las implicaciones y los impactos para Turquía y la región de tal acuerdo histórico, ¿cuáles son sus posibilidades reales de éxito? Las dificultades y los obstáculos son aún numerosos, pero el hecho de que este acuerdo sea fruto de un largo proceso realizado de forma transparente respecto a la opinión pública turca y kurda le confiere mayores posibilidades de salir adelante. No aprovechar esta ocasión histórica sería un error político sancionado por una opinión pública que reclama la paz y la estabilidad en una región ya atenazada por fuertes turbulencias desde la degradación de la crisis siria y el ascenso del Estado Islámico. Decepcionar estas esperanzas tendría malas consecuencias electorales el próximo mes de junio, cuando el AKP y el “escaparate” legal del PKK, el HDP, esperan reforzar sus posiciones. Irónicamente, el porvenir de las dos partes está intrínsecamente ligado al éxito de este acuerdo, pues ambas tendrían mucho que perder en caso de fracaso.


Fuente original: http://orientxxi.info/magazine/abdullah-ocalan-appelle-le-pkk-a,0832

Bayram Balci es investigador en ciencias políticas y civilización arabo-islámica en el CERi-Sciences Po. De 2006 a 2010 ha dirigido el Instituto Francés de Estudios para el Asia Central (IFEAC) en Tachkent. De 2012 a 2014, ha sido investigador invitado en el Carnegie Endowment for International Peace en Washington. Sus investigaciones actuales versan sobre las relaciones entre islam y política en el espacio postsoviético y sobre Turquía en su entorno regional (Caúcaso, Asia Central, Próximo Oriente).

Traducción: Faustino Eguberri para VIENTO SUR



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